Día a día, los acontecimientos de la Revolución Rusa durante 1917 (desde el 20 de febrero del antiguo calendario ruso o 3 de marzo del calendario gregoriano)
sábado, junio 6
viernes, junio 5
Propuesta de manifestación armada bolchevique
Reunión de la Organización Militar Bolchevique
Se informa que, desde hace una semana, el Presídium de la Organización Militar (P.I. Podvoisky, V.I. Nevsky, K. Mejonoshin, S. Cherepanov y P.V. Dashkevich) viene sugiriendo al Comité Central del Partido la realización de una manifestación en contra de los preparativos de la ofensiva militar del Gobierno Provisional. EL CC no ha hecho ningún comentario pero ha puntualizado que ningún evento político de cualquier naturaleza debe ser realizado sin consultarle.
Representantes de las unidades afiliadas a la Organización Militar Bolchevique declaran estar a favor de una manifestación armada contra los intentos de Kerensky de restablecer la disciplina militar y contra la creciente amenaza de transferir unidades al frente.
Se informa que los Regimientos Pavlovsky, Izmailovsky, de Granaderos y la Primera Reserva de Infantería, entre otros, "están listos para salir por su cuenta si el centro no adopta una decisión positiva".
No hay ningún pronunciamiento en contra de la manifestación propuesta, por el contrario más soldados bolcheviques se declaran a favor.
Los dirigentes de la Organización Militar consideran que un imponente apoyo masivo al programa bolchevique y especialmente a su actitud hacia los esfuerzos de guerra, coincidiendo con la inauguración del I Congreso de los Soviets de Toda Rusia (a reunirse del 3(16) de junio al 24 de junio (6 de julio)), sería una propuesta atractiva.
La idea de la manifestación nace del descontento de la masa de soldados con las medidas tomadas por el gobierno en el campo militar; su realización ganaría para la Organización Militar una gran influencia entre los regimientos de la guarnición.
Los camaradas Dashkevich y Nevsky apoyan decididamente la propuesta. Nevsky dice que "una manifestación que no atraiga una mayoría sería un error táctico, pero si estamos claros que una manifestación exitosa es factible, entonces debemos hacerlo".
Al cierre de la sesión se decide convocar a una reunión con los representantes de la base naval de Kronstadt, antes de tomar alguna decisión o de fijar una fecha para la manifestación. La reunión debe ser realizada a más tardar el 1(14) de junio.
Kerensky y la ofensiva de junio
"Avance triunfal" parece ser un término débil para describir el recorrido de Kerensky en el frente... Multitudes se reunían durante horas para verlo por unos minutos. En todas partes su paso estaba cubierto de flores. Los soldados corrían millas detrás de su carro, tratando de estrechar su mano o besar el borde de su capa..."
Extractos de The Russian Revolution de Richard Pipes, Vintage Books, 1991, pp. 412-414. Traducción propia.
jueves, junio 4
Por qué lanzar la ofensiva de verano
Desde la Conferencia de los Aliados en Chantilly en noviembre de 1915, Rusia había estado bajo creciente presión de sus aliados para lanzar una nueva ofensiva en el Frente Oriental. Los líderes de la Entente querían que 1917 sea el año de la victoria final y asumían que una ofensiva combinada en el Este y el Oeste sería suficiente para vencer a los Poderes Centrales.
La legitimidad del Gobierno Provisional entre los poderes occidentales –y el apoyo financiero que habían obtenido de ellos– descansaba en buena cuenta en su intención declarada de cumplir con está obligación con los aliados. Al mismo tiempo, sin embargo, la revolución había aumentado las ya considerables dudas acerca de la capacidad de combate de Rusia.
En una reunión con sus comandantes en el Frente, el 18 de marzo, el general Alexeyev [anterior Comandante en Jefe] había rechazado la exigencia francesa de una nueva ofensiva en la primavera [marzo-mayo]: los caminos aún estaban cubiertos de hielo, la provisión de caballos y forraje era escasa, las unidades de reserva se estaban dispersando, la disciplina militar se estaba rompiendo y el Soviet, que controlaba todas las palancas del poder, estaba reacia a apoyar nada que estuviera más allá de una pura defensiva estratégica. La mayoría de los generales estaba de acuerdo con él, de que era imposible lanzar una ofensiva antes de junio o incluso julio.
Brusilov [que sería el Comandante en Jefe de Kerensky] era el único en apoyar una ofensiva en la primavera. En un telegrama a la reunión, declaraba que sus soldados estaban preparados para combatir. Tan optimista declaración... hizo que el general Alexeyev pidiera que se revisara la autenticidad del telegrama... Viniendo del clave Frente Sud Occidental -desde donde cualquier ataque tendría que ser lanzado-, el mensaje de Brusilov ciertamente ayudó a que el cauteloso Alexeyev considerara la idea de una ofensiva temprana en mayo. El delineó sus razones a Guchkov [ministro de Guerra anterior a Kerensky] el 30 de marzo:
“Si no vamos al ataque, estaremos condenados sin salida a combatir en el momento y en el lugar que al enemigo le convenga. Y si fallamos en cooperar con nuestros aliados, no podemos esperar que ellos vengan en nuestra ayuda cuando lo necesitemos. El desorden en el ejército no tendrá menor efecto en la defensiva de lo que tendrá en la ofensiva. Aún si no estamos totalmente confiados en tener éxito, deberíamos ir en una ofensiva. Los resultados de una fallida defensa son peores de los de una ofensiva no exitosa... Mientras más rápido pongamos nuestras tropas en acción, más rápido se enfriará su pasión por la política. El general Brusilov basa su apoyo en esas consideraciones... Debe ser dicho que mientras menos firmes las tropas, probablemente menos exitosa será la defensa; por lo tanto, es más deseable emprender operaciones activas.”
Era una terrible apuesta. No había garantía de que los riesgos del ataque serían menores que los de una defensa, y aún menos razón para suponer, como lo hacían Alexeyev y Brusilov, que el espíritu combativo de las tropas podría ser galvanizado mediante el lanzamiento de una ofensiva... Es claro que los líderes militares y políticos del Gobierno Provisional estaban engañados por su propio optimismo. Subestimaron grandemente los costos probables de una ofensiva...
Dadas las presiones y doctrinas de la época, no es difícil entender por qué la ofensiva fue lanzada. Los líderes del Gobierno Provisional asumieron en grado sumo los compromisos de Rusia con los aliados. Ellos habrían querido negociar una paz general sin anexiones o indemnizaciones como se decía, pero su posición negociadora era extremadamente débil. Los aliados estaban empezando a considerar que la guerra podía ser ganada con o sin Rusia, especialmente después de que en abril los Estados Unidos se sumaran...
Por paradójico que pudiera parecer, los líderes del Gobierno Provisional respaldaban una ofensiva para fortalecer su campaña por un arreglo general del conflicto. Ellos iban a la guerra para hacer la paz. Esa era la razón que llevó a los líderes del Soviet a apoyar la ofensiva. El defensismo revolucionario de Tsereteli, la unidad de la democracia por las necesidades de la defensa nacional, fue la principal justificación para su ingreso a la Coalición... Ellos comparaban la situación de Rusia con la de Francia en la víspera de la guerra contra Austria en 1792: les parecía que una guerra revolucionaria podía dar nacimiento a un nuevo patriotismo cívico, precisamente como la defensa de la patrie había elevado a coro nacional el grito "Aux armes, citoyens"
Extractos editados de "A people's tragedy. The Russian Revolution: 1891-1924" de Orlando Figes, Penguin Books, 1996, pp. 407-410. Traducción propia.
Camino a una nueva ofensiva, presentan nuevo Comandante en Jefe
Explicando el nombramiento, Kerensky declara que "necesitaba hombres que creyeran que el ejército ruso no estaba arruinado”. “Yo no tenía lugar para gente que no podía aceptar genuinamente el hecho consumado de la Revolución o que dudara que podíamos reconstruir la moral del ejército en la nueva atmósfera psicológica. Necesitaba hombres que habían vivido los duros años de la guerra bajo el viejo régimen y que comprendieran el cambio radical que había ocurrido”.
A diferencia de la mayoría de los comandantes, Brusilov cree en el trabajo conjunto con los órganos democráticos de los soldados. Según su opinión, la restauración de la moral del ejército y del lanzamiento de la nueva ofensiva sólo puede alcanzarse en sociedad con ellos. En este punto, contrasta totalmente con el escepticismo del general Alexeyev, el anterior Comandante en Jefe, que duda que un ofensiva exitosa puede ser lanzada con las fuerzas armadas en su actual estado revolucionario.
El apoyo de Brusilov a la democracia y a los comités de “soldados” en particular, le ha ganado pocos amigos entre el resto de generales. Hoy el Estado Mayor en la Stavka recibió a su nuevo comandante con abierta hostilidad. En lugar de la usual ovación masiva, a la que él estaba bastante acostumbrado, Brusilov fue recibido en la estación de Mogilev por una pequeña y formal delegación de generales de rostros apesadumbrados. Por su parte, Brusilov no dio mucha importancia al grupo de antiguos generales que había venido a la estación a darle la bienvenida, y, en un gesto de democracia, prefirió saludar con un apretón de manos a los soldados rasos que se mostraron sorprendidos de ser saludados de esa forma por su Comandante en Jefe.
miércoles, junio 3
La campaña de las elecciones municipales (Stalin)
Se aproximan las elecciones a las Dumas de distrito. Las listas de los candidatos han sido aprobadas y hechas públicas. La campaña electoral está en su apogeo.
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Ello es comprensible. Hoy, cuando la guerra ha llevado al país al borde del desbarajuste económico, cuando los intereses de la mayoría de la población exigen una intervención revolucionaria en toda la vida Económica del país y cuando el Gobierno Provisional se muestra a todas luces incapaz de sacar al país del atolladero, todas las cuestiones locales, las municipales inclusive, únicamente pueden ser comprendidas y resueltas en indisoluble ligazón con las cuestiones generales de la guerra y la paz, de la revolución y la contrarrevolución. Sin esta conexión con la política general, la campaña de las elecciones municipales degeneraría en vacua palabrería acerca del estañado de lavabos y de la “instalación de buenos retretes públicos” (v. la plataforma de los mencheviques defensistas).
Por eso, a través de la abigarrada variedad de las innumerables banderas de los partidos, se abrirán inevitablemente paso, en el curso de la campaña, dos líneas políticas fundamentales: la línea del desarrollo sucesivo de la revolución y la línea de la contrarrevolución.
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El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (los bolcheviques)
Nuestro Partido es la verdadera antítesis del partido demócrata constitucionalista... Nuestro Partido es el partido de los obreros revolucionarios de la ciudad y del campo. Se trata de dos partidos inconciliables; la victoria de uno de ellos significa la derrota del otro. Nuestras reivindicaciones son bien conocidas. Nuestro camino es claro.
Nosotros estamos, contra la, actual guerra, porque es una guerra de rapiña, de conquista. Estamos por la paz, por una paz general y democrática, porque esa paz es la salida más segura del desbarajuste económico y de la crisis de subsistencias.
Hay quejas por la falta de pan en las ciudades. Pero no hay pan porque la superficie, de siembra ha disminuido debido a que la mano de obra ha sido “llevada” a la guerra. No hay pan porque incluso las reservas de que se dispone no pueden ser transportadas, ya que los ferrocarriles han sido puestos al servicio de la guerra. Poned fin a la guerra, y tendremos pan.
Hay quejas por la falta de artículos industriales en el campo. Pero estos artículos faltan porque gran parte de las fábricas trabajan para la guerra. Poned fin a la guerra, y habrá artículos industriales.
Estamos contra el actual gobierno porque, al llamar a la ofensiva, prolonga la guerra y agrava el desbarajuste económico y el hambre.
Estamos contra el actual gobierno porque, en su afán de proteger los beneficios de los capitalistas, frustra la intervención revolucionaria de los obreros en la vida económica del país.
Estamos contra el actual gobierno porque, al impedir que los Comités campesinos dispongan de las tierras de los terratenientes, frustra la liberación del campo del poder de los terratenientes.
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Estamos contra el actual gobierno porque es completamente incapaz de sacar al país de la crisis. Queremos que todo el Poder pase a manos de los obreros, de los soldados y de los campesinos revolucionarios.
Sólo ese Poder puede acabar con la prolongada guerra de rapiña. Sólo ese Poder puede arrebatar los beneficios a los capitalistas y a los terratenientes para impulsar adelante la revolución y salvar al país de la ruina total.
Finalmente, estamos en contra de que se restablezca la policía, la vieja y odiada policía, divorciada del pueblo, y subordinada a “mandos” designados desde arriba.Estamos en favor de una milicia general, electiva y amovible, pues sólo tal milicia puede ser un baluarte de los intereses del pueblo.
Esas son nuestras reivindicaciones inmediatas.
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El bloque de los defensistas
Entre los demócratas constitucionalistas y nuestro Partido hay varios grupos intermedios, que se deslizan de la revolución hacia la contrarrevolución. Son ésos: el grupo “Edinstvo”, el Bund, los defensistas mencheviques y eseristas, los trudoviques y los “socialistas” populares. En algunos distritos presentan sus candidatos separadamente, y en otros han formado bloques con una lista común. ¿Contra quién han formado esos bloques? De palabra, contra los demócratas constitucionalistas. Pero ¿es así en la realidad?
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Pero ¿qué es, en fin de cuentas, lo que ha unido en un bloque a todos esos grupos heterogéneos? El hecho de que todos ellos, con la misma indecisión, pero con persistencia, siguen las huellas de los demócratas constitucionalistas; el que todos ellos detestan con igual evidencia a nuestro Partido.
Todos ellos, como los demócratas constitucionalistas, son partidarios de la guerra, pero no con fines de conquista (¡Dios nos libre!), sino para... “una paz sin anexiones ni contribuciones”. Una guerra para la paz.
Todos ellos, como los demócratas constitucionalistas, son partidarios de una “disciplina de hierro”, pero no para sujetar a los soldados (¡claro que no!), sino en interés..., de los soldados mismos.
Todos ellos, como los demócratas constitucionalistas, son partidarios de una ofensiva, pero no en interés de los banqueros anglo-franceses (¡Dios nos libre!), sino en interés de... “nuestra joven libertad”.
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En general, todos ellos son partidarios de la revolución, pero siempre (¡siempre!) y cuando no perjudique a los capitalistas y a los terratenientes, siempre y cuando no esté en pugna con los intereses de estos últimos.
En pocas palabras: todos ellos son partidarios, de las mismas medidas prácticas que los demócratas constitucionalistas, pero con reservas y con estribillos de “libertad”, “revolución”, etc.
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Arrancar la careta socialista al bloque defensista y poner al desnudo su médula democonstitucionalista burguesa es una de las tareas inmediatas de la presente campaña.
La causa de la libertad se puede perder por el caos económico y el hambre
Basado en Jonathan Daly y Leonid Trofimov, Russia in War and Revolution, 1914-1922. A Documentary History, Hackett Publishing Company, 2009, pp. 76-78. Traducción propia.
martes, junio 2
¿Ha desaparecido la dualidad de poderes? (Lenin)
No ha desaparecido. El poder dual aún permanece. La cuestión básica de toda revolución –la cuestión del poder– está aún en un estado incierto, inestable y obviamente transitorio.
Comparen los periódicos del gabinete, Rech, por ejemplo, con Izvestia, Dyelo Naroda y Rabochaya Gazeta. Examinemos los magros... informes oficiales de lo que está pasando en las sesiones del Gobierno Provisional, de cómo el gobierno “pospone” la discusión de los temas más importantes debido a su inestabilidad para seguir cualquier curso definido. Estudien la resolución del Comité Ejecutivo del Soviet aprobado el 16 de mayo, que trata de una cuestión crucial e importante como la de cómo luchar contra el caos económico y evitar la inminente debacle, y verán que el poder dual está absolutamente intacto.
Todos admiten que el país se está dirigiendo rápidamente al desastre; sin embargo todo lo que se ha hecho es barrer el problema bajo la alfombra.
¿No es evadir el problema, cuando una resolución sobre tan grave cuestión como la inevitable catástrofe económica, en tan grave momento, simplemente crea una serie de comisiones, departamentos y sub-departamentos; cuando el mismo Comité Ejecutivo aprueba una resolucióm no expresando nada sino piadosos deseos sobre el escandaloso asunto en que los propietarios de las minas de carbón del Donetz fueron encontrados culpables de desorganizar deliberadamente la producción? Fijación de precios, regulación de ganancias, establecimiento de un salario mínimo y la formación de trusts controlados por el Estado –sí, pero ¿cómo, a través de quiénes? “¡A través de las instituciones centrales y locales en la Cuenca Donetz Krivoi Rog. Esas instituciones deben ser de carácter democrático y formadas por representantes de los obreros, los empleadores, el gobierno y las organizaciones democráticas revolucionarias!”
Esto sería cómico si el asunto involucrado no fuera una tragedia.
Es de común conocimiento que tales instituciones “democráticas” han existido y aún existen localmente y en Petrogrado (el mismísimo Comité Ejecutivo del Soviet) pero ellas no tienen poder para hacer nada. Han habido reuniones entre los obreros de Donetz y los empleadores, desde fines de marzo. ¡Marzo! ¡Más de seis semanas han pasado y el resultado es que los obreros de Donetz han sido forzados a la conclusión de que los dueños de la mina de carbón están desorganizando la producción deliberadamente!
Y nuevamente se alimenta al pueblo con promesas, comisiones, reuniones entre representantes de los obreros y los empleadores (¿en igual número?) y toda la rutina burocrática empieza de nuevo.
La raíz del mal está en la dualidad de poderes. La raíz del error de los narodniks y mencheviques es que no entienden la lucha de clases y quieren reemplazarlo u ocultarlo y reconciliarlo mediante frases, promesas, resoluciones, comisiones “con la participación” de representantes... ¡del mismo gobierno dual!
Los capitalistas han hecho fantásticas y extraordinarias fortunas con la guerra. Ellos tienen la mayoría del gobierno de su lado. Ellos quieren el gobierno absoluto y, en vista de su posición de clase, están listos para hacer el intento de ganar el poder absoluto y luchar por él.
Las masas trabajadoras constituyen la vasta mayoría de la población, controlan los Soviets, están conscientes de su poder como mayoría, ven por todos lados la promesa de una vida “democratizada”, saben que la democracia es el gobierno de la mayoría sobre la minoría (y no al revés –que es lo que los capitalistas quieren), han estado luchando por mejorar sus vidas sólo desde la revolución... y no desde el inicio de la guerra –de ahí que ellos no pueden sino aspirar al gobierno absoluto del pueblo, es decir, de la mayoría de la población, y a que los asuntos sean manejados de acuerdo a la voluntad de la mayoría trabajadora opuesta a la minoría capitalista y no de acuerdo a un “arreglo” entre la mayoría y la minoría.
El poder dual todavía continúa. El gobierno de los capitalistas continúa siendo un gobierno de los capitalistas, a pesar de la participación minoritaria de los narodniks y mencheviques. Los Soviets continúan siendo la organización de la mayoría. Los líderes narodniks y mencheviques están forcejeando indefensos en un intento por estar sentados en dos tronos.
Mientras tanto, la crisis sigue profundizándose. Las cosas han alcanzado un punto en que los capitalistas –los dueños de la mina de carbón– están cometiendo desenfrenados crímenes –están desorganizando y parando la producción. El desempleo se ha extendido. Se habla de lockouts, que realmente han empezado en la forma de desorganización de la producción realizada por los capitalistas (porque el carbón es ¡el pan de la industria!) y en la forma de crecimiento del desempleo.
La única responsabilidad por esta crisis y por la inminente catástrofe recae en los líderes narodniks y mencheviques. Porque son ellos los que en el momento actual son los líderes de los Soviets, es decir, de la mayoría. Que la minoría (los capitalistas) será reacia a someterse a la mayoría es inevitable. Ninguna persona que no ha olvidado las lecciones que la ciencia y la experiencia de todos los países nos enseñan, ninguna persona que no ha olvidado la lucha de clases, buscará confiadamente “un acuerdo” con los capitalistas en tal esencial y candente cuestión.
La mayoría de la población, es decir, los Soviets, los obreros y campesinos, estarían plenamente capacitados para salvar la situación, impedir que los capitalistas desorganicen y paren la producción, establecer su propio control inmediato y efectivo sobre la producción, si no fuera por la política “conciliadora” de los líderes narodniks y mencheviques. Ellos tienen la plena responsabilidad por la crisis y la catástrofe. No hay otra salida que no sea que la mayoría obrera y campesina decida actuar contra la minoría capitalista. Hacer tiempo no ayudará, sólo hará las cosas peores.
Visto desde un ángulo marxista, la actitud “conciliadora” de los líderes narodniks y mencheviques es una manifestación de indecisión pequeño burguesa. La pequeña burguesía teme confiar en los trabajadores y teme romper con los capitalistas. Tal vacilación es inevitable, como inevitable es nuestra lucha, la lucha del partido proletario para vencer la indecisión y hacer que el pueblo vea la necesidad de rehabilitar, organizar e incrementar la producción.
No hay otra salida. O retrocedemos al gobierno absoluto de los capitalistas o avanzamos hacia la verdadera democracia, hacia la decisión de la mayoría. Esta dualidad de poderes no puede durar mucho.
domingo, mayo 31
La cuestión de la unificación de los internacionalistas
En cumplimiento de la decisión de la Conferencia de Toda Rusia, el Comité Central de nuestro Partido, reconociendo la gran ventaja de la unión con la Organización Inter-Distrital, avanzó las siguientes propuestas (que fueron hechas inicialmente sólo en nombre del camarada Lenin y algunos miembros del Comité Central, pero que después fueron aprobadas por la mayoría de miembros del Comité Central):
“La unidad es recomendable inmediatamente.
· “Se solicitará al Comité Central del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia incluir a un representante de la Organización Inter-Distrital en el comité de cada uno de los dos periódicos (el actual Pravda, que se convertirá en un periódico popular nacional, y el Organo Central a ser establecido en un futuro cercano).
· “Se solicitará al Comité Central que cree un Comité de Organización especial para convocar al Congreso del Partido (en un período de seis semanas). La Conferencia Inter-Distrital podrá nombrar dos delegados a este comité. Si los mencheviques seguidores de Mártov rompen con los “defensistas”, sería recomendable y esencial incluir sus delegados en los comités antes mencionados.
· “La libre discusión de los temas controversiales será asegurada mediante la publicación de panfletos por Ediciones Priboi y la libre discusión en la revista Prosveshchenive (Comunista), publicación que está siendo retomada."
(Propuesta leída por Lenin el 10 de mayo de 1917, en nombre propio y en el de varios miembros del Comité Central)
La Organización Inter-Distrital, por su parte, aprobó una resolución diferente que dice:
“Sobre la unidad. Entendiendo que sólo mediante la más estrecha consolidación de todas las fuerzas revolucionarias, el proletariado puede:
1) convertirse en el primer luchador despejando el camino al socialismo;
2) convertirse en el líder de la democracia rusa en su lucha contra los rezagos del régimen feudal y la herencia del zarismo;
3) continuar la revolución y finalmente resolver los problemas de la guerra y la paz, la confiscación de la tierra, la jornada de ocho horas, etc.;
la Conferencia es de la opinión:
a) que la consolidación de las fuerzas, tan indispensable para el proletariado, puede alcanzarse sólo bajo la bandera de Zimmerwald y Kienthal, y el programa y las resoluciones del Partido de los años 1908 y 1910, 1912 y 1913.
b) que ni una sola organización obrera, ya sea un sindicato, un club educativo, o una sociedad cooperativa de consumidores, y ni un solo diario o periódico obrero se rehusará a enlistarse bajo esa bandera;
c) al mismo tiempo, la Conferencia se declara decidida y ardientemente a favor de la unidad sobre la base de esas decisiones”.
Cuál de esas resoluciones logrará más rápido la unidad es una cuestión a discutir por todos los obreros internacionalistas.
Las resoluciones políticas de la Organización Inter-Distrital en general han adoptado el camino firme de romper con los “defensistas”
Bajo esas circunstancias, cualquier división de las fuerzas, sería en nuestra opinión totalmente injustificable.