sábado, mayo 23

Tomas de tierras en el campo

Campesinos rusos

… La confiscación masiva de las tierras de los grandes propietarios no ocurrió hasta el verano [junio-setiembre]. La mayoría de los campesinos estaban aún dispuesta a esperar a que el Gobierno Provisional aprobara una nueva ley transfiriéndoles las tierras a ellos, tal como una vez esperaron a que el Zar aprobara un “Manifiesto de Oro”. Estaban temerosos de tomar las tierras antes de que estuviera claro que el viejo régimen no sería restaurado, como lo fue en 1906-7 y a la que siguió la ejecución en masa de campesinos. Sólo al empezar mayo –con el nombramiento del eserista Chernov como Ministro de Agricultura– fue que los campesinos realmente tuvieron tal garantía, y fue desde ese momento en que la confiscación de la gran propiedad se convirtió en un fenómeno nacional. Comienzos de mayo era también el inicio de la estación agrícola de verano. Si los campesinos iban a cosechar los campos del terrateniente en otoño, necesitarían ararlos y sembrarlos inmediatamente. Los campesinos tenían así un motivo obvio para tomar la tierra en ese momento…

El regreso de los soldados por la Pascua y de los desertores del ejército, también tuvo mucho que ver con este incremento de la militancia campesina. Los soldados campesinos frecuentemente tomaron la iniciativa en la marcha sobre la finca. A veces estimulaban a los campesinos a abandonarse en actos de vandalismo desenfrenados. Quemaban las casas de la hacienda para hacer que salieran los propietarios, destruían la maquinaria agrícola (que en los últimos años había reducido la necesidad de contratar campesinos para la labor), llenaban sus carretas con el contenido de los establos, y destruían o vandalizaban cualquier cosa, como pinturas, libros o esculturas, signos de excesiva riqueza. No era tampoco nada fuera de lo común que esos soldados incitaran a los campesinos a atacar a los propietarios…

Los aterrados terratenientes bombardeaban al [Primer Ministro] Príncipe Lvov con solicitudes para la restauración de la ley y el orden. Aislados en sus viviendas, sin nada que los protegiera del mar de campesinos hostiles que los rodeaban, pronto acusaron al gobierno de no hacer nada para detener la creciente ola de anarquía que estaba cada vez más cerca de sus puertas. “El campo está cayendo en el caos, con robos y delitos todos los días, mientras usted está sentado sin hacer nada en su confortable oficina de Petersburgo”, le escribía [a Lvov] un terrateniente de Tambov en abril. "Sus comités locales no tienen poder para hacer nada y todavía promueven el robo de la propiedad. Los policías duermen mientras los campesinos roban e incendian. El viejo gobierno sabía mejor como lidiar con esta escoria campesina que ustedes llaman ‘el pueblo’ ".

Con cartas como esas, uno difícilmente podría culpar a Lvov por considerar la situación de los terratenientes como un castigo por su “comportamiento grosero y brutal durante los siglos de servidumbre”. La revolución era la “revancha de los siervos”, explicaba un día de junio en un almuerzo con algunos de sus ministros. Era el “resultado de nuestro –y hablo ahora como un terrateniente– pecado original. Si sólo Rusia hubiera sido bendecida con una aristocracia terrateniente como la de Inglaterra, que tiene la decencia humana para tratar a los campesinos como gente en lugar de perros. Entonces quizá las cosas hubieran sido diferentes”. Era una cosa bastante notable para alguien de su clase y de sus antecedentes decir eso – una lamentable admisión, si se quiere, de que la civilización entera de la aristocracia, de la que el Príncipe mismo era un vástago, nunca había sido más que un ligero barniz puesto sobre superficie de la brutal explotación de los campesinos, del que la revolución había emergido.

Cualquier cosa que Lvov pudiera haber dicho en privado, la política de su gobierno era defender los derechos de propiedad de los terratenientes. La cuestión de la tierra… tenía que ser resuelta por medios legales, y esto significaba preservar el status quo de las relaciones de propiedad hasta que una nueva ley de tierras fuera decidida por la Asamblea Constituyente. El gobierno no tenía medios reales para impedir que los campesinos tomaran la ley –y las tierras de la aristocracia– en sus propias manos. La vieja policía había sido desmantelada, mientras que las unidades del ejército en el campo –aún si sus reclutas campesinos estuvieran de acuerdo en ser utilizados con tales propósitos represivos– no eran suficientes para proteger más que una pequeña parte de las tierras de la aristocracia. Los comités temporales establecidos por el gobierno el 20 de marzo y designados para mantener el orden existente, fueron rápidamente transformados en órganos revolucionarios que aprobaban sus propias “leyes” para legitimizar las tomas campesinas de la propiedad terrateniente. Lo mismo pasó con los comités de tierras. El Gobierno Provisional los había establecido para proteger los derechos legales de la aristocracia, mientras regulaban las relaciones agrarias hasta la Asamblea Constituyente. Pero ellos también fueron tomados por los campesinos locales y transformados en órganos revolucionarios sobre la tierra, ayudando a imponer rentas fijas sobre la aristocracia, a contar la tierra y la propiedad, y distribuirlo entre el campesinado. En un intento de impedir esta subversión de los comités de tierras, el gobierno les cortó el financiamiento, pero las comunas campesinas simplemente cubrieron el vacío, financiando los comités mediante tributación auto impuesta, y los comités continuaron creciendo.

Esta revolución sobre la tierra obtuvo un respaldo seudo-legal de parte de las asambleas campesinas que se reunieron en la primavera en la mayoría de las provincias centrales, así como del Primer Congreso Campesino de Toda Rusia del 4-25 de mayo. Nada hizo más para socavar la autoridad del gobierno en el campo. Los activistas del partido SR, que dominaban los ejecutivos de esas asambleas, llamaron a los campesinos a tener paciencia sobre la resolución de la cuestión de la tierra. Pero pronto fueron obligados por el sentimiento radical de los delegados a aprobar las acciones de las comunas locales y aún las tomas de tierras de la aristocracia como una solución interina. La asamblea provincial de Kazán resolvió el 13 de mayo transferir toda la tierra al control de los comités campesinos. Doce días después, la asamblea campesina de Samara hizo lo mismo en directo desafío a la orden de Lvov para que los comisarios provinciales impidan cualquier toma campesina de tierras. Los campesinos creían que esas resoluciones de sus asambleas tenían el status de “leyes”. Los usarían para autorizar más tomas de tierras en los meses de verano. No comprendían la diferencia entre una declaración general de principios de su asamblea campesina… y la plena formulación de una ley gubernamental. Parecía que creían que, a fin de “socializar” la tierra o transferir la tierra al control de las comunas, era suficiente que una asamblea campesina apruebe una resolución para tal efecto. Las expectativas campesinas convirtieron esas asambleas en seudo órganos de gobierno aprobando “leyes” mediante una simple declaración. Y esas “leyes” luego tomaron preponderancia sobre los estatutos del gobierno. “Los campesinos locales”, se quejaba el Comisario de Nizhnyi Novgorod, “tienen como una idea fija que todas las leyes civiles han perdido su fuerza y que todas las relaciones legales deben ahora ser reguladas por las organizaciones campesinas

Extractos editados de “A people’s tragedy. The Russian Revolution: 1891-1924” de Orlando Figes, Penguin Books, 1996, pp. 364-367. Traducción propia. Negritas nuestras.

viernes, mayo 22

Los bolcheviques y la palabra impresa

Pravda: edición del 16 de marzo de 1917

Los bolcheviques influían las opiniones principalmente por medio de la palabra escrita. Para junio, Pravda tenía una circulación de 85,000 copias. También publicaban periódicos provinciales, periódicos dirigidos a grupos especiales (e.g., mujeres trabajadoras y minorías étnicas) y una cantidad de panfletos.

Prestaron particular atención a los hombres en uniforme. El 15 de abril, publicaron un periódico de soldados, Soldatskaya Pravda, del que llegaba a imprimirse 50,000-70,000 copias. Luego siguieron con la publicación de un periódico para marineros, Golos Pravdy, y otro para las tropas en el frente de combate, Okopnaia Pravda, impresos en Krondstadt y Riga, respectivamente. En la primavera de 1917, distribuían a las tropas cerca de 100,000 periódicos al día, lo que –dado que Rusia tenía 12 millones de hombres en armas– era suficiente para que cada compañía tuviera un diario bolchevique.

A inicios de julio, la prensa bolchevique imprimía una cantidad combinada de 320,000 copias. Además, Soldatskaya Pravda imprimía 350,000 planfletos y hojas sueltas. Este fue uno de los más notables logros, considerando que en febrero de 1917, los bolcheviques no habían tenido prensa.

Esas publicaciones difundieron el mensaje de Lenin pero en forma velada. El método empleado fue la “propaganda” que no decía a los lectores qué hacer (esa era tarea de la “agitación”) pero sembraba en las mentes las ideas de las que ellas mismas sacaban las conclusiones políticas deseadas. En los llamados a las tropas, por ejemplo, las publicaciones bolcheviques no incitaban a la deserción, porque esto hubiera sido pasible de demanda judicial. En la primera edición de Soldatskaya Pravda, Zinoviev escribió que el objetivo del periódico era forjar un lazo indestructible entre obreros y soldados, así las tropas entenderían sus “verdaderos” intereses y no permitirían que las usen en “progromos” contra los obreros. En la edición sobre la guerra, Zinoviev fue igualmente circunspecto:

“No estamos a favor de abandonar las armas. Esa no es la forma de acabar con la guerra. Ahora la tarea principal es comprender y explicar a todos los soldados con qué propósitos se inicio esta guerra, quién empezó la guerra, quién necesita la guerra”.

El “quién”, por supuesto, era la “burguesía” contra quien los soldados deberían voltear sus armas.

Extractos editados de "The Russian Revolution" de Richard Pipes, Vintage Books, 1990, p.410. Traducción propia.

Trotsky: La situación en el ejército (a mayo de 1917)

Trotsky. Comisario de Guerra

En el ejército, lo mismo que en el país, se estaba operando un constante desplazamiento político de fuerzas: la base evolucionaba hacia la izquierda, la cúspide hacia la derecha. A la par que el Comité Ejecutivo se convertía en un instrumento de la Entente para dominar la revolución, los comités del ejército, que habían surgido como una representación de los soldados contra el mando, convertíanse en auxiliares de éste contra los soldados.
...
El régimen de la dualidad de poderes imposibilitaba la creación de un instrumento militar eficiente. Los kadetes eran blanco del odio de las masas populares, y dentro del ejército veíanse obligados a adoptar el nombre de socialrevolucionarios. La democracia no podía poner en pie al ejército, por la misma razón por la cual no podía tomar en sus manos el poder; lo uno era inseparable de lo otro...

La alta oficialidad iba acercándose más y más a los kadetes en espera de que levantaran la cabeza partidos más reaccionarios... Como había de demostrar el curso ulterior de la revolución el cuerpo de mando había que sacarlo, tal y como era, de la nobleza y la burguesía, como hacían los blancos, o formarlo y educarlo a base de una selección proletaria, como hacían los bolcheviques. No había otro camino. Los demócratas pequeño burgueses no podían hacer ni lo uno ni lo otro. Tenían que persuadir, rogar, engañar a todo el mundo, y cuando veían que no conseguían nada, llevados por la desesperación, entregaban el poder a la oficialidad reaccionaria para que ésta se encargase de infundir las sanas ideas revolucionarias al pueblo.

Una tras otra iban abriéndose las llagas de la vieja sociedad, destruyendo el organismo del ejército. El problema de las nacionalidades, en todos sus aspectos -y en Rusia abundaban-, iba penetrando, cada vez más, en las raíces de las masas militares, integradas en grandísima parte, en más de la mitad, por elementos no rusos. Los antagonismos nacionales se entretejían y cruzaban en distinto sentidos con los de clase. La política del gobierno en este terreno, como en todos los demás, era vacilante y confusa, lo cual la hacía parecer doblemente pérfida. Había generales que se entretenían creando formaciones nacionales, por ejemplo, el «cuerpo musulmán con disciplina francesa» en el frente rumano. En general, estas nuevas formaciones nacionales resultaron ser más eficientes que las del viejo ejército, pues habían sido creadas en torno a una nueva idea y bajo una nueva bandera. Pero esta cohesión nacional no duró mucho tiempo; el rumbo que había de tomar la lucha de clases no tardó en quebrantarla. El mismo proceso de las formaciones nacionales, que amenazaba con extenderse a la mitad del ejército, colocaba ya a éste en un estado de fluctuación, descomponiendo las viejas unidades antes de que tuvieran tiempo de formarse las nuevas. Por todas partes surgían calamidades.
...
A principios de mayo, el general Brusilov caracterizaba, de un modo bastante preciso, en la conferencia celebrada en el Cuartel general, el estado del mando; un 15 a un 20 por 100 de jefes y oficiales se habían sometido al nuevo orden de cosas por convicción; una parte de los oficiales empezaba a coquetear con los soldados y a hostigarlos contra el mando; la mayoría, cerca del 75 por 100, no se resignaba a adaptarse, sentíase ofendida, se encerraba en su concha y no sabía lo que se hacía. Además, desde el punto de visa puramente militar, la aplastante mayoría de la oficialidad no servía para nada.

En la conferencia celebrada con los generales, Kerenski y Skobelev se disculparon con todas sus fuerzas por la revolución, que, desgraciadamente, «continuaba» y con la cual había que contar... Kerenski se esforzó en complacer en todo a aquellos simpáticos generales... hasta que uno de ellos, el valeroso Kornílov, casi lo ahoga en sus brazos de puro cariño.

La política conciliadora en plena revolución es una política de oscilaciones febriles entre las clases. Kerenski era la encarnación viva de estas oscilaciones. Puesto al frente del ejército, inconcebible sin un régimen claro y decidido, convirtióse en el instrumento inmediato de su descomposición... Esta confusión, que atestiguaba que en las alturas no sabían lo que hacían, ni lo que querían, llegaba desde los generales hasta los sargentos, acelerando la descomposición del ejército.
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En el transcurso de todo el mes de mayo, en los comunicados del mando vibra siempre, con diversas variantes, la misma idea: «La actitud con respecto a la ofensiva es, en general, desfavorable, sobre todo por parte de la Infantería. A veces, añadían: «La situación es un poco mejor en la Caballería y bastante mejor en la Artillería.»...

Extractos editados de Historia de la Revolución Rusa, t. I, de León Trotsky.

jueves, mayo 21

Trotsky: En cautiverio británico

Del pasaporte de Trotsky. 1915

... La prensa burguesa –la misma prensa que ha difundido declaraciones difamatorias del peor tipo centurista contra emigrados políticos que se vieron forzados a retornar a Rusia a través de Alemania– se mostró sorda y muda en relación al ilegal ataque inglés a los emigrados rusos que regresaban a casa por el Océano Atlántico.
...
Los primeros dos años de guerra, los pasé en Francia. Ahí tuve la oportunidad de observar muy de cerca el experimento de socialistas en el ministerio durante la época de la guerra “de liberación”. Guesde y Sembat, por supuesto, justificaron sus actos alegando la naturaleza sin precedentes de las circunstancias que los empujaron a entrar en el gabinete de guerra: la patria estaba en peligro, los alemanes estaban en las puertas de París, la devastación general, la necesidad de defender la república y las tradiciones de la revolución, en breve, ellos presentaron los mismos argumentos que ahora están siendo usados en forma ingenua por Tsereteli y Chernov para probar que su ministerialismo es diferente del de Guesde y Sembat como el cielo de la tierra.

Con la generosa participación de los “camaradas” ministros franceses, fui expulsado de Francia por mi trabajo en el periódico internacional ruso Nashe Slovo (Nuestra Palabra) y por tomar parte en el movimiento de “Zimmerwald”. El gobierno suizo, obedeciendo las órdenes de los diplomáticos del Zar, rehusó admitirme. Los policías franceses, que usaban ropas de civil –para preservar el honor de la república-, me llevaron a la frontera española. Tres días después, el Prefecto de París Lorane telegrafió a la policía de Madrid sobre el peligroso agitador que había cruzado la frontera española. Los guardianes de la paz españoles no podían pensar en nada mejor que arrestarme. Habiéndome liberado, después de un interrogatorio en el parlamento de su prisión “modelo” en Madrid, el gobierno español me escoltó en un convoy al extremo sureste de la península ibérica, Cádiz. De ahí los oficiales quisieron enviarme inmediatamente a La Habana, y fue después de que amenacé con resistirme y después de la intervención de socialistas y republicanos españoles, que se me permitió salir con mi familia a Nueva York.

Después de dos meses [en Nueva York], tuvimos las noticias de la Revolución Rusa. Un grupo de exiliados rusos, entre ellos el autor de estas líneas, hizo el intento de viajar a Rusia en el primer vapor. Pero el Socialista ruso propuso y Lloyd Geroge dispuso. En Halifax, los oficiales ingleses nos detuvieron e internaron en un campo de prisioneros de guerra...

... prisioneros de guerra alemanes con quienes pasé un mes. Había 800 de ellos –cerca de 500 marineros de barcos de la Marina alemana hundidos por los británicos, cerca de 200 trabajadores que fueron capturados en Canadá cuando la guerra estalló y cerca de 100 prisioneros oficiales y civiles procedentes de círculos burgueses. Nuestra relaciones tomaron forma desde el primer día, o más exactamente desde el momento en que el grueso de prisioneros de guerra supo que estábamos arrestados como socialistas revolucionarios. Los oficiales, que tenían sus lugares separados, inmediatamente nos consideraron como sus odiados enemigos.

El resto, sin embargo, nos rodeó con simpatía. Ese mes en el campo parecía un continuo mítin. Hablamos a los prisioneros acerca de la revolución rusa, acerca de las causas de la ruptura de la Segunda Internacional, de las agrupaciones en el socialismo… Las relaciones entre los suboficiales y soldados democráticos y los oficiales, algunos de quienes mantenían vigilados a sus marineros, se hizo muy agudo. Los oficiales alemanes finalmente se quejaron ante el comandante del campo, coronel Morris, contra nuestra propaganda anti-patriótica. El coronel británico inmediatamente se puso de lado del patriotismo Hohenzollern y me prohibió hacer más apariciones públicas. Esto, sin embargo, ocurrió en los últimos días de nuestra estadía en el campo, e hizo nuestra relaciones con los marineros y trabajadores, mas íntimas. Ellos repudiaron la prohibición del coronel con una protesta escrita acompañada de 530 firmas.

Cuando nos sacaban del campo, los prisioneros nos dieron una despedida que siempre quedará nuestras memorias. Los oficiales permanecieron en sus lugares, mientras “nuestros” internacionalistas hicieron dos filas, la orquesta tocó marchas socialistas y nos estrechamos las manos con todos… Uno de los prisioneros dió un discurso en el que expresaba su satisfacción con la revolución rusa, lanzó una sincera consigna contra el gobierno alemán y nos pidió que diéramos su saludo fraternal al proletariado ruso. Ese es la forma en que confraternizamos con los marineros alemanes en Amherst. Es verdad que en ese momento no sabíamos todavía que los zimmerwaldistas del Príncipe Lvov –Tsereteli y Chernov- veían a la confraternización como contradictoria con los fundamentos del socialismo internacional. En esto estaban de acuerdo con el gobierno Hohenzollern que había prohibido confraternizar usando un razonamiento menos hipócrita. Es superfluo decir que la prensa americano-canadiense ha explicado nuestro aprisionamiento debido al germanismo. Los periódicos kadete amarillos de nuestra patria, han seguido el mismo curso.

Esta acusación de pro-germanismo que tuve de occasión de escuchar durante la guerra, no fue la primera vez. Cuando los chauvinistas franceses estaban preparando mi exilio de Francia, ellos difundieron el rumor sobre mis tendencias pro-alemanas pero la misma prensa francesa informó antes a sus lectores que me habían sentenciado a prisión en Alemania por el panfleto alemán “Der Krieg und die Internationales”, que estaba dirigido contra el imperialismo alemán y contra la política de la mayoría oficial de la socialdemocracia alemana... En las denuncias que nos hacían Miliukov y sus hessianos, no hay nada de original. Eran traducciones literales del idioma alemán. Sir Buchanan, el embajador inglés en Petrogrado, fue más lejos. En su carta dirigida a la prensa, el embajador inglés en Petrogrado, Sir Buchanan, declaró que estábamos regresando a Rusia con un plan financiado por el gobierno alemán para derrocar al Gobierno Provisional. Se nos ha dicho que en círculos “informados” incluso se ha mencionado el monto del subsidio: 10,000 marcos. Parece que el gobierno alemán debe haber valorizado la estabilidad del gobierno Guchkov-Miliukov en esa modesta suma.

La diplomacia inglesa, generalmente hablando, no está desprovista de cuidado ni de una decorosa caballerosidad superficial. Pero la afirmación hecha por el embajador británico de que estábamos subsidiados por Alemania está obviamente desprovista de las mencionadas cualidades; no es caballerosa y es estúpida. Esto se explica por el hecho de que los políticos y diplomáticos británicos tienen dos tipos de conducta: una para los “países civilizados” y otra para las colonias. Sir Buchanan, que fue el mejor amigo de la monarquía del zar y que ahora se ha tranferido a los amigos de la república, siente lo mismo de Rusia que de India y Egipo, de ahí que no considere necesario ser discreto. Los funcionarios británicos consideran que tienen el derecho de tomar ciudadanos rusos de los barcos y apresarlos en campos de prisioneros de guerra; el embajador británico piensa que es posible lanzar terribles difamaciones contra activos revolucionarios rusos. Es sólo cuestión de tiempo para poner fin a esto. Y el objeto de este panfleto es ayudar a acelerar el momento en que la Rusia democrática le dirá al señor Buchanan y sus amos: “Por favor, quiten sus pies de la mesa”.

miércoles, mayo 20

Bajas rusas en la presente guerra

Soldados rusos esperando ataque alemán


Petrogrado (7 de mayo de 1917).- La presente Guerra Mundial ha sido bastante cruenta, pero ha sido Rusia la que ha llevado la peor parte de las pérdidas materiales y humanas.

Desde el estallido de la guerra, hasta el 1 de mayo del año en curso, Rusia ha enviado al frente aproximadamente 15 millones de hombres.

Las bajas rusas durante el mismo período -sumando muertos, heridos, capturados y perdidos- alcanzan las cifras de 66,154 oficiales y 6'226,005 soldados.

Lenin: Mandato a los Diputados del Soviet elegidos en Fábricas y Regimientos

1) Nuestro Diputado debe oponerse incondicionalmente a la presente guerra imperialista depredadora. Esta guerra es llevada por los capitalistas de todos los países –Rusia, Alemania, Gran Bretaña– por ganancias y el sometimiento de las naciones débiles.

2) En tanto un gobierno capitalista esté a la cabeza de la nación rusa, no debe haber apoyo para el gobierno que está conduciendo una guerra depredadora –¡ni un solo kopek!

3) Nuestro diputado debe estar por la inmediata publicación de los tratados secretos depredadores (relacionados a la subyugación de Persia, la partición de Turquía, Austria, etc.) que el ex zar Nicolás concluyó con los capitalistas de Gran Bretaña, Francia, etc.

4) Nuestro diputado debe estar por la inmediata abrogación de todos esos tratados. El pueblo ruso, los obreros y los campesinos, no desean oprimir y no oprimirán a ninguna nación; ellos no quieren y no mantendrán por la fuerza a una sola nación no-rusa (no-gran-rusa) dentro de las fronteras de Rusia. ¡Libertad para todos los pueblos, unión fraternal de los obreros y campesinos de todas las nacionalidades!

5) Nuestro diputado debe estar por que el gobierno ruso ofrezca abierta, inmediata e incondicionalmente, sin equivocación y sin la mínima demora, términos de paz a todos los países beligerantes sobre la base de la libertad de todas las nacionalidades oprimidas y no privilegiadas sin excepción.

Esto significa que los gran rusos no retendrán por la fuerza a Polonia o Kurland o Ucrania o Finlandia o Armenia o cualquier otra nación. Los gran rusos ofrecen una unión fraternal a todas las naciones y proponen la formación de un Estado común por acuerdo voluntario de cada pueblo y bajo ninguna circunstancia por medio de la violencia, directa o indirecta. Los gran rusos bajos los términos de tal paz, se comprometen a retirar inmediatamente sus tropas de Galitzia, de Armenia y de Persia, y dejarán que esas naciones y todas las otras naciones sin excepción decidan libremente si desean vivir como Estado separado o en unión con quien a ellos les plazca.

Alemania, de acuerdo a los términos de tal paz, debe no sólo entregar todos los territorios que ha capturado desde el inicio de la guerra sino también liberar a los pueblos que mantiene por la fuerza dentro de las fronteras de Alemania: los daneses (Schleswig), los franceses (parte de Alsacia y Lorena), los polacos (Poznan), etc. Alemania debe comprometerse inmediatamente, y simultáneamente con Rusia, a retirar sus tropas de todas las regiones que ha ocupado, asi como de todas las regiones mencionadas arriba, y dejar que cada nación decida libremente, por voto popular, si desea vivir como un Estado separado o en unión con quien le plazca. Alemania debe liberar incondicional e inequivocamente todas sus colonias, porque las colonias son pueblos oprimidos.

Gran Bretaña, según los términos de tal paz, debe liberar, inmediata e incondicionalmente, no sólo los territorios de otros que ha ocupado (las colonias alemanas en Africa, etc., las tierras turcas, Mesopotamia, etc.) sino todas sus propias colonias. Gran Bretaña, al igual que Rusia y Alemania, debe retirar inmediatamente sus tropas de todos los territorios que ha capturado, de sus colonias y también de Irlanda, y dejar que cada nación decida mediante votación libre si quiere vivir como un Estado separado o en unión con quien desee.

Y así: todos los países beligerantes, sin excepción, deben recibir un ofrecimiento para concluir una paz inmediata sobre esos términos claramente definidos. Los capitalistas de todos los países no deberán continuar engañando a los pueblos con la promesa de “paz sin anexiones” mientras conservan sus propios territorios anexados y continuan la guerra para quitar a sus enemigos “sus” territorios anexados.

6) Nuestro diputado no dará ningún apoyo o votará por nungún crédito o dará un kopek del dinero del pueblo a ningún gobierno que no se comprometa solemnemente a ofrecer a todas las naciones esos términos para una paz inmediata y publique este ofrecimiento en dos día para información de todos.

martes, mayo 19

Lenin: Un Gobierno Revolucionario fuerte

Retrato oficial - 1918

Pravda No. 50, del 6(19) de mayo de 1917

Estamos por un Gobierno Revolucionario fuerte. Cualquier cosa que los capitalistas y sus sirvientes puedan gritar en sentido contrario, sus mentiras seguirán siendo mentiras.

No se debe dejar que las frases empañen la consciencia, desorienten el pensamiento. Cuando la gente habla de “revolución”, “el pueblo revolucionario”. “democracia revolucionaria” y otras cosas parecidas, nueve veces de diez son una mentira o un auto-engaño. La cuestión es: ¿Qué clase está haciendo esta revolución? ¿Una revolución contra quién?

¿Contra el zarismo? En ese sentido, la mayoría de los terratenientes y capitalistas hoy son revolucionarios. Cuando la revolución es un hecho consumado, incluso los reaccionarios se ponen en línea con ella. En el presente, no hay engaño a las masas más frecuente, más detestable y más dañino que aquel que aclama la revolución contra el zarismo.

¿Contra los terratenientes? En este sentido, la mayoría de los campesinos –incluso la mayoría de los campesinos acomodados– que son probablemente el noventa por ciento de la población rusa, es revolucionaria. Muy probablemente, algunos capitalistas, también, están preparados para hacerse revolucionarios en caso de que los terratenientes no pudieran ser salvados de ninguna manera, entonces les sería conveniente ponerse del lado de la revolución e intentar hacer las cosas seguras para el capitalismo.

¿Contra los capitalistas? Hoy ese es el problema real. Esa es la esencia de las cosas, porque sin una revolución contra los capitalistas todo ese parloteo acerca de “paz sin anexiones” y la pronta finalización de la guerra mediante esa paz es ingenuo e ignorante, o estupidez y mentira. Pero para la guerra, Rusia podría haber seguido viviendo por años y décadas sin una revolución con los capitalistas. La guerra ha hecho esto objetivamente imposible. Las alternativas son o la ruina absoluta o una revolución contra los capitalistas. Asi es como la cuestión se plantea. Así es como la verdadera tendencia de los acontecimientos se manifiesta.

Instintivamente, emocionalmente y por atracción, el grueso de la población rusa, los proletarios y semiproletarios, es decir, los obreros y campesinos pobres, simpatizan con una revolución contra los capitalistas. Hasta ahora, sin embargo, no hay clara consciencia de esto y, en consecuencia, no hay determinación. Desarrollarlas es nuestra tarea principal.

Los líderes de la pequeña burguesía –los intelectuales, los campesinos ricos, los partidos de los narodniks (incluidos los eseristas) y los mencheviques– no están en el momento actual a favor de una revolución contra los capitalistas y algunos de ellos incluso se oponen a ella en gran detrimento de la causa del pueblo. El gabinete de coalición es el tipo de “experimento” que va a ayudar al pueblo en su conjunto a descartar rápidamente la ilusión de conciliación pequeñoburguesa con los capitalistas.

La conclusión es obvia: sólo la asunción del proletariado al poder, respaldado por los semiproletarios, puede dar al país un gobierno realmente fuerte y realmente revolucionario. Será realmente fuerte porque será apoyado por una mayoría del pueblo sólida y consciente. Será fuerte porque no tendrá la necesidad de basarse en un precario “acuerdo” entre capitalistas y pequeños propietarios, entre millonarios y la pequeña burguesía, entre los Konovalovs-Shingariovs y los Chernov-Tseretelis.

Será un verdadero gobierno revolucionario, el único capaz de demostrar al pueblo que cuando un indecible sufrimiento es infligido a las masas no será atemorizado ni impedido por los beneficios capitalistas. Será un verdadero gobierno revolucionario porque él, solo, será capaz de evocar y sostener el entusiasmo revolucionario de las masas y potenciarlo diez veces, a condición de que las masas vean y sientan, cada día, cada hora, que el gobierno cree en el pueblo, que no le teme, que ayuda al pobre a mejorar su suerte ahora, que hace que el rico lleve una parte igual de la carga pesada del sufrimiento del pueblo.

Nosotros estamos por un gobierno revolucionario fuerte.

Nosotros estamos por un gobierno revolucionario fuerte porque es el único gobierno posible y el único gobierno confiable.

N. Lenin

lunes, mayo 18

Se forma gobierno de coalición

Petrogrado (5 de mayo de 1917).- Luego de varios días de negociaciones, iniciadas inmediatamente después de la “crisis de abril”, el Gobierno Provisional y el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado llegaron a un acuerdo y han formado un gobierno de coalición.

El nuevo Gobierno Provisional está compuesto de nueve ministros “burgueses”, la mayoría de ellos pertenecientes al Partido Demócrata Constitucionalista (Kadete), y de seis ministros “socialistas” procedentes del Soviet de Petrogrado. Se confirman las renuncias de Pável Miliukov y Alexander Guchkov.

El nuevo gabinete es el siguiente:

Primer Ministro y Ministro del Interior Príncipe Georgi Lvov
Ministro de Asuntos Exteriores Mijaíl Tereschenko
Ministro de Guerra y Marina Alexander Kerensky (Partido SR)
Ministro de Transporte Nikolai Nekrasov (Kadete)
Ministro de Comercio e Industria Alexander Konovalov (Progresista)
Ministro de Justicia Pável Pereverzev (Partido SR)
Ministro de Finanzas Andrei Shingarev (Partido Kadete)
Ministro de Educación Andrei Manuilov (Partido Kadete)
Ministri de Agricultura Victor Chernov (Partido SR)
Ministro de Trabajo Matvev Sbobelev (Menchevique)
Ministro de Alimentación Alexei Peshejonov (Nacional Socialista)
Ministro de Correos y Telégrafos Irakli Tsereteli (Menchevique)

El Príncipe Lvov mantiene su condición de Primer Ministro; el kadete Tereschenko asume el cargo de Ministro de Asuntos Exteriores que dejó vacante su copartidario Miliukov; Kerensky deja el Ministerio de Justicia para asumir el puesto de Ministro de Guerra. Victor Chernov, líder del Partido Socialista Revolucionario, es el nuevo Ministro de Agricultura, e Irakli Tsereteli, líder de los mencheviques, es el nuevo Ministro de Correos y Telégrafos.

Algunos opinan que esta coalición ayudará a superar los conflictos que ha venido provocando el poder dual, permitiendo que el nuevo gobierno pueda ejercer su autoridad, tomar decisiones y ejecutar las medidas necesarias para el normalizar el manejo del país. Dado que en el nuevo Gobierno hay una representación de socialistas del Soviet, se supone que no deberán reeditarse los desencuentros que habían hasta hace una semana, y que la coalición significa colaboración de la burguesía y los representantes del Soviet.

La Mezhrayonka o Comité Inter-Distrital de Trotsky y Lunacharsky: una federación de intelectuales

El grupo político que saludó a Trotsky como su jefe propio fue la Organización Inter-Distrital, la Mezhrayonka como se le llamaba. El había inspirado este grupo desde el exterior desde su formación en 1913 y contribuyó con sus publicaciones. El grupo no aspiraba a formar un partido. Era una asociación temporal de no-bolcheviques y no-mencheviques, que persistían en su oposición a la guerra, el Príncipe Lvov y los “social patriotas”. Su influencia estaba confinaba sólo a los distritos de la clase obrera de Petrogrado, y aún ahí fue arrollado por el rápido crecimiento del bolchevismo. A este pequeño grupo se adhirieron, sin embargo, hombres que en el pasado habían sido eminentes mencheviques y bolcheviques y que iban a destacarse nuevamente. La mayoría de ellos, Lunacharsky, Riazanov, Manuilsky, Pokrovsky, Joffe, Uritsky, Volodarsky, habían escrito para los periódicos de Trotsky. Otros pocos, como Karajan y Yureniev, serían después importantes diplomáticos soviéticos. Juntos formaban una élite política brillante pero su organización era demasiado débil y estrecha para servir de base para una acción independiente. Cuando Trotsky regresó, el grupo estaba discutiendo su futuro y contemplando una fusión con los bolcheviques y otros grupos de izquierda. En mítines públicos, sus agitadores eran insistentemente preguntados en qué diferían de los bolcheviques y por qué no unían esfuerzos con ellos. A esta pregunta, en verdad, no tenían una respuesta satisfactoria. Su separación de los bolcheviques había resultado de la larga y compleja pelea en el viejo partido; reflejaba diferencias pasadas, no presentes.

...los sucesos de la guerra habían llevado gradualmente a Trotsky a tomar el punto de vista de que la brecha en el movimiento de los trabajadores no podía ser reparada, que era equivocado y aún pernicioso intentar repararlo y que era deber de los internacionalistas formar nuevos partidos...

...la posición de los dos [Lenin y Trotsky] era bastante diferente. Lenin era el líder reconocido de un gran partido, que, aún en minoría en el Soviet, se había ya en la basu aglutinante de la oposición al régimen de Febrero. Trotsky y sus amigos eran pléyade de brillantes generales sin ejército. Como individuo, Trotsky podía hacer escuchar su voz desde la plataforma de la revolución, pero sólo un partido grande y disciplinado podría transformar las palabras de ahora en hechos perdurables. Cada lado necesitaba del otro, aunque en grados diferentes...

En la reunión del 10 de mayo, él propuso a Trotsky y sus amigos para que se unan inmediatamente al Partido Bolchevique... No le puso condiciones. No le pidió a Trotsky que renuncie a nada de su pasado, ni siquiera mencionó las controversias... En ese entonces, aún tenía esperanzas de una reunión con Mártov, que se había alejado de los mencheviques, que permaneció fiel al programa de Zimmerwald y que se oponía al gobierno de coalición.

..."Yo no puedo describirme como un bolchevique. No es deseable apegarse a las viejas etiquetas”. Ellos debían unir esfuerzos en un nuevo partido, con un nuevo nombre, en un congreso de sus organizaciones. Trotsky debe haber estado consciente de que en tal congreso, los bolcheviques de todas maneras gozarían de absoluta preponderancia. Entonces, toda diferencia se reduciría a la “etiqueta”. Este era un asunto demasiado trivial para justificar que Trotsky y sus compañeros se atuvieran a su aislamiento político. Pero por el momento, el asunto fue archivado.

Cuando le preguntaron a Lenin por qué a pesar de estar de acuerdo, él y Trotsky permanecían aún separados, él contestó: “¿No lo sabes? Ambición, ambición, ambición. Para Trotsky, declararse bolchevique era una rendición tácita, no a Lenin del presente sino a Lenin del pasado, y esto lo frustaba...

...Por el momento, él permaneció como un político independiente...

...Mientras tanto, fundó Vperiod (Adelante), el periódico del Comité Inter-Distrital. Aunque tenía muchos colaboradores brillantes, no tuvo éxito... Empezó como semanario, pero se hizo irregular, y sólo aparecieron dieciséis números antes de que el Comité Inter-Distrital se uniera a los bolcheviques.

Fue a través de la palabra hablada en lugar de la palabra escrita que Trotsky hizo su impacto en la vida política de la capital. El hablaba, usualmente con Lunacharsky, en innumerables mítines. En sólo dos o tres semanas desde su regreso, él y Lunacharsky ganaron enorme popularidad como los más elocuentes agitadores de la izquierda del Soviet...

... En aquellos días... él estableció su base en el Cirque Moderne, donde cada noche hablaba ante enormes multitudes... Se hizo tan identificado con el Cirque Moderne que cuando regresaba al Palacio Táurida o al Instituto Smolny, la sede del Soviet, y atacaba a sus oponentes o discutía con ellos, le gritaban: “Este no es tu Cirque Moderne” o “En el Cirque Moderne hablas diferente”.

Extractos editados de "The prophet armed. Trotsky 1879-1921" de Isaac Deutscher, Verso, 2003. Traducción propia. Negritas nuestras.

domingo, mayo 17

Trotsky regresa del exilio

Trotsky bajando del tren

Stalin: Rezagados de la revolución

Stalin. 1906
Pravda Nº 48 del 4(17) de mayo de 1917

La revolución avanza. Cada vez más profunda y más amplia, pasa de una esfera a otra, revolucionando toda la vida social y económica del país, de arriba abajo.

Al irrumpir en la industria, la revolución plantea el problema de que la producción sea controlada y regulada por los obreros (cuenca del Donetz).

Al extenderse a la agricultura, la revolución impulsa hacia el laboreo colectivo de las tierras no cultivadas y hacia el suministro de aperos y de ganado de labor a los campesinos (distrito de Schlusselburgo).

Al poner al descubierto las lacras de la guerra y la ruina económica engendrada por ésta, la revolución irrumpe en la esfera de la distribución y plantea, de una parte, la cuestión del abastecimiento de las ciudades (crisis de subsistencias) y, de otra parte, la de que se proporcione al campo artículos industriales (crisis de mercancías).

La solución de estos y otros problemas similares de actualidad exige que las masas revolucionarias desplieguen al máximo su iniciativa; exige que los Soviets de Diputados Obreros intervengan activamente en la organización de la nueva vida; exige, por último, el paso de todo el Poder a manos de una nueva clase, capaz de llevar el país al anchuroso camino revolucionario.

Las masas revolucionarias marchan ya en provincias por este camino. En algunos lugares, las organizaciones revolucionarias ya han tomado el Poder (Urales, Schlusselburgo), saltándose a los llamados “comités de salvación pública”.

Mientras tanto, el Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados de Petrogrado, llamado a dirigir la revolución, se debate impotente, sin avanzar un paso, quedando rezagado de las masas, apartándose de ellas; y el problema cardinal de la toma de todo el Poder lo suplanta por la cuestión baladí de los “candidatos” al Gobierno Provisional. Al quedar rezagado de las masas, el Comité Ejecutivo se rezaga de la revolución y dificulta su avance.

Tenemos a la vista dos documentos del Comité Ejecutivo: las “Instrucciones a los delegados de los obreros en el frente”, que llevan regalos a los soldados, y el “Llamamiento a los soldados que están en el frente”. Y ¿qué dicen esos documentos? Pues también que el Comité Ejecutivo ha quedado a la zaga, ya que en ellos da las respuestas más repelentes y más antirrevolucionarias a las cuestiones fundamentales del momento.

La cuestión de la guerra

Mientras el Comité Ejecutivo porfiaba con el Gobierno Provisional en torno a las anexiones y las contribuciones, mientras el Gobierno Provisional fabricaba “notas” y el Comité Ejecutivo se regocijaba desempeñando el papel de “vencedor”, en tanto la guerra de rapiña seguía como antes, la vida en las trincheras, la vida real de los soldados, apuntó una nueva forma de lucha: la fraternización en masa. No hay duda de que la fraternización, por sí sola, no es más que una manifestación espontánea de los anhelos de paz. Sin embargo, cuando se efectúa de forma organizada y consciente, puede convertirse en un poderoso medio en manos de la clase obrera para revolucionar la situación en los países beligerantes.

¿Qué actitud observa el Comité Ejecutivo ante la fraternización?

Escuchad:

“Camaradas soldados: No lograréis la paz con la fraternización... Quienes os dicen que la fraternización es el camino de la paz, os conducen a la muerte, llevan al hundimiento de la libertad de Rusia. No les creáis” (v. el “Llamamiento”).

En vez de la fraternización, el Comité Ejecutivo propone a los soldados “no negarse a realizar las operaciones ofensivas que pueda exigir la situación militar” (v. el “Llamamiento”). Resulta que la defensiva, “la defensa en el sentido político, no excluye de ninguna manera las ofensivas estratégicas, la ocupación de nuevos sectores, etc. En interés de la defensa..., es absolutamente necesario emprender ofensivas, ocupar nuevas posiciones” (v. las “Instrucciones”).

En pocas palabras: para lograr la paz, hay que emprender ofensivas y ocupar “sectorés” de territorio ajeno.

Así razona el Comité Ejecutivo.

Pero ¿en qué se distinguen estas apreciaciones imperialistas del Comité Ejecutivo de la “orden” contrarrevolucionaria del general Alexéiev, en la que se declara “traición” la fraternización en el frente y se ordena a los soldados “luchar implacablemente contra el enemigo”?

Más aún: ¿en qué se distinguen esas apreciaciones del contrarrevolucionario discurso de Miliukov en la Conferencia del Palacio de Mariinski, cuando exigió de los soldados “operaciones ofensivas” y disciplina en interés de la “unidad del frente”?...

La cuestión de la tierra

Todo el mundo conoce el conflicto surgido entre los campesinos y el Gobierno Provisional. Los campesinos exigen la labranza inmediata de los campos dejados sin cultivar por los terratenientes, pues consideran ese paso como el único medio para asegurar el pan tanto a la población de la retaguardia como al ejército en el frente. En respuesta, el Gobierno Provisional ha declarado una guerra decidida a los campesinos, poniendo el movimiento agrario fuera de la “ley”; además, ha enviado al campo a comisarios para que protejan los intereses de los terratenientes frente a los “atentados” de los campesinos “usurpadores”. El Gobierno Provisional ha conminado a los campesinos a que se abstengan de confiscar la tierra hasta que se reúna la Asamblea Constituyente: ésta, dicen, lo resolverá todo.

¿Cuál es la actitud del Comité Ejecutivo en este problema?, ¿a quién apoya: a los campesinos o al Gobierno Provisional?

Escuchad:

“La democracia revolucionaria defenderá con toda energía... la incautación sin indemnizaciones... de las tierras de los terratenientes... en la futura Asamblea Constituyente. Hoy, sin embargo, considerando que la confiscación inmediata de las tierras de los terratenientes podría suscitar... una seria conmoción económica en el país..., la democracia revolucionaria previene a los campesinos contra toda solución arbitraria del problema de la tierra, ya que los desórdenes en el campo no beneficiarían a los campesinos, sino a la contrarrevolución”; en vista de ello, recomienda que “no se confisque de manera arbitraria los bienes de los terratenientes hasta que no decida la Asamblea Constituyente” (v. las “Instrucciones”).

Eso es lo que dice el Comité Ejecutivo.

Es evidente que el Comité Ejecutivo no apoya a los campesinos, sino al Gobierno Provisional.

¿No está claro que el Comité Ejecutivo, al adoptar esa actitud, ha rodado hasta la contrarrevolucionaria consigna de Shingariov: “¡Sujetar a los campesinos!”?

Además, ¿desde cuándo los movimientos agrarios son “desórdenes en el campo”, y las “soluciones arbitrarias” de los problemas algo inadmisible? ¿Qué son los Soviets, incluido el Soviet de Petrogrado, sino organizaciones de origen “arbitrario”? ¿Acaso el Comité Ejecutivo cree que ya ha pasado la época de las organizaciones y las soluciones “arbitrarias”?

En relación con el laboreo de las tierras de los terratenientes sin autorización para ello, el Comité Ejecutivo asusta con la “crisis de subsistencias”. Pero con vistas a incrementar los recursos alimenticios de la población, el Comité Revolucionario del distrito de Schlusselburgo, nacido “arbitrariamente”, ha dispuesto:

“A fin de obtener una mayor cantidad de cereales, de los cuales existe una verdadera necesidad, las comunidades rurales labrarán las tierras sin cultivar pertenecientes a las iglesias, a los monasterios, a la familia imperial y a los particulares”.

¿Qué puede objetar el Comité Ejecutivo a esta decisión “arbitraria”?

¿Qué puede oponer a esta sabia decisión, como no sean frases vacías acerca de la “usurpación”, los “desórdenes en el campo”, las “soluciones arbitrarias”, etc., tomadas al prestado de los ukases del señor Shingariov?

¿Acaso no está claro que el Comité Ejecutivo ha quedado rezagado del movimiento revolucionario en provincias y que, por esa causa, está en contradicción con él?...

Así, pues, ante nuestros ojos se despliega un nuevo panorama. La revolución crece en amplitud y profundidad, abarcando nuevas esferas, irrumpiendo en la industria, en la agricultura, en la esfera de la distribución, y planteando el problema de la toma de todo el Poder. Las provincias marchan a la cabeza del movimiento. Si en los primeros días de la revolución Petrogrado iba en vanguardia, ahora empieza a quedar rezagado. Y se tiene la impresión de que el Comité Ejecutivo de Petrogrado trata de detenerse en el punto ya alcanzado.

Pero en los períodos de revolución es imposible detenerse en un punto; hay que moverse forzosamente, hacia adelante o hacia atrás. Por eso quien quiere detenerse en tiempos de revolución queda inevitablemente rezagado, y para quien queda rezagado, no hay cuartel: la revolución le empujará al campo de las fuerzas contrarrevolucionarias.

K. Stalin