sábado, abril 25

Discurso de Lenin en el Regimiento Izmailovsky


Pravda Nº 30 del 12(25) de abril de 1917


Discurso del camarada Lenin en el mítin de soldados del Regimiento Izmailovsky


¡Camaradas soldados! La cuestión del sistema de Estado está ahora en el orden del día. Los capitalistas, en cuyas manos descansa ahora el poder del Estado, desean una república burguesa parlamentaria, es decir, un sistema de Estado donde ya no hay Zar pero el poder permanece en las manos de los capitalistas que gobiernan el país a través de las viejas instituciones como la policía, la burocracia y el ejército permanente.

Nosotros deseamos una república diferente, una más de acuerdo con los intereses del pueblo, más democrática. Los obreros y soldados revolucionarios de Petrogrado han derrocado el zarismo y han limpiado la capital de la policía. Los obreros de todo el mundo ven con orgullo y esperanza a los obreros y soldados de Rusia como la vanguardia del ejército de liberación de la clase obrera del mundo. La revolución, una vez iniciada, debe ser fortalecida y desarrollada. ¡No debemos permitir que la policía sea restablecida! Todo el poder del Estado, de abajo arriba, desde la más remota villa hasta cada cuadra de Petrogrado, debe pertenecer a los Soviets de Diputados de Obreros, Soldados, Trabajadores Agrícolas, Campesinos y otros. El poder del Estado central unificador de esos Soviets locales debe ser la Asamblea Constituyente, la Asamblea Nacional o Concejo de los Soviets – no importa el nombra que se le ponga.

No la policía, no la burocracia –que no responde ante el pueblo y se ubica por encima de él-, ni el ejército permanente separado del pueblo, sino el pueblo mismo, universalmente armado y unido a los Soviets, debe dirigir el Estado. Son ellos quienes establecerán el orden necesario, cuya autoridad no sólo será obedecida sino también respetada por los obreros y campesinos.

Sólo este poder, sólo los Soviets de Diputados de Soldados y Campesinos, puede resolver el gran problema de la tierra de una forma no burocrática y no en interés de los terratenientes. La tierra no debe pertenecer a los terratenientes. Los comités campesinos deben tomar la tierra de los terratenientes inmediatamente, cuidando la propiedad contra el daño y viendo que la producción de grano se incremente para proveer a los soldados en el frente. Toda la tierra debe pertenecer a la nación en su conjunto y su disposición debe ser preocupación de los Soviets de Diputados de Campesinos locales. Para que los campesinos ricos –que son capitalistas- no puedan engañar a los trabajadores agrícolas y a los campesinos pobres, será necesario que estos últimos se unan o formen Soviets de Diputados de Trabajadores Agrícolas aparte.

No permitan que la policía sea restablecida, no dejem que el poder del Estado o la administración del Estado pase a las manos de la burocracia que no es elegida, es irremovible y es remunerada en una escala burguesa; reúnanse, únanse, organícense, ustedes mismos, no confíen en nadie, dependan únicamente de su propia inteligencia y experiencia – y Rusia se moverá con un firme, mesurado e inequívoco paso hacia la liberación de nuestro país y de toda la humanidad del yugo del capital así como de los horrores de la guerra.

Nuestro gobierno, el gobierno de los capitalistas, está continuando la guerra en interés de los capitalistas. Al igual que los capitalistas alemanes, encabezados por su bandido con corona Guillermo, los capitalistas de todos los países están conduciendo la guerra sólo por un reparto de las ganancias, por la dominación del mundo. Cientos de millones de personas, casi de todos los países del mundo, han sido arrastrados a esta criminal guerra. Cientos de millones de capitales han sido invertidos en empresas “rentables”, trayendo muerte, hambre, ruina y barbarie a los pueblos, y dando escandalosamente altas ganancias a los capitalistas. Hay un solo camino para salir de esta temible guerra y concluir una verdadera paz democrática no impuesta por la fuerza, y ese es transferir todo el poder del Estado a los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados. Los obreros y campesinos pobres -que no están interesados en proteger las ganancias de los capitalistas y robar a las naciones débiles– harán efectivamente lo que los capitalistas sólo prometen: poner fin a la guerra concluyendo una paz duradera que asegurará la libertad a todos los pueblos sin excepción.


Discurso pronunciado el 10(23) de abril de 1917

miércoles, abril 22

Lenin: El poder dual

Lenin con obreros de Petrogrado

Pravda No. 28, del 9(22) de abril de 1917

La cuestión básica de toda revolución es la del poder del Estado. A menos que esta cuestión sea entendida, no puede haber una participación inteligente en la revolución, para no hablar de conducción de la revolución.

La más notable característica de nuestra revolución es un poder dual. Este hecho debe ser comprendido primero y ante todo: a menos que sea entendido, no podemos avanzar. Debemos saber cómo complementar o enmendar viejas “fórmulas”, por ejemplo, aquellas del bolchevismo; porque mientras han demostrado ser correctas en general, su ejecución práctica ha resultado ser diferente. Nadie pensó o podía haber pensado con anticipación sobre el poder dual.

¿Qué es este poder dual? Junto al Gobierno Provisional –el gobierno de la burguesía-, otro gobierno se ha erigido, hasta ahora débil e incipiente, pero indudablemente un gobierno que realmente existe y está creciendo –los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados.

¿Cuál es la composición de clase de este otro gobierno? Comprende al proletariado y a los campesinos (en uniformes de soldados). ¿Cuál es la naturaleza política de este gobierno? Es una dictadura revolucionaria, esto es, un poder directamente basado en la toma revolucionaria, en la directa iniciativa del pueblo desde abajo, y no en una ley promulgada por un poder estatal centralizado. Es una clase de poder totalmente diferente de la que existe generalmente en las repúblicas democrático-burguesas parlamentarias del tipo usual que aún prevalece en los países avanzados de Europa y América. Esta circunstancia frecuentemente pasada por alto, sobre la que no se ha reflexionado lo suficiente, es sin embargo la cuestión esencial a resolver. Este poder es del mismo tipo que el de la Comuna de París de 1871. Las características fundamentales de este tipo son: 1) la fuente de poder no es una ley previamente discutida y promulgada por el parlamento, sino la iniciativa directa del pueblo desde abajo, en sus áreas locales – “toma” directa, para usar la expresión actual; 2) el reemplazo de la policía y el ejército -instituciones divorciadas del pueblo y dispuestas contra el pueblo- por el armamento directo de todo el pueblo; el orden bajo tal poder es mantenido por los obreros y campesinos armados mismos, por el pueblo armado mismo; 3) los funcionarios, la burocracia, son igualmente reemplazados por el gobierno directo del pueblo o al menos ubicados bajo control especial; ellos no sólo serán funcionarios elegidos sino que también serán sujetos a remoción a la primera demanda del pueblo; ellos son reducidos a la posición de simples agentes; de grupo privilegiado con “empleos” remunerados en una alta y burguesa escala, se convertirán en trabajadores de una especial “rama del servicio”, cuyas remuneraciones no excederán el pago ordinario de un obrero competente.

Esto, y esto solo, constituye la esencia de la Comuna de París como un tipo especial de Estado. Esta esencia ha sido olvidada y pervertida por los Plejánovs (todos los chauvinistas que han traicionado al marxismo), los Kautskys (los hombres del “Centro”, es decir, aquellos que vacilan entre el chauvinismo y el marxismo) y generalmente por todos aquellos socialdemócratas, socialistas-revolucionarios, etc., etc., que ahora mandan.

Ellos tratan de escaparse con frases vacías, evasiones, subterfugios; ellos se congratulan unos a otros, miles de veces, por la revolución, pero rehúsan a considerar lo que los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados son. Ellos se rehúsan a reconocer la verdad obvia de que dado que esos Soviets existen, dado que ellos son un poder, tenemos en Rusia un Estado del tipo de la Comuna de París.

He enfatizado las palabras “dado que” porque es sólo un poder incipiente. Por acuerdo directo con el Gobierno Provisional burgués y por una serie de concesiones reales, se ha rendido ella misma y está rindiendo sus posiciones a la burguesía.

¿Por qué? ¿Es porque Chjeídze, Tsreteli, Steklov y Cía. están cometiendo un “error”? De ninguna manera. Sólo un filisteo puede pensar así –no un marxista. La razón es insuficiente consciencia de clase y organización de los proletarios y campesinos. El “error” de los líderes que he nombrado reside en su posición pequeño-burguesa, en el hecho de que en lugar de aclarar las mentes de los obreros, ellos las confunden; en lugar de disipar las ilusiones pequeño-burguesas, ellos las inculcan; en lugar de liberar al pueblo de la influencia burguesa, ellos refuerzan esa influencia.

Debería quedar claro de esto por qué nuestros camaradas, también, cometen muchos errores cuando ponen la cuestión “simplemente”: ¿Debería derrocarse inmediatamente al Gobierno Provisional?

Mi respuesta es: 1) debería ser derrocado, porque es oligárquico, burgués y no un gobierno del pueblo, y es incapaz de proveer paz, pan y plena libertad; 2) no se le puede derrocar por ahora porque está siendo mantenido en el poder por un acuerdo formal y real, directo e indirecto con los Soviets de Diputados de Obreros, principalmente con el Soviet más importante, el Soviet de Petrogrado; 3) de manera general, no puede ser “derrocado” en la forma ordinaria porque descansa sobre el “apoyo” dado a la burguesía por el segundo gobierno –el Soviet de Diputados de Obreros; y este gobierno es el único gobierno revolucionario posible, que expresa directamente la idea y la voluntad de la mayoría de los obreros y campesinos. La humanidad no ha evolucionado todavía y nosotros no podemos conocer todavía un tipo de gobierno superior y menos que el Soviet de Diputados de Obreros, Trabajadores Agrícolas, Campesinos y Soldados.

Para hacerse del poder, los obreros con consciencia de clase deben ganar a la mayoría a su lado. En tanto la violencia no sea usada contra el pueblo no hay otro camino al poder. No somos blanquistas, no estamos por la toma del poder por una minoría. Somos marxistas, estamos por la lucha proletaria contra la intoxicación pequeño-burguesa, contra el chauvinismo-defensismo, la fraseología y la dependencia de la burguesía.

Creemos un Partido Comunista proletario; sus elementos ya han sido creados por los mejores adherentes del bolchevismo; cerremos nuestras filas para el trabajo de clase proletario; y muchos y más, entre los proletarios y entre los campesinos más pobres, se pondrán de nuestro lado. Porque la experiencia real del día a día resquebrajará las ilusiones pequeño-burguesas de aquellos “social-demócratas”, los Chjeídze, los Tsereteli, los Steklovs y otros, los “socialistas-revolucionarios”, la pequeña-burguesía de un agua aún más pura, y demás.

La burguesía está por un indivisible poder de la burguesía.

Los obreros conscientes están por el indivisible poder de los Soviets de Diputados de Obreros, Trabajadores Agrícolas, Campesinos y Soldados –por un poder indivisible hecho realidad no por actos aventureristas sino por el esclarecimiento de las mentes proletarias, por la emancipación de ellos de la influencia de la burguesía.

La pequeña burguesía –“social-demócratas”, socialistas-revolucionarios, et., etc.- vacila y, por eso, obstaculiza este esclarecimiento y emancipación.

Este es el real alineamiento de clase de las fuerzas que determina nuestras tareas.

N. Lenin

martes, abril 21

El Comité de Petrogrado del Partido Bolchevique se pronuncia contra las Tesis de Lenin

Lenin: Cómo llegamos

Lenin llega Petrogrado luego de años de exilio


Informe al Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado hecho por Lenin al día siguiente de su arribo a Petrogrado el 4(17) de abril de 1917, en representación de los emigrados que retornaron de Suiza con él.


Las noticias de que los gobiernos británico y francés han rehusado otorgar a los emigrados internacionalistas el paso a Rusia ya se ha abierto camino hacia la prensa socialista.

Los treintaidós emigrados políticos de varias filiaciones partidarias (entre ellos 19 bolcheviques, 6 bundistas, 3 adherentes del periódico internacionalista Nashe Slovo de París) que han arribado aquí consideran su deber dar a conocer lo siguiente:

Estamos en posesión de un número de documentos que publicaremos tan pronto los recibamos de Estocolmo (los dejamos ahí debido que la frontera sueco-rusa está bajo el pleno control de agentes del Gobierno británico), y que dará una clara idea del deplorable rol que los gobiernos “aliados” están jugando en esta conexión. Sobre este punto agregaremos sólo lo siguiente: El Comité de Repatriación de Emigrados de Zurich que incluye representantes de treinta y tres grupos (incluyendo el Comité Central, el Comité de Organización, los Socialistas Revolucionarios, y el Bund), aprobó por unanimidad una resolución declarando públicamente que el Gobierno británico decidió impedir que los emigrados internacionalistas regresen a su tierra natal y tomen parte en la lucha contra la guerra imperialista.

Desde los primeros días de la revolución esta intención de parte del gobierno británico se ha hecho bastante clara para los emigrados. En una conferencia de representantes del Partido Socialista Revolucionario (M.A. Natalison), del Comité de Organización del P.O.S.D.R. (L. Mártov) y del Bund (Kosovsky), se concibió un plan (propuesto por L. Mártov) para obtener para los emigrados el paso a través de Alemania a cambio de prisioneros alemanes y austríacos internados en Rusia.

Para este efecto se envió un número de telegramas a Rusia, mientras se daban pasos mediante los socialistas suizos para poner este plan en marcha.

Los telegramas enviados a Rusia fueron retenidos, aparentemente, por nuestro “Gobierno Revolucionario” Provisional (o por sus partidarios).

Después de esperar dos semanas por una respuesta desde Rusia, decidimos llevar adelante el mencionado plan por nosotros mismos (otros emigrados decidieron esperar un poco más, no convencidos aún de que el Gobierno Provisional no haría nada para asegurar el paso de los emigrados).

El asunto fue manejado por Fritz Platten, un socialista internacionalista suizo, quien llegó a un acuerdo -cuidadosamente redactado- con el embajador alemán en Suiza. El texto de este acuerdo será publicado próximamente. Sus principales puntos son: 1) A todos los emigrados, independientemente de sus opiniones sobre la guerra, se les permitirá el paso. 2) el vagón en el que los emigrados viajarán tiene los privilegios de extraterritorialidad; nadie podrá ingresar al vagón sin el permiso de Platten; no habrá control de pasaportes y equipaje. 3) Los viajeros aceptan agitar en Rusia para que los emigrados que han recibido el permiso de paso sean intercambiados por un número equivalente de presos austro-germanos.

Todos los intentos de parte de la mayoría de la Socialdemocracia alemana por comunicarse con los viajeros fueron firmemente rechazados por éstos. Platten estuvo en el vagón todo el recorrido. Había decidido viajar con nosotros hasta Petrogrado pero fue detenido en la frontera rusa (Tornio) –esperemos que sea temporalmente. Todas las negociaciones fueron conducidas con la participación de y en completo acuerdo con un grupo de socialistas internacionalistas extranjeros. El protocolo del viaje fue firmado por dos socialistas franceses –Loriot y Guilbeaux-, un socialista del grupo de Liebknecht (Hartstein), el socialista suizo Platten, el socialdemócrata polaco Broziski, los diputados socialdemócratas suecos Carleson, Strom, Ture Nerman y otros.

“Si Karl Liebknecht estuviera en Rusia ahora, los Miliukovs lo dejarían salir al instante hacia Alemania; los Bethmann-Holiwegs los dejarían a ustedes internacionalistas rusos ir a Rusia. Vuestro deber es ir a Rusia y pelear ahí contra el imperialismo, alemán y ruso". Eso es lo que nos dijeron esos camaradas internacionalistas. Y creemos que ellos estaban en lo correcto. Haremos un informe de nuestro viaje para el Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados de Obreros y Soldados. Esperamos que el Soviet pueda lograr la liberación de un número equivalente de presos -primero y antes que nadie del prominente socialista austríaco Otto Bauer- y que obtenga el permiso para que todos los emigrados, no solo los social-patriotas, regresen a Rusia. Esperamos que el Comité Ejecutivo ponga fin también a la inaudita situación donde ningún periódico que no sea Rech puede ser enviado fuera del país. Ni siquiera el Manifiesto del Soviet de Diputados de Obreros y Soldados a los obreros del mundo es permitido que llegue a la prensa extranjera.

lunes, abril 20

El "estilo" peculiar de los bolcheviques según Sujánov

Estudio de Lenin en la Mansión Kshesinskaya,
de abril a julio de 1917

El menchevique Nikolai Sujánov, que fue miembro del Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado en 1917 y que formara parte del "Comité de Contacto" del Soviet con el Gobierno Provisional, escribió su Historia de la Revolución Rusa en 1922.

Estaba casado con una bolchevique que trabajaba en el secretariado del Comité Central, bajo las órdenes de Yákov Sverdlov. En su casa, prestada por su esposa y sin su conocimiento, se realizó la célebre reunión del Comité Central bolchevique del 10 de octubre de 1917 en la que -con asistencia de Lenin, que se hallaba perseguido- se aprobó la insurrección que tomaría el poder el 25 del mismo mes.

En los siguientes párrafos, Sujánov recuerda la reunión de los bolcheviques en el Palacio Kshesinskaya, inmediatamente después de la llegada de Lenin a Petrogrado, después de años de exilio. Aunque usa un tono satírico, lo interesante que se destaca de ellos son dos cosas: 1) la percepción de que el Partido bolchevique es notablemente distinto a los otros partidos "socialistas", no sólo en su política sino en sus métodos y estilos de trabajo; y 2) la mística bolchevique que aunado a lo anterior hacia de él un Partido disciplinado y decidido, una vez puesto en acción (Lenin enfatizaba esto, en su defensa de las Tesis de Abril en la Conferencia bolchevique, cuando decía: "Nosotros, los bolcheviques, tenemos el hábito de adoptar un máximo de revolucionarismo...").

"Abajo, en una gran sala, estaba reunida mucha gente: obreros, “revolucionarios profesionales” y damas. Habían pocas sillas, y la mitad de los presentes tuvo que estar incómodamente de pie o sentada sobre las mesas. Alguien fue elegido presidente de la reunión, y se procedió a los saludos en la forma de informes de las localidades. Esto fue, en su integridad, monótono y extenso. Pero de vez en cuando se deslizaba en lo que yo pensaba era curioso y característico del “estilo” bolchevique, el modo particular del trabajo del Partido Bolchevique. Y se hizo obvio, con absoluta claridad, que todo el trabajo bolchevique es realizado en los marcos de acero establecidos por su centro espiritual en el extranjero; sin el cual los miembros del partido se habrían sentido totalmente huérfanos, pero del que -al mismo tiempo- se sentían orgullosos y del que los mejores cuadros se consideraban dedicados servidores, como los Caballeros del Santo Grial. Kámenev, también, dijo algo indeterminado. Al final, recordaron a Zinoviev que fue poco aplaudido y no dijo nada. Finalmente, los saludos-informes llegaron a su fin…

Y entonces, el gran maestro de la orden se levantó con su “respuesta”. No puedo olvidar ese discurso, que como un rayo remeció y sorprendió no sólo a mí –un hereje accidentalmente arrojado en medio del delirio- sino también a los verdaderos creyentes. Puedo asegurar que nadie esperaba nada como éso. Parecía como si todas las fuerzas elementales se hubieran levantado de sus lechos y el espíritu de destrucción universal que no conocía obstáculos, ni dudas, ni dificultades humanas ni cálculos humanos, circulaba en la sala del Kshesinskaya sobre las cabezas de los encantados discípulos".

D.R.

Las tareas del proletariado en la presente revolución (Tesis de Abril)

Pravda Nº 26 del 7(20) de abril de 1917

Habiendo llegado a Petrogrado únicamente el 3 de abril por la noche, es natural que sólo en nombre propio y con las consiguientes reservas, debidas a mi insuficiente preparación, pude pronunciar en la asamblea del 4 de abril un informe acerca de las tareas del proletariado revolucionario.

Lo único que podía hacer para facilitarme la labor -y facilitársela también a los opositores de buena fe- era preparar unas tesis por escrito. Las leí y entregué el texto al camarada Tsereteli. Las leí muy despacio y por dos veces: primero en la reunión de bolcheviques y después en la de bolcheviques y mencheviques.

Publico estas tesis personales mías acompañadas únicamente de brevísimas notas explicativas, que en mi informe fueron desarrolladas con mucha mayor amplitud.

TESIS

1. En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista, de rapiña, también bajo el nuevo Gobierno de Lvov y Cía., en virtud del carácter capitalista de este Gobierno, es intolerable la más pequeña concesión al "defensismo revolucionario".

El proletariado consciente sólo puede dar su asentimiento a una guerra revolucionaria, que justifique verdaderamente el defensismo revolucionario, bajo las siguientes condiciones: a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a él adheridos; b) renuncia de hecho, y no de palabra, a todas las anexiones; c) ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital.

Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble del capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no con una paz impuesta por la violencia.

Organizar la propaganda más amplia de este punto de vista en el ejército de operaciones.

Confraternización en el frente.

2. La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado.

Este tránsito se caracteriza, de una parte, por el máximo de legalidad (Rusia es hoy el más libre de todos los países beligerantes); de otra parte, por la ausencia de violencia contra las masas y, finalmente, por la confianza inconsciente de éstas en el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo.
Esta peculiaridad exige de nosotros habilidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la labor del partido entre masas inusitadamente amplias del proletariado que acaban de despertar a la vida política.

3. Ningún apoyo al Gobierno Provisional; explicar la completa falsedad de todas sus promesas, sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que es un gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria "exigencia" de que deje de ser imperialista.

4. Reconocer que, en la mayor parte de los Soviets de diputados obreros, nuestro partido está en minoría y, por el momento, en una minoría reducida, frente al bloque de todos los elementos pequeñoburgueses y oportunistas -sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado-, desde los socialistas populares y los socialistas revolucionarios hasta el Comité de Organización (Chjeídze, Tsereteli, etc.), Steklov, etc., etc.

Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.

Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.

5. No una república parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros y campesinos en todo el país, de abajo arriba.

Supresión de la policía, del ejército y de la burocracia*.

La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.

6. En el programa agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros.

Confiscación de todas las tierras de los latifundios.

Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los Soviets locales de diputados braceros y campesinos. Creación de Soviets especiales de diputados de los campesinos pobres. Hacer de cada gran finca (con una extensión de 100 a 300 deciatinas, según las condiciones locales y de otro género y a juicio de las instituciones locales) una hacienda modelo bajo el control del Soviet de diputados braceros y sobre bases colectivas.

7. Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de los Soviets de diputados obreros.

8. No "implantación" del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados obreros.

9. Tareas del Partido:

a) celebración inmediata de un congreso del Partido;
b) modificación del Programa del Partido, principalmente:
1) sobre el imperialismo y la guerra imperialista,
2) sobre la posición ante el Estado y nuestra reivindicación de un "Estado-Comuna" **,
3) reforma del programa mínimo, ya anticuado;
c) cambio de denominación del Partido***.

10. Renovación de la Internacional.

Iniciativa de constituir una Internacional revolucionaria, una Internacional contra los socialchovinistas y contra el "centro" ****.

Para que el lector comprenda por qué hube de resaltar de manera especial, como rara excepción, el "caso" de opositores de buena fe, le invito a comparar estas tesis con la siguiente objeción del señor Goldenberg: Lenin -dice- "ha enarbolado la bandera de la guerra civil en el seno de la democracia revolucionaria". (Citado en el periódico Edinstvo, del señor Pléjanov, núm.5.)

Una perla, ¿verdad?

Escribo, leo y machaco: "Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas..., dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante..."

Y esos señores de la burguesía, que se llaman socialdemócratas, que no pertenecen ni a los grandes sectores ni a los defensistas revolucionarios de filas, tienen la osadía de reproducir sin escrúpulos mis opiniones, interpretándolas así: "ha enarbolado (!) la bandera (!) de la guerra civil" (¡ni en las tesis ni en el informe se habla de ella para nada!) "en el seno (!!) de la democracia revolucionaria..."

¿Qué significa eso? ¿En qué se distingue de una incitación al pogromo?, ¿en qué se diferencia de Rússkaya Volia?

Escribo, leo y machaco: "Los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y, por ello, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas..."

Pero cierta clase de opositores exponen mis puntos de vista ¡¡como un llamamiento a la "guerra civil en el seno de la democracia revolucionaria"!!

He atacado al Gobierno Provisional por no señalar un plazo, ni próximo ni remoto, para la convocatoria de la Asamblea Constituyente y limitarse a simples promesas. Y he demostrado que sin los Soviets de diputados obreros y soldados no está garantizada la convocatoria de la Asamblea Constituyente ni es posible su éxito.

¡¡¡Y se me imputa que soy contrario a la convocatoria inmediata de la Asamblea Constituyente!!!

Calificaría todo eso de expresiones "delirantes" si decenas de años de lucha política no me hubiesen enseñado a considerar una rara excepción la buena fe de los opositores.

En su periódico, el señor Pléjanov ha calificado mi discurso de "delirante". ¡Muy bien, señor Pléjanov! Pero fíjese cuán torpón, inhábil y poco perspicaz es usted en su polémica. Si me pasé dos horas delirando, ¿por qué aguantaron cientos de oyentes ese "delirio"? ¿Y para qué dedica su periódico toda una columna a reseñar un "delirio"? Mal liga eso, señor Pléjanov, muy mal.

Es mucho más fácil, naturalmente, gritar, insultar y vociferar que intentar exponer, explicar y recordar cómo enjuiciaban Marx y Engels en 1871, 1872 y 1875 las experiencias de la Comuna de París y qué decían acerca del tipo de Estado que necesita el proletariado.

Por lo visto, el ex marxista señor Pléjanov no desea recordar el marxismo.

He citado las palabras de Rosa Luxemburgo, que el 4 de agosto de 1914 denominó a la socialdemocracia alemana "cadáver maloliente". Y los señores Pléjanov, Goldenberg y Cía. se sienten "ofendidos" ... ¿en nombre de quién? ¡En nombre de los chovinistas alemanes, calificados de chovinistas!

Los pobres socialchovinistas rusos, socialistas de palabra y chovinistas de hecho, se han armado un lío.

N. Lenin

NOTAS

* Es decir, sustitución del ejército regular por el armamento general del pueblo.[*]
** Es decir, de un Estado cuyo prototipo dio la Comuna de París.[**]
*** En lugar de "socialdemocracia", cuyos líderes oficiales han traicionado al socialismo en el mundo entero, pasándose a la burguesía (lo mismo los "defensistas" que los vacilantes "kautskianos"), debemos denominarnos Partido Comunista.[***]
**** En la socialdemocracia internacional se llama "centro" a la tendencia que pendula entre los chovinistas (= "defensistas") y los internacionalistas, a saber: Kautsky y Cía., en Alemania, Longuet y Cía., en Francia, Chjeídze y Cía., en Rusia, Turati y Cía., en Italia, McDonald y Cía., en Inglaterra, etc.[****]

domingo, abril 19

Lenin y las Tesis de Abril


Pocos bolcheviques podían creer lo que sus oídos escuchaban cuando habló en dos reuniones el 4 de abril. La primera reunión se realizó en la sede del Comité bolchevique de Petersburgo en horas tempranas de la mañana. Era en una mansión grande en el boulevard Kronversky que antes lo ocupaba la ballerina Matilda Kshesinskaya, la amante de Nicolás II. Sin demostrar ningún tipo de cansancio, Lenin lanzó una crítica contra la cautela del Comité Central bolchevique. Estaba furioso como un toro. Todo en él reflejaba impaciencia y determinación. Había una claridad de propósito que nadie en su partido tenía. En verdad pocos políticos en los otros partidos tenían mucho de la fe en sí mismo de Vladimir Lenin…él no veía como su tarea modificar las políticas del Gobierno Provisional. Lenin buscaba hacer otra revolución.

...a diferencia de otros líderes políticos, el no veía al Gobierno Provisional como un nuevo régimen sino como la nueva forma del viejo…

…su segunda reunión del 4 de abril. Este se llevó en el salón número 13 del Palacio Táurida. Era una edificación que antes albergó a la Duma del Estado y que, desde la Revolución de Febrero, era sede tanto del Gobierno Provisional como del Soviet de Petrogrado. A los partidos grandes se les permitía tener sus reuniones allí. Una reunión de bolcheviques de todo el país se había reunido aprovechando la conferencia de todos los soviets de diputados de obreros y soldados del país. Lenin sorprendió prácticamente a todos que aún no habían escuchado sus propuestas. Sin decir nombres, atacó a aquellos que hablaban de reconciliación con los mencheviques. El contenido de las Tesis de Abril fue revelado y explicado. La mayoría de los bolcheviques difícilmente creía lo que escuchaba. Excepciones notables eran Alexandra Kollontai y Alexander Shliápnikov. El resto estaba pasmado. Kámenev en particular creía que Lenin había perdido sus sentidos. La mayoría de los amigos de Lenin esperaban que se calmaría una vez que se familiarizara con las realidades de la situación presente de Rusia…

Un amplio debate fue imposible, sin embargo, porque Lenin habia hablado durante una hora y media y su presencia era esperada en una tercera reunión en la parte baja donde la Duma del Estado alguna vez se reunió. Esta iba a ser una sesión unificatoria de todos los delegados marxistas que asistían a la conferencia de los soviets de diputados de obreros y soldados del país. Los mencheviques fueron al salón 13 a presionar a los bolcheviques a traer a su líder con ellos.

El presidente de la sesión era Nikolai Chjeídze. Se le dió nuevamente la plataforma a Lenin. Su largo viaje no había dejado marca en él. Dando pasos de un lado a otro, parecía un animal liberado. Habiendo fijado sus ideas en las reuniones previas, tenía la mente clara y dió una tormentosa declaración de propósito revolucionario. Pero esta vez la respuesta fue crítica. Primero que todo, Irakli Tsereteli, como líder menchevique del Soviet de Petrogrado hizo un llamado a la unificación del partido marxista y argumentó que una prematura toma del poder conduciría al desastre. Tibiamente sugirió que finalmente podría cooperar con Lenin. Poniéndose de pie Lenin lo desilusionó de inmediato: “¡Nunca!”. El ex-bolchevique I.P. Goldenberg comparó a Lenin con el líder anarquista del siglo XIX Mijaíl Bakunin que polemizó con el mismísimo Marx:

“El trono vacío por más de treinta años desde la muerte de Bakunin esta ahora ocupado. Desde su sede, la bandera de la guerra civil ha sido desplegada en medio de la democracia revolucionaria. El programa de Lenin es puro insurreccionalismo que nos conducirá al hoyo del anarquismo. Esas son las tácticas del apóstol universal de la destrucción”.

Despues de tal denuncia no hubo oportunidad para una rápida reconciliación entre los líderes bolcheviques y mencheviques. Otros oradores continuaron el ataque a Lenin. Cuando la enconada sesión se disolvió, el presidente Chjeídze se permitió la puya: “Lenin quedará como una solitaria figura fuera de la revolución y nosotros seguiremos nuestro propio camino”.

Pero Lenin no estaba solo. Estaba complacido de su primer día de trabajo en Petrogrado y deseaba consolidarlo en las siguientes semanas. En toda ocasión posible arengaba contra el Gobierno Provisional, arengaba contra los mencheviques y socialistas revolucionarios por apoyar el Gobierno Provisional, arengaba contra los bolcheviques que simpatizaban con los mencheviques y socialistas revolucionarios. Hablaba en mítines de masas abiertos. Escribía para Pravda. Asistía a las reuniones del Comité Central bolchevique y lo guiaba. Hablaba con visitantes a Petrogrado con el fin de obtener información de las provincias. Revisaba la prensa no bolchevique para informarse más. Mantenía contacto con Rádek en Estocolmo y estaba al corriente de la situación política y militar en toda Europa… Todo lo que hizo fue encargarse de que las Tesis de Abril se convirtieran en el fundamento de la estrategia revolucionaria bolchevique.

Pero no era inflexible. En las Tesis de Abril había tenido el tacto de reconocer que no toda la gente que apoyaba al Gobierno Provisional eran consumados imperialistas. Sabía que la mayoría de los obreros y soldados tenía la voluntad patriótica de vencer a Alemania. Tenía que persuadirlos cuidadosamente para atraerlos al bolchevismo. Y para que esto pasara los bolcheviques tenían que obtener la mayoría en los soviets y otras organizaciones de masas: no podría haber una posesión del poder duradera a menos que el partido se asegurara el apoyo popular más amplio. De ahí que los bolcheviques tenían que asegurar su oportunidad de operar legalmente. La propaganda en la prensa y en mítines abiertos serían cruciales, y Lenin no deseaba crear dificultades al partido por abogar abiertamente por una acción que invitaría a la represión del Ministerio del Interior. Al arribar a Petrogrado se dió cuenta que sus propias consignas eran problemáticas. La mayoría de los oyentes se sentía profundamente incómoda por sus discursos sobre la necesidad de convertir “la guerra imperialista en una guerra civil europea”. Tanto los obreros como los soldados y campesinos en general eran poco receptivos al prospecto de una “guerra revolucionaria” o a una “dictadura”. Y su demanda a los socialistas europeos para hacer campaña por la derrota de sus respectivos gobiernos, era una noción que simplemente ofendía a la opinion pública a todos los niveles.

Extractos de Lenin: A biography de Robert Service, Harvard Belknap, 2000. Traducción propia.

Comité Central Bolchevique no aprueba Tesis de Lenin

Lenin defendiendo sus Tesis en la reunión del Comité Central


Petrogrado (6 de abril de 1917).- Hoy en la reunión del Comité Central del Partido Bolchevique se debatieron las Tesis que Lenin presentara ante la Conferencia de Toda Rusia del Partido y en la reunión conjunta de bolcheviques y mencheviques.

Lenin mantuvo los términos explicados al exponer sus tesis el pasado día 4. Por su parte, la mayoría del comité, representada por Kámenev, cuestionó el poco apego a la realidad de ellas. Sostuvo que la analogía de Lenin entre la situación actual de Rusia y la Comuna de París es errónea. Asimismo, Kámenev afirmó que si se adoptaban las tesis de Lenin el partido se trnasformaría en un grupo de propagandistas.

En opinión de Stalin, las tesis eran esquemáticas y no tenía mucho respaldo en los hechos.

El CC aprobó una resolución negativa en relación a las Tesis de Lenin.