sábado, marzo 28

¿Cambios en la política bolchevique?


Fraternización en el frente

Petrogrado (15 de marzo de 1917).- En artículo publicado el día de hoy en el número 9 de Pravda, el partido bolchevique parece haber dado un giro en su posición sobre la guerra.

Los bolcheviques han sido acerbos críticos de la “defensa de la patria” y han denunciado a todo “defensista” como enemigo de la revolución. Según ellos, la tarea del partido y del proletariado revolucionario debe ser convertir la actual guerra imperialista en una guerra civil contra la burguesía y los terratenientes del propio país. Sólo de esa forma es posible alcanzar la paz deseada.

Esas fueron las tesis defendidas en las conferencias socialistas de Zimmerwald y Kienthal, donde Lenin y sus bolcheviques desempeñaron un papel descollante, denunciando a los líderes de la Internacional Socialista como oportunistas y traidores al movimiento. En su intención de agrupar a la “izquierda de Zimmerwald”, Lenin y los suyos han declarado “la bancarrota de la II Internacional” y llaman a la conformación de una nueva Internacional.

Los llamados a la paz, al cese de la guerra, son frases vacías, ilusiones vanas, porque cifran ilusiones en la posibilidad de que los gobiernos de los países imperialistas beligerantes renuncien a sus ambiciones anexionistas y a sus políticas de rapiña, características que subyacen en la propia esencia del imperialismo.

En el artículo de hoy, contradiciendo todo su línea anterior, los bolcheviques sostienen que

Mientras no haya paz el pueblo debe mantenerse firmemente en sus puestos, respondiendo bala con bala y proyectil con proyectil”.

Los líderes mencheviques del Soviet y los miembros del Gobierno Provisional han recibido este cambio con gran sorpresa pero con mucho entusiasmo. Los bolcheviques han sido también propagandistas de la fraternización en el frente, y han tenido mucho éxito en esa prédica, en perjuicio de la moral combativa del ejército ruso.

¿Este giro tendrá que ver con la llegada de los viejos líderes bolcheviques que recientemente fueron liberados por la revolución y que se han reincorporado al partido?

Como se informó anteriormente, el día 12 del presente, llegaron a Petrogrado José Stalin, Lev Kámenev y Matvei Muránov, miembros del Comité Central bolchevique. Al día de hoy, los tres han sido incorporados como miembros plenos del Buró Ruso del CC menchevique y han asumido la dirección del partido y de su periódico Pravda.

Stalin y Kámenev dirigiendo el Partido en los días de marzo

viernes, marzo 27

El Soviet hace un llamado a los pueblos del mundo a poner fin a la guerra

Leyendo la lista de bajas en Petrogrado


Petrogrado (14 de marzo de 1917).- El Soviet de Petrogrado emitió hoy un “Llamamiento a los pueblos del mundo” apelando a la unión de los partidos socialistas y obreros de Europa para forzar una paz general. Por iniciativa de Sujánov y Chjeídze, el Ispolkom –en su sesión del 8 de marzo- empezó a discutir la política del Soviet sobre la guerra. El resultado de tales discusiones fue la aprobación, el día 11, de un documento presentado por Sujánov y Steklov –miembros del Ispolkom- que fue la base del “llamamiento”.

En la presentación del documento ante el Soviet, Steklov puso énfasis en que el significado de la revolución rusa ha rebasado las fronteras del país y que es el pueblo y no los “caballeros” diplomáticos quienes ahora deciden las cuestiones de política interna y externa. “Si todos todos unimos fuerzas, la guerra puede llegar a su fin”, señaló.

Chjeídze, por su parte, aseguró a los soldados patriotas que el llamamiento no significa rendirse ante los invasores alemanes, que lo que se está proponiendo es que los alemanes sigan el ejemplo de Rusia y derroquen al Káiser, para que de ese modo la paz entre los pueblos pueda ser realidad.

No resultó un trabajo fácil para los representantes del Ispolkom convencer a los soldados (que constituyen la mayoría del Soviet) sobre la bondad del documento. En un punto de la discusión, se temió que la propuesta fuese rechazada. Sin embargo, al final fueron convencidos de que el llamamiento no constituye un amenaza para la seguridad de Rusia, y fue aprobado por unanimidad.

El llamamiento dice:

“El pueblo ruso tiene ahora plena libertad política y puede ahora hacer sentir su poder en el gobierno interno del país y en su política exterior. Y, apelando a todo el pueblo que está siendo destruido y arruinado por esta monstruosa guerra, anunciamos que ha llegado el tiempo de iniciar una lucha decisiva contra las desmesuradas ambiciones de los gobiernos de todos los países; ha llegado el tiempo de que el pueblo tome en sus propias manos la decisión del problema de la guerra y la paz.

Consciente de su poder revolucionario, la democracia rusa anuncia que resistirás, por todos los medios, la política de conquista de su clases dirigentes, y llama a los pueblos de Europa a una acción concertada y desiciva a favor de la paz.

Estamos apelando a nuestros hermanos proletarios de la Coalición Austro-Alemana, y ante todo al proletariado alemán...

Defenderemos firmemente nuestra libertad de todos los intentos reaccionarios de adentro y de afuera. La revolución rusa no retrocederá ante las bayonetas de los conquistadores, y no permitirá ser aplastada por la fuerza militar extranjera. Pero apelamos a ustedes: Rompan el yugo de su gobierno semiautocrático, así como el pueblo ruso se ha sacudido de la autocracia del Zar; rehúsense a servir como instrumentos de conquista y violencia en las manos de reyes, terratenientes y banqueros – y entonces por nuestros propios esfuerzos, detendremos esta horrible carnicería que está desgraciando a la humanidad y está nublando los grandiosos días del nacimiento de la libertad rusa.

Trabajadores de todos los países: Nosotros extendemos la mano de hermandad a través de las montañas de los cuerpos de nuestros hermanos, a través de los ríos de lágrimas y sangre inocente, sobre las ruinas de los tesoros de la civilización; nosotros apelamos a ustedes para el restablecimiento y fortalecimiento de la unidad internacional. Ahí reside la garantía de nuestras futuras victorias y la completa liberación de la humanidad.

¡Proletarios de todos los países, uníos!"

Stalin: Los Soviets de Diputados Obreros y Soldados

Pravda Nº 8 14 (27) de marzo de 1917

Stalin. Foto policial. Tíflis 1906

El carro de la revolución rusa avanza con la velocidad del relámpago. Se multiplican y amplían en todas partes los destacamentos de combatientes revolucionarios. Se resquebrajan en sus cimientos y se desploman los puntales del viejo Poder. Ahora, como siempre, Petrogrado marcha a la vanguardia. Le siguen, tropezando a veces, las inmensas provincias.

Las fuerzas del viejo Poder se vienen abajo, pero aún no han sido rematadas. No han hecho sino replegarse sobre sí mismas y esperan el momento propicio para levantar cabeza y lanzarse sobre la Rusia libre. Mirad alrededor y veréis que la labor tenebrosa de las fuerzas negras siguen sin cesar...

Mantener los derechos conquistados para rematar a las viejas fuerzas y, junto con las provincias, hacer avanzar la revolución rusa: tal debe ser la tarea inmediata del proletariado de la capital.

Pero ¿cómo se puede hacer esto?

¿Qué es necesario para ello?

Para destruir el viejo Poder ha bastado la alianza provisional de los obreros y los soldados sublevados, ya que está claro por sí mismo que la fuerza de la revolución rusa reside en la alianza de los obreros y los campesinos vestidos de uniforme de soldado.

Mas, para conservar los derechos alcanzados y seguir desarrollando la revolución, no basta, de ninguna manera, solamente la alianza provisional de los obreros y soldados.

Para ello es necesario hacer que esta alianza sea consciente y sólida, duradera y estable, lo bastante estable para oponerse a las intentonas provocadoras de la contrarrevolución, ya que para todos está claro que la garantía de la victoria definitiva de la revolución rusa es el fortalecimiento de la alianza del obrero revolucionario con el soldado revolucionario.

Los órganos de esta alianza son precisamente los Soviets de Diputados Obreros y Soldados.

Y cuanto más estrechamente estén unidos estos Soviets, cuanto más firme sea su organización, tanto más efectivo será el Poder revolucionario –expresado en ello- del pueblo revolucionario y tanto más reales serán las garantías de conjurar la contrarrevolución.

Fortalecer estos Soviets, organizar en todas parte, ligarlos entre sí bajo la dirección del Soviet Central de Diputados Obreros y Soldados como órgano del Poder revolucionario del pueblo: en tal dirección deben trabajar los socialdemócratas revolucionarios.

¡Obreros! ¡Cerrad más estrechamente vuestras filas y uníos en torno al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia!

¡Campesinos! ¡Organizaos en uniones campesinas y agrupaos en torno al proletariado revolucionario, jefe de la revolución rusa!

¡Soldados! ¡Organizaos en vuestras uniones y agrupaos alrededor del pueblo ruso, el único aliado fiel del ejército revolucionarios ruso!

¡Obreros, campesinos, soldados! ¡Uníos en todas partes en los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, en los órganos de la alianza y del Poder de las fuerzas revolucionarias de Rusia!

En ello está la garantía de la victoria completa sobre las fuerzas tenebrosas de la vieja Rusia.

En ello también está la garantía de que serán convertidas en realidad las reivindicaciones fundamentales del pueblo ruso: ¡la tierra para los campesinos, la protección del trabajo para los obreros, la república democrática para todos los ciudadanos de Rusia!



Firmado: K. Stalin

miércoles, marzo 25

Llegan los primeros líderes bolcheviques

Stalin. Foto policial. Tíflis 1906


Petrogrado (12 de marzo de 1917).- José Stalin y Lev Kámenev llegaron hoy por la mañana a Petrogrado procedentes de su exilio en Siberia. Con ellos viajaba Matvei Muránov, diputado de la Duma que fuera acusado de traición a la patria en 1914. Son los primeros líderes bolcheviques en regresar del exilio.

Los recién llegados, procedentes de Achinsk, abordaron el 7 de marzo el tren Transiberiano en Krasnoyarsk con destino a Moscú, de donde enrumbaron hacia la capital. En cada estación, fueron saludados como héroes de la revolución, agasajados por comitivas de bienvenida y celebrados con sendos discursos.

Una vez apeados en la Estación Nicolás, se dirigieron hacia el cuartel general del partido bolchevique en la mansión Kseshinskaya. Uno de los acompañantes observó que Stalin vestía el mismo traje y sombrero que usaba aquel día de julio de 1913 en que fue detenido por la policía secreta.

Ante la llegada de los tres dirigentes, miembros del Comité Central del partido bolchevique, en la tarde de hoy se llevó una sesión del Buró Ruso del CC. En dicha reunión se abordó el tema de la situación política, resultado de lo cual salieron a relucir diferencias importantes entre los recién llegados y los dirigentes actuales: Shliapnikov, Molotov y Zalutsky.

En la misma sesión, los veteranos bolcheviques solicitaron ocupar puestos en el Buró Ruso y la redacción del diario Pravda argumentando su calidad de miembros del CC. Los miembros hábiles del Buró sometieron a los recién llegados a una evaluación, después de la cual admitieron a Muránov como miembro pleno y a Stalin como miembro consultivo del Buró pero rechazaron la inclusión de Kámenev debido a su censurable conducta en el juicio de 1915 contra los diputados bolcheviques en la Duma. Sólo se autorizó su colaboración en la redacción de Pravda con la condición de que sus artículos no lleven firma.

La conducta de Kámenev durante el juicio contra la fracción bolchevique de la Duma

Lev Kámenev

La fracción bolchevique fue arrestada a fines de 1914 en una conferencia ilegal bolchevique. El juicio fue celebrado en febrero de 1915 y el cargo presentado fue de participación y conspiración en una organización para derrocar el sistema. Las pruebas materiales consistían en dos artículos de Lenin que se discutían en la reunión: Las tareas de la socialdemocracia revolucionaria en la guerra europea y La guerra y la socialdemocracia.

Junto a los cinco diputados, fue juzgado Lev Borísovich Rosenfeld (verdadero nombre de Kámenev), editor de Pravda y encargado de supervisar el trabajo parlamentario.

La sentencia propuesta y que finalmente se aprobó fue el exilio de por vida en Siberia para los condenados.

Para evitar la sentencia, Kámenev declaró en el juicio que no compartía las opiniones de Lenin y la mayoría del Partido bolchevique sobre la guerra. Esta afirmación se ajustaba a la verdad, pero, a pesar de ello, Kámenev fue igualmente sentenciado a Siberia.

Una vez llegado a Siberia, Kámenev fue sometido a “juicio” por sus camaradas en el exilio, siendo criticado duramente. Stalin –quien residía solo, en el círculo polar ártico- asistió a dicha reunión, en la que sólo los miembros del Comité Central podían aprobar una resolución sobre el caso de Kámenev. Muchos de los bolcheviques presentes vivían en el mismo lugar que Kámenev o en villas cercanas. Sin embargo, luego de muchas horas, Stalin tuvo que abandonar la reunión para emprender el viaje de regreso al lugar de su confinamiento, por lo que no se llegó a ningún acuerdo de censura contra Kámenev.

En la sesión del Buró Ruso del CC del día 12 (25) de marzo, se rechazó la inclusión de Kámenev en el Buró debido a su criticado comportamiento en el juicio de la fracción bolchevique de la Duma. En aquella reunión, Kámenev no dio ninguna explicación ni mostró ningún signo de autocrítica por su conducta en 1915. Se limitó a decir que “había cosas que sólo los líderes del partido estaban permitidos conocer” (Edvar Radzinsky, Stalin, 1996), lo que ha dado pie a pensar que hizo lo que hizo para evitar la sentencia, posiblemente con el conocimiento de Lenin; aunque el jefe bolchevique publicó un artículo criticando la conducta de Kámenev.

D.R.

martes, marzo 24

La familia imperial bajo arresto


Petrogrado (11 de marzo de 1917).- Luego de la abdicación de Nicolás II, surgió una gran inquietud en el gobierno sobre qué hacer con el ex zar. A fin de evitar que su presencia en territorio ruso se torne en fuente de tensiones con el Soviet, el gobierno inició gestiones con gobiernos de otros países para lograr que concedan asilo a la familia imperial. El 8 de marzo, el Gobierno Provisional solicitó a los britanicos una respuesta en ese sentido, considerando que el rey Jorge V es primo de Nicolás.

Los socialistas, sin embargo, consideran peligroso que una vez fuera, el ex zar pueda convertirse en un centro de complots contrarrevolucionarios. Por tal motivo, son de la idea de mantenerlo en Rusia, bajo vigilancia. Ya el 3 de marzo, el Ispolkom del Soviet había acordado arrestar a Nicolás y su familia. De conformidad con esa decisión, el gobierno anunció el 7 de marzo que el ex zar y su familia permanecerían detenidos en Tsarkoe.

Por su parte, enterado de las negociaciones con los británicos, el Ispolkom ratificó el 8 de marzo el arresto del ex zar y aprobó la confiscación de sus propiedades y el retiro de la ciudadanía. Además, para evitar que Nicolás salga del país, ha enviado su propia gente a reforzar la custodia de la familia imperial en Tsarkoe.

El mismo día 8, el general Kornílov, el nuevo comandante del Distrito Militar de Petrogrado (nombrado por Nicolás, a solicitud del presidente de la Duma, poco antes de su abdicación), fue a Tsarkoe e informó a la emperatriz que se encontraba en custodia por decisión del Ispolkom del Soviet.

Nicolás llegó a Tsarkoe procedente de Mogilev (el cuartel general) el 9 de marzo y se dio con la sorpresa de encontrar soldados rodeando su residencia, encargados de mantenerlo arrestado. Los miembros del Ispolkom enterados de que había abandonado Mogilev, creyeron que el ex zar se había fugado y emitieron una alerta general. Informados después de que Nicolás se encontraba en Tsarkoe, el Soviet envió un destacamento de 300 soldados de infantería y un regimiento de ametralladoras comandados por un oficial eserista, para sumarse a los soldados de Kornílov en la vigilancia de la familia imperial.

El Gobierno Provisional ha asegurado al Soviet que el ex zar no saldrá del país sin autorización del Ispolkom. Nicolás Romanov y su familia han sido aislados del mundo, nadie puede verlos sin permiso, y sus comunicaciones postales y telefónicas están sujetas a supervisión.

lunes, marzo 23

Lenin sobre Trotsky


El presente es un conjunto de citas de Lenin en relación a la personalidad de Trotsky y a su conducta política. Opiniones que nunca cambió, que en todo caso morigeró de 1917 en adelante (en consideración al nuevo “camarada”) pero nunca abandonó.

Muchas de ellas reflejan con nitidez las características de Trotsky, especialmente cuando después de la muerte de Lenin, se dedicó a reescribir la historia de la revolución rusa acomodándola a sus “teorías” políticas y ubicándose como el personaje central, el héroe de la revolución, a la vez que minimizaba el papel de la dirección del Partido. Así, de acuerdo a Lenin que lo conocía bien -ya antes de escribir su Historia de la Revolución Rusa, Mi vida o su biografía de Stalin-, Trotsky demostraba esas cualidades que son las delicias de los oportunistas y de los historiadores burgueses:

· “Trotsky es muy dado a usar -con el aprendido aire de un experto- frases pomposas y altisonantes para explicar fenómenos históricos en una forma que le es halagadora”. (Rompimiento de la unidad, 1914)

· “La sinverguencería de Trotsky en minimizar al partido y exaltarse a sí mismo”. (Significado histórico de la lucha interna en el Partido en Rusia, 1911)

· Frases resonantes pero vacías de aquellas en las que nuestro Trotsky es un maestro”. (Significado histórico de la lucha interna en el Partido en Rusia, 1911)

La historiografía burguesa en particular ha seguido la dirección que Trotsky le ha dado porque favorece su concepción burguesa de la historia, porque consideran la obra de Trotsky como la obra del “principal” actor de la revolución y toman como verdaderas sus afirmaciones cuando muchas de ellas no tienen más respaldo que su propia palabra. Pero ya Lenin destacaba esa cualidad de Trotsky de mezclar algunas verdades, con muchas medias verdades, con demasiadas omisiones, con otras tantas mentiras, con abundantes supuestas conversaciones confidenciales con personas ya fallecidas que no podían desmentirlo (el propio Lenin por ejemplo cuando supuestamente le propuso un bloque contra Stalin a fines de 1922), con innumerables rumores y con muchísimos chismes:

· "!La obsequiosidad de Trotsky es más peligrosa que un enemigo! Trotsky no podría ofrecer pueba alguna, excepto “conversaciones privadas” (es decir, simples rumores, en los que Trotsky siempre subsiste)”. (El derecho de las naciones a la autodeterminación, 1914)

· “Las viejas y pomposas pero perfectamente hueras frases de Trotsky…Ninguna palabra sobre la sustancia del tema…Exclamaciones vacías, palabras de alto vuelo, y salidas altaneras contra oponentes a quien el autor no nombra, aseveraciones impresionantemente importantes – ese es el repertorio de Trotsky”. (Pravda, 1913)

Lenin no se sorprendía mucho sobre los cambios, los virajes de Trotsky. Cuando dejaba de tener noticias de él, Lenin decía que no sabía cuál era la posición de Trotsky en aquel momento específico, dando a entender que con él nunca se sabe:

· “no entiende el significado histórico de las discrepancias ideológicas entre los grupos y tendencias marxistas” (Rompimiento de la unidad, 1914)

· “Trotsky nunca ha tenido una opinión firme sobre ninguna cuestión importante del marxismo”. (El derecho de las naciones a la autodeterminación, 1914)

· “Trotsky, sin embargo, nunca ha tenido ninguna “fisonomía”, la única cosa que tiene es el hábito de cambiar de bandos, de saltar de los liberales a los marxistas para regresar de nuevo, de hilvanar exageradamente tópicos y frases rimbombantes…” (La ruptura del Bloque de Agosto,1914)

· “… Trotsky, por un lado, representa solamente sus vacilaciones personales y nada más. En 1903, fue menchevique; en 1904, abandonó el menchevismo; en 1905 regresó al menchevismo haciendo gala de frases ultra-revolucionarias; en 1906 los dejó nuevamente; a fines de 1906 abogó por acuerdos electorales con los Kadetes (estando una vez más con los mencheviques); y en la primavera de 1907, en el Congreso de Londres, dijo que difería de Rosa Luxemburgo en “matices específicos de ideas en vez de líneas políticas”. Un día Trotsky plagia del acervo ideológico de una facción, al siguiente día plagia de la otra, y después se declara por encima de las facciones”. (Significado histórico de la lucha interna en el Partido en Rusia, 1911)

· “Trotsky fue un ardiente iskrista en 1901-1903, y Riazanov describió su rol en el Congreso de 1903 como “el garrote de Lenin”. A fines de 1903, Trotsky fue un ardiente menchevique (desertó de los iskristas para pasarse a los economistas). Dijo que “entre la vieja Iskra y la nueva hay un abismo”. En 1904-05, desertó de los mencheviques y ocupo posiciones vacilantes, ya sea cooperando con Martínov (el economista), ya sea proclamando su absurda teoría de la revolución permanente. En 1906-07, se aproximó a los bolcheviques, y en la primavera de 1907 declaró que estaba de acuerdo con Rosa Luxemburgo”. (Rompimiento de la unidad, 1914)

Trostky se pronunció contra la guerra imperialista pero sus posiciones no eran del todo claras aunque eran internacionalistas. Sin embargo, siempre estaba dispuesto a conciliar con los oportunistas y algunas veces de hecho lo hacía. Hasta marzo de 1917, Lenin todavía mantenía una opinión bastante crítica acerca de Trotsky, de sus alianzas, vacilaciones, de su inconsecuencia. Cuando Trotsky llegó a Nueva York en enero de 1917, Bujarin lo invitó a colaborar en la redacción de Novy Mir que él dirigía. Casi inmediatamente Trotsky se alió con los oportunistas en la redacción para desplazar a Bujarin, algo parecido a cuando Lenin lo cooptó para Iskra y luego, convertido en todo un menchevique, hizo de cualquier cosa por echar a Lenin. Estas son algunas impresiones de Lenin con respecto al “internacionalista” Trotsky:

· “Roland-Holst, como Rakovsky… como Trotsky, en mi opinión, son los más dañinos kautskianos, en el sentido de que todos ellos, de distintas formas, están por la unidad con los oportunistas; de distintas formas embellecen el oportunismo; todos ellos (de distintas maneras) predican eclecticismos en lugar de marxismo revolucionario”. (Carta a Kollontai, agosto 1915)

· “Qué canalla es este Trotsky: frases izquierdistas, y en bloque con la derecha contra la izquierda de Zimmerwald!!!”. (Carta a Kollontai, febrero de 1917)

· “Trotsky llegó, y este sinverguenza a la primera se apandilló con el ala derecha de Novy Mir contra le izquierda de Zimmerwald!... Ese es Trotsky!! Siempre fiel a sí mismo = trampas, estafas, poses de izquierdista, ayuda a la derecha, tanto como pueda…” (Carta a Inessa Armand, febrero de 1917)

Sobre la costumbre de Trotsky de “quitar el cuerpo” a la hora de establecer las responsabilidades, Lenin le decía:

· “…un líder político es responsable no sólo por su propia política sino también por los actos de aquellos a los que dirige.” (Los sindicatos, la situación actual y los errores de Trotsky, 1921)

Trotsky tenía la “mala costumbre” de plantear debates sobre temas que no estaban en relación con las necesidades inmediatas y prácticas de la revolución y la construcción de las bases del socialismo. Y al plantearlas extraía conclusiones y profetizaba desastres que no guardaban correspondencia con la importancia del tema en la situación concreta. No asistía a reuniones del Comité Central, rehusaba los nombramientos que se le hacían, y cuando la discusión sobre un tema específico ya se había cerrado con sendas resoluciones y tareas prácticas, Trotsky volvía a plantearlo sin aportar nada nuevo y muchas veces con desconocimiento del tema y los hechos. Lo hizo durante vida de Lenin y lo haría con insistencia rayana en el desafío fraccionalista después de la muerte de Lenin.

· “Trotsky ha hecho perder tiempo al Partido en una discusión de palabras y malas tesisTodas sus tesis, su plataforma entera, son tan erróneas que han distraído recursos y la atención del Partido del trabajo práctico en la “producción” hacia un montón de discursos vacuos… (…)después de la sesión plenaria de noviembre en el que se dió una solución clara y teóricamente correcta". (Una vez más sobre los sindicatos, 1921)

· “Su negativa a servir en la comisión de sindicatos fue una violación de la disciplina del Comité Central”. (Discurso sobre los sindicatos, 1921)

· “El aparato es para la política, no la política para el aparato…Trotsky es un hombre temperamental con experiencia militar. El está encariñado con la organización pero, como en política, él no tiene ni idea”. (Resumen de notas de Lenin en la Conferencia de Delegados al X Congreso del PC(b), marzo 1921).

Lenin siempre criticó la “teoría” de la revolución permanente de Trotsky, criticó su idea del “estado obrero” desde 1905, y no dejó de hacerlo después de Octubre, cuando –según Trotsky- Lenin se aproximó a sus ideas y el bolchevismo dejó de ser un poco bolchevique.

· “El camarada Trotsky habla de “estado obrero”. Déjenme decir que esto es una abstracción, no es lo bastante un estado obrero. Ese es uno de los principales errores del camarada Trotsky… Por una cosa: el nuestro no es realmente un estado obrero sino un estado de obreros y campesinos. Y mucho se deriva de ello”. (Los sindicatos, la situación actual y los errores de Trotsky, 1921)

Nunca se cansó Trotsky de afirmar de que Lenin le propuso hacer un frente para luchar contra el burocratismo (por supuesto, según la idea que Trotsky tiene de burocratismo y que supuestamente tenía como blanco a Stalin). Sin embargo, la crítica de Lenin a la “afición” de Trotsky por los aspectos administrativos de las cosas fue constante desde que el poder soviético se instaló y lo resaltó también en el llamado “testamento”.

· “Trotsky acusa a Lozovsky y Tomsky de prácticas burocráticas. Yo diría que lo inverso es verdad”. (Segundo Congreso de Mineros de Rusia, 1921)

Cuando Trotsky dice que Lenin, al criticar a la Inspección Obrera y Campesina estaba dirigiendo sus baterías contra Stalin (que ya no lo tenía a su cargo cuando Lenin escribió sus últimos artículos), falta a la verdad. Aun cuando Lenin podía haber criticado a todos los que tuvieron a su cargo la Inspección, jamás lo hizo en los términos que Trotsky le atribuye. Más aún Lenin criticó severamente las opiniones de Trotsky sobre los órganos del poder soviético, tan tarde como a mediados de 1922 (cuando Trotsky afirma –sin prueba alguna- que Lenin se puso de su lado):

· “En relación a la Inspección Obrera y Campesina, el camarada Trotsky está fundamentalmente equivocado… En relación a la Comisión de Planeamiento del Estado, el camarada Trotsky está no sólo absolutamente equivocado sino que está juzgando algo en lo que está sorprendentemente mal informado” (Réplica a las observaciones sobre las funciones del Vice presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, 1922).

Por supuesto, esto no quita el reconocimiento de las cualidades de Trotsky que hicieron que Lenin aceptara su participación en el Partido bolchevique; cualidades en el terreno de la organización, de la agitación y la propaganda, además de su capacidad de trabajo y de su creatividad para enfocar los problemas y plantear alternativas de solución (aunque no se ajustaran necesariamente a los principios marxistas). Trotsky era uno de los pocos líderes que siendo un intelectual no tenía problemas en realizar trabajo práctico de lo más exigente con bastante determinación; combinando en su persona el perfil del teórico con el de hombre práctico. El otro, era su “rival”: Stalin. No por casualidad, apenas instalados en el Kremlin, Lenin impartió la orden que permitía sólo a Stalin y Trotsky el derecho a ingresar a su oficina sin autorización ni cita previa y en cualquier momento.

D.R.