sábado, julio 18

Soviet presenta ultimátum a marineros de Kronstadt

Petrogrado (5 de julio de 1917).- Tarde en la noche, el Comité Ejecutivo de Toda Rusia del Soviet, reunido en el Palacio Táurida, presentó un ultimátum a una delegación de Kronstadt encabezada por los bolcheviques Raskolnikov, Roshal y Iarchuk. Las garantías ofrecidas, más temprano, de no reprimir a los bolcheviques y de liberar a los arrestados ha sido puesta de lado. Se dio a los marineros hasta la mañana del 6 de julio para que elijan entre guardar sus armas y banderas y abandonar la capital sin ellas o ser desarmados por la fuerza.

La delegación de Kronstadt, sin saber que la mayoría de los marineros ya estaba dejando la capital, trató de discutir del ultimátum, pero súbitamente se le informó que ahora debían dar una respuesta inmediata, en ese preciso momento y ya no mañana. Raskolnikov, sorprendido, preguntó por qué el cambio repentino. Liber dio una respuesta vaga. Luego se supo que el Soviet cambió su posición al ser informado que el Distrito Militar de Petrogrado estaba ya en la fase preliminar del asalto de la mansión Kshesinskaya.

Raskolnikov rechazó el ultimátum de Liber sosteniendo que era imposible aceptar esos términos sin consultar primero con sus marineros. Dicho esto, la delegación de Kronstadt se retiró en la noche.

Soviet y bolcheviques llegan a un acuerdo

Petrogrado (5 de julio de 1917).- Por invitación de Zinoviev y Kámenev, una delegación del Comité Ejecutivo de Toda Rusia del Soviet llegó a la mansión Kshesinskaya. En las negociaciones, los bolcheviques estuvieron representados por Kámenev, Mejonoshin y Boky, mientras que M.I. Liber represento al Comité Ejecutivo.

Se alcanzó un acuerdo para evitar mayor derramamiento de sangre. Mediante ese acuerdo, el Soviet garantiza que no se tomarán mayores medidas represivas contra el Partido Bolchevique y se compromete a que los manifestantes no acusados de actos criminales específicos sean liberados. A cambio, los bolcheviques se obligan a retirar de circulación los carros blindados, a enviar a los marineros de regreso a Kronstadt y a entregar la Fortaleza de Pedro y Pablo.

Poco después, los carros blindados, aún bajo el control de la Organización Militar, regresaron a las plantas de servicio de la Division de Reserva de Carros Blindados, y para la noche la mayoría de los marineros de Krosntadt que se habían acuartelado en las barracas de la guarnición estaban camino a sus barcos, dejando sólo unos cientos de marineros en la mansión Kshesinskaya y la Fortaleza de Pedro y Pablo.

CC Bolchevique confirma cancelación de manifestaciones

Petrogrado, 5 (18) de julio de 1917

Reunión del Comité Central del Partido Bolchevique
Con la participación de líderes de la Organización Militar y representantes del Comité Petersburgo


Lugar: Mansión Kshesinskaya, en horas de la tarde.

La posición de Lenin fue presentada por Zinoviev.

El Comité Central votó por “no revertir la decisión de terminar las manifestaciones” y se aprueba una declaración para su distribución entre las masas. Se llama a los obreros y soldados a no sucumbir a la provocación de la “reacción movilizada” y a evitar manifestaciones y confrontaciones de cualquier clase. El llamamiento exige paciencia y disciplina y la renovación de la campaña para atraer a los elementos “atrasados’ de la población urbana y de las provincias.

Se decide enviar un representante al Palacio Táurida para tener clara la posición del Soviet en relación al Partido Bolchevique.

Gobierno inicia campana militar contra bolcheviques destrozando la planta de Pravda

Petrogrado (5 de julio de 1917).- Hasta ayer los bolcheviques parecían controlar la ciudad de Petrogrado. Las fuerzas bajo su mando superaban abrumadoramente a las escasas unidades que el Soviet y el Gobierno Provisional, juntos, tenían a su disposición. Muy tarde en la noche de ayer y en la mañana de hoy, se hizo evidente un cambio en la posición de poder a favor del Soviet y el Gobierno Provisional. Para el mediodía de ayer, las tropas leales al gobierno ya controlaban toda la capital con excepción de los distritos obreros.

La indignación contra los bolcheviques ha alcanzado niveles tan altos que la mayor parte de la ciudad es literalmente insegura para ellos. Una multitud de organizaciones derechistas parece haber estado esperando una oportunidad para hacer sentir su presencia en la vida política del país y ha salido a las calles a desatar una “orgía contrarrevolucionaria” en la que han destacado de manera particular las Centurias Negras.

Por su parte, el general Polovtsev –comandante del Distrito Militar Bolchevique– que durante junio estuvo dispuesto a ir contra los bolcheviques, recibió ayer la autorización del Gobierno Provisional, con la anuencia del Soviet, para erradicar a las turbas armadas de Petrogrado y desarmar al Primer Regimiento de Ametralladoras. Se dice también que también tienen orden de ocupar la mansión Kshesinskaya, sede del Partido Bolchevique.

La ofensiva del gobierno contra los bolcheviques fue iniciada en la madrugada de hoy. Por órdenes del general Polovtsev, un destacamento de soldados fue enviado a la planta editora de Pravda. Los militares registraron la planta para luego destrozarla; arrestaron a los obreros y soldados a cargo. A la vez, patrullas de oficiales, soldados y cosacos empezaron operaciones de “limpieza” en los distritos de la ciudad. Durante todo el día confiscaron camiones blindados y arrestaron obreros, soldados y marineros sospechosos que no pudieron escapar porque los puentes estaban levantados o estaban bajo una estricta vigilancia.

Regimientos neutrales se ponen bajo las órdenes del Soviet y del Distrito Militar

Petrogrado (5 de julio de 1917).- Los obreros de Putílov estaban ya congregados en la plaza de las afueras del Palacio Táurida, cuando a las 6:00 p.m. del día de ayer se inició la reunión conjunta de los Comités Ejecutivos de los Soviets. Sus representantes ingresaron a presentar sus demandas para que el Soviet tome todo el poder en sus manos.

Cerca de la medianoche, mientras la reunión continuaba, los obreros de Putílov fueron reemplazados por marineros de Kronstadt. Después de manifestar por un corto tiempo, a su vez fueron reemplazados por los Regimientos de Reserva de Infantería 176º y 171º llegados a pie desde Krasnoe Selo, el Tercer Regimiento de Reserva de Infantería de Perterhoof, el Tercer Batallón del Primer Regimiento de Ametralladoras de Oranienbaum y el Primer Regimiento de Reserva de Infantería. Gradualmente, los soldados se fueron retirando a sus barracas. El tronar del fuego de artillería y una súbita lluvia disperso a los últimos manifestantes y sólo quedaron algunos carros armados.

Había un silencio intranquilo en otras partes de la ciudad. Los barcos de la flotilla de Kronstadt permanecían anclados cerca del puente Nikolaevsky mientras la mayoría de marineros (por acuerdo de la Organización Militar Bolchevique) se alojó en varias barracas de la guarnición, la Fortaleza de Pedro y Pablo o la Mansión Kshesinskaya para secarse, comer y descansar. En las avenidas Nevsky y Liteiny, cerca del centro de la ciudad, habían algunas tiendas saqueadas y enfrentamientos entre obreros, soldados y marineros y cosacos. La situación en las calles pronto degeneró en acciones aisladas sin objetivo definido.

En las proximidades del distrito de Vyborg, los soldados del Primer Regimiento de Ametralladoras levantaron barricadas. Cerca de la medianoche los principales puentes del Neva fueron levantados. Esto dividió Petrogrado en mitades, dejando el banco derecho del Neva en manos rebeldes, y restringiendo el movimiento de los obreros y soldados rebeldes hacia el corazón de la ciudad.

Mientras tanto, el debate en el Táurida continuaba. Tsereteli estaba en la plataforma alrededor de la 1:00 a.m., cuando los delegados del Soviet fueron asustados nuevamente por el ruido de soldados que marchaban cada vez más cerca. El menchevique Dan, por fin gritó: “¡Camaradas! ¡Calma! No hay peligro. ¡Regimientos leales a la revolución han llegado para defender al Comité Ejecutivo Central!”. Aliviados, la mayoría se abrazó y empezó a cantar la Marsellesa.

La primera unidad en presentarse al Palacio Táurida fue el Regimiento de Guardias Izmailovsky, seguido poco tiempo después por los Regimientos Preobrazhensky y Semenovsky, todos en ropa de combate y acompañados de bandas de guerra.

Eran unidades que habían abandonado su neutralidad para ponerse bajo las órdenes del Soviet y el Distrito Militar de Petrogrado. Se estima que las causas del súbito cambio en el ánimo de los regimientos previamente neutros fueron las revelaciones del Ministro de Justicia sobre las conexiones de Lenin y Alemania y la noticia de que tropas del Frente estaban en camino a Petrogrado para poner orden. También parecen haber pesado las bajas de los enfrentamientos en los dos días de manifestaciones (estimados en cuatrocientos) y los desmanes de soldados sin ningún control.

Al empezar el día de hoy, el Comité Ejecutivo de Soviet y los oficiales del Distrito Militar de Petrogrado contaban por fin con una fuerza armada sustancial que puede poner orden en la capital, ahora que obreros y soldados se encuentran desmoralizados por no conseguir sus objetivos al presionar por la transferencia del poder a los Soviets.

¡Todo el poder a los Soviets! (Lenin)

Pravda Nº 99 del 5 (18) de julio de 1917.

“Echa a la naturaleza por la puerta y entrará por la ventalla...” Como se ve, los partidos gobernantes eserista y menchevique se ven obligados a “aprender” una y otra vez, por experiencia propia, esta simple verdad. Quisieron ser “demócratas revolucionarios”, se han encontrado en la situación de los demócratas revolucionarios y ahora deben sacar las conclusiones obligatorias para todo demócrata revolucionario.

La democracia es la dominación de la mayoría. Mientras la voluntad de la mayoría seguía sin aclarar, mientras se pudo afirmar -por lo menos con ciertos visos de verosimilitud- que no estaba clara, se dio al pueblo un gobierno de burgueses contrarrevolucionarios bajo el rótulo de gobierno “democrático”. Pero esta dilación no podía ser larga. En los pocos meses transcurridos desde el 27 de febrero, la voluntad de la mayoría de los obreros y los campesinos, de la inmensa mayoría de la población del país, se ha aclarado, y no sólo en forma general. Esta voluntad se ha visto expresada en las organizaciones de masas: en los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos.

¿Cómo es posible, entonces, oponerse a que todo el poder del Estado pase a estos Soviets? ¡Eso no es otra cosa que abjurar de la democracia! Eso significa, ni más ni menos, imponer al pueblo un gobierno que, sin lugar a dudas, no puede surgir ni sostenerse por vía democrática, es decir, por medio de elecciones auténticamente libres, en las que participe de verdad todo el pueblo.

El hecho está ahí, por extraño que parezca a simple vista: ¡los eseristas y los mencheviques han olvidado precisamente esta verdad, simple, evidente y palpable en grado superlativo! Su posición es tan falsa, y les ha enredado y embrollado tanto, que no pueden “atrapar” esta verdad, perdida por ellos. Después de las elecciones en Petrogrado y en Moscú, después de la convocación del Soviet de campesinos de toda Rusia y después del Congreso de los Soviets, las clases y los partidos se han definido con tal claridad, precisión y evidencia en toda Rusia que la gente no puede, en verdad, equivocarse a este respecto, a no ser que se haya vuelto loca o haya caído en una situación premeditadamente embrollada.

Soportar a los ministros demócratasconstitucionalistas o al gobierno demócrataconstitucionalista o la política demócrataconstitucionalista significa lanzar un reto a la democracia y al espíritu democrático. Ahí está el origen de las crisis políticas producidas después del 27 de febrero; ahí está el origen de la inestabilidad y las vacilaciones de nuestro sistema de gobierno. A cada paso, cada día e incluso cada hora, se apela al revolucionarismo del pueblo y a su espíritu democrático en nombre de instituciones estatales y de congresos del mayor prestigio. Pero, al mismo tiempo, la política general del gobierno, especialmente su política exterior y, sobre todo, su política económica, constituyen un abandono del espíritu revolucionario y una trasgresión de la democracia.

Estas cosas no pueden tolerarse.

Las manifestaciones de inestabilidad de semejante situación, por un motivo o por otro, son inevitables. Y empecinarse no es una política muy inteligente. Aunque a empujones y a saltos, los acontecimientos se desarrollan de tal manera que se hará realidad el paso del poder a los Soviets, proclamado hace mucho por nuestro partido.

Gobierno acusa a Lenin de ser agente alemán

Petrogrado (5 de julio de 1917).- Kerensky estaba en el Frente cuando los sucesos de ayer ocurrieron. El gobierno estaba efectivamente cautivo: parte [los ministros socialistas] del Gobierno Provisional, de hecho, estaba bajo arresto en el Palacio Táurida. El Príncipe Lvov, Pereverzev y el resto de ministros, pudieron haber sido arrestados también, sin ningún riesgo si hubieran querido.

En esta desesperada situación, el Ministro de Justicia Pereverzev decidió lanzar parte de la información a su disposición sobre las conexiones que -según el gobierno- Lenin tiene con los alemanes. El objetivo era generar una violenta reacción anti-bolchevique entre las tropas. Ya dos semanas antes, había pedido que se publique esa información pero el gabinete no lo aprobó porque (de acuerdo a un periódico menchevique) “era necesario mostrar cautela en un asunto relativo al líder del Partido Bolchevique”.

Para probar el efecto de la información, Pereverzev llamó a su oficina a los representantes del Regimiento Preobrazhensky. El impacto fue tan profundo que se decidió convocar a la mayor cantidad de regimientos.Después de coordinar con el coronel Nikitin y el general Polovtsev, Pereverzev invitó a su oficina a más de ochenta representantes de unidades militares estacionadas en Petrogrado así como a periodistas de los diarios de la capital. Esto ocurrió a las 5 p.m. cuando los disturbios en el Táurida empezaban a tomar cuerpo y un golpe bolchevique parecía inminante.

Guardándose la mayor y más contundente parte de la información para un futuro proceso, Pereverzev reveló sólo parte de la evidencia a su disposición. Se trata del inconsistente relato del Teniente Ermolensko, que informaba que mientras fue prisionero de guerra de los alemanes, le dijeron que Lenin estaba trabajando para ellos. Pereverzev también reveló cierta información sobre las relaciones financieras de los bolcheviques con Berlín vía Estocolmo.

Enterados los bolcheviques de estas revelaciones, Stalin –miembro del Comité Central bolchevique- pidió al Comité Ejecutivo del Soviet (Ispolkom) que detuviera la difusión de información “calumniosa” acerca de Lenin. Chjeídze y Tsereteli se comprometieron a ello y telefonearon a las oficinas editoriales de los diarios de Petrogrado para requerirles, en nombre del Ispolkom, que no publiquen las revelaciones del gobierno. El Príncipe Lvov hizo lo mismo y también Tereschenko y Nekrásov.

Sin embargo, las revelaciones acerca de Lenin y los alemanes, se difundieron mediante los emisarios de los regimientos a los que Perzeverev había invitado. Estas noticias tuvieron un efecto electrizante en las tropas: a la mayoría de ellos les importaba más este tema de la colaboración con el enemigo que el asunto del gobierno y el Soviet. Ya con anterioridad, las sospechas que levantó el viaje de regreso de Lenin a través de territorio enemigo, lo hizo bastante impopular entre las tropas en aquel momento. Varias unidades militares empezaron a darle la espalda a los bolcheviques.

Las primeras unidades en llegar a Táurida fueron las de Izmailovsky, seguidas por las de Preobrazhensky y Semenovsky. Unidades de cosacos también llegaron. La multitud frente al Táurida se dispersó en todas direcciones, al ver la proximidad de las tropas. A la medianoche, Táurida estaba libre de turbas.

Soviets reafirman su apoyo a lo que queda del Gobierno Provisional

Petrogrado (5 de julio de 1917).- La reunión conjunta de los Comités Ejecutivos de los Soviets que se inició ayer a las 6 de tarde, aprobó a las 5:00 a.m. de hoy una resolución reafirmando su apoyo al actual Gobierno Provisional hasta la realización de una sesión plena del Comité Ejecutivo de los Soviets de Rusia en que se discutirá la formación de un nuevo gobierno.

A continuación los párrafos más importantes de la resolución aprobada:

“Habiendo discutido la crisis creada por la salida de tres ministros kadetes del gobierno, la reunión conjunta de los Comités Ejecutivos... considera que aunque la salida de los kadetes no puede ser tomada como un motivo para privar al gobierno del apoyo de la democracia revolucionaria, al mismo tiempo la democracia tiene razón para reconsiderar su actitud hacia el gobierno...

"En vista de esto, la reunión resuelve convocar una sesión plena del Comité Ejecutivo de Diputados de Obreros, Campesinos y Soldados con representantes locales dentro de dos semanas, para decidir la organización de un nuevo gobierno...

"Al mismo tiempo... la reunión confirma que hasta que en esa fecha el pleno del Comité Ejecutivo tome una decisión, todo el poder debe permanecer en manos del presente gobierno, el que debe actuar de acuerdo con las decisiones del Congreso de Toda Rusia de los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados y el Congreso de Toda Rusia del Soviet de Diputados Campesinos.

Y en el caso de que la democracia revolucionaria reconozca la necesidad de transferir todo el poder a las manos del Soviet, sólo una sesión plena de los Comités Ejecutivos tiene la facultad para decidir esta cuestión”.

CC Bolchevique cancela manifestación

Petrogrado (5 de julio de 1917).- El Comité Central del Partido Bolchevique reunido en horas de la madrugada del día de hoy decidió llamar a los obreros, soldados y marineros a dar por terminadas las manifestaciones callejeras "porque sus objetivos de presentar las consignas de los elementos avanzados de la clase obrera y del ejército han sido logrados". En consecuencia, los soldados y marineros deberán regresar a sus barracas y a sus bases.

viernes, julio 17

Soviets discutieron la crisis de gobierno

Petrogrado (4 de julio de 1917).- A las 6:00 p.m. se inició la reunión conjunta de Comités Ejecutivos de los Soviets para discutir la cuestión del gobierno como resultado de la renuncia de los ministros kadetes.

Poco tiempo después de iniciada la reunión, cerca de 54 delgados de las fábricas de Petrogrado ingresaron al hemiciclo del Soviet y presentaron las demandas de los obreros para la transferencia del poder a los Soviets. La presidencia les concedió el uso de la palabra. A continuación extractos de algunas intervenciones:

Segundo delegado de fábrica: “Ustedes ven lo que está escrito en nuestras pancartas. Tal es la decisión aprobada por los obreros... Demandamos la salida de los diez ministros capitalistas. Confiamos en el Soviet pero no en quienes el Soviet confía. Los ministros socialistas han entrado en acuerdo con los capitalistas pero esos capitalistas son nuestros enemigos mortales. Exigimos que la tierra sea tomada inmediatamente y que el control [obrero] sea establecido de inmediato, e insistimos en la lucha contra el hambre que nos amenaza”.

Cuarto delegado de fábrica: “...Las masas sienten que la situación del país es seria. Lo que ustedes ven no es un motín sino una manifestación plenamente organizada. Exigimos que la tierra pase a manos de los campesinos y que las órdenes contra el ejército revolucionario sean revocadas. Exigimos la adopción de todas las métodos posibles de lucha contra el sabotaje y los lockout de los industriales y capitalistas. Es necesario establecer control sobre la industria. Mientras la política de compromiso con la burguesía continúe, no habrá calma en el país...”.

El líder menchevique y miembro del gobierno, Tseretelli respondió a los obreros en parte de su discurso: “La situación actual de Petrogrado hace imposible tomar decisiones nuevas de cualquier tipo... Si cambiamos el gobierno que fue sancionado por el Congreso [de Soviets] por el exigido por parte de la guarnición y algunos obreros de Petrogrado, el país en su conjunto no lo tomaría como la voluntad de la democracia sino como una concesión a la presión de una minoría. La única salida para la democracia es... reconocer el Gobierno Provisional como está ahora como depositario legal del poder revolucionario y convocar a un Congreso de emergencia para dentro de dos semanas... preferiblemente en Moscú, con el propósito de tomar una decisión final sobre la cuestión del Gobierno Provisional”.

En este punto, la multitud afuera, sintiendo la inutilidad de su posición, se hizo particularmente amenazante. Algunos obreros de Putílov interrumpieron a Tsereteli para decir que a menos que salga de inmediato ellos lo sacarían. Chjeídze explicó que Tsereteli estaba ocupado dando un discurso. Esto contuvo por el momento a los de Putílov, y el debate sobre la cuestión del gobierno continuó.

Uno por uno, el menchevique Theodore Dan, un representante de la intelligentsia campesina, Kondratenko, el líder de los trudoviques L.M. Bramson, el eserista Sako Saakian y N.V. Chaikovsky del Partido Socialista del Pueblo, hablaron a favor de la propuesta de Gots. Sus discursos fueron confrontados por Zinoviev y Lunacharsky. Tsereteli respondió a los argumentos de aquellos que demandaban la transferencia del poder al Soviet diciendo que el ánimo de las provincias era completamente diferente al de Petrogrado.

Steklov, Mártov, Grinevich, B.D. Kamkov y Spiridinova, entre otros, de la oposición de izquierda hablaron contra la posición de Tsereteli. Steklov, socialdemócrata sin partido asociado al periódico Novaya Zhizn de Gorky, declaró que Tsereteli estaba equivocado en posponer la discusión sobre la cuestión del gobierno. “Noventa por ciento de la población saludaría a un ministro socialista con entusiasmo quizá más grande que el demostrado al derrocarse a los Romanov”.

Mártov rompió con la mayoría socialista en la cuestión del gobierno. Como Steklov, rechazó la posibilidad de posponer la decisión por dos semanas, sosteniendo que esto podía ser fatal y que la historia demandaba que el Soviet tome el poder en sus propias manos. “Ha sido dicho aquí que los manifestantes son una minoría del país. Pero es una minoría muy activa. Nos apoya mientras la mayoría es pasiva”. Rechazando la idea de convocar un congreso en Moscú, Mártov enfatizó la necesidad de formar un gobierno socialista “capaz de llevar la revolución hacia delante”.

Mucha gente que estaba de acuerdo con Tsereteli en la cuestión de continuar apoyando al Gobierno Provisional consideró inoportuna la idea de cambiar la sede de las deliberaciones del Soviet a Moscú.

Por su parte, B.D. Kamkov y Maria Spiridinova, ambos eseristas de izquierda, también hablaron a favor de la transferencia inmediata del todo el poder a los Soviets, mientras en las galerías representantes de obreros y soldados esperaban y miraban.

Finalmente, se presentaron tres resoluciones: una de Gots declarando su apoyo al Gobierno Provisional existente hasta la convocatoria de un pleno del Comité Ejecutivo pero dejando la puerta abierta a una posible transferencia del poder a los Soviets; una segunda de Mártov llamando por un nuevo Gobierno Provisional en el que al menos la mayoría estaría conformada por representantes del Soviet, y una tercera de Lunacharsky condenando al Gobierno Provisional y llamando a la transferencia del poder directamente a manos de los Soviets.

Francotiradores apostados en edificios dispararon contra los manifestantes

Petrogrado (4 de julio de 1917).- Una de los más serios enfrentamientos de hoy ocurrió alrededor de las 3 p.m., cuando los elementos a la cabeza de la procesión de Kronstadt estaban no muy lejos del Palacio Táurida.

En ese momento, el grueso de marineros estaba colmando las avenidas Nevsky y Liteiny, a lo largo de las cuales las ventanas de edificios y tiendas estaban decoradas con banderas de apoyo al Gobierno Provisional y a la ofensiva rusa. Al ver aparecer a los marineros, las ventanas se abrieron de par en par y todas las familias pudientes salieron a los balcones de sus lujosos departamentos para ver a la multitud.

De repente se escucharon disparos y las columnas de manifestantes entraron en pánico, agravado por la estrechez de las calles. Algunos marineros empezaron a disparar en todas direcciones mientras otros se echaban al suelo y se arrastraban para cubrirse. Hubo muchas bajas, ocasionadas principalmente por la confusión de la muchedumbre que se atropellaba entre sí.

Una vez que el fuego cesó, los edificios de donde provinieron los tiros fueron acordonados y poco después un carro armado de la Organización Militar se abrió paso y disparó ráfagas hacia esos edificios. Se envió marineros para revisar departamento por departamento. En esa búsqueda encontraron ametralladoras, rifles y una cantidad considerable de municiones; varios sospechosos fueron detenidos y algunos fueron linchados.

Las columnas se rehicieron, aunque poco ordenadas, y llegaron al Palacio Táurida, donde fueron saludados con entusiasmo por el Primer Regimiento de Ametralladoras.

Flota del Báltico rechaza órdenes del Soviet y el Gobierno para enviar destructores

Petrogrado (4 de julio de 1917).- A las 7:15 p.m. de hoy, el Ministerio de Marina, con la autorización del Comité Ejecutivo del Soviet, solicitó a D.N. Verderevsky, comandante de la Flota del Báltico, el inmediato envió al Neva de cuatro destructores, como demostración de fuerza y para ser usado en caso necesario contra las unidades rebeldes de Kronstadt. Pero quince minutos después, temerosos de que la influencia bolchevique en la Flota del Báltico pueda ser contraproducente, se telegrafió a Verderevsky ordenándole que “todo barco que intente partir hacia Kronstadt sin órdenes específicas deberá ser hundido por la flota submarina”.

El Comité Central de la Flota del Báltico (Tsentrobalt), de fuerte presencia bolchevique, interceptó los mensajes cifrados enviados por el Ministerio de Marina y forzó al comandante de la Flota, Verderevsky, a rechazar las órdenes enviadas por el gobierno: “No puedo cumplir vuestras órdenes. Si insisten, por favor indíquenme a quién debo entregar el comando de la flota”. “De acuerdo a los procedimientos aceptados, yo soy personalmente responsable sólo de las actividades operativas. El envío de destructores al Neva es un acto político... [el que] sólo puede tomarse de acuerdo con el Comité Central [Tsentrobalt]... El pedido de envío de destructores al Neva provocaría una división en la flota y debilitaría su fuerza de combate... Debido a esto, el Comité Central está contra tal acción, una posición con la que estoy de acuerdo”.

Liderazgo de Kronstadt demostró notable indecisión

Petrogrado (4 de julio de 1917).- Desde que resolvieron participar en la manifestación armada, los marineros de Kronstadt tenían en mente el derrocamiento del Gobierno Provisional. Lo único que pedían de sus líderes era la dirección para hacerlo.

Cuando llegaron al Palacio Táurida, todos estaban tan inquietos que en cualquier momento pudieron haber irrumpido y tomado el palacio. Pero no había unanimidad entre sus líderes.

Los eseristas de izquierda y los sin partido veían el movimiento únicamente como un medio para aplicar presión sobre el Soviet para que tome el poder, y estaban dispuestos a empacar e ir a casa si esa presión no daba resultado.

Los anarco-sindicalistas y los anarquista-comunistas, muy influyentes en Kronstadt, consideraban a las manifestaciones armadas como el inicio de la insurrección que debería culminar en la total destrucción del gobierno. Sin embargo, carecían de los planes y la organización para hacerlo. Al iniciarse la jornada uno de los líderes manifestaba, sometiéndose a la suerte: "La calle nos organizará".

Los usualmente efectivos y seguros bolcheviques se mostraban indecisos entre las dos posiciones anteriores. Eran tan fervientes como los anarquistas en relación con derrocar al Gobierno Provisional, y ayudaron a promover la idea de que ese era el propósito del movimiento. La mayoría del comité encargado de dirigir la manifestación de Kronstadt era bolchevique, pero estaban limitados por la disciplina y la posición no definida del Comité Central del Partido.

En tales condiciones, los marineros de Kronstadt carecieron de un liderazgo efectivo y fueron más una turba que un ejército. Si los bolcheviques querían tomar el poder, los marineros de Kronstadt hubieran sido su arma más importante.

Turba de marineros tuvo cautivo a Ministro Chernov

Petrogrado (4 de julio de 1917).- Alrededor de las 5 p.m. se inició una lluvia torrencial bajo el cielo nublado de la capital. La mayoría corrió a cubrirse para luego no regresar. Pero elementos extremistas permanecieron en su lugar pese a que estaban completamente empapados por la lluvia. Luego perdieron su auto control y empezaron a disparar furiosamente contra el Palacio Táurida. Esto provocó que el resto de la multitud gritara y se dispersara en estampida aplastando a docenas de personas.

Algunos marineros empezaron a acercarse al Palacio, saltando hacia las ventanas. Desde allí llamaron a los ministros socialistas a que salgan y expliquen por qué estaban reacios a tomar el poder. El Ministro de Agricultura Chernov, eserista, fue enviado a calmar a la multitud. Pero tan pronto apareció en las escaleras, los marineros gritaron encolerizados. La muchedumbre se adelantó y lo capturó. Un obrero levantó su puño y le gritó con furia: “Tomen el poder cuando se les entrega, hijos de ...” Varios hombres armados pusieron al líder eserista en un carro, declarándolo bajo arresto, y diciendo que no lo soltarían hasta que tomen el poder...

Un grupo de obreros irrumpió en la sala Catherina e interrumpió la sesión anunciando que la turba había arrestado a Chernov. Chjeídze propuso que Kámenev, Mártov y Trotsky fueran a negociar con los amotinados y rescatar al ministro. Trotsky fue el primero en llegar. Abriéndose paso entre la multitud y fue directo hacia el carro, donde el aterrado Chernov estaba sentado, y se subió sobre el capó.

Los de Kronstadt conocían la figura de Trotsky y esperaron sus palabras. Raskolnikov, el líder de Kronstadt, que apoyaba a Trotsky, preguntó a los captores de Chernov a dónde lo iban a llevar. “No sabemos. Donde usted quiera, camarada Raskolnikov. Él está a su disposición”. Pero Trotsky pidió que lo liberaran.

“Camaradas de Kronstadt, orgullo y gloria de la revolución”, empezó con su voz metálica, “ustedes han venido a expresar su voluntad y mostrar al Soviet que la clase obrera no quiere ver más a la burguesía en el poder. Pero ¿por qué dañar su propia causa con pequeños actos de violencia contra individuos casuales? Los individuos no valen su atención”.

Los marineros gritaron encolerizados a Trotsky: no podían comprender por qué Chernov tenía que ser liberado si el objetivo de su misión era derrocar al gobierno. Pero no sabiendo qué hacer concedieron en liberar al ministro. “Ciudadano Chernov, usted es libre”, declaró Trotsky abriendo la puerta del carro. Chernov estaba totalmente pálido y simplemente no entendía qué estaba pasando con él.

Obreros, soldados y marineros armados toman calles de Petrogrado

Petrogrado (4 de julio de 1917).- El día empezó con un inusual silencio en la ciudad. Los comercios estaban cerrados y las calles desiertas. A media mañana, el centro de la ciudad estaba una vez más tomada por las multitudes de obreros y soldados. Una flotilla de la base naval de Kronstadt estaba amarrando cerca del puente Nikolaevsky, donde desembarcaron 20,000 marineros armados hasta los dientes con rifles y revólveres, con su propio equipo médico y bandas de guerra. Muchos consideraban que esta era sin duda alguna el arma principal de los bolcheviques si es que planeaban tomar el poder. Los marineros estaban con ganas de luchar contra el Gobierno Provisional, estaban listos para “en cualquier momento convertir la manifestación en un levantamiento armado”.

Los marineros de Kronstadt se dirigieron al cuartel general de los bolcheviques. Guiados por sus bandas que tocaban la Internacional, llegaron y se concentraron frente al balcón de la mansión Kshesinskaya esperando órdenes de Lenin. En este punto, habría sido suficiente para él darles la orden y los marineros habrían marchado de inmediato al Táurida, arrestado a los líderes del Soviet, rodeado el gabinete ministerial y proclamado el poder Soviético. Pero Lenin dio un discurso ambiguo de sólo unos minutos en el que expresaba su confianza en la futuro poder soviético, pero no dio ninguna orden. Ni siquiera dejó claro si quería que la multitud continuara la manifestación.

Un poco confundidos, los de Kronstadt marcharon hacia el Palacio Táurida. En la avenida Nevsky se unieron a otra amplia multitud de obreros de la planta Putílov, quizás unos 20,000. Ciudadanos de clase media que caminaban por las calles, miraban con horror las masivas filas grises. De repente cuando las columnas entraron a Liteiny, cosacos y cadetes dispararon desde los techos y las ventanas de los edificios, causando que los manifestantes se dispersaran presas del pánico. Algunos respondieron el fuego, disparando en todas direcciones, sin objetivo, dado que no sabían dónde estaban ocultos los francotiradores. Docenas de sus camaradas fueron muertos o heridos por balas perdidas. El resto abandonó sus rifles y banderas y empezó a romper puertas y ventanas de las casas. Cuando los tiros pararon, los líderes trataron de restablecer el orden rearmando filas y columnas y marchando al ritmo de la banda militar. Eran las 4 p.m. y en las calles ya quedaban muertos, caballos, armas.

Con 50,000 hombres armados y disgustados, rodeando el Palacio Táurida, no había nada que pudiera detener un golpe de Estado bolchevique. Sólo habían dieciocho soldados del Regimiento Pavlovsky protegiendo el palacio. A los líderes del Soviet que debatían la cuestión del poder dentro del palacio, les parecía bastante obvio que iban a ser asaltados. “En cualquier momento las turbas armadas podían irrumpir en el Palacio Táurida y arrestarnos y fusilarnos si rehusábamos a tomar el poder en nuestras manos". El Gobierno Provisional, o lo que quedaba de él, estaba igualmente indefenso. Durante la mañana, el gabinete de ministros se había refugiado en el edificio del Estado Mayor General al lado opuesto del Palacio de Invierno. Aparte de las pocas docenas de cosacos, no había fuerzas disponibles para defenderlos. Kerensky había enrumbado hacia el Frente sólo unos minutos antes de que sus perseguidores llegaran a la Estación Varsovia. El Palacio Marinsky, la sede del gobierno, estaba libre para ser tomado.

Pero no llegó ninguna orden y la multitud al frente del Palacio Táurida, no muy segura de a dónde debería ir, pronto perdió toda su organización. El providencial clima también contribuyó al colapso del levantamiento, una lluvia torrencial cayó sobre la ciudad. Desde ese momento, la manifestación terminó de hecho.

“La decisión de la democracia revolucionaria no puede ser dictada por las bayonetas”, declaró Tsereteli. El Soviet había resuelto no tomar el poder y la muchedumbre no podía hacer mucho para obligarlos. No sabía cómo forzar a los líderes del Soviet a cambiar de idea. Si los líderes del Soviet eran reacios a tomar el poder, ¿cómo podían dar “todo el poder a los Soviets”?

Cuando la noche cayó, la multitud se dispersó. La mayoría se fue a casa. Los de Kronstadt deambularon por la ciudad, no sabiendo a dónde ir. Durante la noche, los últimos restos del fallido levantamiento llevaron su furia a actos de saqueo y violencia contra los sectores acomodados. En un último desesperado acto de desafío, 2,000 marineros de Kronstadt tomaron la Fortaleza de Pedro y Pablo. Pero no sabían qué hacer con la fortaleza tomada: sólo era un símbolo del viejo régimen.

Bolcheviques tomaron sitios claves de la ciudad

Petrogrado (4 de julio de 1917).- No toda la acción ocurrió en Táurida. Mientras las muchedumbres convergían en la sede del Soviet, pequeños destacamentos armados dirigidos por la Organización Militar Bolchevique ocuparon puntos estratégicos.

Las perspectivas bolcheviques mejoraron cuando la guarnición de la Fortaleza de Pedro y Pablo, 8,000 hombres, se unieron a ellos. Unidades motorizadas bolcheviques tomaron las plantas de varios periódicos anti-bolcheviques; los anarquistas tomaron el más notable de ellos, Novoe Vremia. Otros destacamentos hicieron guardia en las estaciones de ferrocarril Finlandia y Nicolás y pusieron ametralladoras en la avenida Nevsky y calles aledañas que tuvieron el efecto de cortar la conexión vial entre el Distrito Militar de Petrogrado del Palacio Táurida. Una unidad armada atacó la sede del servicio de contrainteligencia donde se guardaban los materiales sobre la relación de Lenin con los alemanes. No encontraron resistencia.

Los bolcheviques habían arreglado que una delegación de representantes de 54 fábricas se presentaran en el Palacio Táurida con una petición, exigiendo que el Soviet asuma el poder. Esos hombres forzaron su paso a la sala ocupada por el Ispolkom. Ahí se les permitió hablar. Mártov y Spiridinova apoyaron su demanda: Mártov declaró que tal era la voluntad de la historia. Parecía que los amotinados inundarían físicamente y tomarían la sede del Soviet.

De hecho, Petrogrado estaba en manos bolcheviques. El escenario para una toma formal del poder estaba listo. El Soviet no tenía defensa: su protección era de dieciocho guardias. Pero los bolcheviques no dieron el golpe de gracia. Es imposible decir si fue debido a una pobre organización, indecisión o ambos.

Soviet y Gobierno desesperados en busca de apoyo militar

Petrogrado (4 de julio de 1917).- El Comité Ejecutivo del Soviet tuvo resultados negativos en sus esfuerzos por enlistar destacamentos de la guarnición para la defensa del Palacio Táurida. Con dificultad lograron mantener una pequeña guardia en la parte externa del palacio y enviar algunas patrullas que los mantuvieran informados del desarrollo de los acontecimientos en los distritos cercanos.

Desde ayer, el Soviet envió requerimientos de tropas a los Regimientos de Guardias Preobrazhensky, Semenovsky e Izmailovsky, entre otros. Todos respondieron con declaraciones de neutralidad.

Por su parte, la posición del Gobierno Provisional era peor. Aunque algunos regimientos y fábricas acataron la prohibición a las manifestaciones aprobada por el Comité Ejecutivo del Soviet, casi todos pasaron resoluciones demandando la transferencia del poder a los Soviets. La neutralidad de los regimientos era en relación al Soviet y los bolcheviques, pero no en relación al Gobierno Provisional que se consideraba desintegrado, por lo que el interés se centraba en torno al gobierno que lo reemplazaría. Los ministros no socialistas del gabinete se encontraban protegidos en el cuartel del Estado Mayor General y ninguno de ellos tenía poder de acción como para influir en el curso de los eventos.

En la noche de ayer y la mañana de hoy, el Distrito Militar de Petrogrado intentó, sin éxito, atraer Regimientos que no se plegaron a la manifestación para que entren en acción contra los manifestantes. Las tropas al mando del general Polovtsev eran unos pocos destacamentos de cosacos que patrullaban la ciudad y algunos heridos de guerra que fueron puestos a guardar el Palacio de Invierno y el cuartel del Estado Mayor General. Se esperaban pocos refuerzos de los suburbios pero no arribaron sino hasta la noche.

Mientras el Soviet y el Distrito Militar de Petrogrado negociaban con los regimientos, el gobierno y el Soviet entraron en contacto con el Quinto Ejército del Frente del Norte. Ayer en la noche, el presidente del Comité y el comandante del Quinto Regimiento empezaron a organizar a una poderosa fuerza para ser despachada a Petrogrado en cuanto el Soviet lo requiriera. En la mañana de de hoy, el comisario del Frente del Norte se sumó a los preparativos. Se estima que las tropas llegarán a Petrogrado a más tardar dentro de dos días (6 de julio).

Kronstadt desembarca en Petrogrado y se une a la manifestación


Kronstadt, Petrogrado (4 de julio de 1917).- Unos 10-12 mil hombres, lo mejor de Kronstadt, todos armados con rifles, abordaron sus naves a las 6:30 a.m., acompañados por obreros armados y un equipo médico encabezado por el bolchevique Dr. Victor Deshevoi. Iban encabezados por la comisión elegida para dirigir la manifestación compuesta por siete bolcheviques (Raskolnikov, Roshal, Stepan Grediushko, Afanasy Remnev, Mijaíl Martynov, Andrei Samoukov y Alexei Pavlov) y dos eseristas (Piotr Beliaevsky y Georgy Pupuridi).

Ya embarcados, el eserista Beliaevsky recibió una orden urgente de su Comité Central “prohibiendo categóricamente la manifestación”. Fue imposible que pudiera hacer algo para evitar la acción en marcha dado que los marineros ya estaban en camino a Petrogrado. Por su parte, el delegado del Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado, el eserista Mijaíl Evstingeev, fue ignorado cuando dio alcance a la flota para anunciarles que por órdenes del Soviet deberían regresar a su base.

Los marineros desembarcaron cerca del puente Nicolaevsky a las 11 a.m. donde fueron saludados por una marcha de obreros de las fábricas de la isla Vasiliev que estaban en camino al Palacio Táurida.

Dos delegados del Comité Ejecutivo Central del Soviet que los esperaban con mensajes de moderación, también fueron ignorados.

Con Raskolnikov y Roshal a cargo de la fuerza expedicionaria y con Liubovich y Flerovsky esperándolos a su arribo, los marineros se dirigieron al cuartel general bolchevique en la mansión Kshesinskaya, de acuerdo a instrucciones de la Organización Militar Bolchevique. En Kshesinskaya fueron arengados por el bolchevique Yákov Sverdlov y el internacionalista Anatoly Lunacharsky. Sin embargo, las masas pedían que saliera Lenin que finalmente dio un breve y cauto discurso, saludando a los marineros de Kronstadt, “el orgullo y la gloria de la revolución rusa” y aconsejándoles “tenacidad, firmeza y vigilancia”.

La marcha de los marineros de Kronstadt siguió su camino esta vez encabezada por una gran banderola del Comité Central Bolchevique. A las 3 p.m se produjo un incidente violento cuando desde los altos de un edificio dispararon a la muchedumbre, hiriendo y matando a algunos cuantos y sembrando el pánico entre los manifestantes. Hubo tiroteos de respuesta, pero luego la marcha se reanudó. Al llegar al Palacio Táurida fueron recibidos con vítores por el Primer Regimiento de Ametralladoras.

Mientras los líderes de la comisión de organización ingresaron al Palacio a presentar la petición de Kronstadt, el eserista Chernov, Ministro de Agricultura, salió hacia la multitud y provocó un desorden cuando intentó justificar las políticas de la coalición. Un obrero airado le gritó: “Tomen el poder cuando se les da, hijos...” Algunos extremistas agarraron a Chernov y lo empujaron hacia un carro, y de no haber sido por la intervención de Raskolnikov y Trotsky que salió de la reunión del Soviet, pudo haber sido linchado.

Raskolnikov relata este último evento así:

"Trotsky saltó sobre el capó del carro y, con su mano pidió silencio. El griterío se calmó y hubo silencio. Con su poderosa y áspera voz, sopesando cada palabra y enunciando cada sílaba, dijo algo como esto: “¡Camaradas de Kronstadt, orgullo y gloria de la revolución rusa! ¡No puedo creer ni por un momento que el arresto del ministro socialista Chernov fuera una decisión deliberada! Estoy convencido que no hay una sola persona aquí que quiera su arresto y levante su mano para desgracia, por este futil y no autorizado acto, de la manifestación de hoy, nuestro día festivo, nuestra solemne revisión de fuerzas revolucionarias. ¡El que esté por la violencia que levante su mano!”. Aquí el camarada Trotsky se detuvo y miró a la multitud como si arrojara un guante a sus oponentes. Habiendo escuchado su discurso con gran atención, la multitud quedó en silencio; no ni un susurro de desaprobación. “¡Camarada Chernov, usted es libre!”, dijo Trotsky triunfalmente, y con el movimiento de su mano lo invitó a salir del carro. Chernov estaba más muerto que vivo. Lo ayudé a salir. Luciendo pálido y confundido, con paso vacilante, subió las escaleras y desapareció en el vestíbulo".

Aparente calma antes de la manifestación

Petrogrado (4 de julio de 1917).- El día tuvo un inicio bastante tranquilo, pero a media mañana la ciudad nuevamente empezó a ser tomada por obreros y soldados. En la zona comercial, camiones armados y carros artillados iniciaron el patrullaje de las calles. La mayoría de bancos y comercios abrieron al público pero pronto tuvieron que cerrar cuando se hizo aparente que las manifestaciones continuarían. La vida industrial de la ciudad se detuvo, la mayoría de los obreros eligieron a unirse a las marchas callejeras o irse a casa. A las 10 a.m., los autos particulares dejaron de circular. Sólo los hospitales, ya sobrecargados con heridos del día de ayer, estaban ocupados preparándose para un nuevo flujo de heridos.

En la mansión Kshesinskaya, el estado mayor operativo de la Organización Militar Bolchevique trabajó toda la noche elaborando los planes e instrucciones de la manifestación. En la mañana, un flujo continuo de representantes de las fábricas y de la guarnición arribó para recibir instrucciones. El punto focal de la manifestación era nuevamente el Palacio Táurida. Se eligieron delegados de cada fábrica y unidad militar para que presenten ante el Comité Ejecutivo del Soviet la demanda de transferir “todo el poder a los Soviets”.

Mientras eso pasaba en Kshesinskaya, los agitadores bolcheviques competían con representantes mencheviques y eseristas del Soviet en fábricas y barracas, por toda la ciudad, por el apoyo de obreros y soldados.

La respuesta a la convocatoria bolchevique fue mixta. El espíritu predominante en las fábricas era aún rebelde. Se tenía asegurada la participación, entre otros, del 176º y 171º Regimientos de Reserva de Infantería de Krasnoe Selo, del Tercer Regimiento de Reserva de Infantería de Peterhof, del Tercer Batallón del Primer Regimiento de Ametralladoras de Oranienbaum y de los marineros de Kronstadt. Pero los informes acerca de la situación exacta de la guarnición de Petrogrado no eran tan alentadores. Aparentemente, los excesos, el derramamiento de sangre y las frustraciones de la noche anterior habían tenido un efecto negativo. Algunas unidades que salieron el día anterior tenían reservas de salir nuevamente. Más aún, aquellos regimientos de la guarnición que no habían respondido a los llamados del Primer Regimiento de Ametralladoras del día 3, permanecieron firmes en su falta de voluntad para participar.

Ya en la mañana de hoy había signos definitivos de que el movimiento estaba en su máxima expresión. Todos decían que un enorme número de obreros, marineros y soldados estaban listos para seguir a los bolcheviques. Por otro lado, la disposición para apoyar al Soviet y al Gobierno Provisional era virtualmente inexistente.

Proclama del Partido Bolchevique



Petrogrado, 4 (17) de julio de 1917

¡Hermanos obreros y soldados de Petrogrado!

El gobierno de coalición ha colapsado, cayó en pedazos porque fue incapaz de llevar a cabo las tareas para las que fue creado. La revolución está frente a los más grandes y difíciles problemas. Se necesita un nuevo poder que, unido con el proletariado revolucionario, al ejército revolucionario y al campesinado revolucionario, decididamente tomará la tarea de consolidar y ampliar las victorias ya ganadas por el pueblo. Este poder sólo puede ser el poder de los Soviets de Diputados de Obreros, Soldados y Campesinos.

Ayer la guarnición y los obreros revolucionarios de Petrogrado salieron en manifestación y proclamaron esta consigna: ¡Todo el poder a los Soviets! Nosotros llamamos a que este movimiento que surgió en los regimientos y en las fábricas se transforme en una expresión pacífica y organizada de la voluntad de los obreros, soldados y campesinos de Petrogrado.

por el POSDR (bolchevique):

Comité Central
Comité de Petersburgo
Organización Militar

(Fragmento de la proclama escrita por Stalin)


Kadetes se van del Gobierno Provisional

Petrogrado (4 de julio de 1917).- Cuatro ministros kadetes (demócrata-constitucionalistas) renunciaron al Gobierno Provisional: A.I. Shingarev (Ministro de Finanzas), A.A. Manuilov (Ministro de Educación), V.A. Stepanov (Ministro en funciones de Comercio e Industria) y D.I. Shajovsky (Ministro de Bienestar), a instancias del Comité Central de su partido.

El Ministro de Transportes N.V. Nekrásov, también kadete, por el contrario, renunció a su partido y permaneció en el gabinete.

El ex ministro Pável Miliukov, líder del Partido Kadete reconoció que las discrepancias sobre el caso de Ucrania no eran la causa fundamental de las renuncias de los ministros kadetes. Eran la última de una serie de desacuerdos relativos a las políticas del gobierno de coalición en la que los kadetes habían quedado en minoría, lo que imposibilitó una mayor colaboración con los partidos socialistas.

Después de la renuncia de los kadetes, el gabinete queda compuesto por seis ministros socialistas y cinco ministros capitalistas. Estas renuncias dejan desorganizado al gobierno y muy vulnerable en una situación en que los vientos de insurrección soplan en Petrogrado.

Kronstadt decide ir Petrogrado en apoyo de Regimiento de Ametralladores

Fue a Kronstadt, como a su aliado natural, al que el Primer Regimiento de Ametralladoras recurrió el 3 de Julio, cuando decidió salir en manifestación y forzar al Comité Ejecutivo Central de los Soviets a asumir el poder. Después de todo, ¿no salió el regimiento [de ametralladoras] en manifestación el 28 de mayo, totalmente armado, en apoyo de Kronstadt y en desafío al Gobierno Provisional? ¿Era mucho pedir ahora reciprocidad?

En la tarde del 3 de julio, mientras el Comité Ejecutivo de Kronstadt estaba ocupado... interrumpió su sesión para convocar a los tres emisarios del Primer Regimiento de Ametralladoras que habían llegado a Kronstadt y habían empezado a agitar entre las tropas de la guarnición, llamándolos a Petrogrado en su apoyo. Dos miembros de la Organización Militar Bolchevique, I.F. Kazakov y P. Koshelev, y el anarco-comunista Pavel Pavlov, los tres emisarios, se presentaron formalmente y apelaron inmediatamente por apoyo armado para los ametralladores y la guarnición de Petrogrado que, ellos decían, habían salido a las calles exigiendo “Todo el poder a los Soviets”. Prokovsky, presidente del Soviet de Kronstadt, les dijo que esto era imposible a menos que esté respaldado por “directivas” del Comité Ejecutivo de Toda Rusia de los Soviets (elegido en junio por el Primer Congreso de Soviets). Entonces, los emisarios lo acusaron de apoyar a la burguesía y declararon que no harían caso al Comité Ejecutivo de Kronstadt sino que apelarían directamente a las masas. Saliendo antes de que pudieran ser arrestados, fueron directamente a la escuela de infantería donde el anarco-sindicalista Yarchuk estaba terminando una conferencia sobre la guerra y la paz. “¡La sangre está corriendo en Petrogrado!”, gritaron, interrumpiendo sus palabras finales y arengaron a la audiencia. “¡Han tomado las calles allí!” Y ustedes, los de Kronstadt, todos buenos revolucionarios, se sientan y escuchan conferencias”.

El llamado de atención tuvo efecto, y en medio de gritos y llamados a la acción, la siempre emotiva multitud fluyó hacia la Plaza del Ancla mientras, a sugerencia de Yarchuk, una delegación se dirigió al Comité Ejecutivo en el edificio de la Asamblea Naval para pedir todo el apoyo para el Regimiento de Ametralladores. En ese momento, entre las 7 y 8 p.m., el Comité Ejecutivo ya había recibido las noticias de la crisis del gabinete precipitada por la salida de los ministros kadetes en protesta por las concesiones a la autonomía de la Rada Ucraniana otorgadas por Kerensky, Tsereteli y el Ministro de Asuntos Exteriores Tereschenko. El Comité también confirmó que los ametralladores habían salido a las calles. Entonces, Raskolnikov [bolchevique], Roshal [también bolchevique}, Yarchuk y Brushvit fueron enviados a la Plaza del Ancla para informar las últimas noticias y calmar y contener a las multitudes. Raskolnikov, circunspecto como siempre, se las había arreglado para telefonear a Kámenev e informarle sobre la “alarmante” excitación de las masas que los ametralladores habían provocado. Kámenev le dijo que los líderes bolcheviques estaban urgiendo a los ametralladores “a regresar a sus barracas de una forma disciplinada” y que en Kronstadt deberían usar toda su “autoridad moral” para evitar que las masas salgan.

Llegando a la Plaza del Ancla, encontraron a los ametralladores arengando a la multitud: ellos, junto a otros regimientos, habían salido a derrocar al Gobierno Provisional y a transferir todo el poder a los Soviets. “¡Hemos resuelto pavimentar las calles con nuestros huesos pero para lograr nuestro objetivo!”. Peor aún, activistas bolcheviques [de Kronstadt] como Iosif Gurvich (Venik), Ensign Afanasii Remnev y el marinero Fiodor Gromov los apoyaban con entusiasmo. Gromov incluso exhortaba a la multitud: “¡Camaradas! ¡Hemos sido engañados durante mucho tiempo! ¡Vayamos a las barracas, tomemos nuestras armas y embarquémonos hacia Petrogrado antes de que seamos tomados por traidores y expurgados de la lista de unidades revolucionarias!” Cuando Brushvit pidió cautela y advirtió contra acciones precipitadas “para no derramar sangre en vano”, fue abucheado. Roshal, también, parece haber llamado inicialmente por mesura, pero al final bastante “inesperadamente”, de acuerdo a un observador, en lugar de gritar “retrocedan”, “él gritó “adelante’ “ Advertido por Raskolnikov: ¿Y si el Partido decide no salir a las calles?”, él informó haber respondido: “¡Olvídate, los obligaremos desde aquí!”, siempre hablando en ese misma vena mientras hablaba a la multitud. Sin embargo, mientras que la reunión votó solemnemente salir a las calles, también resolvieron que cada uno regrese a su unidad, para estar listos a las órdenes del Comité Ejecutivo.

Con la turbulenta Plaza del Ancla calmada y la situación bajo control, Raskolnikov y sus camaradas de partido asumieron la iniciativa y regresaron a la Asamblea Naval donde dominaron la reunión del Comité Ejecutivo. Aunque Raskolnikov sólo era vicepresidente del Soviet y no era miembro del Comité Ejecutivo, asunió rápidamente el liderazgo durante la crisis de julio y fue el que tomó las decisiones vitales que llevaron Kronstadt a Petrogrado. Anatoly Lamanov, que como presidente del Comité Ejecutivo era el número uno en Kronstadt y podía haberlo desautorizado, fue tomado desprevenido y demostró no estar a la par de bolcheviques experimentados como Raskolnikov y Roshal, Liubovich y Flerovsky, Bregman y Deshevoi.

Lamanov ya había demostrado mucha debilidad durante una crisis similar cuando el 26 de mayo había prestado su buen nombre y firma a un notorio cable de Kronstadt. Su posición había sido constantemente erosionada, tanto que a fines de junio había asumido la tarea de acomodar su actitud a la de la Duma de la ciudad, y la cuestión de su renuncia había sido planteada.

Lamanov fue ciertamente tomado con la guardia baja el 3 de julio, cuando, según admite, sólo supo de la crisis política por casualidad al encontrarse con Raskolnikov y Roshal en camino a la Plaza del Ancla, mientras hacia su caminata nocturna. Cierto que inmediatamente fue a la Asamblea Naval pero ahí, durante una crucial reunión nocturna de un sector del Comité Ejecutivo –aparentemente la mayoría de sus miembros mencheviques, socialista-revolucionarios y sin partido estaban fuera–, los líderes bolcheviques astutamente lo complementaron con treinta representantes no verificados de las unidades armadas. Lamonov falló en no insistir en una reunión plena, y permaneció mientras la intervención de Kronstadt en Petrogrado era decidida. El no fue totalmente aquiescente: junto a sus camaradas sin partido, Stepan Bogomolov y Grigory Kapitonov, demandó que se convoque a una reunión extraordinaria del Soviet, pero luego permitió ser derrotado por un órgano que, como él mismo decía, no tenía base formal. Todo lo que hizo fue rehusarse a presidir la reunión y dejó que la presidencia de la reunión cayera en manos de su vicepresidente el bolchevique Lazar Bregman, quien permitió que sus camaradas Raskolnikov y Roshal, Victori Deshevoi y Afanasy Remnev, que estaban presentes, y Flerovsky y Liubovich que estaban en Petrogrado como delegados de enlace de Kronstadt en el Soviet de Petrogrado, asumieran el liderazgo de los eventos.

Raskolnikov ciertamente aprovechó la ocasión. Participando en toda la reunión, que duró hasta las 3 a.m., él consiguió que se organice bajo los auspicios del Soviet, la movilización, equipamiento y transportación de una expedición armada de Kronstadt a Petrogrado, poniéndola bajo el control del Comité Central y la Organización Militar Bolcheviques para que sirva a los objetivos bolcheviques. Estos [objetivos] parecen haber tenido un rango que va desde un masivo “show de bayonetas”, como Raskolnikov lo llamó en el Soviet de Kronstadt el 7 de julio (cuando Lamanov le preguntó: “¿Entonces para qué eran las balas?”), hasta la transformación de “la manifestación armada en una insurrección armada”, como lo admitió en 1925, añadiendo: “Habríamos sido malos revolucionarios de no haber pensado en nuestro objetivo: el derrocamiento del Gobierno Provisional”.
...
Si bien puede ser verdad que después de su conversación telefónica con Kámenev después de las 7 p.m., Raskolnikov trató de contener a la multitud en la Plaza del Ancla, al regresar a la Asamblea Naval y en la reunión de la noche de un sector del Comité Ejecutivo sin embargo, puso todo su empeño para forzar una decisión a favor de una manifestasción armada. Fue él quien leyó el cable que Bregman había recibido de Ivan Flerovsky en Petrogrado informando que la sección de obreros del Soviet de Petrogrado “en vista de la crisis gubernamental”, es decir, la renuncia de los ministros kadetes, había resuelto exigir la transferencia del poder al Congreso de Toda Rusia de los Soviets y esforzarse “con todas sus fuerzas” en conseguir eso. Y de esa forma logró que la reunión hiciera lo que él quería. Ni él ni Flerovsky mencionaron que esta resolución había sido adoptada sólo por la fracción bolchevique de la sección obrera y sólo después de que los mencheviques y socialista-revolucionarios se habían retirado.

Extraído de “Kronstadt 1917-1921: The fate of a Soviet democracy” de Israel Getzler, Review, 2002, p.111-114. Traducción propia.

jueves, julio 16

Organización Militar Bolchevique asume control de la manifestación

La Organización Militar Bolchevique se hace cargo de la manifestación y nombra un estado mayor operacional encabezado por N.I. Podvoisky, V.I. Nevsky y K.A. Mejonoshin.

El estado mayor operacional tomó el control de la manifestación y emepzó a establecer el más formidable y el más amplio apoyo militar posible, incluyendo refuerzos de regimientos de suburbios.

Todos los miembros de la Organización Militar son enviados a unirse a los regimientos que ya están en las calles.

Instrucciones para los miembros del Partido en las unidades militares:

1) organizar un comité para dirigir el batallón, conformado por miembros de nuestra organización:
2) seleccionar líderes en cada compañía;
3) organizar reuniones de compañía donde se leerán nuestras instrucciones;
4) establecer comunicación con la Organización Militar designando a dos camaradas para ser enviados con este fin;
5) mantener contacto con las unidades vecinas;
6) chequear quién envía nuestros destacamentos y adónde son enviados; deben darse nuestras instrucciones a los destacamentos;
7) estar preparados pero no abandonar la guarnición sin el llamado de la Organización Militar.

Se encarga al 16º Batallón del Primer Regimiento de Ametralladoras la seguridad de la Mansión Kshesinskaya y la ocupación de la Fortaleza de Pedro y Pablo..

Se despachan carros armados de la División de Carros Armados de Reserva a la Mansión Kshesinskaya, la Estación Nikolaevsky, los puentes de San Petersburgo y la Avenida Liteiny.

"A la Fortaleza de Pedro y Pablo:

La Organización Militar informa a la guarnición de la Fortaleza de Pedro y Pablo que la manifestación de hoy fue espontánea, no fue convocada por nuestro Partido. Después de concluir que es imposible contener las manifestaciones y en interés de impedir que la contrarrevolución ataque a los soldados que han salido, hemos propuesto a todos los camaradas soldados que apoyen a las unidades militares revolucionarias en las calles.

En este momento, llamamos a la guarnición de Pedro y Pablo a no ir a ningún lugar sin la convocatoria de la Organización Militar e inforrmarnos de todas las órdenes del gobierno.


Por el Presidente de la Organización Militar
V.I. Nevsky
Secretario: Mejonoshin"

CC Bolchevique: "soldados y obreros tomen las calles y manifiesten su voluntad"

Petrogrado, 3 (16) de julio de 1917

Reunión Ampliada del Comité Central del Partido Bolchevique
11:00 p.m.

Lugar: Palacio Táurida

Con la participación del Comité Petersburgo y la Organización Militar.
Luego se invitó a líderes del Comité Inter-Distrital

Asunto: Continuación de manifestaciones callejeras.

La Conferencia de la Ciudad de Petrogrado del Partido ha recomendado que se continúen con las manifestaciones en las calles.

La mayoría de los oradores se muestra a favor de que el Partido se ponga al frente de las manifestaciones. “El Partido no puede lavarse las manos” (Stalin).

Kámenev y Zinoviev se declaran en contra de las manifestaciones argumentando que éstas conducirán al enfrentamiento armado con los Soviets. Kámenev propone que hay que impedir la continuación de las manifestaciones para lo cual deben organizarse reuniones en los diferentes distritos.

Mientras la presente reunión se realizaba, en las afueras del Palacio Táurida se sumaban a la concentración 30,000 obreros de la fábrica Putílov. Además, desde Kronstadt, Raskolnikov, llama al CC para informar que nadie ni nada va a impedir que los marineros partan hacia Petrogrado en las próximas horas

Trotsky en un principio apoya la moción de Kámenev pero con las últimas noticias llegadas considera que no hay esperanzas para impedir que las masas tomen las calles nuevamente.

El CC acuerda convocar y conducir una manifestación de obreros y soldados, “armada pero pacífica”, a realizarse el día 4 de julio. Se encarga a Stalin la redacción y publicación de una proclama del Partido en nombre del Comité Central, el Comité Petersburgo y la Organización Militar, a ser distribuida en hoja volante de inmediato. El editorial de Pravda llamando a las masas a abstenerse de salir a las calles deber ser removido.

Asimismo, el CC decide convocar al camarada Lenin inmediatamente.

El CC aprueba una resolución que dice:

Considerando los sucesos que están teniendo lugar en Petrogrado, la sesión concluye: la presente crisis de autoridad no será resuelta en interés del pueblo si el proletariado revolucionario y la guarnición, de inmediato, no se pronuncian firme e inequívocamente a favor de la transferencia del poder al Soviet de Diputados de Obreros, Soldados y Campesinos.

Para este fin, se recomienda que los obreros y soldados inmediatamente tomen las calles para manifestar la expresión de su voluntad
”.

El CC deja en manos de la Organización Militar la dirección de las operaciones, que inmediatamente toma contacto con las unidades de la guarnición de Petrogrado, con la base naval de Kronstadt y las fábricas para impartir instrucciones para el día de mañana.

Sección Obrera del Soviet aprueba consigna bolchevique “Todo el poder a los Soviets”

Petrogrado (3 de julio de 1917).- En una agitada sesión, los bolcheviques lograron que la Sección Obrera del Soviet de Petrogrado apruebe una resolución llamando a la transferencia del poder a los Soviets.

Horas antes, la fracción bolchevique del Soviet insistió al Ispolkom la convocatoria de la sesión extraordinaria de la Sección Obrera del Soviet, sesión que los bolcheviques venían solicitando desde el 23 de junio. Iniciada a las 7 p.m., la primera controversia que se suscitó en la sesión fue en relación a los puntos de agenda. Los bolcheviques lograron imponer su propuesta, la que había sido publicada en Pravda del 23 de junio.

El debate giraba en torno a las medidas para lidiar con la contrarrevolución, cuando a las 9:00 p.m. el Soviet fue informado de que la manifestación no podía contenerse. La reunión se suspendió. Por su lado, Kámenev y Zinoviev fueron informados de los acuerdos que el Comité Central había tomado en su ausencia: “soldados y obreros, tomen las calles y manifiesten la expresión de su voluntad”. Chjeídze propuso que la sesión se levantara para que los asistentes puedan ir a fábricas y regimientos aún no involucrados en el movimiento para que se mantengan al margen de los eventos.

Los bolcheviques, en desacuerdo con Chjeídze y en línea con su CC, propusieron que dado que las masas ya estaban en las calles, que se nombre una comisión con la tarea de organizar los esfuerzos para hacer que la manifestación sea pacífica. En medio del debate sobre esa propuesta, los mencheviques y eseristas abandonaron, indignados, la reunión.

Los diputados restantes eligieron un Buró de la Sección de Obreros que aprobó una resolución presentada por Kámenev que en su introducción decía:

En vista de la crisis de autoridad, la Sección Obrera considera necesario que el Congreso de Toda Rusia de los Soviets de Diputados de Obreros, Campesinos y Soldados tomen el poder en sus manos”.

"Cómo puede haber manifestación pacífica si en las calles están disparando"

Petrogrado, 3 (16) de julio de 1917

Segunda Conferencia de la Ciudad de Petrogrado del Partido Bolchevique
Ampliada con representantes de la guarnición y de las fábricas

Lugar: Mansión Kshesinskaya, 10:00 p.m.

La mayoría de los delegados distritales se encuentra inquieta por los eventos que se desarrollan. Hay una buena cantidad de ellos que insisten en un levantamiento armado. “Cómo puede haber una manifestación pacífica si en las calles están disparando...”, declara un representante.

La Conferencia aprueba una resolución recomendando que las manifestaciones callejeras continúen mañana 4 de julio bajo los auspicios del Partido. No se debe mencionar nada acerca del carácter pacífico o armado, sólo se debe hablar de manifestación.

Organización Militar saluda marcha hacia el Palacio Táurida

Petrogrado, 3 (16) de julio de 1917

Reunión no oficial del Comité Petersburgo y la Organización Militar del Partido Bolchevique

Lugar: Mansión Kshesinskaya

Participan Stalin y Sverdlov por el Comité Central.

La reunión tiene como fin evaluar los cursos de acción que se presentan al Partido considerando el desarrollo de la situación hasta este momento.

Los contactos con la guarnición y las fábricas entran y salen de la reunión.

Representantes de las unidades militares informan que no hay forma de detener a las masas.

Representantes obreros dicen: “No se puede contener al distrito de Vyborg. Ni siquiera quieren escuchar”. También informan que “los obreros de Putílov ya están formando... Es necesario estar de acuerdo con ellos y aprobar sus tácticas”.

Mientras la reunión se desarrolla, en las afueras del local se concentran columnas de obreros y soldados armados. En el momento, hay dos batallones del Primer Regimiento de Ametralladoras, el Regimiento de Granaderos y miles de obreros ubicados bajo el balcón de Kshesinskaya.

Podvoisky, Sverdlov, Ilinsky, Lashevich y Nevsky dan discursos solicitando moderación. Más tarde, luego de un debate en la reunión, se informa a los manifestantes que la Organización Militar saluda la marcha hacia el Palacio Táurida, donde los manifestantes deben presentar sus demandas.

Miembros de la Organización Militar dejan la reunión para dirigirse a coordinar con el Soviet

Stalin: Nosotros siempre llevamos nuestras armas...¿y ustedes?


El 3 de julio, masas de soldados, marineros y obreros llevando armas con bandoleras cruzadas en el pecho, marcharon hacia el Palacio Táurida con el Primer Regimiento de Ametralladoras bolchevique a la vanguardia. Los carros eran detenidos y requisados a punta de pistola. Mientras carros y camiones llenos de hombres armados se movilizaban por las calles, algunos de los soldados empezaron a disparar hacia los viandantes en la avenida Nevsky. Los enfrentamientos empezaron. En la base naval de Kronstadt, los marineros bolcheviques se levantaron, dieron muerte a 120 oficiales, incluyendo su almirante, y demandaron que Lenin, Zinoviev y Kámenev les den las órdenes para tomar la capital. Como no recibieron respuestas, telefonearon a Stalin, que estaba en Pravda con el poeta bolchevique Demian Bedny: ¿deberían marchar con sus armas?

“¿Rifles?”, replicó Stalin. “Ustedes, camaradas, lo saben mejor... Nosotros, los escribas, siempre llevamos nuestras armas, nuestros lápices, adondequiera que vayamos, [pero] en cuanto a ustedes y sus armas, ustedes saben mejor que nadie”. “¿El Partido tiene el derecho de lavarse las manos y permanecer al margen?”. Trotsky estaba probablemente en lo cierto: Stalin era uno de los organizadores del levantamiento de julio. “Dondequiera que empezaba una pelea, en una plaza de Tiflis, en la prisión de Bakú, en las calles de Petrogrado, él siempre se esforzaba en hacerlo lo más encarnizado posible”.

La muchedumbre armada estaba enfurecida en las afueras del Palacio Táurida, esperando que el Soviet tomara el poder de acuerdo a la consigna de Lenin: “Todo el poder a los Soviets”. Pero dentro, Chjeídze y el Soviet discutían la formación de un nuevo gabinete, no querían el poder. Le temían. La muchedumbre se indignaba por la reluctancia del Soviet. Mientras tanto la ambigua respuesta de Stalin había tenido efecto: los marineros de Kronstadt estaban en camino.

En la mansión Kshesinskaya, Stalin y el Comité Central repentinamente perdieron su nervio y convocaron a Lenin que estaba de descanso. “Podíamos haber tomado el poder”, dijo Stalin, “pero contra nosotros se hubieran levantado los frentes, las provincias y los Soviets”. Stalin fue al Táurida para tranquilizar a Chjeídze y al Soviet, pero el genio ya había salido de la botella.

Lenin estaba en el tren hacia Petrogrado cuando Stalin se enteró que el Ministro Pável Pereverzev iba a acusar al líder bolchevique de alta traición, revelando que había sido financiado por la Alemania imperial. Esto era parcialmente cierto, pero Stalin regresó al Palacio Táurida y apeló a su compatriota georgiano para que la historia no se publique. Chjeídze estuvo de acuerdo, pero era demasiado tarde.

En las primeras horas del 4 de julio, Lenin llegó a la mansión: “¡Ustedes deberían ser echados por esto!”, recriminó a los extremistas bolcheviques.

En la encapotada mañana, 400,000 obreros y soldados dominaban las desiertas calles de Petrogrado; pronto se unieron a ellos 20,000 marineros fuertemente armadas que habían llegado en una flotilla de barcos. No tenían un plan... Los marineros se reunieron fuera de la mansión Kshesinskaya para demandar liderazgo: ¿dónde estaba Lenin? El trató de ocultarse en la mansión antes de salir mansamente a dar un corto discurso que no quedó en nada.

Los marineros, estimulados por otros 20,000 obreros de Putílov, se dirigieron al Palacio Táurida para ajustar cuentas con el tímido Soviet, cuyos miembros los habían decepcionado. Hubo escenas desagradables, pero a las 5 p.m. los cielos se abrieron: la lluvia apagó la fortuita revolución. Las multitudes se dispersaron... Lenin y el desanimado Comité Central llamaron a retirada patéticamente. Los Día de Julio habían terminado.

El gobierno, fortalecido por la creciente popularidad de Kerensky, decidió destruir a los bolcheviques. A pesar de los esfuerzos de Stalin, el Ministro de Justicia Pereverzev publicó evidencia del respaldo financiero alemán a Lenin. Muchos de los soldados fueron sacudidos por esta historia de la traición.

Extraído de “Young Stalin” de Simon Sebag Montefiore, Vintage Books, 2008, pp. 320-322. Traducción propia.

CC Bolchevique en desacuerdo con manifestación armada

Petrogrado, 3 (16) de julio de 1917

Reunión del Comité Central del Partido Bolchevique
4:00 p.m.

El CC llamó al Partido, a los obreros y soldados a no salir en manifestación armada.

Soviet advierte: todos “los medios disponibles” serán empleados

Petrogrado, 3 (15) de julio de 1917

Reunión Conjunta del Comité Ejecutivo Central de Toda Rusia del Soviet de Diputados de Obreros y Soldados y el Comité Ejecutivo Central de Toda Rusia del Soviet de Diputados Campesinos

Lugar: Palacio Táurida 3 p.m.

Tsereteli abre la sesión proponiendo que el actual Gobierno Provisional sin los ministros cadetes continúe en funciones hasta que se convoque el pleno del CEC (que incluye representantes de provincias) que deberá decidir la composición del futuro gobierno. Pero la discusión de este tema fue interrumpida por informes sobre los preparativos en toda la ciudad para la manifestación en apoyo del Primer Regimiento de Ametralladoras.

Luego de suspenderse la discusión programada, se nombró un comité para encargarse de la defensa del Palacio Táurida ante un eventual ataque. Asimismo, se telegrafió de inmediato a toda las unidades de la guarnición y de Kronstadt advirtiéndoles que las manifestaciones de toda clase están prohibidas y que se tomarán todas las medidas disponibles para combatirla.

La reunión conjunta fue levantada para que los delegados puedan ser enviados a lugares problemáticos para impedir la manifestación.

Fábricas y regimientos están esperando la voz oficial del Partido.

Petrogrado, 3 (16) de julio de 1917
Segunda Conferencia de la Ciudad de Petrogrado del Partido Bolchevique

Preside la sesión: M.Ia. Latsis del distrito de Vyborg

Tomsky, por encargo del Presidium de la Conferencia, informa sobre la posición del CC ante la manifestación en preparación.

Tomsky informa “que cuatro cadetes han dejado el gabinete como resultado de discrepancias sobre la política del gobierno hacia Ucrania. El Buró del CEC del Soviet ha decidido hacer un llamamiento contra la manifestación callejera... Se han ubicado carros armados en el Palacio Táurida. Quieren arrestar a los cabecillas del movimiento. El presidente del Congreso de Campesinos declaró que “es necesario fusilar a todos los traidores”... Hay rumores de que en los suburbios, la artillería ha abierto fuego sobre las unidades manifestantes. El CEC está buscando un compromiso con los kadetes y probablemente llegarán a uno...

"Nuestro CC invita a los miembros del Partido y a simpatizantes a contener a las masas de más manifestaciones. [Sugiere] decirles que el CC y el CP consideraron necesaria una manifestación callejera el 10 de junio, pero no tomaron esa decisión independientemente; lo hicieron convocando a representantes de regimientos y fábricas; mientras que el regimiento que ahora está saliendo a las calles actuó de una forma no camaraderil, al no invitar a los comités de nuestro Partido a discutir lo relacionado a la manifestación; [y que] debido a esto nuestro Partido no asume la responsabilidad por la manifestación. El CC propone que la Conferencia: 1) emita un llamamiento conteniendo a las masas y 2) prepare un llamamiento al CEC para que tome el poder".

"Es imposible hablar ahora de una manifestación sin desear otra revolución. [Pero en este momento] no podemos determinar todos los “si” de la presente situación. Tomar la iniciativa en nuestras manos sería riesgoso. Veremos cómo el movimiento se desarrolla. Debemos obedecer la decisión del CC pero no necesitamos ir a las fábricas a pagar el fuego que nosotros no encendimos y no podemos apagar el fuego para otros”.

Luego de Tomsky, hablaron E.N. Egorova, V.M. Molotov y G.D. Veinberg que recién regresaban de los distritos obreros. Sus informes sugieren que el movimiento iniciado por los ametralladores estaba creciendo como bola de nieve, bastante rápido, aunque algunas fábricas y regimientos están esperando la voz oficial del Partido.

M.A. Saveliev comenta que la situación en la fábrica Putílov es bastante tensa. Nevsky señala que se puede sentir descontento con el CC en el lado de Petersburgo. G.F. Kolomin del distrito de Moscú “propone que en vista de los últimos desarrollos, el Partido debería tomar el liderazgo del movimiento en sus manos, inmediatamente”. B.K. Slutskaya apoyando la moción, sostiene que el CC no estaba al tanto de los últimos acontecimientos cuando tomó su decisión contra la manifestación.

Rajia sugiere que el CP arregle una reunión inmediata del CC con representantes de fábricas y de militares para evaluar el desarrollo de la situación y ejercer presión sobre el CC. La Conferencia aprobó esta propuesta añadiendo que se invite también a los interdistritales y a los mencheviques internacionalistas.

Una moción apoyando a los regimientos rebeldes fue rechazada.

Se acordó también enviar una delegación al CEC del Soviet con un ultimátum: tomen el poder ahora o enfrenten un levantamiento armado.

Obreros y soldados armados toman las calles de Petrogrado


Petrogrado (3 de julio de 1917).- La manifestación promovida por el Primer Regimiento de Ametralladoras se realizó en la tarde de hoy. Desde muy temprano en la mañana, los comités de compañía y regimiento del Regimiento de Ametralladoras tuvieron varias reuniones. Los principales oradores eran anarquistas y, en particular, I.S. Bleikhman llamó a las tropas a tomar las calles, con sus armas en la mano para iniciar un levantamiento armado. Al ser preguntado sobre tácticas y objetivos, respondió: “la misma calle nos organizará”.

Los agitadores bolcheviques, si bien no se opusieron a la manifestación, pidieron esperar por instrucciones de la Organización Militar Bolchevique. Pero las tropas, decididas a no ir al frente y alentadas por los anarquistas, resolvieron salir inmediatamente a las calles, totalmente armados. A las 3 p.m., eligieron un Comité Revolucionario Provisional para organizar la manifestación, bajo la presidencia del Teniente bolchevique A.Ia. Semashko y con la participación de varios bolcheviques de la Organización Militar.

Semashko y el CRP enviaron a patrullar las calles para averiguar si el gobierno había tomado contramedidas y para confiscar algunos carros. Asimismo enviaron emisarios a fábricas y barracas y a Kronstadt.

Los emisarios encontraron recepción mixta. Pocas unidades de la guarnición aceptaron unirse, principalmente elementos de los Regimientos de Infantería 1º, 3º, 176º y 180º. Los otros rehusaron. Otros regimientos bolcheviques que no se sumaron estaban a la espera de directivas oficiales del Partido. Los Regimientos Preobrazhensky, Semenovsky e Izmailovsky declararon su “neutralidad”. En el mismo Regimiento de Ametralladoras, a pesar de las amenazas de violencia física, muchas compañías votaron por permanecer al margen; sólo la mitad del regimiento, aproximadamente 5,000 hombres, participaron en la manifestación.

La mayoría de los obreros de la fábrica Putílov aprobó sumarse a la manifestación propuesta. Sin embargo, muchos obreros fabriles también se negaron a tomar parte.

A las 7:00 p.m. Petrogrado parecía un campo de batalla. Los ametralladores ya habían ocupado la Estación Finlandia ubicando ametralladoras en los alrededores. Otros soldados y más ametralladoras fueron apostados en los puentes Troitsky y Liteiny que conducen al centro de Petrogrado. En la avenida Nevsky camiones artillados hacen recorridos por órdenes del Comité Revolucionario del Regimiento.

A las 7:45 p.m. uno de esos camiones apareció en la Estación Báltico donde anunciaron que venían a arrestar a Kerensky. Se retiraron cuando supieron que Kerensky se había marchado al Frente dos horas antes.

Los batallones Primero, Segundo y Cuarto del Primer Regimiento de Ametralladoras, en uniforme de combate, empezaron a movilizarse por la avenida Samsonievsky en la que ya marchaban manifestantes civiles.

A las 8 p.m., Semashko, Bleikhman, Golovin y demás miembros del Comité Revolucionario del Regimiento subieron a los camiones y dieron la orden de iniciar la marcha. Los batallones del Primer Regimiento de Ametralladores, seguidos por columnas de obreros, marcharon por rutas separadas a través del distrito de Vyborg para invitar a otros regimientos a sumarse a la manifestación. El Cuarto Batallón siguió por la avenida Samsonievsky y se detuvo en el Regimiento Moskovsky, donde Semashko venció dudas de último minuto en esa unidad. Mientras tanto, el Primer Batallón marchó a través de la calle Nystadt y paró en la Academia de Artillería Mijailoskoe. Allí Shemasko demandó algunas piezas de artillería y cuando éstas fueron negadas, fueron tomadas por la fuerza. Poco tiempo después, el Primer Batallón, el Regimiento Moskovsky y las piezas de artillería cruzaron el puente Liteyni, uniéndose al Sexto Regimiento de Artillería, y enrumbándose hacia el Palacio Táurida. Los manifestantes iban coreando consignas: “Abajo los diez ministros capitalistas”, “Todo el poder a los Soviets”, “Abajo Kerensky y su ofensiva”.

El Segundo y Cuarto Batallones se encontraron con el Regimiento de Granaderos en el distrito de Petrogrado y se dirigieron hacia el cuartel general bolchevique, a poca distancia. Allí fueron arengados por Podvoisky, Sverdlov, Ilinsky, Lashevich y Nevsky. Luego marcharon hacia el Palacio Táurida con banderas bolcheviques a la cabeza.

A las 11:40, los soldados manifestantes regresaron a sus barracas y se restauró la calma en la ciudad.

Soviet de Petrogrado invoca a no salir en manifestación

Petrogrado, 3 (16) de julio de 1917

Comité Ejecutivo Central del Soviet de Petrogrado

El Ispolkom apela a las tropas para que desistan de salir en manifestación, y declara que el Soviet no desea derrocar al gobierno y tomar el poder en sus manos.

Reconocen autonomía de Ucrania

Petrogrado (3 de julio de 1917).- El Gobierno Provisional y la Rada llegaron ayer a un acuerdo temporal en relación a las demandas de Ucrania. Mediante tal acuerdo, el gobierno reconoce la amplia autonomía de Ucrania, la legitimidad popular de la Rada y la autoridad ejecutiva del Secretariado General.

Los ucranianos han recibido con entusiasmo la noticia del acuerdo pero ha indignado a los nacionalistas de la minoría rusa en Kiev, especialmente a los seguidores de Shulgin que salieron a las calles a enfrentarse con ucranianos.

El 10 de junio, la Rada Central de Ucrania publicó la Primera Universal en la que unilateralmente declaró la autonomía de Ucrania, estableciendo el Secretariado General con las funciones de poder ejecutivo. Estas iniciativas fueron rechazadas por el Gobierno Provisional y llamó a los ucranianos conversar sobre el tema.

El 28 de junio, el gobierno envió a Ucrania una delegación conformada por los ministros Tereschenko, Tsereteli y Kerensky a negociar un compromiso con la Rada. El resultado de esas negociaciones es el acuerdo al que llegaron ayer el gobierno y la Rada.

Los ministros demócrata-constitucionalistas se han pronunciado en contra de las “concesiones” otorgadas a Ucrania por el Gobierno Provisional y se rehusan a aceptar el compromiso argumentando que sólo la Asamblea Constituyente tiene la autoridad legal para decidir tales asuntos. Sus adversarios en el gobierno sostienen que la posición de los kadetes no es más que un pretexto para la defensa de los intereses imperiales de Rusia en Ucrania. El propio Primer Ministro Príncipe Lvov criticó la posición de los kadetes en el gobierno.

miércoles, julio 15

CC Bolchevique: "No participar en el movimiento"

Petrogrado, 2 (15) de julio de 1917
Respuesta del Comité Central del Partido Bolchevique

El Comité Central del Partido responde a la Organización Militar y al Comité Petersburgo acerca de la “inminente” manifestación armada promovida por el Primer Regimiento de Ametralladoras: No participar en el movimiento y tomar todas las medidas posibles para evitar una revuelta.

Discuten plan de acción en caso de manifestación armada

Petrogrado, 2 (15) de julio de 1917

Reunión de la Organización Militar Bolchevique con la presencia de miembros del Comité Petersburgo

El objeto de la reunión es “discutir un plan de acción en el caso de que una manifestación se realice el día de mañana”.

Se informa que todas las bases de la Organización Militar están en estado de alerta. Además se han establecido comunicaciones militares entre todas las unidades y el cuartel general del Partido en la mansión Kshesinskaya para realizar regularmente consulta sobre el desarrollo de la situación y el estado de las masas.

Representantes del Primer Regimiento de Ametralladoras sostienen que dada la gran cantidad de ametralladoras a su disposición, el regimiento podría fácilmente derrocar al Gobierno Provisional.

A. Ia. Smashko, miembro de la Organización Militar y representante del regimiento de ametralladoras, insiste que el movimiento armado no puede ser detenido.

Los miembros del Buró consideran que en efecto será sumamente difícil impedir la manifestación armada, y acuerdan solicitar instrucciones al Comité Central.

Concierto-mítin bolchevique para despedir soldados que van al Frente

Petrogrado (2 de julio de 1917).- Un mítin-concierto organizado por bolcheviques del Primer Regimiento de Ametralladoras se realizó en la Casa del Pueblo. Lo que fue inicialmente un evento para despedir a sus compañeros que van al Frente se convirtió en un mítin antigubernamental.

La orquesta del regimiento, soldados cantantes y poetas entretuvieron a la audiencia de cinco mil obreros y soldados. Zinoviev, Kámenev, Dashkevich, Lashevich, Zhilin, Trotsky y Lunacharsky estaban entre los oradores programados, aunque los dos primeros no asistieron por razones de seguridad. El denominador común de los mensajes fue el llamado a la transferencia de todo el poder al Soviet.

El estado de ánimo de las masas estaba exaltado y mientras más radicales eran los discursos de los oradores, mayores eran los aplausos y vítores. Al final del mítin, los asistentes aprobaron una resolución atacando al Gobierno Provisional y a Kerensky por su manejo de la ofensiva militar.

martes, julio 14

Contemplan realizar manifestación armada

Petrogrado (1 de julio de 1917).- Los soldados del Primer Regimiento de Ametralladoras discuten incansablemente sobre la necesidad de impedir un nuevo intento de desarmar al regimiento.

Una de las propuestas que está ganando cada vez más adeptos es la realización de un movimiento armado en las calles de la capital.

Segunda Conferencia de Petrogrado del Partido Bolchevique inicia sesiones

Petrogrado, 1 (14) de julio de 1917
Segunda Conferencia de la Ciudad de Petrogrado del Partido Bolchevique

Lugar: Mansión Kshesinskaya

Se debate la cuestión de si el Comité Petersburgo (CP) puede desconocer la oposición del Comité Central (CC) a la publicación de un periódico aparte.

La mayoría del CP considera que Pravda no cubre los requerimientos necesarios para el trabajo de agitación y organización de los comités de la ciudad. Varios miembros del CP consideran además que un nuevo periódico permitirá contrapesar la posición conservadora del CC.

Luego de un amplio debate, con 51 votos a favor, se aprueba crear un periódico del Comité Petersburgo. Hay 19 votos en contra y 16 abstenciones.

En la reunión se hacen presentes dos representantes de la Organización Militar del Partido del Primer Regimiento de Ametralladoras. Toma la palabra I.N. Ilinsky que anuncia que para impedir su liquidación, el regimiento ha decidido marchar de inmediato contra el Gobierno Provisional, para lo cual ha comprometido el apoyo de otras unidades militares y fábricas.

Volodarsky, miembro del CP, informa que el Partido está contra tal marcha y que sus miembros están en la obligación de acatar sus decisiones. Al retirarse, los ametralladores declararon “que dejar el partido era preferible a oponerse a la decisión de su regimiento”.

lunes, julio 13

Soldados del Primer Regimiento de Ametralladoras descontentos con posible traslado al Frente

Petrogrado (30 de junio de 1917).- G.B. Skalov, representante de la Sección Militar del Soviet de Petrogrado, visitó el Primer Regimiento de Ametralladoras para discutir el traslado de hombres y armas al Frente, traslado ordenado por el Gobierno Provisional.

Por motivos que se desconocen, el Comité de Regimiento, controlado por socialista-revolucionarios y mencheviques, y Skalov se trasladaron al Palacio Táurida para llevar a cabo la reunión.

Esta decisión provocó la desconfianza y el descontento de los soldados que deseaban que el tema de la transferencia sea abordado en una reunión de todo el regimiento. En una reunión masiva, realizada en la tarde de hoy, el líder bolchevique del regimiento Ia.M. Golovin criticó al comité de regimiento por actuar impropiamente al no permitir que el representante del Soviet se reúna con todo el regimiento. Stukov, también bolchevique, atribuyó gran importancia a esta actitud del comité de regimiento que podría tener serias consecuencias.

Los fuertes rumores de una transferencia masiva se difundieron entre los preocupados y descontentos soldados del Primer Regimiento de Ametralladoras.

Nevsky: "Nosotros promovimos el espíritu que provocó la manifestación"

De las memorias de V.I. Nevsky
Revista Katorga i ssylka, 1932

“Algunos camaradas, en el momento actual, preguntan: ¿quién inició los sucesos de julio –el Comité Central o la Organización Militar– o el movimiento estalló espontáneamente?

En cierto grado, ésta es una pregunta doctrinaria y sin importancia. Ciertamente, el movimiento maduró en el seno de las amplias masas, insatisfechos con las políticas del gobierno burgués y hambrientos de paz... Sin embargo, no hay necesidad de ocultar ahora el hecho que nosotros –los líderes responsables de la Organización Militar, es decir, Podvoisky, yo, Mejonoshin, Beliakov y otros trabajadores activos– a través de nuestra agitación, propaganda y enorme influencia y autoridad en las unidades militares, promovimos el espíritu que provocó la manifestación.

Si mi memoria falla e incorrectamente (aunque no a propósito) nombré a las anteriores personas, puedo decir lo siguiente sobre mí: aunque soy un comunista de base y no jugué un gran rol en la revolución, los camaradas no negarán que la masa de soldados me conocía y consideraba mis palabras como las de la Organización Militar. Y así cuando la Organización Militar supo (el 1 de julio) de la manifestación de los ametralladores, me envió como el más popular orador de la Organización Militar a hablar a las masas para que no salgan, y les hablé de tal manera que sólo un tonto podría llegar a la conclusión de que no debería salir a protestar”.

domingo, julio 12

La Organización Militar Bolchevique

Líderes de la Organización Militar Bolchevique
Sentados de izquierda a derecha: K.N. Orlov, K.A. Mejonoshin, V.I. Nevsky, N.I. Podvoisky, P.V. Dashkevich y F.F. Raskolnikov.
De pie, de izquierda a derecha: B.I. Zanko, M.S. Kedrov, V.I. Paniushkin y A.I. Tarasov-Rodionov.