Petrogrado (26 de febrero de 1917).- La ciudad amaneció tomada por soldados y policías apostados en las intersecciones de las principales avenidas y edificios. Patrullas a caballo recorrían las calles, mientras la Plaza del Palacio era resguardada por ametralladoras apuntando hacia la Avenida Nevsky.
La tranquila mañana no hacía sospechar lo que pasaría después.
Cerca al mediodía una gran multitud de trabajadores se declaró en asamblea en los distritos industriales. Luego de las coordinaciones del caso, decidió marchar nuevamente hacia el centro cruzando el río Neva. Los puentes habían sido levantados para evitar el paso. Al llegar a la avenida Nevsky, policías y soldados desde diferentes puntos abrieron fuego contra la multitud.
En la intersección de las avenidas Nevsky y Vladimir, el Regimiento Semionovsky –que debeló el levantamiento de Moscú en 1905- mató a varios manifestantes. En la misma avenida Nevsky, cerca a Gostiny Dvor –donde se ubican muchas tiendas-, un destacamento del Regimiento Pavlovsky abrió fuego contra la multitud que corrió a cubrirse en los alrededores de los edificios y en las tiendas. Los manifestantes se reagruparon luego para lanzar piedras, ladrillos, pedazos de hielo y cualquier objeto contundente posible a las tropas.
El mayor incidente ocurrió en la Plaza Znamensky –el lugar favorito de las manifestaciones- donde más de cincuenta personas fueron muertas por un destacamento del Regimiento Volinsky. Fueron momentos atroces. Un oficial ante la dificultad de lograr que sus soldados dispararan contra los manifestantes, tomó el mismo el rifle y empezó a disparar desaforadamente a la multitud. Entre los muertos yacían cuerpos de algunos soldados que se habían pasado al lado de los trabajadores.
Después de la matanza de la avenida Nevsky, un grupo de iracundos manifestantes fue a las barracas del Regimiento Pavlovsky cerca del Campo de Marte a reclamar a los soldados que uno de sus destacamentos había disparado al pueblo. Conmovidos por la noticia, la 4ta. Compañía del Pavlovsky resolvió dirigirse a la avenida Nevsky para detener la masacre. Los soldados amotinados se encontraban indignados. En el camino se enfrentaron a los policías hasta agotar sus municiones, regresando a sus barracas por más parque y más compañeros, dejando algunas bajas en el enemigo. Allí fueron detenidos por tropas del General Jabalov y enviados presos a la Fortaleza de Pedro y Pablo.
Al caer la noche, la represión logró su objetivo, la ciudad estaba en calma luego de la dispersión de la multitud. Ya en sus barracas, los soldados del Regimiento Volinsky que habían participado en la matanza, empezaron a demostrar remordimiento acerca de lo que habían hecho. Algunos de los jóvenes conscriptos, visiblemente conmovidos por la masacre, declaraban que habían reconocido a familiares y amigos entre los muertos. Un joven sargento se dirigió a ellos: “Es mejor morir con honor que obedecer más órdenes de disparar a las masas. Nuestros padres, madres, hermanos, hermanos y novias están reclamando pan. ¿Vamos a matarlos?... No debemos tomar posiciones mañana. Yo me rehuso a ir”. El resto de soldados, compartiendo el mismo sentimiento, decidió hacer lo mismo.
Según se supo, los hechos de hoy obedecen a que en la noche de ayer el General Jabálov, Jefe del Distrito Militar de Petrogrado, recibió un telegrama desde Mogilev, en la que el Zar le ordenaba usar la fuerza militar para poner fin a los desórdenes a partir de mañana (es decir, hoy). Por otro lado, para evitar la oposición política, Nicolás II también ordenó al Primer Ministro Príncipe N.D. Golitsyn que comunicara al presidente de la Duma Mijaíl V. Rodzianko que dicha institución cesaba sus funciones hasta el mes de abril.
Aparte de los muertos y heridos, se detuvieron a cientos de manifestantes. Fuentes policiales informaron extraoficialmente que habían arrestado, entre otros, a cinco miembros del comité bolchevique de Petrogrado, descabezando prácticamente esa organizacion local.
La tranquila mañana no hacía sospechar lo que pasaría después.
Cerca al mediodía una gran multitud de trabajadores se declaró en asamblea en los distritos industriales. Luego de las coordinaciones del caso, decidió marchar nuevamente hacia el centro cruzando el río Neva. Los puentes habían sido levantados para evitar el paso. Al llegar a la avenida Nevsky, policías y soldados desde diferentes puntos abrieron fuego contra la multitud.
En la intersección de las avenidas Nevsky y Vladimir, el Regimiento Semionovsky –que debeló el levantamiento de Moscú en 1905- mató a varios manifestantes. En la misma avenida Nevsky, cerca a Gostiny Dvor –donde se ubican muchas tiendas-, un destacamento del Regimiento Pavlovsky abrió fuego contra la multitud que corrió a cubrirse en los alrededores de los edificios y en las tiendas. Los manifestantes se reagruparon luego para lanzar piedras, ladrillos, pedazos de hielo y cualquier objeto contundente posible a las tropas.
El mayor incidente ocurrió en la Plaza Znamensky –el lugar favorito de las manifestaciones- donde más de cincuenta personas fueron muertas por un destacamento del Regimiento Volinsky. Fueron momentos atroces. Un oficial ante la dificultad de lograr que sus soldados dispararan contra los manifestantes, tomó el mismo el rifle y empezó a disparar desaforadamente a la multitud. Entre los muertos yacían cuerpos de algunos soldados que se habían pasado al lado de los trabajadores.
Después de la matanza de la avenida Nevsky, un grupo de iracundos manifestantes fue a las barracas del Regimiento Pavlovsky cerca del Campo de Marte a reclamar a los soldados que uno de sus destacamentos había disparado al pueblo. Conmovidos por la noticia, la 4ta. Compañía del Pavlovsky resolvió dirigirse a la avenida Nevsky para detener la masacre. Los soldados amotinados se encontraban indignados. En el camino se enfrentaron a los policías hasta agotar sus municiones, regresando a sus barracas por más parque y más compañeros, dejando algunas bajas en el enemigo. Allí fueron detenidos por tropas del General Jabalov y enviados presos a la Fortaleza de Pedro y Pablo.
Al caer la noche, la represión logró su objetivo, la ciudad estaba en calma luego de la dispersión de la multitud. Ya en sus barracas, los soldados del Regimiento Volinsky que habían participado en la matanza, empezaron a demostrar remordimiento acerca de lo que habían hecho. Algunos de los jóvenes conscriptos, visiblemente conmovidos por la masacre, declaraban que habían reconocido a familiares y amigos entre los muertos. Un joven sargento se dirigió a ellos: “Es mejor morir con honor que obedecer más órdenes de disparar a las masas. Nuestros padres, madres, hermanos, hermanos y novias están reclamando pan. ¿Vamos a matarlos?... No debemos tomar posiciones mañana. Yo me rehuso a ir”. El resto de soldados, compartiendo el mismo sentimiento, decidió hacer lo mismo.
Según se supo, los hechos de hoy obedecen a que en la noche de ayer el General Jabálov, Jefe del Distrito Militar de Petrogrado, recibió un telegrama desde Mogilev, en la que el Zar le ordenaba usar la fuerza militar para poner fin a los desórdenes a partir de mañana (es decir, hoy). Por otro lado, para evitar la oposición política, Nicolás II también ordenó al Primer Ministro Príncipe N.D. Golitsyn que comunicara al presidente de la Duma Mijaíl V. Rodzianko que dicha institución cesaba sus funciones hasta el mes de abril.
Aparte de los muertos y heridos, se detuvieron a cientos de manifestantes. Fuentes policiales informaron extraoficialmente que habían arrestado, entre otros, a cinco miembros del comité bolchevique de Petrogrado, descabezando prácticamente esa organizacion local.
Hola, ¿saben cuál es la fuente del texto y de quién es la traducción?
ResponderEliminar