Petrogrado (11 de mayo de 1917).- El nuevo Ministro de Guerra Alexander Kerensky se ha empeñado en restablecer la moral y la disciplina en las fuerzas armadas. Para tal fin ha realizado sucesivas reuniones con sus oficiales y ha arengado a las tropas en el frente.
El nuevo gobierno considera que la restauración del poder combativo de las fuerzas armadas es clave, no sólo en función de los objetivos de guerra, sino principalmente como medio para imponer el orden y la autoridad en el país. En ese proceso se contempla como una tarea inmediata una ofensiva militar contra el ejército enemigo. Todos los esfuerzos parecen encaminados en ese sentido. Se espera que una victoria, resultante de la ofensiva, levantará la moral y el espíritu patriótico que permitan asegurar el gobierno del país y estar en mejores condiciones a la hora de hablar de términos de paz.
Parte fundamental para ello es la definición de los derechos de los soldados. En marzo pasado, el Soviet emitió la Orden Nº 1 que ponía al conjunto de las fuerzas armadas bajo su control, limitando el manejo del Gobierno Provisional sobre las tropas a las órdenes de carácter militar en el frente de batalla. Kerensky ha emitido la "Declaración sobre los derechos de los soldados" como una forma de corregir en lo posible las limitaciones de la Orden Nº 1.
La "Declaración" de Kerensky confirma lo establecido en la Orden Nº 1 en relación a los derechos de los soldados pero restablece la autoridad de los oficiales en el frente, incluyendo el castigo corporal. Se conoce de manera extraoficial que esto último ha sido una exigencia de los oficiales de las fuerzas armadas que sostienen que sin esa autoridad es imposible hablar de restaurar la disciplina y el poder combativo, especialmente si se planea una ofensiva militar.
Sin embargo, muchos estiman que estas modificaciones a los derechos otorgados por la Orden Nº 1 no serán del agrado de los soldados que pueden ver en esto el restablecimiento del viejo sistema que rigió en el ejército zarista.
buen blog
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