viernes, junio 5

Propuesta de manifestación armada bolchevique

Petrogrado, 23 de mayo (5 de junio) de 1917

Reunión de la Organización Militar Bolchevique

Se informa que, desde hace una semana, el Presídium de la Organización Militar (P.I. Podvoisky, V.I. Nevsky, K. Mejonoshin, S. Cherepanov y P.V. Dashkevich) viene sugiriendo al Comité Central del Partido la realización de una manifestación en contra de los preparativos de la ofensiva militar del Gobierno Provisional. EL CC no ha hecho ningún comentario pero ha puntualizado que ningún evento político de cualquier naturaleza debe ser realizado sin consultarle.

Representantes de las unidades afiliadas a la Organización Militar Bolchevique declaran estar a favor de una manifestación armada contra los intentos de Kerensky de restablecer la disciplina militar y contra la creciente amenaza de transferir unidades al frente.

Se informa que los Regimientos Pavlovsky, Izmailovsky, de Granaderos y la Primera Reserva de Infantería, entre otros, "están listos para salir por su cuenta si el centro no adopta una decisión positiva".

No hay ningún pronunciamiento en contra de la manifestación propuesta, por el contrario más soldados bolcheviques se declaran a favor.

Los dirigentes de la Organización Militar consideran que un imponente apoyo masivo al programa bolchevique y especialmente a su actitud hacia los esfuerzos de guerra, coincidiendo con la inauguración del I Congreso de los Soviets de Toda Rusia (a reunirse del 3(16) de junio al 24 de junio (6 de julio)), sería una propuesta atractiva.

La idea de la manifestación nace del descontento de la masa de soldados con las medidas tomadas por el gobierno en el campo militar; su realización ganaría para la Organización Militar una gran influencia entre los regimientos de la guarnición.

Los camaradas Dashkevich y Nevsky apoyan decididamente la propuesta. Nevsky dice que "una manifestación que no atraiga una mayoría sería un error táctico, pero si estamos claros que una manifestación exitosa es factible, entonces debemos hacerlo".

Al cierre de la sesión se decide convocar a una reunión con los representantes de la base naval de Kronstadt, antes de tomar alguna decisión o de fijar una fecha para la manifestación. La reunión debe ser realizada a más tardar el 1(14) de junio.

Kerensky y la ofensiva de junio

Kerensky en el frente

Kerensky asumió sus responsabilidades como Ministro de Guerra con admirable energía porque estaba convencido de que la sobrevivencia de la democracia en Rusia dependía de un ejército fuerte y disciplinado y que el desfalleciente espíritu del ejército sería levantado al máximo por una ofensiva exitosa. Los generales pensaban que si el ejército permanecía inactivo mucho más tiempo se resquebrajaría. Kerensky esperaba repetir el milagro del ejército francés en 1792, que detuvo y luego hizo retroceder a los prusianos invasores, uniendo a la nación detrás del gobierno revolucionario.

Se proyectó una gran ofensiva para el 12 de junio, en cumplimiento de las obligaciones con los aliados contraídas antes de la Revolución de Febrero. Había sido originalmente diseñada como una operación puramente militar, pero ahora adquiría además una dimensión política. Se esperaba que una ofensiva exitosa aumentaría el prestigio del gobierno e inyectaría patriotismo a la población, lo que haría más fácil lidiar con los retadores de la derecha y de la izquierda. Tereschenko le dijo al gobierno francés que si la ofensiva iba bien, se tomarían medidas para suprimir a los elementos rebeldes en la guarnición de Petrogrado.

En preparación para la ofensiva, Kerensky llevó a cabo reformas en el ejército. Alexeyev [Comandante en Jefe], probablemente el mejor estratega de Rusia, le impresionó por su derrotismo, y lo reemplazó con Brusilov, el héroe de la campaña de 1916. Fortaleció la disciplina militar, dando a los oficiales amplia discreción para tratar con las tropas insubordinadas. Emulando los commissaires aux armées que el ejército francés introdujo en 1792, envió comisarios al frente a elevar la moral de los soldados y a arbitrar entre ellos y los oficiales: esto era una innovación de la que los bolcheviques harían uso extensivo en el Ejército Rojo.

Kerensky pasó la mayor parte de mayo y principios de junio en el frente, dando motivadores discursos patrióticos. Sus apariciones tenían un efecto galvanizador:

"Avance triunfal" parece ser un término débil para describir el recorrido de Kerensky en el frente... Multitudes se reunían durante horas para verlo por unos minutos. En todas partes su paso estaba cubierto de flores. Los soldados corrían millas detrás de su carro, tratando de estrechar su mano o besar el borde de su capa..."

El impacto de sus discursos, sin embargo, se evaporaba tan pronto Kerensky dejaba la escena... Como recordaría más tarde, él encontraba que el ánimo de las tropas del frente, en la víspera de la ofensiva de junio, era ambivalente. La propaganda alemana y bolchevique había tenido poca influencia: su efecto estaba confinado a las unidades de la guarnición y a las llamadas Terceras Divisiones, que eran unidades de reserva formadas con nuevos reclutas. Pero encontró un sentimiento extendido de que la Revolución había hecho perder el sentido a combatir. "Después de tres años de amargo sufrimiento", escribía, "millones de soldados cansados de la guerra se preguntaban: ¿Por qué debería morir ahora cuando en casa una vida nueva y libre está sólo empezando?" No recibían respuesta del Soviet, la institución en la que más confiaban, porque la mayoría socialista adoptó una actitud característicamente ambivalente:

"Si uno revisa cualquier resolución típica aprobada por la mayoría menchevique y socialista revolucionaria del Soviet, uno encuentra una caracterización absolutamente negativa de la guerra como imperialista, una demanda de que sea concluída tan rápido como sea posible y una o dos frases pertinentes, incluídas a exigencia de Kerensky, sugiriendo, con dudosa lógica y sin ningún atractivo emocional, que mientras no se logre la paz general, sería una bueno que los soldados rusos continuen combatiendo"

Los bolcheviques, conscientes, al igual que el gobierno, del descontento y de la desmoralización de las unidades de la guarnición, decidieron a inicios de junio explotar ese estado de ánimo.


Extractos de The Russian Revolution de Richard Pipes, Vintage Books, 1991, pp. 412-414. Traducción propia.

jueves, junio 4

El Soviet y el Gobierno revisan el Caso Kronstadt

Por qué lanzar la ofensiva de verano

General Alexei Brusilov - 1916

Desde la Conferencia de los Aliados en Chantilly en noviembre de 1915, Rusia había estado bajo creciente presión de sus aliados para lanzar una nueva ofensiva en el Frente Oriental. Los líderes de la Entente querían que 1917 sea el año de la victoria final y asumían que una ofensiva combinada en el Este y el Oeste sería suficiente para vencer a los Poderes Centrales.

La legitimidad del Gobierno Provisional entre los poderes occidentales –y el apoyo financiero que habían obtenido de ellos– descansaba en buena cuenta en su intención declarada de cumplir con está obligación con los aliados. Al mismo tiempo, sin embargo, la revolución había aumentado las ya considerables dudas acerca de la capacidad de combate de Rusia.

En una reunión con sus comandantes en el Frente, el 18 de marzo, el general Alexeyev [anterior Comandante en Jefe] había rechazado la exigencia francesa de una nueva ofensiva en la primavera [marzo-mayo]: los caminos aún estaban cubiertos de hielo, la provisión de caballos y forraje era escasa, las unidades de reserva se estaban dispersando, la disciplina militar se estaba rompiendo y el Soviet, que controlaba todas las palancas del poder, estaba reacia a apoyar nada que estuviera más allá de una pura defensiva estratégica. La mayoría de los generales estaba de acuerdo con él, de que era imposible lanzar una ofensiva antes de junio o incluso julio.

Brusilov [que sería el Comandante en Jefe de Kerensky] era el único en apoyar una ofensiva en la primavera. En un telegrama a la reunión, declaraba que sus soldados estaban preparados para combatir. Tan optimista declaración... hizo que el general Alexeyev pidiera que se revisara la autenticidad del telegrama... Viniendo del clave Frente Sud Occidental -desde donde cualquier ataque tendría que ser lanzado-, el mensaje de Brusilov ciertamente ayudó a que el cauteloso Alexeyev considerara la idea de una ofensiva temprana en mayo. El delineó sus razones a Guchkov [ministro de Guerra anterior a Kerensky] el 30 de marzo:

“Si no vamos al ataque, estaremos condenados sin salida a combatir en el momento y en el lugar que al enemigo le convenga. Y si fallamos en cooperar con nuestros aliados, no podemos esperar que ellos vengan en nuestra ayuda cuando lo necesitemos. El desorden en el ejército no tendrá menor efecto en la defensiva de lo que tendrá en la ofensiva. Aún si no estamos totalmente confiados en tener éxito, deberíamos ir en una ofensiva. Los resultados de una fallida defensa son peores de los de una ofensiva no exitosa... Mientras más rápido pongamos nuestras tropas en acción, más rápido se enfriará su pasión por la política. El general Brusilov basa su apoyo en esas consideraciones... Debe ser dicho que mientras menos firmes las tropas, probablemente menos exitosa será la defensa; por lo tanto, es más deseable emprender operaciones activas.”

Era una terrible apuesta. No había garantía de que los riesgos del ataque serían menores que los de una defensa, y aún menos razón para suponer, como lo hacían Alexeyev y Brusilov, que el espíritu combativo de las tropas podría ser galvanizado mediante el lanzamiento de una ofensiva... Es claro que los líderes militares y políticos del Gobierno Provisional estaban engañados por su propio optimismo. Subestimaron grandemente los costos probables de una ofensiva...

Dadas las presiones y doctrinas de la época, no es difícil entender por qué la ofensiva fue lanzada. Los líderes del Gobierno Provisional asumieron en grado sumo los compromisos de Rusia con los aliados. Ellos habrían querido negociar una paz general sin anexiones o indemnizaciones como se decía, pero su posición negociadora era extremadamente débil. Los aliados estaban empezando a considerar que la guerra podía ser ganada con o sin Rusia, especialmente después de que en abril los Estados Unidos se sumaran...

Por paradójico que pudiera parecer, los líderes del Gobierno Provisional respaldaban una ofensiva para fortalecer su campaña por un arreglo general del conflicto. Ellos iban a la guerra para hacer la paz. Esa era la razón que llevó a los líderes del Soviet a apoyar la ofensiva. El defensismo revolucionario de Tsereteli, la unidad de la democracia por las necesidades de la defensa nacional, fue la principal justificación para su ingreso a la Coalición... Ellos comparaban la situación de Rusia con la de Francia en la víspera de la guerra contra Austria en 1792: les parecía que una guerra revolucionaria podía dar nacimiento a un nuevo patriotismo cívico, precisamente como la defensa de la patrie había elevado a coro nacional el grito "Aux armes, citoyens"


Extractos editados de "A people's tragedy. The Russian Revolution: 1891-1924" de Orlando Figes, Penguin Books, 1996, pp. 407-410. Traducción propia.


Camino a una nueva ofensiva, presentan nuevo Comandante en Jefe

General Alexei Brusilov


Petrogrado (22 de mayo de 1917).- El Ministro de Guerra de la coalición, Alexander Kerensky, nombró al general Alexei Brusilov como nuevo Comandante en Jefe de las fuerzas armadas rusas, que hoy fue presentando al Estado Mayor en la Stavka.

El general Brusilov venía desempeñándose como comandante del Frente Sud Occidental y es considerado como el único general zarista en mantener el honor durante la guerra y el primero en apostar por el régimen nacido en la Revolución de Febrero.

Apenas se hizo cargo del ministerio, Kerensky visitó el frente de guerra para reunirse con sus comandantes. Con Brusilov, mantuvo una conversación larga y amigable, en la ciudad de Tarnopol, intercambiaron opiniones de manera franca y estuvieron de acuerdo en la necesidad de lanzar una ofensiva contra el enemigo.

Explicando el nombramiento, Kerensky declara que "necesitaba hombres que creyeran que el ejército ruso no estaba arruinado”. “Yo no tenía lugar para gente que no podía aceptar genuinamente el hecho consumado de la Revolución o que dudara que podíamos reconstruir la moral del ejército en la nueva atmósfera psicológica. Necesitaba hombres que habían vivido los duros años de la guerra bajo el viejo régimen y que comprendieran el cambio radical que había ocurrido”.

A diferencia de la mayoría de los comandantes, Brusilov cree en el trabajo conjunto con los órganos democráticos de los soldados. Según su opinión, la restauración de la moral del ejército y del lanzamiento de la nueva ofensiva sólo puede alcanzarse en sociedad con ellos. En este punto, contrasta totalmente con el escepticismo del general Alexeyev, el anterior Comandante en Jefe, que duda que un ofensiva exitosa puede ser lanzada con las fuerzas armadas en su actual estado revolucionario.

El apoyo de Brusilov a la democracia y a los comités de “soldados” en particular, le ha ganado pocos amigos entre el resto de generales. Hoy el Estado Mayor en la Stavka recibió a su nuevo comandante con abierta hostilidad. En lugar de la usual ovación masiva, a la que él estaba bastante acostumbrado, Brusilov fue recibido en la estación de Mogilev por una pequeña y formal delegación de generales de rostros apesadumbrados. Por su parte, Brusilov no dio mucha importancia al grupo de antiguos generales que había venido a la estación a darle la bienvenida, y, en un gesto de democracia, prefirió saludar con un apretón de manos a los soldados rasos que se mostraron sorprendidos de ser saludados de esa forma por su Comandante en Jefe.


miércoles, junio 3

La campaña de las elecciones municipales (Stalin)

Pravda Nºs 63, 64 y 66 del 21 de mayo (3 de junio), 24 de mayo (6 de junio)y el 26 de mayo (8 de junio) de 1917

Se aproximan las elecciones a las Dumas de distrito. Las listas de los candidatos han sido aprobadas y hechas públicas. La campaña electoral está en su apogeo.
...
Ya las primeras reuniones preelectorales muestran que el quid de la campaña no reside en la “reforma” municipal en sí, sino en la situación política general del país. La reforma municipal no es más que el terreno sobre el que se despliegan naturalmente las principales plataformas políticas.

Ello es comprensible. Hoy, cuando la guerra ha llevado al país al borde del desbarajuste económico, cuando los intereses de la mayoría de la población exigen una intervención revolucionaria en toda la vida Económica del país y cuando el Gobierno Provisional se muestra a todas luces incapaz de sacar al país del atolladero, todas las cuestiones locales, las municipales inclusive, únicamente pueden ser comprendidas y resueltas en indisoluble ligazón con las cuestiones generales de la guerra y la paz, de la revolución y la contrarrevolución. Sin esta conexión con la política general, la campaña de las elecciones municipales degeneraría en vacua palabrería acerca del estañado de lavabos y de la “instalación de buenos retretes públicos” (v. la plataforma de los mencheviques defensistas).

Por eso, a través de la abigarrada variedad de las innumerables banderas de los partidos, se abrirán inevitablemente paso, en el curso de la campaña, dos líneas políticas fundamentales: la línea del desarrollo sucesivo de la revolución y la línea de la contrarrevolución.
...
El partido de la “libertad popular”

Desde el derrocamiento del zarismo, los partidos de derecha se han dispersado. Ello se debe a que su existencia en la vieja forma es ahora desventajosa. ¿Dónde se han metido esos partidos? Se han agrupado en torno al partido de la llamada “libertad popular”, en torno al partido de Miliukov y compañía. El partido de Miliukov es hoy el partido más derechista. Este hecho nadie lo discute. Y precisamente por la razón apuntada, este partido sirve hoy de punto de concentración de las fuerzas contrarrevolucionarias.
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El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (los bolcheviques)

Nuestro Partido es la verdadera antítesis del partido demócrata constitucionalista... Nuestro Partido es el partido de los obreros revolucionarios de la ciudad y del campo. Se trata de dos partidos inconciliables; la victoria de uno de ellos significa la derrota del otro. Nuestras reivindicaciones son bien conocidas. Nuestro camino es claro.

Nosotros estamos, contra la, actual guerra, porque es una guerra de rapiña, de conquista. Estamos por la paz, por una paz general y democrática, porque esa paz es la salida más segura del desbarajuste económico y de la crisis de subsistencias.

Hay quejas por la falta de pan en las ciudades. Pero no hay pan porque la superficie, de siembra ha disminuido debido a que la mano de obra ha sido “llevada” a la guerra. No hay pan porque incluso las reservas de que se dispone no pueden ser transportadas, ya que los ferrocarriles han sido puestos al servicio de la guerra. Poned fin a la guerra, y tendremos pan.

Hay quejas por la falta de artículos industriales en el campo. Pero estos artículos faltan porque gran parte de las fábricas trabajan para la guerra. Poned fin a la guerra, y habrá artículos industriales.

Estamos contra el actual gobierno porque, al llamar a la ofensiva, prolonga la guerra y agrava el desbarajuste económico y el hambre.

Estamos contra el actual gobierno porque, en su afán de proteger los beneficios de los capitalistas, frustra la intervención revolucionaria de los obreros en la vida económica del país.

Estamos contra el actual gobierno porque, al impedir que los Comités campesinos dispongan de las tierras de los terratenientes, frustra la liberación del campo del poder de los terratenientes.
...
Estamos contra el actual gobierno porque es completamente incapaz de sacar al país de la crisis. Queremos que todo el Poder pase a manos de los obreros, de los soldados y de los campesinos revolucionarios.

Sólo ese Poder puede acabar con la prolongada guerra de rapiña. Sólo ese Poder puede arrebatar los beneficios a los capitalistas y a los terratenientes para impulsar adelante la revolución y salvar al país de la ruina total.

Finalmente, estamos en contra de que se restablezca la policía, la vieja y odiada policía, divorciada del pueblo, y subordinada a “mandos” designados desde arriba.Estamos en favor de una milicia general, electiva y amovible, pues sólo tal milicia puede ser un baluarte de los intereses del pueblo.

Esas son nuestras reivindicaciones inmediatas.
...
El bloque de los defensistas

Entre los demócratas constitucionalistas y nuestro Partido hay varios grupos intermedios, que se deslizan de la revolución hacia la contrarrevolución. Son ésos: el grupo “Edinstvo”, el Bund, los defensistas mencheviques y eseristas, los trudoviques y los “socialistas” populares. En algunos distritos presentan sus candidatos separadamente, y en otros han formado bloques con una lista común. ¿Contra quién han formado esos bloques? De palabra, contra los demócratas constitucionalistas. Pero ¿es así en la realidad?
...
Pero ¿qué es, en fin de cuentas, lo que ha unido en un bloque a todos esos grupos heterogéneos? El hecho de que todos ellos, con la misma indecisión, pero con persistencia, siguen las huellas de los demócratas constitucionalistas; el que todos ellos detestan con igual evidencia a nuestro Partido.

Todos ellos, como los demócratas constitucionalistas, son partidarios de la guerra, pero no con fines de conquista (¡Dios nos libre!), sino para... “una paz sin anexiones ni contribuciones”. Una guerra para la paz.

Todos ellos, como los demócratas constitucionalistas, son partidarios de una “disciplina de hierro”, pero no para sujetar a los soldados (¡claro que no!), sino en interés..., de los soldados mismos.

Todos ellos, como los demócratas constitucionalistas, son partidarios de una ofensiva, pero no en interés de los banqueros anglo-franceses (¡Dios nos libre!), sino en interés de... “nuestra joven libertad”.
...
En general, todos ellos son partidarios de la revolución, pero siempre (¡siempre!) y cuando no perjudique a los capitalistas y a los terratenientes, siempre y cuando no esté en pugna con los intereses de estos últimos.

En pocas palabras: todos ellos son partidarios, de las mismas medidas prácticas que los demócratas constitucionalistas, pero con reservas y con estribillos de “libertad”, “revolución”, etc.
...
Arrancar la careta socialista al bloque defensista y poner al desnudo su médula democonstitucionalista burguesa es una de las tareas inmediatas de la presente campaña.

La causa de la libertad se puede perder por el caos económico y el hambre

Moscú (21 de mayo de 1917).- El Ministro de Finanzas Andrei Shingarev (del partido kadete) habló sobre la crisis alimentaria en el marco del Congreso de Toda Rusia sobre Alimentos que se realiza en el Instituto Comercial de Moscú y cuenta con la asistencia de más de 1,000 delegados.

El ministro Shingarev destacó la existencia de grandes reservas de granos en las provincias mientras las ciudades sufren la escasez de alimentos. Aunque el ministro de finanzas atribuye ese problema a la desorganización de la economía y a la inefeciencia de las organizaciones locales en la recolección y envío de alimentos, no debe olvidarse que -desde el estallido de la guerra- la industria ha producido bienes con propósitos militares, reduciendo la oferta de productos manufacturados para el campo. Los campesinos, en consecuencia, reaccionaron rehusándose a vender grano, consumiéndolo localmente y almacenándolo con fines especulativos para forzar una subida en los precios. Esta práctica se ha acentuado después de la revolución de Febrero, contribuyendo a la agudización crisis económica del país.

A continuación un extracto del discurso del ministro Shingarev:

“Camaradas, permítanme darles la bienvenida a este congreso que ha sido convocado en tiempos difíciles y de prueba [para discutir] un asunto complejo de vital importancia para la existencia presente del Estado. Desde el primer día de la revolución hasta ahora, me ha preocupado la cuestión del suministro de alimentos. He pasado los últimos días en una de las más ricas área cerealeras y he tratado de entender por qué el problema del abastecimiento no ha sido normalizado. Estuve en Voronezh, Rostov sobre el Don y Novocherkassk. He asistido a muchas reuniones y [estuve presente] en el gran Congreso de Campesinos en el oblast Don. Ciudadanos, la cuestión del suministro de alimentos no es un aspecto aislado de nuestra [economía nacional] en su conjunto en el que la desorganización está presente. La nación entera está en una dificultad extrema, yo diría, en una situación crítica. El país está empezando a desmoronarse. Nuestra economía está próxima a un peligroso [estado de] desorganización. En muchos lugares [esta desorganización] es rampante y se ha extendido. Las arcas del Estado están vacías. La gente no paga impuestos. [...] La causa de la libertad se puede perder debido al caos económico, a la completa anarquía, al desorden financiero y al hambre.

La ausencia de una organización unida, un poder organizado, es la raíz de todos los males en el momento actual. Hay grano en las provincias. En la provincia de Voronezh y en el oblast Don, en el norte del Cáucaso, las reservas de grano son mucho mayores que las esperadas. Pero no se ha enviado ni se está enviando suficiente grano, debido a que las organizaciones locales no son eficientes. [...] Estoy seguro de que estamos experimentando una grave escasez no sólo de alimentos sin también de [bienes] materiales. Al mismo tiempo, el país se está llenando de papel moneda, los reclamos contra el Tesoro se están acumulando y puedo prever el terrible día en que el Tesoro le dirá a la gente: “No hay más [dinero]”. [...] Todo lo que he dicho, camaradas, no se suma a la desesperación y la desesperanza. No estoy hablando con ese propósito. Pero debemos enfrentar directamente la verdad y entender la seriedad del peligro. Si la gente toma consciencia del peligro, esto tendrá un efecto medicinal en la situación actual. Pero la dosis de esta medicina debe ser muy grande, de otra forma experimentaremos el mayor desastre.

No dudo que el pueblo se librará de este infortunio. Creo que emergerá sin una guerra fratricida, sin bancarrota, sin derramamiento de sangre. Esa es la tarea. Con ese fin debemos dirigir toda la fuerza de nuestra razón. Entonces seremos capaces de cumplir con el deber que ha recaído sobre nosotros. (Aplausos prolongados)


Basado en Jonathan Daly y Leonid Trofimov, Russia in War and Revolution, 1914-1922. A Documentary History, Hackett Publishing Company, 2009, pp. 76-78. Traducción propia.

martes, junio 2

¿Ha desaparecido la dualidad de poderes? (Lenin)

Lenin en la Plaza Roja


Pravda No. 62, del 20 de mayo (2 de junio) de 1917

No ha desaparecido. El poder dual aún permanece. La cuestión básica de toda revolución –la cuestión del poder– está aún en un estado incierto, inestable y obviamente transitorio.

Comparen los periódicos del gabinete, Rech, por ejemplo, con Izvestia, Dyelo Naroda y Rabochaya Gazeta. Examinemos los magros... informes oficiales de lo que está pasando en las sesiones del Gobierno Provisional, de cómo el gobierno “pospone” la discusión de los temas más importantes debido a su inestabilidad para seguir cualquier curso definido. Estudien la resolución del Comité Ejecutivo del Soviet aprobado el 16 de mayo, que trata de una cuestión crucial e importante como la de cómo luchar contra el caos económico y evitar la inminente debacle, y verán que el poder dual está absolutamente intacto.

Todos admiten que el país se está dirigiendo rápidamente al desastre; sin embargo todo lo que se ha hecho es barrer el problema bajo la alfombra.

¿No es evadir el problema, cuando una resolución sobre tan grave cuestión como la inevitable catástrofe económica, en tan grave momento, simplemente crea una serie de comisiones, departamentos y sub-departamentos; cuando el mismo Comité Ejecutivo aprueba una resolucióm no expresando nada sino piadosos deseos sobre el escandaloso asunto en que los propietarios de las minas de carbón del Donetz fueron encontrados culpables de desorganizar deliberadamente la producción? Fijación de precios, regulación de ganancias, establecimiento de un salario mínimo y la formación de trusts controlados por el Estado –sí, pero ¿cómo, a través de quiénes? “¡A través de las instituciones centrales y locales en la Cuenca Donetz Krivoi Rog. Esas instituciones deben ser de carácter democrático y formadas por representantes de los obreros, los empleadores, el gobierno y las organizaciones democráticas revolucionarias!”

Esto sería cómico si el asunto involucrado no fuera una tragedia.

Es de común conocimiento que tales instituciones “democráticas” han existido y aún existen localmente y en Petrogrado (el mismísimo Comité Ejecutivo del Soviet) pero ellas no tienen poder para hacer nada. Han habido reuniones entre los obreros de Donetz y los empleadores, desde fines de marzo. ¡Marzo! ¡Más de seis semanas han pasado y el resultado es que los obreros de Donetz han sido forzados a la conclusión de que los dueños de la mina de carbón están desorganizando la producción deliberadamente!

Y nuevamente se alimenta al pueblo con promesas, comisiones, reuniones entre representantes de los obreros y los empleadores (¿en igual número?) y toda la rutina burocrática empieza de nuevo.

La raíz del mal está en la dualidad de poderes. La raíz del error de los narodniks y mencheviques es que no entienden la lucha de clases y quieren reemplazarlo u ocultarlo y reconciliarlo mediante frases, promesas, resoluciones, comisiones “con la participación” de representantes... ¡del mismo gobierno dual!

Los capitalistas han hecho fantásticas y extraordinarias fortunas con la guerra. Ellos tienen la mayoría del gobierno de su lado. Ellos quieren el gobierno absoluto y, en vista de su posición de clase, están listos para hacer el intento de ganar el poder absoluto y luchar por él.

Las masas trabajadoras constituyen la vasta mayoría de la población, controlan los Soviets, están conscientes de su poder como mayoría, ven por todos lados la promesa de una vida “democratizada”, saben que la democracia es el gobierno de la mayoría sobre la minoría (y no al revés –que es lo que los capitalistas quieren), han estado luchando por mejorar sus vidas sólo desde la revolución... y no desde el inicio de la guerra –de ahí que ellos no pueden sino aspirar al gobierno absoluto del pueblo, es decir, de la mayoría de la población, y a que los asuntos sean manejados de acuerdo a la voluntad de la mayoría trabajadora opuesta a la minoría capitalista y no de acuerdo a un “arreglo” entre la mayoría y la minoría.

El poder dual todavía continúa. El gobierno de los capitalistas continúa siendo un gobierno de los capitalistas, a pesar de la participación minoritaria de los narodniks y mencheviques. Los Soviets continúan siendo la organización de la mayoría. Los líderes narodniks y mencheviques están forcejeando indefensos en un intento por estar sentados en dos tronos.

Mientras tanto, la crisis sigue profundizándose. Las cosas han alcanzado un punto en que los capitalistas –los dueños de la mina de carbón– están cometiendo desenfrenados crímenes –están desorganizando y parando la producción. El desempleo se ha extendido. Se habla de lockouts, que realmente han empezado en la forma de desorganización de la producción realizada por los capitalistas (porque el carbón es ¡el pan de la industria!) y en la forma de crecimiento del desempleo.

La única responsabilidad por esta crisis y por la inminente catástrofe recae en los líderes narodniks y mencheviques. Porque son ellos los que en el momento actual son los líderes de los Soviets, es decir, de la mayoría. Que la minoría (los capitalistas) será reacia a someterse a la mayoría es inevitable. Ninguna persona que no ha olvidado las lecciones que la ciencia y la experiencia de todos los países nos enseñan, ninguna persona que no ha olvidado la lucha de clases, buscará confiadamente “un acuerdo” con los capitalistas en tal esencial y candente cuestión.

La mayoría de la población, es decir, los Soviets, los obreros y campesinos, estarían plenamente capacitados para salvar la situación, impedir que los capitalistas desorganicen y paren la producción, establecer su propio control inmediato y efectivo sobre la producción, si no fuera por la política “conciliadora” de los líderes narodniks y mencheviques. Ellos tienen la plena responsabilidad por la crisis y la catástrofe. No hay otra salida que no sea que la mayoría obrera y campesina decida actuar contra la minoría capitalista. Hacer tiempo no ayudará, sólo hará las cosas peores.

Visto desde un ángulo marxista, la actitud “conciliadora” de los líderes narodniks y mencheviques es una manifestación de indecisión pequeño burguesa. La pequeña burguesía teme confiar en los trabajadores y teme romper con los capitalistas. Tal vacilación es inevitable, como inevitable es nuestra lucha, la lucha del partido proletario para vencer la indecisión y hacer que el pueblo vea la necesidad de rehabilitar, organizar e incrementar la producción.

No hay otra salida. O retrocedemos al gobierno absoluto de los capitalistas o avanzamos hacia la verdadera democracia, hacia la decisión de la mayoría. Esta dualidad de poderes no puede durar mucho.

domingo, mayo 31

La cuestión de la unificación de los internacionalistas

Yulius Mártov en 1896
Pravda No. 60, del 18(31) de Mayo de 1917

La Conferencia de Toda Rusia de nuestro Partido aprobó una resolución reconociendo que son necesarias relaciones más estrechas y la unidad con grupos y tendencias que han adoptado una posición realmente internacionalista sobre la base de una ruptura definitiva con la política de traición al socialismo de la pequeña burguesía. La cuestión de la unidad fue discutida también recientemente en la conferencia de la Organización Inter-Distrital de los Socialdemócratas Unidos de Petrpgrado.

En cumplimiento de la decisión de la Conferencia de Toda Rusia, el Comité Central de nuestro Partido, reconociendo la gran ventaja de la unión con la Organización Inter-Distrital, avanzó las siguientes propuestas (que fueron hechas inicialmente sólo en nombre del camarada Lenin y algunos miembros del Comité Central, pero que después fueron aprobadas por la mayoría de miembros del Comité Central):

“La unidad es recomendable inmediatamente.

· “Se solicitará al Comité Central del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia incluir a un representante de la Organización Inter-Distrital en el comité de cada uno de los dos periódicos (el actual Pravda, que se convertirá en un periódico popular nacional, y el Organo Central a ser establecido en un futuro cercano).
· “Se solicitará al Comité Central que cree un Comité de Organización especial para convocar al Congreso del Partido (en un período de seis semanas). La Conferencia Inter-Distrital podrá nombrar dos delegados a este comité. Si los mencheviques seguidores de Mártov rompen con los “defensistas”, sería recomendable y esencial incluir sus delegados en los comités antes mencionados.
· “La libre discusión de los temas controversiales será asegurada mediante la publicación de panfletos por Ediciones Priboi y la libre discusión en la revista Prosveshchenive (Comunista), publicación que está siendo retomada."

(Propuesta leída por Lenin el 10 de mayo de 1917, en nombre propio y en el de varios miembros del Comité Central)

La Organización Inter-Distrital, por su parte, aprobó una resolución diferente que dice:

“Sobre la unidad. Entendiendo que sólo mediante la más estrecha consolidación de todas las fuerzas revolucionarias, el proletariado puede:

1) convertirse en el primer luchador despejando el camino al socialismo;
2) convertirse en el líder de la democracia rusa en su lucha contra los rezagos del régimen feudal y la herencia del zarismo;
3) continuar la revolución y finalmente resolver los problemas de la guerra y la paz, la confiscación de la tierra, la jornada de ocho horas, etc.;

la Conferencia es de la opinión:

a) que la consolidación de las fuerzas, tan indispensable para el proletariado, puede alcanzarse sólo bajo la bandera de Zimmerwald y Kienthal, y el programa y las resoluciones del Partido de los años 1908 y 1910, 1912 y 1913.
b) que ni una sola organización obrera, ya sea un sindicato, un club educativo, o una sociedad cooperativa de consumidores, y ni un solo diario o periódico obrero se rehusará a enlistarse bajo esa bandera;
c) al mismo tiempo, la Conferencia se declara decidida y ardientemente a favor de la unidad sobre la base de esas decisiones”.

Cuál de esas resoluciones logrará más rápido la unidad es una cuestión a discutir por todos los obreros internacionalistas.

Las resoluciones políticas de la Organización Inter-Distrital en general han adoptado el camino firme de romper con los “defensistas”

Bajo esas circunstancias, cualquier división de las fuerzas, sería en nuestra opinión totalmente injustificable.