En los primeros días de la Revolución, el Buró Ruso del Comité Central del Partido bolchevique estaba compuesto por tres militantes jóvenes, inexpertos y de segundo rango, debido a que sus principales líderes se encontraban en la emigración o purgando condena en Siberia. Dos obreros - Alexander Shliápnikov y P.A. Zalutsky- y un intelectual -Viacheslav Molotov-, tenían en sus manos la dirección práctica del Partido. Se estima que los militantes bolcheviques en toda Rusia eran menos de 25,000, de los cuales solamente unos mil eran veteranos.
En la sesión del 1 de marzo del Ispolkom (Comité Ejecutivo) del Soviet de Petrogrado -en la que se aprobó apoyar al Gobierno Provisional-, el Partido bolchevique se pronunció por “el inicio de la lucha por la creación de un Gobierno Provisional Revolucionario”. Esta demanda se basaba en la caracterización que hacían del Gobierno Provisional como “representante de la gran burguesía y los grandes terratenientes”, “incapaz de hacer realidad los objetivos revolucionarios básicos del pueblo”. La mayoría menchevique, por supuesto, rechazó esta moción.
El mismo día, el comité distrital bolchevique de Vyborg –el distrito obrero más radical-, en su primera reunión en la legalidad, había aprobado una resolución en la que llamaba a la toma inmediata del poder por los trabajadores y la abolición del Comité Provisional de la Duma (que dio origen al Gobierno Provisional). El Buró Ruso del CC estableció, sin embargo, que la tarea inmediata era la organización y preparación del Partido y las masas. Esta sería una de las múltiples veces en que el CC tendría que lidiar por poner en sus cauces el ímpetu revolucionario de sus propias bases partidarias y de las masas de obreros y soldados bajo su dirección.
El 2 de marzo, el día de la abdicación de Nicolás II, un grupo del Partido se reunió para restablecer el Comité Bolchevique de Petersburgo, con los cinco miembros recién liberados después de su arresto en las movilizaciones del 26 de febrero. Se estableció que el comité tendría carácter temporal hasta la convocatoria de la conferencia local del partido.
El 3 de marzo, en la reunión del Comité de Petersburgo, el Buró del CC puso al voto su posición sobre el gobierno provisional. Luego de un debate acalorado, el Comité de Petersburgo aprobó una posición distinta que decía que “no se opone al Gobierno Provisional en tanto sus políticas sean consistentes con los intereses… del pueblo, pero declara su intención de dirigir la más incansable lucha contra cualquier intento del Gobierno Provisional por restablecer la monarquía en la forma que sea”.
El 5 de marzo, en otra reunión del Comité de Petersburgo, Molotov, en nombre del Buró, planteó nuevamente el tema y presentó una propuesta de resolución a ser aprobada en dicho comité: “Considerando que el Gobierno Provisional está conformado por representantes de la gran burguesía y grandes terratenientes monárquicos y que es básicamente contrarrevolucionario, el Comité de Petersburgo no puede apoyar a este gobierno y adopta como su tarea la lucha por la creación del Gobierno Provisional Revolucionario”. El comité rechazó la propuesta de Molotov y mantuvo su posición del 3 de marzo.
En relación con el tema de la guerra, el Buró Ruso del CC y el Comité de Petersburgo compartían la misma posición. En su sesión del 7 de marzo, el Buró aprobó una resolución señalando que “la tarea básica de la socialdemocracia revolucionaria es, como antes, la lucha por la transformación de la presente guerra imperialista antipopular en una guerra civil de los pueblos contra sus opresores, las clases dominantes”.
Lenin escribía a Alexandra Kollontai: “Esta primera etapa de la revolución… no será la última… Por supuesto, continuaremos oponiéndonos a “la defensa de la patria”. Al siguiente día agregaba: “Ahora en la agenda está… la organización de las masas… y la preparación para la conquista del poder por los Soviets de Diputados Obreros. Sólo tal poder puede dar pan, paz y libertad”. En telegrama dirigido a un grupo de bolcheviques que dejaban Estocolmo para regresar a Rusia, Lenin puntualizaba: “Nuestras tácticas: Completa desconfianza, ningún apoyo al nuevo gobierno; sospechar especialmente de Kerensky; armar al proletariado es la única garantía… Ningún acercamiento a los otros partidos”.
Sin embargo, la comunicación entre el Buró en el extranjero y el Buró Ruso era casi inexistente. Lenin se encontraba en Zurich y mantenía correspondencia con Kollontai en Oslo quien a su vez tenía el enlace con el Buró Ruso. Pero la comunicación con Rusia no era fluida y las misivas llegaban con retraso de varios días (casi una semana) lo que en condiciones revolucionarias es un gran desfase debido a los cambios rápidos de la situación política y militar. Esta gran dificultad se haría notoria, sobre todo, desde junio 1917, cuando incluso el contenido de los artículos escritos in situ perdían actualidad debido a lo cambiante de la situación revolucionaria.
La posición del Buró Ruso del CC era similar en términos muy generales a la Lenin pero faltaban muchas cosas por desarrollar en relación a la estrategia y táctica de la revolución.
En la sesión del 1 de marzo del Ispolkom (Comité Ejecutivo) del Soviet de Petrogrado -en la que se aprobó apoyar al Gobierno Provisional-, el Partido bolchevique se pronunció por “el inicio de la lucha por la creación de un Gobierno Provisional Revolucionario”. Esta demanda se basaba en la caracterización que hacían del Gobierno Provisional como “representante de la gran burguesía y los grandes terratenientes”, “incapaz de hacer realidad los objetivos revolucionarios básicos del pueblo”. La mayoría menchevique, por supuesto, rechazó esta moción.
El mismo día, el comité distrital bolchevique de Vyborg –el distrito obrero más radical-, en su primera reunión en la legalidad, había aprobado una resolución en la que llamaba a la toma inmediata del poder por los trabajadores y la abolición del Comité Provisional de la Duma (que dio origen al Gobierno Provisional). El Buró Ruso del CC estableció, sin embargo, que la tarea inmediata era la organización y preparación del Partido y las masas. Esta sería una de las múltiples veces en que el CC tendría que lidiar por poner en sus cauces el ímpetu revolucionario de sus propias bases partidarias y de las masas de obreros y soldados bajo su dirección.
El 2 de marzo, el día de la abdicación de Nicolás II, un grupo del Partido se reunió para restablecer el Comité Bolchevique de Petersburgo, con los cinco miembros recién liberados después de su arresto en las movilizaciones del 26 de febrero. Se estableció que el comité tendría carácter temporal hasta la convocatoria de la conferencia local del partido.
El 3 de marzo, en la reunión del Comité de Petersburgo, el Buró del CC puso al voto su posición sobre el gobierno provisional. Luego de un debate acalorado, el Comité de Petersburgo aprobó una posición distinta que decía que “no se opone al Gobierno Provisional en tanto sus políticas sean consistentes con los intereses… del pueblo, pero declara su intención de dirigir la más incansable lucha contra cualquier intento del Gobierno Provisional por restablecer la monarquía en la forma que sea”.
El 5 de marzo, en otra reunión del Comité de Petersburgo, Molotov, en nombre del Buró, planteó nuevamente el tema y presentó una propuesta de resolución a ser aprobada en dicho comité: “Considerando que el Gobierno Provisional está conformado por representantes de la gran burguesía y grandes terratenientes monárquicos y que es básicamente contrarrevolucionario, el Comité de Petersburgo no puede apoyar a este gobierno y adopta como su tarea la lucha por la creación del Gobierno Provisional Revolucionario”. El comité rechazó la propuesta de Molotov y mantuvo su posición del 3 de marzo.
En relación con el tema de la guerra, el Buró Ruso del CC y el Comité de Petersburgo compartían la misma posición. En su sesión del 7 de marzo, el Buró aprobó una resolución señalando que “la tarea básica de la socialdemocracia revolucionaria es, como antes, la lucha por la transformación de la presente guerra imperialista antipopular en una guerra civil de los pueblos contra sus opresores, las clases dominantes”.
Lenin escribía a Alexandra Kollontai: “Esta primera etapa de la revolución… no será la última… Por supuesto, continuaremos oponiéndonos a “la defensa de la patria”. Al siguiente día agregaba: “Ahora en la agenda está… la organización de las masas… y la preparación para la conquista del poder por los Soviets de Diputados Obreros. Sólo tal poder puede dar pan, paz y libertad”. En telegrama dirigido a un grupo de bolcheviques que dejaban Estocolmo para regresar a Rusia, Lenin puntualizaba: “Nuestras tácticas: Completa desconfianza, ningún apoyo al nuevo gobierno; sospechar especialmente de Kerensky; armar al proletariado es la única garantía… Ningún acercamiento a los otros partidos”.
Sin embargo, la comunicación entre el Buró en el extranjero y el Buró Ruso era casi inexistente. Lenin se encontraba en Zurich y mantenía correspondencia con Kollontai en Oslo quien a su vez tenía el enlace con el Buró Ruso. Pero la comunicación con Rusia no era fluida y las misivas llegaban con retraso de varios días (casi una semana) lo que en condiciones revolucionarias es un gran desfase debido a los cambios rápidos de la situación política y militar. Esta gran dificultad se haría notoria, sobre todo, desde junio 1917, cuando incluso el contenido de los artículos escritos in situ perdían actualidad debido a lo cambiante de la situación revolucionaria.
La posición del Buró Ruso del CC era similar en términos muy generales a la Lenin pero faltaban muchas cosas por desarrollar en relación a la estrategia y táctica de la revolución.
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