sábado, julio 25

Stalin, el barbero de Lenin

Stalin cambió a Lenin de escondite cinco veces en tres días mientras Kerensky perseguía al “Viejo”. Trotsky y Kámenev fueron arrestados, pero Lenin, resguardado por Stalin, regresó a la clandestinidad. La policía irrumpió en la casa de la hermana de Lenin. Rápidamente, Krupskaya fue al domicilio de Stalin y Molotov en la calle Shirokaya para saber qué era de Lenin.

En la noche del 6 de julio, Stalin llevó a Lenin a su quinto escondite, el nuevo departamento de los Alliluyev [familia bolchevique que se convertiría poco después en la familia política de Stalin], en el 10 de la calle Rozhdestvenskaya, donde ellos tenían portero uniformado y una empleada de servicio.

Muéstrenme todas las entradas y salidas”, dijo Lenin al llegar, chequeando incluso el ático. “Le dimos la habitación de Stalin”, cuenta Olga [Alliluyeva, suegra de Stalin]. Lenin estaba sorpresivamente alegre, quedándose durante cuatro tensos días. Anna Alliluyeva llegó a casa y la encontró llena de gente desconocida y nerviosa. “Inmediatamente reconocí a la persona que me presentaron en primer lugar”. Lenin estaba sentado en el sofá “en mangas de camisa, con chaleco y una camisa de color claro con corbata”. En la habitación “insoportablemente sofocante”, Lenin le preguntó qué había visto en las calles.

Dicen que usted se ha escapado hacia Kronstadt y que está oculto en un dragaminas”.

Ja, ja, ja”, se reía Lenin con “contagioso regocijo”. Le preguntó a Stalin y a los otros: "¿Qué opinan, camaradas?"

Lenin pasó sus días escribiendo. Stalin lo visitaba diariamente. Silenciosamente, él tomaba el pulso político en el Palacio Táurida, donde se encontraba con Sergo Ordzhonikidze. Ambos estaban preocupados porque “muchos prominentes bolcheviques adoptaron la posición de que Lenin no debería esconderse sino que debería presentarse [ante los tribunales]. Juntos, fuimos a ver a Lenin”, escribió Sergo. El gobierno exigía la rendición de Lenin. En la casa de los Allilluyev, Lenin, Stalin, Sergo, Krupskaya y María, la hermana de Lenin, debatían qué hacer.

Al principio, Lenin estaba de acuerdo con entregarse. Stalin discrepaba. Inicialmente, creía que Lenin y Zinoviev deberían esperar y entregarse solamente si su seguridad podía estar garantizada, pero una visita al Táurida lo convenció de que esto era imposible. “Los junkers [oficiales del ejército] quieren llevarte a prisión”, le advirtió, “pero te matarán en el camino”. Stasova [secretaria del Comité Central] llegó para informar que se estaba publicando más evidencias de la traición de Lenin. “Un fuerte estremecimiento recorrió su rostro y [Lenin] declaró con la máxima determinación que iría a prisión” para limpiar su nombre en un juicio.

Despidámonos”, le dijo Lenin a Krupskaya. “Quizá no nos volvamos a ver”.

Stalin y Sergo fueron enviados de regreso al Palacio Táurida para lograr una “garantía de que Lenin no sería linchado por los junkers”. Al regresar, Stalin informó que los mencheviques “respondieron que no pueden decir qué pasará”.

Stalin y Sergo estaban ahora seguros de que Lenin sería asesinado si se rendía. “Stalin y los otros urgieron a Ilych que no compareciera”, dice Krupskaya. “Stalin lo convenció y ...salvó su vida”. Stalin tenía la razón: V.N. Polovtoev, un ex miembro de la Duma, encontró al oficial asignado para arrestar a Lenin. “¿Cómo debo entregar a este caballero, Lenin?", preguntó el oficial. “¿Entero o en pedacitos?”.

El debate iba de un lado a otro. De repente Sergo sacó una daga imaginaria y exclamó como un bandido georgiano: “¡Rebanaré al que quiera que Ilych sea arrestado!”

Eso pareció decidirlo. Lenin tenía que ser sacado de Petrogrado: Stalin “se encargó de organizar la partida de Lenin”. Un obrero llamado Emelianov aceptó esconder a Lenin en su cabaña en Razliv, al norte de Petrogrado.

Olga y Anna Alliluyeva, estaban pendientes de sus invitados, asegurándose de que Lenin y Stalin comieran adecuadamente.

“¿Qué le están dando de comer a Stalin?”, preguntaba Lenin. “Por favor, Olga, usted debe cuidarlo, está perdiendo peso”.

Stalin por su parte chequeaba de Lenin estuviera comiendo apropiadamente. “Bien, ¿cómo está la situación con las provisiones? ¿Ilych está comiendo? Haz lo mejor que puedas por él”. A veces, Stalin traía alimentos adicionales.

Lenin y Stalin estudiaron cuidadosamente los planes de escape. El 11 de julio, “Stalin llegó antes de la partida y todos se reunieron en la habitación de Lenin para ver la mejor forma de disfrazarlo”. Olga intentó vendar la cabeza de Lenin pero no dio resultado. Nadie sugirió disfrazarlo de mujer.

“¿No sería mejor si me afeito?”, sugirió Lenin. “Un rato después, Lenin se sentó con su cara cubierta de jabón” frente a un espejo redondo junto a un retrato de Tolstoy en la habitación de Stalin. Soso personalmente “hizo de barbero”, afeitando la barba y el bigote de Lenin.

“Está muy bien ahora”. Lenin se vio en el espejo. “Luzco como un campesino finlandés y es difícil que alguien me reconozca”.

El 12 de julio, Stalin y Alliluyev escoltaron a Lenin hacia la estación Primorsky para su acto de desaparición: se ocultó en Razliv antes de mudarse a un granero en Finlandia. Viajando de un lado a otro, Stalin se convirtió en el principal contacto de Lenin con Petrogrado. “Uno de mis hijos solía traer, en bote, a Stalin a la cabaña [donde Lenin se ocultaba]”, recordaba Emelianov.

En una descarga de artículos, Stalin denunció “el nuevo Caso Dreyfus” de Kerensky, las “viles calumnias contra el líder de nuestro Partido” y los “piratas de la pluma de la prensa venal”. Especialmente se burlaba de los “tontos ciegos” mencheviques por actuar como marionetas...

Stalin hizo de líder interino de los bolcheviques...

Extraído de “Young Stalin” de Simon Sebag Montefiore, Vintage Books, 2008, pp. 323-325. Traducción propia.

martes, julio 21

La cuestión de la presentación de los líderes bolcheviques ante los tribunales (Lenin)

Escrito el 8 (21) de julio de 1917

A juzgar por conversaciones privadas, hay dos opiniones sobre esta cuestión.

Camaradas sucumbiendo en la “atmósfera del Soviet”, frecuentemente, se inclinan hacia la idea de presentarse ante los tribunales. Aquellos más cerca de los obreros aparentemente se inclinan hacia la idea de no presentarse.

En principio, la cuestión principal se reduce a una estimación de lo que es usualmente denominado ilusiones constitucionales.

Cualquiera que piense que en Rusia existe o puede existir un gobierno regular y un tribunal regular y que probablemente se convoque a la Asamblea Constituyente, puede llegar a una conclusion favorable a presentarse ante los tribunales.

Sin embargo, esa idea es completamente errónea. Son los eventos más recientes, después del 4 de julio, los que han mostrado vívidamente que una Asamblea Constituyente es improbable que sea convocada (sin una nueva revolución) y que ni un gobierno regular ni un tribunal regular existen o pueden existir en Rusia (en la actualidad).

El tribunal es un órgano de poder. Los liberales algunas veces olvidan esto, pero es un pecado para un marxista olvidarlo.

¿Entonces, dónde está el poder? ¿Quién constituye el poder? No hay gobierno. Cambia diariamente. Está inactivo.

El poder que está activo es la dictadura militar. Bajo esas condiciones, es rídiculo siquiera hablar de “tribunales”. No es cuestión de “tribunales” sino de un episodio de la guerra civil. Esto es lo que aquellos que están a favor de presentarse ante el tribunal desafortunadamente no quieren entender.

¡¡Pereverzev y Alexinsky, iniciadores del “caso”!! ¿No es ridículo hablar de tribunales en tales circunstancias? ¿No es ingenuo pensar que, en tales condiciones, un tribunal puede examinar, investigar y establecer algo?

El poder está en manos de una dictadura militar. Sin una nueva revolución, este poder sólo puede hacerse más fuerte durante un cierto tiempo, principalmente mientras dure la Guerra.

“Yo no he hecho nada contra la ley. Los tribunales son justos. Ellos arreglarán las cosas. El juicio es público. La gente entenderá. Yo me presentaré”. Este razonamiento es infantilmente ingenuo. Las autoridades no necesitan un juicio sino una campaña de persecución contra los internacionalistas. Lo que Kerensky y Cía. necesitan es ponerlos en prisión y manternerlos ahí. Así fue (en Gran Bretaña y Francia) y así sera (en Rusia).

Que los internacionalistas trabajen ilegalmente tanto como puedan pero no dejen que cometan la insensatez de presentarse ante un tribunal por su propia voluntad.

lunes, julio 20

Las tres crisis (Lenin)

Escrito el 7 (20) de Julio de 1917
Rabotnitsa Nº 7 del 9 (22) de julio de 1917 (periódico bolchevique dirigido a la mujeres obreras)


Mientras más violentas sean las calumnias y mentiras contra los bolcheviques en estos días, más calmados debemos -mientras refutamos las mentiras y calumnias- reflexionar sobre la interrelación histórica de los eventos y la política, esto es, el significado de clase del presente curso de la revolución.

Para refutar las mentiras y calumnias sólo tenemos que referirnos... a Listok Pravdy del 6 de julio y llamar la atención de los lectores especialmente sobre el artículo impreso ahí que proporciona evidencia documental de que el 2 de julio los bolcheviques hicieron campaña contra la manifestación (como lo admite el periódico de los socialista-revolucionarios). El artículo señala que el 3 de julio el estado de ánimo de las masas estalló en acción y la manifestación empezó contra nuestra prédica. Demuestra que el 4 de julio, en un volante (reimpreso por el periódico socialista-revolucionario Dyelo Naroda), llamamos a una manifestación pacífica y organizada y que en la noche del 4 de julio aprobamos cancelar la manifestación. ¡Calumniadores continúen calumniando! Ustedes no pueden refutar esos hechos y su decisivo significado en cada momento.

Volvamos a la cuestión de la histórica interrelación de los eventos. Cuando, a principios de abril nos opusimos a apoyar al Gobierno Provisional , fuimos atacados por eseristas y mencheviques. ¿Pero la realidad qué demostró? ¿Qué desmostraron las tres crisis políticas: 20 y 21 de abril, 10 y 18 de junio, 3 y 4 de Julio?

Ellas han demostrado, en primer lugar, que las masas están cada vez más descontentas con la política burguesa de la mayoría burguesa del Gobierno Provisional.

Es bastante interesante notar que el periódico de los eseristas Dyelo Naroda, a pesar de su marcada hostilidad hacia los bolcheviques, se ve obligado a admitir, en su número del 6 de Julio, las profundas causas económicas y políticas de la acción del 3-4 de julio. La estúpida, simplista e infame mentira de que esta acción fue creada artificalmente, y que los bolcheviques hicieron campaña a favor de la acción, será puesta en evidencia diariamente.

La causa común, el origen común, la profunda raíz común de las tres crisis políticas arriba mencionadas, es clara, especialmente si las vemos en su interrelación, como la ciencia exige que la política sea observada. Es absurdo siquiera pensar que esas tres semejantes crisis pudieron ser producidas artificialmente.

En segundo lugar, es instructivo captar lo que cada una de ellas tiene en común con las otras y cuáles son sus características específicas.

Lo que es común a las tres es el descontento masivo que fluye por todos lados, un resentimiento masivo con la burguesía y su gobierno. Cualquiera que olvide, ignore o subestime esta esencia del asunto, renuncia al ABC del socialismo en relación a la lucha de clases.

Que esos que se llaman a sí mismos socialistas, que saben algo sobre el carácter de la lucha de clases en la revoluciones europeas, piensen acerca de la lucha de clases en la revolución rusa.

Esas crisis son peculiares en las formas en que se manifestaron. La primera (20-21 de abril) fue agitada y espontánea y completamente desorganizada. Condujo a que las Centurias Negras dispararan a los manifestantes y a acusaciones sin precedents, salvajes y falsas, contra los bolcheviques. Después del estallido llegó una crisis política.

En el segundo caso, la manifestación fue convocada por los bolcheviques y fue cancelada después de un severo ultimátum y una prohibición directa del Congreso de los Soviets; luego, el 18 de junio, se realizó una manifestación general en la que predominaron las consignas bolcheviques. Como los eseristas y mencheviques lo admitieron en la noche del 18 de junio, una crisis política ciertamente habría estallado de no haber sido por la ofensiva en el frente.

La tercera crisis estalló espontáneamente el 3 de julio a pesar de los esfuerzos bolcheviques del 2 de julio. Alcanzó su climax el 4 de julio y motivó una furiosa reacción de la contrarrevolución el 5 y 6 de julio. La vacilación de los eseristas y mencheviques se expresó en Spiridinova y otros eseristas llamando a la transferencia del poder a los Soviets, y en los mencheviques internacionalistas voceando la misma idea, a la que antes se oponían.

La última y quizá la más instructiva conclusión a la que llegamos, considerando los eventos en su interconexión, es que las tres crisis revelaron una forma de manifestación que es nueva en la historia de nuestra revolución, una manifestación de tipo muy complicado en la que el movimiento se da en oleadas: una súbita caída seguida de un rápido auge, revolución y contrarrevolución, haciéndose más intenso, en la que los elementos medios son eliminados por un período más o menos extenso.

En las tres crisis, el movimiento tomó la forma de una manifestación. Una manifestación antigubernamental: esa sería la descripción más exacta y formal de los eventos. Pero el hecho del asunto es que no fue una manifestación ordinaria; fue considerablemente algo más que una manifestación pero menos que una revolución. Fue una erupción de la revolución y la contrarrevolución juntas, una severa y a veces casi eliminación súbita de los elementos medios, mientras los elementos proletarios y burgueses hacían una agitada aparición.

Al respecto es extremadamente típico que, en cada uno de esos movimientos, los elementos medios culpaban a ambas fuerzas de clase específicas, el proletariado y la burguesía. Miren a los eseristas y mencheviques. Ellos se esfuerzan en gritar frenéticamente que, por su extremismo, los bolcheviques están ayudando a la contrarrevolución. Al mismo tiempo, sin embargo, admiten una y otra vez que los kadetes (con quienes ellos forman un bloque en el gobierno) son contrarrevolucionarios. “Nuestra tarea urgente es trazar una línea”, escribió Dyelo Naroda ayer, “para cavar un profundo abismo entre nosotros y todos los elementos de derecha, incluyendo Yedinstvo [periódico de Plejánov], que se ha hecho militante” (con el que, debemos agregar, los eseristas formaron un bloque durante las eleciones).

Compare eso con la edición de hoy (7 de Julio) de Yedinstvo, en el que el editorial de Plejánov es obligado a registrar el hecho indiscutible de que los Soviets (esto es, eseristas y mencheviques) “pensarán el asunto durante quince días” y que, si el poder pasara a los Soviets, “sería una equivalente a una victoria para los seguidores de Lenin”. “Si los kadetes no se atienen a la norma: lo peor, lo mejor...”, dice Plejánov, “tendrán que admitir que han cometido un gran error [retirándose del gabinete], facilitando el trabajo de los seguidores de Lenin”.

¿No es típico? ¡Los elementos medios culpan a los kadetes por facilitar el trabajo de los bolcheviques y a los bolcheviques por facilitar el trabajo de los cadetes! ¿Es tan difícil de advertir que si sustituimos los nombres de las clases por la de los políticos tenemos antes nosotros los sueños de la pequeña burguesía acerca de la desaparición de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía? ¿No está la pequeña burguesía quejándose acerca de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía? ¿Es realmente difícil advertir que los bolcheviques del mundo no podrían haber “creado” siquiera un solo “movimiento popular”, menos aún tres movimientos, si las más profundas causas económicas y políticas no hubieran puesto al proletariado listo para la acción? ¿Es tan difícil advertir que los kadetes y monárquicos juntos no podrían haber convocado a ningún movimiento “de la derecha” si no hubiera sido por las igualmente profundas causas que hacen de la burguesía una clase contrarrevolucionaria?

Nosotros y los kadetes fuimos culpados por el movimiento del 20-21 de abril –por intransigentes, por extremistas y por agravar la situación. Los bolcheviques fuimos incluso acusados (absurdo en todo sentido) de disparar en la avenida Nevsky. Sin embargo, cuando el movimiento terminó, esos mismos eseristas y mencheviques en su órgano oficial conjunto, Izvestia, escribieron que el “movimiento popular” había barrido a los imperialistas, Miliukov, etc.”, es decir, ¡alababan el movimiento! ¿No es típico? ¿Esto no demuestra claramente que la pequeña burguesía no entiende la mecánica y el significado de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía?

La situación objetiva es esta. La vasta mayoría de la población del país es pequeño-burguesa por sus condiciones de vida y más todavía por sus ideas. Pero el gran capital gobierna el país, principalmente a través de los bancos y sindicatos. Hay un proletariado urbano en este país, suficientemente maduro para seguir su propio camino pero incapaz aún de atraer de una vez a la mayoría de los semi-proletarios a su lado. De este hecho fundamental de clase se deriva la inevitabilidad de las crisis como las tres que estamos examinando, así como sus formas.

En el futuro, las formas de las crisis pueden variar, por supuesto, pero la esencia del asunto permanecerá igual aún si, por ejemplo, la Asamblea Constituyente eserista se reúne en octubre. Los eseristas han prometido a los campesinos: 1) abolir la propiedad privada terrateniente; 2) transferir la tierra al pueblo trabajador; 3) confiscar las haciendas y traspasarlas a los campesinos, sin compensación. Esas grandes reformas no pueden ser ejecutadas sin las más decididas medidas revolucionarias contra la burguesía, medidas que sólo pueden ser tomadas cuando los campesinos pobres se unan al proletariado, sólo cuando los bancos y los sindicatos sean nacionalizados.

Los crédulos campesinos, creyendo durante un tiempo que esas cosas bonitas pueden ser alcanzadas en compromiso con la burguesía, inevitablemente serán decepcionados e ...”insatisfechos” (hablando ligeramente) por el agudizamiento de la lucha de clase del proletariado contra la burguesía por la implementación de las promesas de los eseristas. Así fue y así será.

domingo, julio 19

Comité de Petersburgo Bolchevique llama a obreros a regresar a trabajar

Petrogrado, 6 (19) de julio de 1917

Reunión de la Comisión Ejecutiva del Comité Petersburgo del Partido Bolchevique

Lugar: Duma Distrital de Vyborg

Luego de la toma de la mansión Kshesinskaya y la rendición de la Fortaleza de Pedro y Pablo, la Comisión Ejecutiva se reune para decidir el camino a seguir. La mayoría de los miembros reconoce la seria derrota del Partido. Unos pocos –inconformes con la política de repliegue impuesta por el Comité Central- no acepta que todo ha terminado.

M.Ia. Latsis, hablando a nombre del Comite Distrital de Vyborg, propone que el Partido retome el levantamiento por medio de una huelga general.

Luego de la discusión de la propuesta, dos de los cinco miembros asistentes están a favor de la idea. Se decide, sin embargo, discutir el asunto con Lenin. Para tal efecto, se suspende la reunión.

En la tarde, se reinicia la reunión de la Comisión Ejecutiva. Por motivos de seguridad, se realiza en la caseta de vigilancia de la fábrica Reno. Lenin se opone vehementemente a la declaración de una huelga general. Critica a la Comisión Ejecutiva por su infantilismo y redacta este llamamiento, para su publicación:

La Comisión Ejecutiva del Comité de Petersburgo del POSDR, de acuerdo con la decisión del Comité Central publicada el 6 de julio en Listok Pravdy (una decisión también firmada por el Comité Petersburgo), llama a los obreros a retornar al trabajo a partir de mañana, esto es, empezando en la mañana del 7 de julio”.

La sesión se levanta aceptando los términos de Lenin y aprobando el llamamiento a los obreros.

Gobierno expulsa a anarquistas de villa Durnovo

Petrogrado (6 de julio de 1917).- En la tarde hoy fuerzas del gobierno tomaron Villa Durnovo, sede de los anarquista-comunistas. La villa fue capturada rápidamente sin mayor resistencia. Como se recuerda, semanas atrás el gobierno intentó hasta en dos oportunidades de desalojar a los anarquistas de ese inmueble, encontrándose con la resistencia de soldados y obreros.

Bolcheviques rinden la Fortaleza de Pedro y Pablo

Petrogrado (6 de julio de 1917).- Mientras el Gobierno tomaba la mansión Kshesinskaya, los insurgentes en la Fortaleza de Pedro y Pablo bajo el mando de Ilin-Zhenevsky y Maltsev de la Organización Militar Bolchevique, revisaban y cargaban los cañones y las ametralladoras montadas en la fortaleza.

Desde lo alto, observaron a las tropas del gobierno mientras avanzaban por el parque Alexandrovsky y esperaron el ataque. En la calle de afuera, algunos bolcheviques tomaron posiciones cerca a la brigada de biciletas y se prepararon a tirar bombas tan pronto los disparos empezaran.

Tratando de que no haya un enfrentamiento, representantes del Soviet y del Comité Central Bolchevique urgieron a los marineros y soldados a rendirse. Negociaciones entre Ilin-Zhenevsky y Iarchuk, representando a los insurgentes, y los representantes del gobierno B.O. Bogdanov y Ensign Mazurenko, comandante general de las tropas llegadas del frente, duraron hasta el mediodia.

Los negociadores del gobierno fueron insistentes en la necesidad de que los rebeldes entreguen sus armas. Stalin, miembro del Comite Central Bolchevique ingresó a disuadir a los marineros para que entreguen la fortaleza. Tristemente, le dijo a Ilin-Zhenevsky: “No queda otra cosa”. Una votación fue realizada entre los marineros y ametralladores insurgentes, y la mayoria votó a favor de rendir la fortaleza. En poco tiempo, fueron desarmados, se apuntaron los nombres de todos los insurgentes y los marineros fueron conducidos a sus barcos para su regreso a Kronstadt.

Fuerzas del gobierno capturan la sede bolchevique

Petrogrado (6 de julio de 1917).- A las 3:00 a.m. de hoy se inició la operación para tomar la mansión Kshesinskaya. La fuerza de ataque incluyó, entre otros, al Regimiento Petrogradsky, ocho carros blindados, una compañía de cada uno de los siguientes regimientos de guardias: Preobrazhensky, Semenovsky y Volinsky, un destacamento de marineros de la Flota del Mar Negro, algunos destacamentos de cadetes, la Academia de Aviación y la brigada de bicicletas del frente respaldado por artillería pesada.

Previamente, fuerzas, comandadas por A.A. Kuzmin, se reunieron en la Plaza Palacio [frente al Táurida] para escuchar discursos de líderes del Soviet (A.R. Gots y N.D. Avksentiev), y luego cruzaron el Neva hacia el sector de Petrogrado. Rápidamente aislaron la Fortaleza de Pedro y Pablo de la mansión Kshesinskaya.

A las 7:00 a.m., el Distrito Militar de Petrogrado ordenó que se cortara el servicio telefónico de los regimientos “bolcheviques” de la guarnición, para impedir la comunicación con la mansión.

Al mismo tiempo, Kuzmin telefoneó a la mansión Kshesinskaya en nombre del Comité Ejecutivo de Toda Rusia del Soviet exigiendo a los bolcheviques la rendición inmediata e incondicional. Podvoisky, líder de la Organización Militar recibió la llamada por los bolcheviques y exigió, lo que le fue concedido, una hora para discutir la demanda. En ese momento, los teléfonos de la mansión también fueron desconectados. Los 300 marineros de Kronstadt y los 200 soldados del Primer Regimiento de Ametralladoras y del Regimiento de Granaderos que se encontraban en la mansión, renovaron sus preparativos defensivos, en respuesta a la exigencia de rendición, e incluso dispararon contra los soldados de avanzada del gobierno.

Debido a la vulnerabilidad de la mansión Kshesinskaya al bombardeo de artillería, la Organización Militar Bolchevique decidió finalmente que no tenía sentido permanecer en la mansión. Kuzmin dio la orden de ataque a sus tropas mientras la artillería se preparaba para abrir fuego a la señal de Kuzmin. La masiva fuerza de ataque, encabezada por carros blindados y la infantería, no encontró resistencia, por lo que no hubo necesidad de utilizar la artillería. En pocos minutos la mansión Kshesinskaya fue tomada. Dentro, los invasores incautaron una gran cantidad de armas y arrestaron a siete bolcheviques que estaban ocupados en terminar de evacuar los archivos del Partido. Podvoisky, el líder de la Organización Militar Bolchevique, logró escapar.

Bolcheviques dispuestos a resistir

Petrogrado (6 de julio de 1917).- En la ofensiva contra los bolcheviques, el centro de atencion la constituyó mansión Kshesinskaya, el cuartel general de los bolcheviques. Inmediatamente después de conocer la destrucción de Pravda y atendiendo a los rumores de un ataque inminente, el liderazgo de la Organización Militar Bolchevique inició los preparativos para la defensa.

Dado que el grueso de la fuerza disponible estaba formada por los marineros de Kronstadt, Raskolnikov fue designado comandante de todas las fuerzas. En esa condición, supervisó la ubicación de las ametralladoras y la distribución de las municiones, y dio las instrucciones para abrir fuego a los soldados y marineros ubicados en el jardín externo de la mansión que tendrían que actuar independientemente.

Requerimientos, en papel sellado de la Organización Militar, firmados por Raskolnikov, se enviaron a Kronstadt por cuatro piezas de artillería y suministros de proyectiles de cañones y granadas de manos; al Depósito Naval por tres cañones de 47 mm y algunas ametralladoras; a Helsingfors por algunos barcos de la flota. También se enviaron mensajes a algunos regimientos y unidades militares para que se mantengan en estado de alerta. El mensaje decía que el Comité Central, el Comité de Petersburgo y la Organización Militar estaban reunidos en relación con la destrucción de la planta de Pravda y llamaban a los soldados a mantenerse en estado de alerta sin abandonar sus barracas hasta que el curso de acción se haya decidido.

Sin embargo, debido a la ofensiva contra ellos, parece que desde ayer el liderazgo del Partido Bolchevique está disperso. Las comunicaciones entre las organizaciones dirigentes y de base están interrumpidas, y las actividades del Partido son menos coordinadas que antes.

Por su parte, parece que la determinación de la Organización Militar Bolchevique a luchar, no fue compartida por las masas de obreros y soldados que se veían disminuidos. Hubo, sin embargo, excepciones significativas. El Comité Distrital de Vyborg del Partido puso en alerta a los comités de fábrica y a la Guardia Roja y formuló planes que incluían el levantamiento de los puentes sobre el Neva para separar el distrito de Vyborg del centro de Petrogrado y la construcción de fortificaciones defensivas en el puente Liteiny. Asimismo, jóvenes obreros del distrito de Vyborg pertrechados con bombas en bolsillos, botas y abrigos, cruzaron el río Neva para ayudar a la Decimosexta Compañía del Primer Regimiento de Ametralladoras y a los marineros de Kronstadt en la defensa de la Fortaleza de Pedro y Pablo. Otros elementos del Primer Regimiento de Ametralladoras también estaban inclinados a dar batalla.

En la misma mañana de hoy, K. Romanov y A. Poliakov, miembros de la Organización Militar, sostuvieron la necesidad de otra manifestación contra el Gobierno Provisional y llamaron a sus compañías para que alisten sus armas y se preparen para marchar. Pero tan pronto la marea empezó a cambiar a favor del Soviet y del Gobierno Provisional, la fuerza efectiva de la Organización Militar empezó a mermar radicalmente, especialmente cuando los regimientos en que los bolcheviques tenían influencia empezaron a aprobar resoluciones expresando apoyo al Soviet. Tal fue el caso del Regimiento de Granaderos, donde Roshal trató infructuosamente de convencer a los soldados de mayores acciones contra el Gobierno Provisional. Por su parte, la mayoría de obreros, aunque con renuencia, se prepararon a regresar a sus fábricas.

Mientras tanto, miembros del Comité Central Bolchevique y el Comité Ejecutivo del Soviet estuvieron tomando parte de esfuerzos por evitar enfrentamientos militares serios. Convencido de que los bolcheviques podían reducir pérdidas con un repliegue sin demoras, Lenin se dirigió a la Organización Militar, a través de Zinoviev, para que rindan inmediatamente la Fortaleza de Pedro y Pablo.

¿Dónde está el poder del Estado y dónde está la contrarrevolución? (Lenin)

Escrito el 5 (18) de julio de 1917. Publicado en Listok “Pravdy” del 6 (19) de julio de 1917

Esta pregunta es respondida de manera bastante simple: no hay contrarrevolución o no sabemos dónde está. Pero sabemos dónde está el poder. Está en manos del Gobierno Provisional que es controlado por el Comité Ejecutivo Central (CEC) del Congreso de Toda Rusia de los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados. Esta es la respuesta usual.

La crisis política de ayer, como la mayoría de las crisis, que echan abajo todo lo convencional y rompen todas las ilusiones, dejó a su paso las ruinas de las ilusiones expresadas en las usuales respuestas –citadas arriba- a las preguntas básicas de cualquier revolución.

Hay un ex-miembro de la Segunda Duma, Alexinsky, a quien los eseristas y mencheviques, los partidos gobernantes en los Soviets de Diputados de Obreros, Soldados y Campesinos, se han rehusado a admitir en el Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados de Obreros y Soldados hasta que el mismo se rehabilite, es decir, hasta que limpie su honor.

¿Cuál fue el problema? ¿Por qué el Comité Ejecutivo pública y formalmente negó su confianza a Alexinsky, exigiéndole que limpie su honor, es decir, declarándolo deshonesto?

Porque Alexinsky se ha hecho notorio por sus declaraciones difamatorias que le han valido ser tildado de calumniador en Paris por los periodistas de la mayoría de los diversos partidos. Alexinsky no se molestó en limpiar su honor ante el Comité Ejecutivo. Prefirió ocultarse en el periódico Yedintsvo de Plejánov, apareciendo primero bajo iniciales y luego, después de llenarse de valor, bajo su nombre completo.

El 4 de julio, ayer en la tarde, unos cuantos bolcheviques fueron advertidos por amigos que Alexinsky había puesto ante los comités de periodistas de Petrogrado nuevos y maliciosos libelos. La mayoría de los que recibieron la advertencia la ignoraron completamente, tratando a Alexinsky y su “trabajo” con absoluto desdén. Pero un bolchevique, Jugashvili (Stalin), miembro del Comité Ejecutivo Central, quien como socialdemócrata georgiano conoce al camarada Chjeídze desde hace mucho tiempo, le habló a este último en la reunión del CEC sobre la nueva e infame campaña de calumnias de Alexinsky.

Esto ocurrió muy tarde en la noche, pero Chjeídze declaró que el CEC no podía ser indiferente a la difusión de libelos por parte de gente que está temerosa de un tribunal abierto y de una investigación del CEC. En su nombre, como presidente del CEC, y en el nombre de Tsereteli, miembro del Gobierno Provisional, Chjeídze telefoneó inmediatamente a todas las oficinas de los periódicos, sugiriendo que se abstengan de publicar el libelo de Alexinsky. Chjeídze le dijo a Stalin que la mayoría de los periódicos habían expresados su disposición a cumplir con el pedido, y que sólo Yedintsvo [de Plejánov] y Rech [de los kadetes] habían “mantenido silencio” por un tiempo (no hemos visto Yedintsvo pero Rech no ha impreso el libelo). En consecuencia, el libelo sólo apareció en las páginas de un pequeño periódico, desconocido para la gente inteligente, Zhivoye Slovo Nº 51, cuyo editor y publicista firma como A.M. Umansky.

Los calumniadores responderán ahora ante los tribunales. En este respecto las cosas son bastante simples. Lo absurdo del libelo es impresionante: cierto suboficial del Decimosexto Regimiento de Rifles de Siberia de nombre Yermolenko fue “despachado” (¿) “a nosotros, el 25 de abril, detrás de las líneas del frente del Sexto Ejército para agitar por la rápida conclusión de un tratado de paz separada con Alemania”. Aparentemente, él es el prisionero fugado de quien el “documento” publicado en Zhivoye Slovo dice: “Esta comisión fue aceptada por Yermolenko ante la insistencia de los camaradas”!!

Solo de esto usted puede juzgar cuán poca fe puede tenerse en un individuo que no es honorable para aceptar tal “comisión”... El testigo no tiene sentido del honor. Este es un hecho.

¿Y cuál fue el testimonio del testigo?

Él testifica lo siguiente: “Los oficiales del Estado Mayor General alemán, Schiditzki y Lübers le han dicho que propaganda de similar tipo está siendo realizada en Rusia por A. Skoropis-Yoltujovsky, presidente de la sección ucraniana de la Unión por la Liberación de Ucrania y un agente del Estado Mayor General alemán, y por Lenin. Lenin fue comisionado para hacer todo lo que pudiera para socavar la confianza del pueblo ruso en el Gobierno Provisional”.

Así los oficiales alemanes para inducir a Yermolenko a cometer este acto deshonroso, descaradamente le mintieron acerca de Lenin, quien como todos saben y es oficialmente declarado por todo el Partido Bolchevique, siempre ha rechazado un tratado de paz separado con Alemania!! La mentira de los oficiales alemanes es tan obvia, cruda y absurda que ni siquiera una persona analfabeta la tomaría por otra cosa que no sea una mentira. Y a una persona políticamente alfabeta le sería bastante claro que asociar a Lenin con un individuo como Yoltujovsky (?) y con la Unión por la Liberación de Ucrania es particularmente absurdo porque Lenin y todos los demás internacionalistas repetidamente se han disociado públicamente de esta dudosa social patriótica “Unión”, durante la guerra!

La cruda mentira dicha por Yermolenko, a quienes los alemanes han sobornado, o por los alemanes, no merecería la más ligera atención si no fuera porque el “documento” ha añadido lo que se llama “información fresca” –es sabido por quién, de quién, cómo o cuándo se recibió- de acuerdo a la cual “dinero para la propaganda está siendo recibido” (¿por quién?, el “documento” es temeroso de decir quién “lo está recibiendo”) “a través de gente confiable”: los “bolcheviques” Fürstenberg (Hanecki) y Kozlovsky. Se dice que hay información probando la transferencia de dinero a través de bancos, y que “la censura militar ha descubierto un continuo (¡) intercambio de telegramas de naturaleza política y financiera entre agentes alemanes y líderes bolcheviques”!!

...Si huibiese aunque sea una sola palabra de verdad en eso, entonces ¿cómo pudo ocurrir (1) que Hanecki, bastante recientemente, fuera permitido ingresar libremente a Rusia y permitido partir tan libremente? (2) ¿que ni Hanecki ni Kozlovsky hayan sido arrestados ante la aparición en la prensa de la información referente a sus crímenes? ¿Es realmente posible que el Estado Mayor General, en posesión información remotamente confiable acerca de envíos de dinero, telegramas, etc., haya permitido la publicación de rumores acerca de esto, a través de Alexinskys y prensa amarilla, sin arrestar a Hanecki y Kozlovsky? ¿No es claro que esto no es más que trabajo barato de calumniadores de baja estofa?

Debemos agregar que Hanecki y Kozlovsky no son bolcheviques sino miembros del Partido Socialdemócrata Polaco, que hemos conocido a Hanecki, miembro de su Comité Central, desde el Congreso de Londres de 1903 en el que los delegados polacos se retiraron. Los bolcheviques nunca recibimos ningún dinero de Hanecki o Kozlovsky. Todo eso es una mentira, una total y vulgar mentira.

¿Cuál es el significado político? Primero, indica que los opositores políticos de los bolcheviques son tan bajos y desdeñables que no pueden conducirse sin mentiras ni libelos. Segundo, nos da una respuesta a la pregunta del título de este artículo.

El informe acerca de los “documentos” fue enviado a Kerensky tan temprano como el 16 de mayo. Kerensky es un miembro del Gobierno Provisional y del Soviet, es decir, de los dos “poderes”. Del 16 de mayo al 5 de julio hay mucho tiempo. El poder, si realmente fuera un poder, podía y debería por sí mismo haber investigado esos “documentos”, interrogado a los testigos y arrestado a los sospechosos. El poder, ambos poderes, -el Gobierno Provisional y el CEC- podían y deberían haber hecho esto.

Sin embargo, ambos poderes están inactivos, al mismo tiempo se sabe que el Estado Mayor General tiene alguna clase de relaciones con Alexinsky, ¡quien no fue admitido por el Comité Ejecutivo de los Soviets debido a sus actividades difamatorias! El Estado Mayor General, en el preciso momento en que los kadetes se retiraban, permitió –probablemente por accidente– la entrega de estos documentos oficiales a Alexinsky, para su publicación.

El poder está inactivo. Ni Kerensky ni el Gobierno Provisional, ni el CEC, piensan en arrestar a Lenin, Hanecki o Kozlovsky, si ellos están bajo sospecha. Anoche, 4 de julio, Chjeídze y Tsereteli pidieron a los periódicos no imprimir el evidente libelo. Pero sólo un poco más tarde, tarde en la noche, [el general] Polovtsev [comandante del Distrito Militar de Petrogrado] envió cadetes militares y cosacos a irrumpir en las oficinas de Pravda, detener la publicación del periódico, arrestar a sus publicistas, secuestrar sus libros contables (con el pretexto de investigar si fondos sospechosos están involucrados). Al mismo tiempo, el pútrido periodicucho amarillista Zhivoye Slovo imprime el sucio libelo para levantar las pasiones, vituperar a los bolcheviques, crear una atmósfera de violencia de turbamulta y proveer una justificación plausible para la conducta de Polovtsev, los cadetes militares y los cosacos que han destrozado las oficinas de Pravda.

El que no cierra sus ojos a la verdad no puede ser engañado. Cuando es necesario actuar, ambos poderes permanecen inactivos –el CEC, porque “confía” en los kadetes y está temeroso de irritarlos, y los kadetes, que no actúan como poder porque prefieren actuar detrás de bastidores.

Contrarrevolución detrás de bastidores –eso es, tan claro como la luz del día: los kadetes, ciertos sectores del Estado Mayor General (“oficiales de alto rango”, como la resolución de nuestro Partido los llama) y la sombría prensa semi-Centurias Negras. Esos no están inactivos, esos “trabajan” juntos con la mano enguantada; este es el terreno en el que los progromos, los intentos de progromos, los disparos a los manifestantes, etc., etc., son alimentados.

El que no cierre deliberadamente sus ojos a la verdad no puede ser engañado durante más tiempo.

No hay poder, y no habrá ninguno hasta que la transferencia del poder a los Soviets eche las bases para crear poder. La contrarrevolución florece en ausencia de autoridad mediante la unión de los kadetes con ciertos oficiales de alto rango y la prensa de las Centurias Negras. Esta es una triste realidad pero realidad al fin.

¡Obreros y soldados! ¡Ustedes deben mostrar firmeza, determinación y vigilancia!

Koba en los Días de Julio


La mano [de Koba] que algún día escribiría las obras maestras de Stalin puede ser vista claramente en la organización de la acción de julio. Rumores de que serían enviados al frente circulaban en el Primer Regimiento de Ametralladoras, que abundaba de agitadores bolcheviques. Los soldados, que preferían hacer su lucha en los mítines políticos, estaban furiosos y llamaron a una resistencia armada. Los bolcheviques, por supuesto, los urgían a cancelar la manifestación. Uno de los líderes de la Organización Militar, V. Nevsky describe cómo afrontaron el hecho: “Dí mi consejo de tal manera que sólo un tonto podía concluir de mi discurso que la manifestación no se debería realizar”. Los del regimiento naturalmente no tenían el deseo de lucir como tontos. Ellos habían dominado el lenguaje “de doble fondo” de los agitadores: cuando ellos decían “No actúen”, querían decir “actúen”.

Un mítin del regimiento, el 2 de julio, llamó a un levantamiento. El regimiento envió delegados a otras unidades del ejército, a fábricas y a Kronstadt. Los soldados salieron a las calles totalmente armados. Lenin fue reportado enfermo y desapareció de la vida activa.

En la fortaleza de Kronstadt, los marineros estaban en sesión permanente. Los rebeldes se habían distinguido desde el principio de la revolución. Durante esos días, días “sin sangre”, los marineros en los barcos de la Flota del Báltico habían fusilado a 120 oficiales... El recientemente organizado Comité Bolchevique asumió el liderazgo de los marineros amotinados. Kronstadt se había convertido en una ciudadela leninista. Cuando los representantes del Regimiento de Ametralladores aparecieron ahí, la comedia continuó como antes: los bolcheviques urgían a los marineros a desobedecer el llamado de los ametralladores a las armas, pero lo hicieron de tal forma que éstos obedecieron. El bolchevique Raskolnikov, uno de los líderes del Kronstadt Rojo, escribió: “Nosotros teníamos una costumbre de acuerdo a la cual yo telefoneaba diariamente a Petrogrado y pedía por Lenin, Zinoviev o Kámenev... para recibir mis instrucciones”.

Los de Kronstadt recibieron instrucciones de otro líder. El poeta Demyan Biedny describe que estaba sentado en la oficina editorial de Pravda cuando el teléfono del escritorio de Koba timbró. Era una consulta desde Kronstadt: ¿los marineros deberían ir a una manifestación en Petrogrado con sus armas o sin ellas? Koba dio una o dos fumadas a su pipa y respondió: “Bueno, los escribas como yo siempre llevamos nuestras armas –nuestros lápices– con nosotros... ¿ustedes qué hacen con las suyas?”

Como siempre, él estaba en el centro de la acción aún sin desarrollar. Ese mismo día, como Tsereteli cuenta en sus Reminiscencias de la Revolución de Febrero, Koba declaró en una sesión del Soviet que los soldados y obreros armados estaban decididos a tomar las calles pero que los bolcheviques habían despachado agitadores para disuadirlos. Koba pidió que su declaración quede registrada en actas y luego se retiró. Chjeídze le dijo a Tsereteli con una sonrisa irónica que “los hombres de paz no tienen necesidad de que sus intenciones pacíficas consten en actas.

Koba, por supuesto, no esperaba ser creído. Era simplemente la última movida de su juego: había elegido el conveniente rol de pacificador intermediario entre los Soviets y los bolcheviques. Posiblemente persuadió a Lenin que le asignara ese rol. Obviamente, a un georgiano le sería más fácil entenderse con otro georgiano si la manifestación era un fracaso.

El 4 de julio, marineros de Kronstadt armados se embarcaron para tomar control de Petrogrado. Desembarcaron en la isla Vasilievsky, con “sus armas”. Una procesión interminable de marineros armados se dirigió a la mansión Kshesinakaya. Nuralmente, el amante de la paz Koba no estaba en el cuartel general bolchevique. Lunacharsky y Sverdlov, bolcheviques de segundo orden, salieron al balcón a hablar a la multitud, pero los marineros pedían a Lenin. Les dijeron que estaba enfermo. Los marineros empezaban a sentirse intranquilos. Sabiendo que Lenin estaba en el edificio, el exhausto Raskolnikov lo ubicó en su escondite, y el “hombre enfermo” tuvo que decir un discurso [muy cauto]. Luego los manifestantes fueron hacia el Palacio Táurida para insistir que el Soviet tome el poder. Una vez ahí, los marineros arrestaron a Chernov, líder del Partido Socialista Revolucionario, que salió a recibirlos. Iban a retirarse llevándoselo con él para fusilarlo, cuando Trotsky, comprendiendo que sería un precio muy alto a pagar por esto, saltó sobre el capó del carro. Desde esa plataforma, empezó a exhortar a los marineros -“la mejor flor y orgullo de la revolución rusa”- y concluyó su panegírico con las palabras “ciudadano Chernov, usted está libre”.

Las manifestaciones continuaron desordenadamente durante todo el día. Multitudes de obreros y marineros armados rondaban por las calles. Lenin para entonces se había movilizado hacia el Palacio Táurida. Pero este fue el momento en que tropas leales al gobierno arribaron del frente. El destino de la acción estaba decidido. Raskolnikov preparó la resistencia en la mansión Kshesinskaya.

El final de juego empieza

El intento de golpe fue aplastado. Lenin estaba perdido. La cuestión era: ¿Y Koba? Cierto, en el caso de victoria, él hubiera llegado al poder con el Partido. Pero aún en el caso de una derrota, él estaba en camino al poder. Poder en el Partido. Eso explica sus tortuosas maniobras.

En ese momento, el Gobierno Provisional estaba llevando una investigación en secreto. Evgeny Yermolenko que había regresado cruzando las líneas alemanas, testificó que había sido reclutado por los alemanes para agitar a favor de la paz con Alemania y que Lenin igualmente había sido comisionado por los alemanes para hacer todo lo posible para socavar la confianza en el Gobierno Provisional. Esas actividades estaban financiadas por el estado mayor alemán. Yermolenko también indicaba los canales por los que el dinero llegaba a Lenin. El Directorio de la Inteligencia Militar en el Supremo Cuartel General fijó una investigación, y desde ese momento Lenin estuvo bajo vigilancia. Telegramas interceptados demostraban que los bolcheviques estaban recibiendo grandes sumas de dinero del extranjero.

Kerensky, personalmente, se hizo cargo de la investigación sobre la participación de Lenin en esas actividades. Sólo un círculo muy cerrado sabía de eso. Pero el socialista-revolucionario Kerensky comprendió que la prueba de la culpabilidad bolchevique podía ser usada por el ejército, los monárquicos y los reaccionarios en general, contra las fuerzas de la izquierda. ¿Cómo podía fallar en informar a sus hermanos de partido, el liderazgo SR, y a sus colaboradores mencheviques, sobre esta investigación? Rumores de una investigación secreta pronto llegaron al público en general. Obviamente, estos no podían ser desconocidos por Koba, miembro georgiano del Comité Ejecutivo del Soviet. Koba calculó que cualquier manifestación bolchevique movería al gobierno a hacer uso de esta investigación, y que las acusaciones contra ellos excluiría al liderazgo bolchevique y a Trotsky de la actividad legal. Ellos estaban, de una forma u otra conectados, con el dinero alemán. Sólo un líder de primer rango no estaba manchado –Koba mismo. No había estado en el centro de la atención durante la rebelión de julio. El sería el único que quedaba en libertad.

Nuevamente pasó lo que esperaba. Hacia la tarde del 4 de julio, P. Pereverzev, el Ministro de Justicia, dio a conocer algunos hallazgos de la investigación (aún en progreso) de las conexiones entre Lenin y los bolcheviques de un lado y los alemanes de otro. Esa noche los bolcheviques apresuradamente llamaron a cancelar la manifestación, pero era demasiado tarde. Procesos contra “los espías” ya estaban en camino. El genio salió de la botella. Lenin, por supuesto, también sabía de esta bomba de efecto retardado ¿Fue quizá por esto que estaba en tal apuro y arriesgó la acción de julio?

Lenin se apoyó en Stalin. El era el único miembro inmaculado del liderazgo. El georgiano Koba fue a ver al georgiano Chjeídze y le pidió “cortar las calumnias de raíz” y prohibir la publicación de los materiales relacionados al caso antes de que la investigación se complete. Koba tuvo lo que quería. Chjeídze se lo prometió. Pero Koba, un experimentado periodista, podía ver fácilmente que sería imposible impedir la publicación de tal material sensacional en un periódico u otro. Un desafiante periódico se adelantó inmediatamente: el atrevido “Palabra viva” publicó cartas de dos revolucionarios, N. Pankratov, quien había estado preso durante muchos años en la Fortaleza Schlusselburg, y Aleksinsky un ex-compañero de Lenin. Ambos denunciaron a Lenin y sus camaradas por espías. El fin de juego había empezado.

El fin de juego: victoria de Koba

Tropas recientemente llegadas del frente rodearon la antigua residencia Kshesinskaya. El gobierno ordenó a un comando tomar el edificio. Los marineros bajo las órdenes de Raskolnikov se prepararon a defenderlo. Pero éste fue un gesto de desesperación. Pero los ceñudos y barbados soldados del frente odiaban y esperaban vengarse de esos marineros que siempre los habían acechado en la retaguardia.

Una vez más Koba salvó la situación parlamentando con el Soviet. No se derramó sangre y el edificio fue rendido sin lucha. Koba se dirigió después a la Fortaleza de Pedro y Pablo. Los de Kronstadt instalados ahí estaban decididos a defenderse. Los soldados habían rodeado la fortaleza e iban a disparar a los “espías alemanes”. Pero Koba habló a los marineros reunidos con un discurso sin apremio y con unos cuantas bromas georgianas. Ellos aceptaron rendir sus armas y regresar pacíficamente a Kronstadt. El pacificador tuvo éxito dos veces en impedir un baño de sangre.

El 6 de julio, el Gobierno Provisional firmó una orden de arresto de los líderes bolcheviques. Los nombres de Lenin, Trotsky, Zinoviev, Kámenev y Lunacharsky estaban en la lista. Lunacharsky y Trotsky fueron sacados de sus camas y llevados directamente a prisión. Pero Lenin y su fiel Zinoviev desaparecieron en la clandestinidad. Fue Koba nuevamente el que los ayudó a hacerlo.

Lenin se ocultó primero en el departamento de un bolchevique llamado Kayurov. Pero Krupskaya escribió: “El hijo de Kayurov era anarquista, y la gente joven siempre está jugando con bombas, lo que no era apropiado en un departamento conspirativo”.

Sergo Ordzhonikidze dice en sus memorias que “muchos prominentes bolcheviques eran de la opinión de que como se habían hecho esas graves acusaciones contra el líder del Partido, él debería enfrentar el juicio y limpiar su nombre y el del Partido”. Lenin le dijo a Krupskaya que “Grigori [Zinoviev] y yo hemos decidido entregarnos... Despidámonos. Puede que no nos volvamos a ver”. El estaba muy ansioso por no ir a la cárcel. Y, por supuesto, Koba vino en su ayuda nuevamente. Ideó otra de sus comedias con un fin predeterminado. Envió a Ordzhonikidze al Soviet a preguntar sobre las condiciones que Ilich podría esperar en la cárcel. Una vez que se las dijeron, Koba inmediatamente las consideró inaceptables. Y dijo lo que Lenin quería escuchar: “Los junkers nunca dejarán que Lenin llegue a la cárcel, lo matarán en el camino”. Lenin no debería ir a prisión de ninguna manera. El Comité Central estuvo de acuerdo con eso, estableciendo que “en vista del peligro contra su vida, Lenin no debe entregarse”.

Lenin no quería permanecer en Petrogrado. Naturalmente estaba temeroso del juicio. Una vez más el fiel Koba vino en su ayuda. Encontró otro refugio para Lenin y Zinoviev, en la casa de un obrero llamado Yemelianov, no de lejos de Sestroretsk. El fiel Koba incluso lo escoltó a la estación del tren. Koba, su salvador.

Yemelianov escondió a los fugitivos en una cabaña en los campos de heno, a la orilla de un lago. Lenin y Zinoviev permanecieron ahí hasta el otoño. Entonces, el Partido quedó a cargo de Koba Stalin.

Su largo juego de ajedrez había terminado en victoria.

Extraído de "Stalin: The First In-depth Biography Based on Explosive New Documents from Russia's Secret Archives" de Edvar Radzinsky, Anchor, 1997. Traducción propia.