sábado, abril 18

Reacción ante las Tesis de Lenin

Nikolai Chjeídze, líder menchevique, Presidente del Soviet de Petrogrado

Petrogrado (5 de abril de 1917).- Las Tesis de Lenin han creado gran revuelo en los círculos socialdemócratas. Tanto bolcheviques como mencheviques discuten las propuestas del líder bolchevique recién llegado del exilio.


Particularmente ácidos en sus comentarios han sido los líderes mencheviques que contaban con la posibilidad de una reunificación del partido socialdemócrata. Lenin con sus ideas y con su franca oposición a toda unión con los oportunistas y "social-chovinistas", ha cerrado cualquier posibilidad en ese sentido.

He aquí algunas reacciones ante el discurso de Lenin:

Menchevique B.O. Bogdánov: "¡Esto es el delirio de un loco! Es indecente aplaudir esta farfulla".

Menchevique, ex-bolchevique, I.P. Goldenberg: "¡Lenin se ha constituido en candidato para uno de los tronos europeos que ha estado vacante por treinta años –el trono de Bakunin! Las nuevas palabras de Lenin recuerdan algo de las anticuadas verdades del anarquismo primitivo".

Menchevique M.I. Skóbelev: (en el gabinete, al Prinicpe Lvov): Lenin “es una vieja gloria que está fuera de las filas del movimiento [socialdemócrata]“.

Bolchevique de los Urales Semen Kanatchivkov: sorprendido por “la naturaleza nada realista de sus ideas que nos parecían ir más allá de lo que es posible”.

El líder menchevique Nikolai Chjeídze: Lenin quedará como una figura solitaria fuera de la revolución y nosotros seguiremos nuestro propio camino.

viernes, abril 17

Lenin expone sus Tesis ante bolcheviques y mencheviques

Lenin en el Palacio Táurida exponiendo en la reunión conjunta de bolcheviques y mencheviques

Petrogrado (4 de abril de 1917).- En la última sesión de la Conferencia de Toda Rusia del Partido Bolchevique, Lenin, como único orador, presentó sus Tesis sobre la situación actual y las tareas del proletariado. La reunión se realizón en la sala número 13 del Palacio Táurida. Durante hora y media, el líder de los bolcheviques expuso su punto de vista, resumido en diez tesis.

En la primera tesis, sobre la actidud ante la guerra, sostuvo que la guerra actual -aún bajo el nuevo gobierno- sigue siendo imperialista y que se debe combatir el defensismo revolucionario. La "defensa de la patria", bajo el Gobierno Provisional, es inaceptable y es una traición al socialismo.

La segunda tesis sostiene que es el momento de la transición de la primera etapa de la revolución -que ha dado el poder a la burguesía por falta de consciencia y organización del proletariado- a la segunda etapa que debe dar el poder al proletariado y a su aliado el campesinado pobre.

En la tercera tesis, Lenin llama a que no se dé ningún apoyo al Gobierno Provisional y que el deber del Partido es desenmascararlo ante las masas.

La cuerta tesis reconoce que el bolchevismo es una minoría débil y que la tarea inmediata debe consistir en un trabajo de crítica y esclarecimiento para liberar a las masas del engaño de la burguesía y los oportunistas.

La quinta tesis aboga por una República de los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados como nueva forma de gobierno creada por la revolución, en contraste con la república parlamentaria que en las actuales condiciones sería un paso atrás.

La sexta se refiere al problema agrario y propone la confiscación de la propiedad terrateniente, la nacionalización de todas las tierras y la creación y fortalecimiento de soviets de braceros.

La séptima tesis aboga por la unificación de todos los bancos en un sólo banco nacional bajo control del Soviet. La octava tesis exige que la producción social y la distribución de bienes estén bajo inmediato control de los soviets. La novena tesis se refiere a tareas inmediatas del Partido. La décima y última tesis propone la creación de nueva Internacional que agrupe a los partidos marxistas que se han apartado del oportunismo, del socialchovinismo.

Debido a que bolcheviques y mencheviques habían acordado una reunión para tratar la unificación del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, se propuso que no hubiera discusión de las Tesis de Lenin para poder asistir. Para esto último, se votó y acordó hacerlo, y se aceptó la propuesta que en dicha reunión Lenin expusiera sus Tesis dado que en él se tocaban los temas urgentes que decidirían en último una reunificación.

En el hemiciclo de la antigua Duma del Estado, en el mismo Palacio Táurida y bajo la presidencia de Nikolai Chjeídze se inauguró la reunión conjunta de bolcheviques y mencheviques. Se le concedió la palabra a Lenin, quien expuso una vez más sus Tesis. Mientras la exposición se desarrollaba se dieron muestras de desaprobación por parte de los mencheviques en los puntos sobre la actitud ante la guerra y el apoyo al gobierno provisional. Algunos llegaron a los gritos y silbidos durante el discurso del imperturbable Lenin.

Terminada la exposición, una serie de oradores -casi todos mencheviques- tomó la palabra para criticar a Lenin y sus tesis. El ambiente se puso bastante tenso y muy lejos de lo que los promotores de la unificación hubieran deseado. Con espíritu conciliador, el líder de los mencheviques Irakli Tsereteli llamó a ambas fracciones a que calmen sus ánimos y anunció que estaba dispuesto a trabajar y colaborar con Lenin.

Lenin, por su lado, fue directo e intransigente: "¡Nunca!". De esa manera, cerró toda posibilidad de reunificación. La reunión se dispersó en medio de la indignación de muchos mencheviques.

Conferencia Bolchevique: Informe de Lenin

He esbozado varias tesis que ofreceré con algunos breves comentarios. No he podido, por falta de tiempo, preparar un informe completo y sistematizado.

La cuestión fundamental es nuestra actitud ante la guerra. Lo principal que uno confronta cuando lee los periódicos de Rusia y observa las condiciones aquí, es el triunfo del defensismo, la victoria de los traidores del socialismo, el engaño de las masas por la burguesía. Uno es impactado entre los ojos por el hecho de que en el movimiento socialista de Rusia exista la misma situación que en otros países: defensismo, “la defensa de la patria”. La diferencia es ésta: en ningún otro lugar existe el grado de libertad que tenemos, y sobre nosotros recae la responsabilidad ante el conjunto del proletariado internacional. El nuevo Gobierno, como el anterior, es imperialista, a pesar de la promesa de la república. Es imperialista de lado a lado.

Tesis I. En nuestra actitud ante la guerra, que de parte de Rusia -aún bajo el nuevo Gobierno de Lvov y Cía.- incondicionalmente continúa siendo una guerra imperialista depredadora, debido a la naturaleza capitalista de este Gobierno, es inaceptable hacer la más ligera concesión al “defensismo revolucionario”.

El proletariado consciente puede dar su aprobación a una guerra revolucionaria, justificando realmente el defensismo revolucionario, sólo bajo las siguientes condiciones: a) la transferencia del poder a las manos del proletariado y su aliado, la capa más pobre del campesinado; b) la renuncia a todas las anexiones de hecho y no sólo de palabra; c) una completa, en la práctica, ruptura con los intereses del capitalismo.

En vista de la indudable honestidad de la masa de representantes del defensismo revolucionario que aceptan la guerra sólo como una necesidad y no en aras de conquistas, en vista de que son engañados por la burguesía, es necesario con especial detalle, persistencia y paciencia hacerles ver su error, explicarles el indisoluble lazo entre el capitalismo y la guerra imperialista, demostrar que sin el derrocamiento del capitalismo es imposible concluir la guerra con una paz democrática, sin opresión.

Esta idea debe ser ampliamente difundida entre las unidades del ejército en el frente.

Confraternización

En nuestra actitud hacia la guerra aún bajo el nuevo Gobierno, que sigue siendo un gobierno imperialista, es inaceptable para nosotros hacer la más pequeña concesión al defensismo. Las masas consideran este asunto desde un punto de vista práctico no teórico. Ellos dicen: “Queremos defender la Patria pero no apropiarnos de territorio ajeno”. ¿Cuándo podemos considerar una guerra como nuestra? Cuando hay una completa renuncia a las anexiones.

Las masas se acercan a esta cuestión no teóricamente sino prácticamente. Nuestro error radica en nuestra aproximación teórica. El proletariado consciente puede aprobar una guerra revolucionaria que realmente justifique el defensismo revolucionario. La cuestión debe ser puesta a la masa de soldados de manera práctica, porque no hay otra forma. No somos de ninguna manera pacifistas. Sin embargo, la cuestión fundamental es: ¿Qué clase está haciendo la guerra? La clase capitalista, ligada a los bancos, no puede hacer sino una guerra imperialista… Steklov, Chjeídze, han olvidado todo. Leyendo la resolución del Soviet de Diputados Obreros, uno se sorprende que gente que se llama a sí misma socialista pueda haber adoptado tal resolución.

Lo que es peculiar en Rusia es la gigantescamente rápida transición de la violencia salvaje al más exquisito engaño. La cuestión fundamental es la renuncia a las anexiones no de palabra sino de hecho. Rech está aullando por la declaración de la Socialdemocracia de que la incorporación de Courland en Rusia es anexión. Pero anexión es el acto de incorporar cualquier país distinguible por sus peculiaridades nacionales; es toda incorporación de una nación contra su voluntad, sin importar si tiene un idioma propio, en tanto se considere a sí misma una nación diferente. Esto es un prejuicio de los Gran Rusos, cultivado por siglos.

La guerra puede ser concluida sólo mediante una completa ruptura con el capitalismo internacional. La guerra fue causada no por individuos separados sino por el capital financiero. Romper con el capitalismo internacional no es fácil pero tampoco es un asunto fácil poner fin a la guerra. Es infantil e ingenuo suponer que la guerra puede ser detenida a voluntad, por uno de los lados… Zimmerwald, Kienthal… A nosotros más que a cualquier otro corresponde el deber de defender el honor del socialismo internacional. La dificultad de la aproximación…

En vista de la incuestionable prevalencia del espiritu defensista entre las amplias capas de las masas que aceptan la guerra sólo por necesidad y no en nombre de las conquistas, debemos explicarles con especial detalle, pacientemente, insistentemente, que es imposible terminar la guerra con una paz sin opresión a menos que el capitalismo sea derrocado. Es necesario desarrollar esta idea ampliamente, con el mayor alcance posible. Los soldados exigen una respuesta concreta a la cuestión: cómo terminar la guerra. Pero prometer al pueblo que podemos terminar la guerra solamente mediante las buenas intenciones de pocos individuos, eso es charlatanería política. Debemos advertir a las masas. La revolución es una cosa difícil. Los errores son inevitables. Nuestro error es que no hemos expuesto las verdaderas raíces del defensismo revolucionario. El defensismo revolucionario es traición al socialismo. No es suficiente limitarnos… El error debe ser admitido. ¿Qué hacer? Debemos explicarnos. Cómo dar a quienes no entienden lo que es el socialismo… No somos charlatanes. Debemos basarlos sólo en la consciencia de las masas. Y si es necesario quedar en minoría: entonces que así sea. Es bueno ceder el liderazgo por un momento; no debemos temer quedar en minoría. Cuando Guchkov y Lvov dicen que no quieren conquistas, ¡son unos mentirosos! Cuando un obrero dice que quiere defender al país, lo que en él habla es el instinto del oprimido.

Tesis II. La peculiaridad del presente momento en Rusia consiste en la transición de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía tomando en cuenta la inadecuada organización del proletariado, a su segunda etapa, que debe dar el poder al proletariado y las capas pobres del campesinado.

La transición está caracterizada, de una parte, por el máximo de legalidad (Rusia es ahora el país más libre de todos los países beligerantes del mundo); y, de otra parte, por la ausencia de la opresión de las masas, y finalmente, por su confianza y su actitud ante el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y el socialismo. Esta peculiaridad del momento actual nos exige una habilidad para adaptarnos a las especiales condiciones del trabajo partidario entre las, sin precedentes, amplias masas del proletariado recientemente despertadas a la vida política.

¿Por qué no tomaron el poder? Steklov dice que fue porque esto y eso, y esta cosa y otra. Son necedades. La razón es que el proletariado no es suficientemente consciente ni está suficientemente organizado. Eso tenemos que reconocerlo. La fuerza material está en las manos del proletariado pero la burguesía tuvo consciencia y estuvo alerta. Eso es un tremendo hecho. Pero es necesario reconocerlo francamente, y decirle al pueblo directamente que no tomamos el poder porque no estuvimos organizados ni conscientes.

Millones están siendo empobrecidos, millones muertos. Los países más avanzados se están arruinando, y consecuentemente serán confrontados con el problema.

La transición de la primera etapa a la segunda – la transición del poder al proletariado y el campesinado- está caracterizada, de una parte, por el máximo de legalidad (Rusia es ahora el país mas libre, el país más avanzado del mundo): y, de otra, por la confiada e insconciente actitud de las masas hacia el Gobierno. Incluso nuestros bolcheviques demuestran confianza en el Gobierno. Eso sólo puede ser explicado por la intoxicación incidental a la revolución. Esa es la muerte del socialismo. Ustedes, camaradas, tienen confianza en el Gobierno. Si esa es su posición, nuestros caminos se separan. Prefiero permanecer en minoría. Un Liebknecht es más valioso que 110 defensistas del tipo de Steklov y Chjeídze. Si ustedes simpatizan con Liebknecht y extienden aunque sea un dedo a los defensistas – esto será una traición al socialismo internacional. Debemos hablar al pueblo sin usar palabras en latín. Debemos hablar simple e inteligiblemente. Ellos tienen el derecho… nosotros debemos adaptarnos… debemos hacer la transición… pero debemos hacerlo. Nuestra línea probará que es la correcta. Si nos alejamos de esa gente, todos los oprimidos vendrán a nuestro lado, porque la guerra los traerá a nosotros. Ellos no tienen otra salida.

Tesis III. Ningún apoyo de ninguna clase al Gobierno Provisional. Debemos exponer la total falsedad de todas sus promesas, particularmente su renuncia a las anexiones. Debemos desenmascarar la inaceptable ilusión – la educada “exigencia” a este Gobierno, el gobierno de los capitalistas, para que deje de ser imperialista.

Prvada exige del Gobierno que renuncie a las anexiones. Demandar al gobierno de los capitalistas que renuncie a las anexiones – ¡qué absurdo! Escandalosa burla de…

Desde el punto de vista científico, es una nube de engaño, el que todo el proletariado internacional, todo… Es hora de admitir el error. ¡Haberlo hecho con saludos y resoluciones! Es tiempo de dedicarnos a los asuntos. Debemos proceder sobrios, prácticos…

Tesis IV. Reconocer el hecho de que, en la mayoría de los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados, nuestro partido constituye una minoría, y peor aún una débil minoría, frente al bloque de todos los elementos pequeñoburgueses, desde los socialistas populistas y los eseristas hasta el Comité de Organización, Steklov, et., etc. (Chjeídze, Tseretelli, etc.) – quienes se han rendido a la influencia de la burguesía, y han extendido esta influencia al proletariado.

Debemos explicar a las masas que el Soviet de Diputados de Obreros es la única forma posible de gobierno revolucionario; y nuestra tarea es -mientras este Gobierno esté sometido a la influencia de la burguesía- una paciente, sistemática y persistente explicación a las masas del error de sus tácticas, una explicación especialmente adaptada a las necesidades prácticas de las masas.

En tanto permanezcamos en minoría, conduciremos un trabajo de crítica y de explicación de errores, abogando además por la necesidad de transferir el poder del Estado en su integridad a los Soviets de Diputados de Obreros, para que las masas puedan aprender cómo superar sus errores.

Nosotros, los bolcheviques, tenemos el hábito de adoptar un máximo de revolucionarismo. Pero eso no es suficiente. Es necesario analizar… El gobierno real es el Soviet de Diputados de Obreros. Pensar de otra forma es caer en el anarquismo. Es aceptado que en el Soviet nuestro partido está en minoría. Debemos explicar a las masas que el Soviet de Diputados de Obreros es el único gobierno posible, nunca visto antes en el mundo, excepto la Comuna. ¿Qué si la mayoría del Soviet de Diputados de Obreros sostiene el punto de vista defensista? Eso no puede evitarse. Nos queda sólo explicar paciente, insistente, sistemáticamente el error de sus tácticas.

En tanto estemos en minoría, haremos un trabajo de crítica para liberar a las masas del engaño. No queremos que las masas nos crean sólo porque lo decimos; nosotros no somos charlatanes. Queremos que las masas sean liberadas de sus errores por experiencia.

El Manifiesto de los Soviets de Diputados de Obreros –no hay en él una palabra imbuída de consciencia de clase. No hay nada sino frases. La única cosa que puede arruinar todo lo revolucionario es la frase, la lisonjería del pueblo revolucionario. Todo el marxismo enseña a no sucumbir a la frase revolucionaria, especialmente en el momento en que es particularmente corriente.

Tesis V. No a la república parlamentaria – retornar a él, desde el Soviet de Diputados de Obreros, sería un paso atrás- sino una República de Soviets de Diputados de Obreros, Braceros y Campesinos, de arriba abajo.

Abolición de la policía, el ejército y la oficialidad.

Los salarios de todos los funcionarios no excederán del salario promedio de un trabajor competente; todos los funcionarios serán elegidos y serán sujetos a remoción en cualquier momento.

Esta es la lección que nos enseña la Comuna francesa, una lección olvidada por Kautsky, pero enseñada por los obreros en los años 1905 y 1917. La experiencia de esos años nos enseña que… no debemos permitir el restablecimiento de la policía, no debemos permitir el restablecimiento del viejo ejército. Debemos cambiar nuestro programa; está anticuado. El Soviet de Diputados de Obreros y Soldados es un paso al socialismo. No policía, no ejército, no a la oficialidad. La Asamblea Constituyente debe ser convocada, pero ¿por quién? Las resoluciones son escritas para ser archivadas o tijereteadas. Sería una suerte ver la Asamblea Constituyente reunida mañana, pero sería ingenuo creer que Guchkov convocará la Asamblea Constituyente. Todo ese parloteo acerca de obligar al Gobierno Provisional a convocar a la Asamblea Constituyente son mentiras huecas al por mayor. Hubo revoluciones del pasado, pero la policía permaneció; hubo revoluciones en el pasado, pero los funcionarios y el resto continuó. Ahí está la razón de la ruina de las revoluciones. Los Soviets de Diputados de Obreros es el único gobierno que puede convocar esta Asamblea. Todos hemos aceptado los Soviets pero hemos fallado en comprender su significado. De esta forma de gobierno estamos sacando a la Internacional, que va a la cola de la burguesía.

La república burguesa no puede resolver la cuestión [de la guerra], porque esta sólo puede ser acordada a una escala internacional. No prometemos emancipar, pero diremos que sólo bajo esta forma (Soviets de Diputados de Obreros y Soldados) puede hacerse. No otro gobierno sino el de los Soviets de Diputados de Obreros y Braceros. Si hablamos de la Comuna, no nos dejaremos entender. Pero si decimos: Reemplacemos la policía con los Soviets de Diputados de Obreros y Braceros, aprendan a gobernar, nadie nos detendrá – (esto será comprendido). El arte de gobernar no se puede sacar de los libros. Se tiene que experimentar, cometer errores y aprender a gobernar.

Tesis VI. En el programa agrario – el centro de gravedad debe ser cambiado al Soviet de Diputados de Braceros. La confiscación de toda la propiedad terrateniente. Nacionalización de todas las tierras del país. La administración de las tierras estará en manos de los Soviets de Diputados de Braceros y Campesinos locales. Creación de Soviets de Diputados entre los campesinos más pobres. Creación de establecimientos modelo de gran extensión (de 100 a 300 dessiatins, dependiendo de la localidad y de otras condiciones y de acuerdo con los estimados de las instituciones locales) bajo control del Soviet de Diputados de Braceros y a costa del erario público.

¿Qué es el campesinado? No lo sabemos. No hay estadísticas pero sabemos que es una fuerza.

Si ellos toman la tierra, tengan la seguridad de que no la devolverán, ni pedirán permiso. El eje del programa ha cambiado. El centro de gravedad son los Soviets de Diputados de Braceros. Si la revolución no es asegurada por el campesino ruso, será asegurada por el obrero alemán.

El mujik de Tambov.

Ningún pago por el primer dessiatin, un rublo por el segundo, dos rublos por el tercero. Tomaremos la tierra, y el terrateniente nunca podrá recuperarlo.

Agricultura sobre base comunal.

Es necesario crear Soviets de Diputados aparte entre los campesinos más pobres. Existen el mujik, el campesino medio y el trabajador agrícola. Aún si este último recibe tierra, será incapaz de construir una granja. Es necesario crear establecimientos modelo de gran extensión de tierra, manejados sobre una base comunal, con la administración en manos de los Soviets de Diputados de Braceros.

Hay grandes propiedades.

Tesis VII. Fusión inmediata de todos los bancos del país en un único banco nacional general, sobre el que el Soviet de Diputados Obreros tendrá el control.

“Un banco es una forma de contabilidad social” (Marx) La guerra enseña Economía. Todos saben que los bancos saquean las fuerzas nacionales. Los bancos son los nervios del sistema, el punto focal de la vida económica nacional. No podemos tomar los bancos en nuestras manos pero abogaremos por su fusión bajo el control de los Soviets de Diputados de Obreros.

Tesis VIII. No a la “introducción” del socialismo como nuestra tarea inmediata, pero ubicación inmediata de la producción social y la distribución de los bienes bajo el control de los Soviets de Diputados de Obreros.

La vida y la revolución están empujando a la Asamblea Constituyente hacia el fondo. No es importante escribir leyes en papel, sino que es importante ponerlos en efecto. La dictadura del proletariado existe pero nadie sabe qué hacer con él (Marx… sólo eso ha madurado en la actualidad). El capitalismo se convertido en capitalismo de estado.

Tesis IX. Las tareas del Partido:

1. Partido del Congreso, de inmediato.
2. Cambiar el partido del programa, principalmente:
· Sobre el imperialismo,
· Sobre la actitud hacia el Estado, y nuestra demanda por una “Estado-Comuna”,
· Enmendar nuestro desactualizado programa mínimo
3. Cambiar el nombre del partido.

Tesis X. Reconstruir la Internacional.

Debemos tomar la iniciativa en la creación de una Internacional revolucionaria, una Internacional contra los socialchovinistas y contra el “centro”.

Sumario

El Soviet de Diputados de Obreros ha sido creado; ejerce una enorme influencia. Cualquiera instintivamente simpatiza con él. En ese instinto hay más idea revolucionaria que en todas las frases revolucionarias. Si los Soviets de Diputados de Obreros demuestran capacidad para tomar las riendas en sus manos – la causa de la libertad está asegurada. Aún si se escriben las mejores leyes – ¿quién las ejecutará? Los mismos funcionarios, pero ellos están conectados con la burguesía. No debemos decir a las masas “entiendan el socialismo” sino “adopten el socialismo”. El capitalismo ha avanzado, la capitalismo de guerra es diferente del capitalismo de pre-guerra.

Con base en las conclusiones tácticas, es necesario tomar medidas prácticas. Es necesario llamar inmediatamente a un Congreso del Partido, es necesario revisar el programa. Una gran parte de él es anticuado. Es necesario cambiar el programa mínimo.

Personalmente y hablando por mí mismo, propongo que cambiemos el nombre del Partido, que lo llamemos Partido Comunista. La gente entenderá el nombre “Comunista”. La mayoría de los socialdemócratas oficiales han traicionado el socialismo. Liebknecht es el único socialdemócrata. ¿Tienen miedo de regresar a los viejos recuerdos? Pero cambiemos nuestra ropa, quitémonos la camisa sucia y pongámonos una limpia.

¿Por qué rechazar toda la experiencia de la lucha mundial?

La mayoría de los socialdemócratas del mundo ha traicionado al socialismo y se ha pasado al lado de sus gobiernos (Scheidemann, Plejánov, Guesde). ¿Qué hacer para tener el acuerdo de Scheidemann? Este punto de vista es la muerte del socialismo. Enviar un radio telegrama a Scheidemann [proponiéndole] la terminación de la guerra… es un absurdo.

El nombre socialdemócrata es inexacto. No se aten al viejo nombre que está podrido de lado a lado. Tengan la fuerza de voluntad para construir un nuevo Partido… y todos los oprimidos estarán con nosotros.

En Zimmerwald y Kienthal, el Centro, Rabochaya Gazeta, predominó. Probaremos lo que toda la experiencia ha demostrado. Declaremos que hemos formado una izquierda y que hemos roto con el centro….

La tendencia de la izquierda de Zimmerwald existe en todos los países del mundo. Las masas deben entender que el socialismo se ha dividido a través del mundo. Los defensistas han renunciado al socialismo. Liebknecht solo… el futuro es suyo.

Yo escucho que en Rusia hay una tendencia a la unificación. La unificación con los defensistas – eso es una traición al socialismo. Pienso que es mejor estar solo como Liebknecht – uno contra ciento diez.

(Extraído de las actas de la Conferencia de Toda Rusia del Partido Bolchevique de Marzo de 1917)

jueves, abril 16

Lenin ha llegado a Petrogrado

Lenin en la Estación Finlandia recibido por obreros y soldados bolcheviques


Petrogrado (3 de abril de 1917).- Después de más de 10 años de exilio, llegó a Petrogrado el líder bolchevique Vladímir Ilich Uliánov, conocido también como Nicolás Lenin.

Trabajadores y soldados se congregaron en la Estación Finlandia del distrito obrero Viborg, para recibir al mítico bolchevique. Arcos triunfales en rojo y dorado se levantaban a lo largo del andén, sobre las cabezas de las masas. Varias divisiones de guardias de honor integradas por soldados, marineros y guardias rojos bolcheviques armados, se encontraban formadas bajo banderas rojas.

Los asistentes copaban totalmente la estación del tren y la plaza adyacente. Autos y carros artillados prestaban protección al evento. La bienvenida de Lenin ha sido la que más expectativa ha provocado, la que mayor convocatoria ha tenido y la que ha demostrado a los ojos de los extraños la afamada disciplina bolchevique.

Cuando el tren se detuvo en el andén, la muchedumbre empezó a cantar La Marsellesa. Y luego, apenas Lenin se asomó del vagón recibió el estruendoso saludo de bienvenida de parte de los presentes que nunca lo habían visto pero sabían de él. Al apearse del tren, la guardia de honor bolchevique presentó armas al legendario líder, escoltándolo hasta la antigua sala de espera del Zar en la estación. Allí aguardaba el comité de bienvenida del Soviet de Petrogrado encabezado por Nikolai Chjeídze.

En su discurso de bienvenida, el líder menchevique Chjeídze dijo que “la tarea principal… es defender la revolución de cualquier amenaza de dentro o de fuera. Esperamos que usted persiga este objetivo con nosotros. “

Muchos observaron que Lenin se comportaba como si todo eso no tuviera nada que ver con él. Luego, dando la espalda al comité de bienvenida, respondió: ‘Queridos camaradas, soldados, marineros y obreros, estoy feliz de saludar en ustedes a la victoriosa revolución rusa, los saludo como la vanguardia del ejército proletario mundial. La hora está cerca cuando nuestro camarada Liebknecht llame a los pueblos a voltear sus armas contra sus explotadores capitalistas. La revolución rusa que ustedes han hecho ha abierto una nueva era. ¡Viva la revolución socialista mundial!’

La Guardia Roja bolchevique lo escoltó hasta un carro artillado que lo condujo hacia la mansión Kshesinskaya -sede del Partido Bolchevique-, seguido por un numeroso grupo de partidarios. En el camino se detuvo unas quince veces para dirigir breves discursos a la multitud en las calles.

Una vez en la mansión Kshesinskaya, los líderes bolcheviques compartieron una cena con Lenin. Lev Kámenev fue el encargado del discurso de bienvenida. Lenin a su vez reafirmó los conceptos que esbozó en su artículo denominado “Cartas desde lejos: La primera etapa de la primera revolución”.

lunes, abril 13

Conferencia Bolchevique: Sobre el Gobierno Provisional

Petrogrado (31 de marzo de 1917).- En la sesión del día de hoy los bolcheviques aprobaron una resolución sobre su actitud ante el Gobierno Provisional. Los delegados discutieron el carácter del Gobierno Provisional.

En el debate se manifestaron diversas posiciones, dese aquella -de unos pocos- que consideran revolucionario al nuevo gobierno, hasta la extrema -sostenida por la mayoría- que declara que es un gobierno imperialista que representa a la gran burguesía y los grandes terratenientes, asociados con el imperialismo anglo-francés.

La gran mayoría se manifestó en un principio por el "apoyo condicionado" al Gobierno Provisional, apoyo mientras tome medidas que favorezcan el avance de la revolución. Sólo unos pocos se manifestaron en contra de algún apoyo. Al final, sin embargo, se aprobó un "control vigilante" sobre el Gobierno Provisional.

A continuación el texto de la Resolución sobre el Gobierno Provisional:

"Considerando que:

· El Gobierno Provisional está compuesto de representantes de las clases burguesas moderadas, asociada con los intereses del imperialismo anglo-francés;
· “El programa que ha proclamado está siendo sólo parcialmente ejecutado por él y sólo bajo la presión de los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados;
· “Las fuerzas organizadas de la contrarrevolución, cubriéndose bajo la bandera del Gobierno Provisional y con la abierta tolerancia de éste, ha lanzado un ataque contra los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados;
· “Los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados son los únicos órganos de la voluntad del pueblo revolucionario;

“La Conferencia llama a la democracia revolucionaria, a:

“1) Ejercer un control vigilante sobre las actividades del Gobierno Provisional en el centro y en las provincias, urgiéndola a la más enérgica lucha por la completa liquidación del viejo régimen;

“2) Unirse en torno a los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados, los únicos capaces, en alianza con otras fuerzas progresistas, de repeler los intentos de la contrarrevolución zarista y burguesa, y de defender y extender las conquistas del movimiento revolucionario”.

En la sesión del día de ayer, 30 de marzo, se realizó una reunión conjunta no oficial de bolcheviques y mencheviques para considerar la presentación de una resolución conjunta ante la Conferencia de Soviets que se desarrolla en Petrogrado. La idea era presentar una resolución alternativa a la del Ispolkom (Comité Ejecutivo del Soviet) que declara su apoyo sin condiciones al Gobierno Provisional. Las intervenciones pusieron en evidencia puntos de vista muy heterogéneos, algunos irreconciliables. Hubo llamados a ceder posiciones entre los grupos.

El líder de los mencheviques Tseretelli -no presente en la reunión- planteó a los bolcheviques negociar la reunificación del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, que desde 1903 se halla dividido en dos fracciones importantes: bolcheviques y mencheviques, y otras pequeñas. A esta división primigenia, se añade la provocada por la diferente actitud ante la guerra mundial que ha dividido a mencheviques y otros grupos socialdemócratas en alas "defensista" e "internacionalista" en cada una. Se espera que bolcheviques y mencheviques se reúnan dentro de pocos días para abordar la cuestión de la "reunificación"

domingo, abril 12

A través de Alemania en el vagón precintado

Lenin y Fritz Platten en la Internacional. 1919

Cuando, después de la Revolución de Febrero de 1917, Vladímir Ilich se convenció de que los países de la Entente nunca permitirían que él y sus camaradas hicieran el viaje a Rusia, habían aún dos posibilidades disponibles: viajar a través de Alemania ilegalmente o viajar con el conocimiento de las autoridades alemanas.

Cruzar ilegalmente implicaba un gran riesgo, primero porque podíamos ser fácilmente detenidos por un largo tiempo, y también porque hubiera sido difícil distinguir a los traficantes -cuyos servicios utilizaríamos- y espías del gobierno alemán. Si los bolcheviques llegaban a un acuerdo con el gobierno alemán para viajar a través de su territorio, entonces esto se haría de un modo completamente abierto, con el fin de minimizar el riesgo que todo esto podía significar para Lenin como líder de la revolución proletaria. Todos estuvimos a favor de un acuerdo abierto.

En nombre de Vladímir Ilich recurrí –acompañado de Paul Levi, miembro del grupo Espartaco, que se encontraba temporalmente en Suiza- al representante de Frankfurter Zeitung, quien era conocido nuestro... A través de él, preguntamos al embajador alemán Romberg si Alemania permitiría a emigrados retornar a Rusia pasando por su territorio. Romberg, a su vez, indagó en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín y recibió una respuesta que fue en principio favorable. De ahí, elaboramos las condiciones en las que aceptaríamos viajar a través de Alemania. Las principales condiciones eran las siguientes: el gobierno alemán permitiría viajar a los emigrados sin preguntar sus nombres; éstos gozarían de la protección del status de extraterritotialidad y nadie estaría autorizado a establecer contacto con ellos durante el viaje. Con estas condiciones, enviamos al diputado socialista suizo Robert Grimm –secretario del sindicato de Zimmerwald- y a nuestro aliado político camarada Platten a ver a Romberg.

Después de la reunión con el embajador alemán, nos reunimos en la sede del sindicato. Grimm nos contó la sorpresa del embajador alemán cuando ellos le leyeron nuestras condiciones para el viaje. “Perdónenme, dijo el embajador alemán, pero me parece que no soy yo quien está pidiendo permiso para viajar a Rusia; son el señor Uliánov y los otros los que están pidiendo permiso para viajar a través de Alemania. Aquí somos nosotros quienes estamos en posición de imponer condiciones”. Sin embargo, él transmitió nuestra propuesta a Berlín...

Los alemanes esperaban que en Rusia los bolcheviques actuarían como opositores a la guerra y se declararon conformes con nuestras condiciones. Recomiendo a quienes aún levantan la voz contra los bolcheviques sobre este tema que lean las memorias de Ludendorff, quien aún se jala de los cabellos por haber permitido el paso a los bolcheviques porque finalmente comprendió que así no se estaba haciendo ningún servicio al imperialismo alemán sino a la revolución mundial.

Entonces nos alistamos y viajamos en un tren suizo hasta Schaffhausen donde nos cambiamos a un tren alemán. Hubo un momento de ansiedad que se ha quedado grabado en mi memoria. Los oficiales alemanes que nos esperaban, nos condujeron a la aduana donde tenían las municiones que iban a transportar a Rusia. Según lo acordado, ellos no tenían por qué pedirnos nuestros documentos. Separaron a los hombres de las mujeres... Esperamos en silencio, con mucha ansiedad. Lenin fue rodeado por los camaradas, pacíficamente, contra la pared. No queríamos que ellos lo mantuvieran bajo observación...

Ilich trabajó durante el viaje. Leía, hacía anotaciones en cuadernos, pero también se preocupaba por organizar los asuntos...

Creo que fue en Karlsruhe que Platten nos informó que un líder de los sindicatos alemanes, Janson, estaba en el tren y que traía saludos de Legien y de los dirigentes sindicales. Ilich nos ordenó que le dijéramos que se vaya “al diablo” y rehusó atenderlo. Como Janson me conocía y dado que yo era austríaco, los camaradas temían que se supiera que yo viajaba con ellos... Entonces fui escondido en el compartimento del equipaje y fui proveído de cincuenta periódicos para que permaneciera callado y no armara escándalo. El pobre Janson fue enviado por Platten al vagón de los oficiales alemanes que nos acompañaban. A pesar de eso, demostró bastante preocupación por nosotros; compró periódicos alemanes en cada estación pero Platten lo ofendió reembolsándole todo lo que hubo gastado.

En Frankfurt, el tren se detuvo por largo tiempo y la plataforma fue sellada por los militares. De repente, el cordón se rompió cuando los soldados alemanes vinieron corriendo hacia nosotros. Habían escuchado que revolucionarios rusos que estaban a favor de la paz, viajaban en el tren... Entusiasmados nos preguntaban cuándo empezaría la paz. Esta actitud nos decía más sobre la situación de lo que el gobierno alemán podía advertir. El hecho era de lo más característico dado que los soldados eran todos partidarios de Scheidemann. Después de esto, no vimos a nadie más durante el viaje.

En Berlín, la plataforma fue acordonada por la policía. Luego continuamos hasta Sassnitz donde abordamos el vapor sueco. Ahí fuimos requeridos para cumplir con las formalidades usuales y nos pidieron llenar un formulario. Ilich sospechó una trampa y nos aconsejó usar seudónimos que más tarde serían motivo de graciosos malos entendidos. La radio de la barca recibió desde Trelleborg la pregunta de nuestro camarada Ganetsky sobre si un Uliánov estaba a bordo. Revisando los formularios, el capitán vio que no había ningún Uliánov en el grupo, pero por si acaso preguntó si había algún señor Uliánov entre nosotros. Ilich dudó un momento y luego admitió que era él; Ganetsky fue entonces informado de que nos acercábamos.

En Trelleborg dejamos una “notable” impresión. Ganetsky nos invitó a cenar... Pobres de nosotros que en Suiza estábamos acostumbrados a tener no más de un pescadito de almuerzo, vimos esa enorme mesa con inumerables entremeses: corrimos como una plaga de langostas y vaciamos completamente la mesa para asombro de los meseros que estaban acostumbrados a ver sólo gente civilizada en sus mesas. Vladímir Ilich no comió nada. El trataba de obtener de Ganetsky todo lo que podía acerca de la revolución rusa pero Ganetsky no sabía nada.

La siguiente mañana arribamos a Estocolmo. Allí camaradas suecos, periodistas y fotógrafos nos esperaban. A la cabeza de los camaradas suecos estaba el Dr. Karleson...que en ese entonces nos recibió como el más sólido de los socialistas de izquierda suecos. El y el honorable y sentimental alcalde de Estocolmo, Lindhagen, presidieron el desayuno dado en nuestro honor...

Probablemente fue la presencia de nuestros camaradas suecos lo que nos motivó el poderoso deseo de que Ilich luzca algo más como un ser humano. Le persuadimos para que al menos compre un par de zapatos. El viajaba con unas botas de montaña con enormes clavos. Aun si él quería arruinar los caminos de las náuseabundas ciudades burguesas suizas con esas botas, le dijimos que su conciencia debería prohibirle de llevar esos instrumentos de destrucción a Petrogrado, donde quizá no quedaba pavimento alguno... llevamos a Ilich a una tienda por departamentos de Estocolmo. Ahí compramos algunos zapatos para Ilich y lo urgimos a que se equipara con otros artículos de vestir. Se resistió lo mejor que pudo y nos preguntaba si nosotros pensábamos que el quería abrir una tienda de ropa en Petrogrado. Finalmente, prevalecimos y también le proveímos de un par de pantalones que vi que los usaba todavía cuando vine a Petrogrado en Octubre aunque ya no estaban en las mejores condiciones debido al trajín de la revolución rusa.

En Estocolmo, Parvus intentó entrevistarse con Lenin en calidad de representante del comité central de la Socialdemocracia Alemana, pero Ilich no sólo rehusó recibirlo sino que nos encargó a Vorovsky, Ganetsky y a mí, además de los camaradas suecos, a hacer un testimonio formal de este hecho...

El momento de la partida se acercaba. Junto con los camaradas suecos y parte de la colonia rusa en Estocolmo fuimos del hotel Regina hacia la estación. Cuando nuestros camaradas ya habían abordado el tren, uno de lo rusos se sacó el sombrero y dirigió a Lenin un discurso. La emoción al inicio del discurso, en el que Lenin fue festejado como “nuestro querido líder”, motivó que Lenin se levantara molesto, pero el orador tomó la ofensiva. El meollo de lo que dijo fue más o menos como sigue: Tranquilo, querido líder, que en Petrogrado no provocarás ningún desorden desagradable. La perplejidad con la que Lenin había escuchado el cumplido de las primeras frases del discurso se redujo a una furtiva sonrisa. El tren empezó a moverse, y por un momento pudimos aún ver esa sonrisa...


Extractos del artículo de Karl Rádek publicado en Fritz Platten, Die Reise Lenins durch Deutschland im plombierten Wagen, Berlín, 1924. Traducción propia.