sábado, mayo 16

Los marineros del Krondstadt en la vanguardia militar bolchevique

Lenin y los marineros del Krondstadt


La Base Naval de Krondstadt, una isla de combativos marineros en el Golfo de Finlandia justo a las afueras de Petrogrado, era de lejos el baluarte más rebelde de esta vanguardia bolchevique.

Los marineros eran jóvenes en entrenamiento, que habían visto muy poca actividad militar durante la guerra. Habían pasado el año anterior confinados en sus barcos, con sus oficiales, que los trataban peor que la usual brutalidad sádica, dado que las normas regulares de la disciplina naval no se aplicaba a quienes estaban en entrenamiento. Cada barco era un polvorín de odio y violencia.

Durante los Días de Febrero, los marineros se amotinaron con asombrosa ferocidad. El Almirante Viren, el Comandante de la Base, fue acuchillado con las bayonetas hasta morir, y docenas de otros oficiales fueron muertos, linchados o aprisionados en las mazmorras de la isla.

La vieja jerarquía naval fue completamente destruida y el poder efectivo pasó al Soviet de Krondstadt. Fue un Octubre en febrero. La autoridad del Gobierno Provisional nunca fue realmente restablecida ni el orden militar fue restaurado. Kerensky, Ministro de Justicia, se vio completamente impotente en sus repetidos esfuerzos por ganar jurisdicción sobre los oficiales apresados, pese a los rumores en la prensa burguesa de que habían sido brutalmente torturados.

Los marineros del Krondstadt eran jóvenes (la mitad de ellos era menor de 23 años), casi todos eran instruidos y la mayoría de ellos estaba politizada por la propaganda de los partidos de extrema izquierda. Al empezar mayo, los bolcheviques habían reclutado más de 3,000 miembros en la base naval. Junto a los anarquistas y los socialistas revolucionarios, ellos controlaban el Soviet de Krondstadt.

El 16 de mayo, el Soviet se declaró poder soberano y rechazó la autoridad del Gobierno Provisional y su comisario destacado en la base naval. Fue, en efecto, la declaración unilateral de una "República Soviética de Krondstadt".

Extractos editados de "A people's tragedy. The Russian Revolution: 1891-1924" de Orlando Figes, Penguin Books, 1996. Traducción propia.

viernes, mayo 15

Lenin: La “crisis de poder”

Pravda No. 46 del 2(15) de Mayo de 1917

Toda Rusia recuerda los días 19-21 de abril, cuando la guerra civil estuvo a punto de desatarse en las calles de Petrogrado.

El 21 de abril, el Gobierno Provisional elaboró una nueva misiva con el propósito de “explicar” su Nota depredadora del 18.

Después de esto, la mayoría del Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados de Obreros y Soldados decidió considerar “resuelto el incidente”.

Otro par de días pasaron y surgió la cuestión del gabinete de coalición. El Comité Ejecutivo estuvo dividido casi en partes iguales: 23 contra el gabinete de coalición y 22 a favor de él. El incidente había sido “resuelto” sólo en el papel.

Pasaron dos día más y ahora tenemos otro “incidente”. El Ministro de Guerra Guchkov, uno de los líderes del Gobierno Provisional, ha renunciado. Se dice que todo el Gobierno Provisional había decidido renunciar. (En el momento que escribo, todavía no sabemos con certeza si el gobierno ha renunciado). Un nuevo “incidente” ha ocurrido, uno que arroja todos los anteriores “incidentes” a la sombra.

¿De dónde sale este montón de incidentes? ¿No hay una causa básica que engendra inevitablemente “incidente” tras “incidente”?

Existe tal causa. Es lo que conocemos como poder dual, ese estado de inestable equilibrio resultante del acuerdo entre el Soviet y el Gobierno Provisional.

El Gobierno Provisional es un gobierno de los capitalistas. No puede abandonar sus sueños de conquistas (anexiones), no puede terminar la guerra depredadora con una paz democrática, no puede sino proteger las ganancias de su propia clase (la clase capitalista), no puede sino proteger las propiedades de los terratenientes.

El Soviet representa otras clases. La mayoría de los obreros y soldados en el Soviet no quieren esta guerra depredadora, ellos no están interesados en las ganancias de los capitalistas o en preservar los privilegios de los terratenientes. Al mismo tiempo, sin embargo, ellos aún tienen fe en el Gobierno Provisional de los capitalistas, están por tener acuerdos con él, por mantener contacto con él.

Los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados son un gobierno en embrión. En algunas cuestiones, ellos intentan ejercer poder paralelo al Gobierno Provisional. Tenemos, así poderes que se superponen, o, como se dice ahora, una “crisis de poder”.

Esto no puede durar mucho. Tal estado de cosas va a causar nuevos “incidentes” y más complicaciones. Es fácil poner en un pedazo de papel que “el incidente está resuelto”. En la vida real, sin embargo, esos incidentes no desaparecen. Por la simple razón de que ellos no son “incidentes”, no son ocurrencias ni ligerezas. Ellos son síntomas de una profunda crisis interna. Son el resultado del impasse en que la humanidad se encuentra ahora. No pude haber salida de esta guerra depredadora a menos que aceptemos las medidas propuestas por los socialistas internacionalistas.

Al pueblo ruso se le ha ofrecido tres formas de acabar con esta “crisis de poder”. Algunos dicen: dejen las cosas como están, tengan aún más confianza en el Gobierno Provisional. La amenaza de renuncia puede ser una triquiñuela calculada para hacer que el Soviet diga: Confiamos aún más en ustedes. El Gobierno Provisional quiere que el Soviet le ruegue: Ven y gobiérnanos; qué haríamos sin ustedes...

Otros proponen un gabinete de coalición. Compartamos los portafolios ministeriales con Miliukov y Cía., dicen, pongamos a alguno de nuestra propia gente en el gabinete...

Nosotros proponemos un tercer camino: Un cambio completo de la política de los Soviets, ninguna confianza en los capitalistas y la transferencia de todo el poder a los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados. Un cambio de personas no dará nada; debe cambiarse la política entera. Otra clase debe asumir el poder. Un gobierno de obreros y soldados tendría la confianza de todo el mundo, porque todos saben que un obrero y un campesino pobre no querrían robar a nadie. Sólo esto puede poner un rápido final a la guerra., sólo esto nos puede ayudar en la debacle económica.

¡Todo el poder a los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados! ¡Ninguna confianza en el gobierno de los capitalistas!

Cada “incidente”, cada día, cada hora, confirmará la solidez de esta consigna.

jueves, mayo 14

Viborg: bastión bolchevique

La organización del Partido de Viborg tenía más de 5,000 miembros bolcheviques a principios de mayo. Era ahí donde se encontraban las fábricas metalúrgicas más propensas a la huelga –Renault, Nobel, New Lessner, Erikson, Puzyrev, Volcán, Fénix y Trabajos de Metal– y la mayoría de ellas se encontraban bajo dominio bolchevique. Esas fábricas contenían una mezcla inflamable de jóvenes e instruidos trabajadores metalúrgicos –que tendían a ser fácilmente influenciados por las militantes consignas bolcheviques– y trabajadores inmigrantes menos pulidos que habían invadido las ciudades durante el boom industrial de la guerra y que consecuentemente habían sufrido la doble presión de los bajos salarios y los altos alquileres. Ambos grupos eran inclinados a involucrarse en violencia en las calles.

La zona de Viborg fue también la casa adoptiva del Primer Regimiento de Ametralladoras, la más altamente entrenada e instruida y también las más bolchevizadas tropas de Petrogrado, con cerca de 10,000 hombres y 1,000 ametralladoras. Durante los Días de Febrero, esas tropas habían marchado desde sus barracas en Oranienbaum hacia el centro de Petrogrado para tomar parte en el motín. Militantes y agresivos, se consideraban a sí mismos como los héroes de la revolución, y se rehusaban a retornar a sus barracas mientras la “burguesía” estuviera “en el poder”.

Extraído de “A people’s tragedy. The Russian Revolution: 1891-1924” de Orlando Figes, Penguin Books, 1996. Traducción propia.

Ispolkom permitirá que sus miembros acepten cargos en el Gobierno Provisional

Petrogrado (1 de mayo de 1917).- El Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado ha aprobado una resolución que revierte un acuerdo anterior que prohibía a los miembros del Ispolkom a aceptar portafolios en el gobierno. De ahora en adelante, los miembros del Ispolkom podrán aceptar cargos en el gobierno sin necesidad de autorización alguna del Soviet.

Este acuerdo fue aprobado por una mayoría de 44 contra 19, y dos abstenciones. Los votos en contra fueron de los bolcheviques y los mencheviques internacionalistas liderados por Julius Mártov que propusieron que el Soviet asuma todo el poder.

Tsreteli, principal orador de la mayoría menchevique del Soviet, sostuvo que el gobierno había admitido su incapacidad de salvar al país de la inminente catástrofe. En tales circunstancias, agregó, la “democracia revolucionaria” tenía el deber de salvar la Revolución. Pero el Soviet no debe tomar el poder porque si lo hace, empujaría a los brazos de las fuerzas reaccionarias a aquellos elementos que sin estar comprometidos con la democracia, estaban dispuestos a cooperar con las fuerzas democráticas. El menchevique V. Voitinsky fue más directo al abogar por una coalición del Soviet con la burguesía en el Gobierno Provisional. Esta, además, era una forma de oponerse a la consigna de “Todo el poder a los Soviets”, porque los campesinos están “a la derecha” del Soviet y se rehusarán a reconocer como gobierno a una organización en la que ellos no están representados.

Para participar en una coalición, el Ispolkom puso algunas condiciones: una revisión de los acuerdos entre los aliados, un esfuerzo para terminar la guerra, mayor “democratización” de las fuerzas armadas, una política agraria que prepare el terreno para una distribución de las tierras a los campesinos y una pronta convocatoria de la Asamblea Constituyente.

El Gobierno Provisional, por su parte, demandó que el Ispolkom lo reconociera como el representante exclusivo de la autoridad del Estado, con la facultad de recurrir a la fuerza si la situación lo ameritaba, y como la única fuente de órdenes a las fuerzas armadas.

Sobre estas bases, el Gobierno Provisional y el Ispolkom empezaron las negociaciones para formar un gobierno de coalición.

miércoles, mayo 13

Guchkov y Miliukov renuncian al Gobierno Provisional

Pável Miliukov, Ministro de Asuntos Exteriores

Petrogrado (30 de abril de 1917).- Fuentes bien informadas aseguran que Alexander Ivánovich Guchkov renunció hoy a su cargo de Ministro de Guerra del Gobierno Provisional por considerar que el país se ha vuelto ingobernable.

La decisión de Guchkov fue acompañada por la renuncia del Ministro de Asuntos Exteriores Pável Miliukov. La nota diplomática de Miliukov, líder del Partido Demócrata Constitucionalista (Kadete), es la que provocó las protestas de obreros y soldados, generando la primera crisis gubernamental.

Se estima que el punto desencadenante para las renuncias fue la propuesta del Primer Ministro G.B. Lvov y de los ministros A.F. Kerensky y M.I. Tereshchenko de crear un gobierno de coalición. Los ministros Guchkov y Miliukov estaban en contra de la idea de la coalición, entendida como coalición con los socialistas.

Guchkov, prominente líder del partido Kadete, consideraba, sin embargo, que la única salvación consistía en invitar al gobierno a fuerzas “saludables” como las representadas por el General Kornílov, militares con autoridad, y los líderes de la comunidad empresarial. Debido a que su sugerencia no tuvo acogida en el seno del gabinete, decidió renunciar a su cargo.

De esta forma, la primera crisis de gobierno ha cobrado sus dos primeras víctimas.

La reacción de los líderes del Soviet será conocida dentro de pocas horas. El principal líder menchevique y el más importante del Soviet de Petrogrado, Irakli Tsereteli ha señalado que dadas las dimensiones que ha alcanzado la crisis, ya no se puede continuar con medidas paliativas. En el Soviet se dice que “la burguesía está abandonando el gobierno”.

Por lo pronto, el Primer Ministro Príncipe Lvov y los demás miembros del Gobierno estarían buscando los reemplazos para cubrir los ministerios vacantes.

¿Qué esperábamos de la Conferencia?

Nuestro Partido es una unión de los socialdemócratas de toda Rusia, desde Petrogrado hasta el Cáucaso, desde Riga hasta Siberia.

Esta unión fue formada para ayudar a los trabajadores a luchar con éxito contra los ricos, contra los fabricantes y contra los terratenientes, por una suerte mejor, por el socialismo.

Pero la lucha únicamente puede dar buenos resultados si nuestro Partido está unido y cohesionado, si tiene una sola alma y una sola voluntad, si aplica sus esfuerzos al logro de un mismo objetivo en todas partes, en todos los confines de Rusia. .

Pero ¿cómo alcanzar la unidad y cohesión del Partido?

Para ello hay un solo camino: reunir en un mismo sitio a los representantes elegidos por los obreros conscientes de toda Rusia para discutir en común las cuestiones cardinales de nuestra revolución, elaborar una común opinión y después, al regresar a los lugares de procedencia, ir al pueblo y guiarle hacia un objetivo común por un camino común.

Tal reunión es lo que se llama conferencia.

Por eso todos esperábamos con impaciencia que se convocase la Conferencia de toda Rusia del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia.

Antes de la revolución, nuestro Partido vivía en la clandestinidad, era un partido prohibido; a sus militantes los detenían y los enviaban a presidio. Por eso el Partido estaba organizado con arreglo a las condiciones de la clandestinidad, era un partido “secreto”.

Ahora las circunstancias han cambiado; la revolución ha traído la libertad; la clandestinidad ha desaparecido, y el Partido ha tenido que convertirse en partido legal y adoptar nuevas formas de organización.

Nos encontramos frente al problema de la guerra o la paz. La guerra se lleva, y se llevará aún, millones de vidas. La guerra arruina a millones de familias. Ha llevado el hambre y la extenuación a las ciudades. Ha privado al campo de las mercancías más indispensables. La guerra únicamente es beneficiosa para los ricos, que engrosan sus bolsillos gracias a las contratas para el Estado. La guerra únicamente es beneficiosa para los gobiernos que saquean a otros pueblos. La guerra se hace precisamente para ese saqueo. Y uno se pregunta: ¿qué se debe hacer con respecto a la guerra?, ¿acabar con ella o continuarla?, ¿ceñirse más el dogal o romperlo definitivamente?

La Conferencia debía dar respuesta a esta cuestión.

Por otra parte, Rusia -tanto la retaguardia como el frente- se encuentra de cara al hambre. Pero el hambre será mucho más cruel si no se labran ahora mismo todas las tierras “libres”. Sin embargo, los terratenientes no labran los campos, se abstienen de sembrar, y el Gobierno Provisional no consiente que los campesinos tomen las tierras de los terratenientes y las cultiven... ¿Qué debemos, hacer con respecto al Gobierno Provisional, que apoya por todos los medios a los terratenientes? ¿Qué hacer con los terratenientes mismos: dejarles la tierra o convertirla en propiedad del pueblo?

La Conferencia debía dar respuestas claras y concretas a todas estas cuestiones.

Porque sólo tales respuestas unen y cohesionan al Partido.

Sólo un partido unido puede llevar al pueblo a la victoria.

¿Ha justificado la Conferencia nuestras esperanzas?

¿Ha dado respuestas claras y concretas? Que los camaradas examinen las decisiones de la Conferencia, publicadas en el suplemento al núm. 13 de nuestro periódico, y que juzguen ellos mismos.
Nota.-
Editorial publicado con la firma de K. Stalin el 6 de mayo de 1917 en el núm. 16 de “Soldátskaia Pravda”.

martes, mayo 12

Clausuran VII Conferencia y eligen Comité Central Bolchevique

Comité Central elegido en la VII Conferencia del Partido Bolchevique de abril 1917


Petrogrado (29 de abril de 1917).- Hoy llegó a su fin la VII Conferencia de Toda Rusia del Partido Bolchevique. Los principales acuerdos que se tomaron fueron acerca de la situación actual, acerca de la actitud hacia el Gobierno Provisional, sobre la guerra, sobre la cuestión agraria, acerca de la actitud hacia los Soviets, sobre la cuestión nacional y sobre el programa del Partido.

El Partido en su conjunto, aunque conservando algunos matices, adoptó las posiciones de Lenin en todos los aspectos discutidos. La línea bolchevique para la presente revolución ha sido establecida en lo fundamental.

Lenin dio un breve discurso de clausura, llamando a los militantes a difundir los acuerdos alcanzados en un lenguaje simple y claro para que obreros, campesinos y soldados conozcan la línea bolchevique.

La Conferencia eligió un Comité Central de nueve miembros: V.I. Lenin, G.F. Zinoviev, J.V. Stalin, I.T. Smilga, Ia.M. Sverdlov, L.B. Kámenev, V.P. Miliutin, G.F. Fedorov y V.P. Nogin.

Bolcheviques sobre la Cuestión Nacional: VII Conferencia del Partido

Informe sobre la Cuestión Nacional
VII Conferencia de Toda Rusia del POSDR (bolchevique)
por José Stalin

Antes de pasar al proyecto de resolución, hay que sentar algunas premisas.

¿Qué es la opresión nacional. La opresión nacional la constituyen ese sistema de explotación y de saqueo de los pueblos sojuzgados, esas medidas de limitación forzosa de los derechos de los pueblos avasallados, que aplican los círculos imperialistas. Todo eso, sumado, da una idea de la política conocida generalmente por política de opresión nacional.

La primera cuestión es la de en qué clases se apoya este o el otro Poder en su política de opresión nacional. Para responder a esta pregunta debemos comprender por qué en distintos Estados existen distintas formas de opresión nacional, por qué en unos Estados esa opresión es más dura y brutal que en otros. En Inglaterra y en Austria-Hungría, por ejemplo, la opresión nacional jamás se ha traducido en pogromos, pero sí ha existido bajo la forma de restricciones de los derechos nacionales de los pueblos oprimidos. En Rusia, en cambio, tomaba con frecuencia la forma de pogromos y de matanzas. En otros Estados, por el contrario, no se aplican ningunas medidas específicas contra las minorías nacionales. En Suiza, por ejemplo, donde viven libremente franceses, italianos y alemanes, no hay opresión nacional.

¿Cómo se explica, pues, la diferente actitud hacia las nacionalidades en los diferentes Estados?

Por el distinto grado de democracia en esos Estados. En otros tiempos, cuando la vieja aristocracia agraria detentaba el Poder en Rusia, la opresión nacional podía tomar, y en efecto tomaba, la forma monstruosa de matanzas y de pogromos. En Inglaterra, donde hay cierta democracia y cierta libertad política, la opresión nacional reviste un carácter menos brutal. En cuanto a Suiza, que se aproxima a una sociedad democrática, las nacionalidades gozan en ella de una libertad más o menos completa. En una palabra: cuanto más democrático es un país, tanto menor es en él la opresión nacional, y al revés. Y como nosotros entendemos por democracia que el Poder esté en manos de determinadas clases, desde este punto de vista podemos decir que cuanto mayor sea la participación en el Poder de la vieja aristocracia agraria, como era el caso en la vieja Rusia zarista, tanto mayor será la opresión y tanto más monstruosas serán las formas que adopte.

Ahora bien, la opresión nacional no sólo es apoyada por la aristocracia agraria. Al lado de ella hay otra fuerza, los grupos imperialistas, que implantan en su propio país los métodos de sojuzgamiento de los pueblos aprendidos en las colonias y de esa manera se convierten en aliados naturales de la aristocracia agraria. Siguen a estos grupos la pequeña burguesía, parte de los intelectuales y parte de la aristocracia obrera, que también gozan de los frutos del saqueo. Así resulta todo un coro de fuerzas sociales, que apoyan la opresión nacional, encabezadas por la aristocracia agraria y la aristocracia financiera. Para crear un sistema verdaderamente democrático, es preciso, ante todo, desbrozar el terreno y retirar a ese coro del escenario político. (Lee el texto de la resolución.)

La primera cuestión es: ¿cómo organizar la vida política de las naciones oprimidas? A esta pregunta debemos contestar que a los pueblos oprimidos que forman parte de Rusia se les debe conceder el derecho de decidir ellos mismos si desean continuar dentro del Estado ruso o si quieren separarse y formar Estados independientes. Asistimos ahora a un conflicto concreto, al conflicto entre el pueblo finlandés y el Gobierno Provisional. Los representantes del pueblo finlandés, los representantes de la socialdemocracia, exigen que el Gobierno Provisional devuelva al pueblo los derechos de que gozaba antes de su incorporación a Rusia. El Gobierno Provisional se niega y no reconoce la soberanía del pueblo finlandés. ¿Por quién debemos tomar partido? Evidentemente, por el pueblo finlandés, pues es inconcebible que se pueda aceptar la retención forzosa de cualquier pueblo en los límites de un Estado. Al propugnar el principio del derecho de los pueblos a la autodeterminación, elevamos la lucha contra la opresión nacional a la altura de la lucha contra el imperialismo, nuestro enemigo común. No haciendo esto, podemos vernos en la situación de gentes que llevan el agua al molino de los imperialistas. Si nosotros, los socialdemócratas, negáramos al pueblo finlandés el derecho a declarar su voluntad de separarse y el derecho a hacer realidad su deseo, nos colocaríamos en la postura de continuadores de la política del zarismo.

No se puede confundir la cuestión del derecho de las naciones a separarse libremente con la cuestión de si es obligatorio separarse en un momento dado. El Partido del proletariado debe decidir esta cuestión en cada caso concreto, de acuerdo con las circunstancias. Cuando reconocemos el derecho de los pueblos oprimidos a la separación, el derecho a decidir su destino político, no resolvemos si esta o la otra nación debe separarse del Estado ruso en el momento dado. Yo puedo reconocer el derecho de una nación a separarse, pero ello no quiere decir que la obligue a hacerlo. Un pueblo tiene derecho a separarse, pero, en dependencia de las circunstancias, puede no ejercer este derecho. Nos queda, pues, el derecho de hacer agitación en pro o en contra de la separación, en correspondencia con los intereses del proletariado, con los intereses de la revolución proletaria. De esta manera, la separación debe decidirse en cada caso concreto, en dependencia de la situación; por ello, precisamente, el reconocimiento del derecho a separarse no debe ser confundido con la conveniencia de la separación en estas o en aquellas condiciones. Yo, personalmente, me manifestaría, por ejemplo, contra la separación de la Transcaucasia, tomando en consideración el desarrollo común de la Transcaucasia y de Rusia, ciertas condiciones de la lucha del proletariado, etc. Pero si, no obstante, los pueblos de la Transcaucasia exigieran la separación, se separarían naturalmente, y nosotros no nos opondríamos a ello. (Sigue leyendo el texto de la resolución.)

Prosigamos. ¿Qué hacer con los pueblos que quieran permanecer dentro del Estado ruso? La desconfianza que los pueblos sentían hacia Rusia era nutrida, ante todo, por la política del zarismo. Pero ahora que el zarismo ya no existe, ahora que ya no existe su política de opresión nacional, la desconfianza debe disminuir, y la atracción hacia Rusia debe crecer. Creo que, después del derrocamiento del zarismo, las nueve décimas partes de las nacionalidades no querrán separarse. Por eso el Partido propone la autonomía regional para las regiones que no quieran separarse y que se distingan por sus usos y costumbres y por su idioma, como, por ejemplo, la Transcaucasia, el Turkestán y Ucrania. Los límites geográficos de esas regiones autónomas deben ser establecidos por la población misma, de acuerdo con las condiciones económicas, los usos y las costumbres, etc.

En oposición a la autonomía regional, existe otro plan, recomendado desde hace mucho por el Bund y, ante todo, por Springer y Bauer, que propugnan el principio de la autonomía cultural-nacional. Considero que ese plan es inaceptable para la socialdemocracia. Su esencia consiste en lo siguiente: Rusia debe convertirse en una unión de naciones, y las naciones, en una unión de personas, agrupadas en una sola sociedad, sean cuales fueren las partes del Estado donde vivan. Todos los rusos, todos los armenios, etc. se organizan en uniones nacionales particulares, independientemente del territorio, y sólo después se incorporan a la unión de naciones de toda Rusia. Este plan es en grado sumo improcedente y poco práctico. El hecho es que el desarrollo del capitalismo ha dispersado grupos enteros de personas, los ha separado de la nación, esparciéndolos por distintos confines de Rusia. Dada la dispersión de las naciones, consecuencia de las condiciones económicas, reunir a las distintas personas de cada una de dichas naciones es dedicarse a organizar artificialmente naciones, a construir naciones. Y dedicarse a agrupar artificialmente a las personas en naciones sería adoptar el punto de vista del nacionalismo. Ese plan, propuesto por el Bund, no puede ser aprobado por la socialdemocracia. Ese plan fue rechazado en la Conferencia de 1912 de nuestro Partido y, en general, excepción hecha del Bund, no goza de popularidad en los círculos socialdemócratas. Ese plan es conocido también bajo el nombre de autonomía cultural, porque; entre las diversas cuestiones que interesan a una nación, destaca los asuntos culturales y los ponen en manos de las uniones nacionales. Para ello le sirve de punto de partida la tesis de que la cultura liga a las naciones en un todo único. Se supone que en el seno de una nación hay, por un lado, intereses que la dividen, como son, por ejemplo, los intereses económicos, y, por otro lado, intereses que la ligan en un todo único, siendo estos últimos intereses, precisamente, las cuestiones culturales.

Por último, queda el problema de las minorías nacionales. Sus derechos deben ser protegidos especialmente.

Por eso el Partido exige plena igualdad de derechos en cuanto a las escuelas, la religión, etc., y que sea anulada toda restricción de los derechos de las minorías nacionales.

Existe el artículo 9, que proclama la igualdad de derechos de las naciones. Las condiciones necesarias para su aplicación sólo pueden darse cuando toda la sociedad haya sido democratizada enteramente.

Debemos, además, resolver la cuestión de cómo organizar al proletariado de las distintas naciones en un solo partido común. Un plan propone que los obreros se organicen por nacionalidades: tantas naciones, tantos partidos. Este plan ha sido rechazado por la socialdemocracia. La práctica ha mostrado que la organización del proletariado de un Estado por nacionalidades únicamente conduce a destruir la idea de la solidaridad de clase. Todos los proletarios de todas las naciones de un Estado deben organizarse en una colectividad proletaria indivisible.

Así, pues, nuestro punto de vista en la cuestión nacional se reduce a las siguientes tesis:

a) reconocimiento del derecho de los pueblos a la separación;
b) para los pueblos que permanezcan dentro de un mismo Estado: la autonomía regional;
c) para las minorías nacionales: una legislación especial que les garantice el libre desarrollo;
d) para los proletarios de todas las nacionalidades, de un mismo Estado: una colectividad proletaria única e indivisible, un partido único.

Nota: El proyecto de resolución sobre la Cuestión Nacional, leído por Stalin y aprobada por la Conferencia, fue elaborado por Lenin.

lunes, mayo 11

Soviet rechaza llamado del Gobierno Provisional

Petrogrado (28 de abril de 1917).- El Comité Ejecutivo (Ispolkom) del Soviet de Petrogrado rechazó el contenido pesimista del llamado del Gobierno Provisional del 26 del presente.
El gobierno había declarado que no podía seguir gobernando el país en las condiciones de desconfianza de la población y de sus organizaciones representativas así como de agitación por parte de socialistas radicales.
Asimismo, en una directa alusión a los líderes del Soviet, llamó a las "fuerzas creativas" del país a que tomen parte del manejo del gobierno.
El Ispolkom ha considerado que el asunto del gobierno es un asunto de la burguesía y estima que el rol del Soviet es el de control y presión sobre el Gobierno Provisional. El Soviet es el guardián de las conquistas de la revolución. Por otro lado, se recordó que el Soviet tiene aprobada una prohibición que impide a sus líderes a aceptar puestos en el Gobierno.

Bolcheviques sobre la Cuestión Agraria: VII Conferencia del Partido

Resolución sobre la Cuestión Agraria
VII Conferencia de Toda Rusia del POSDR (bolchevique)
(Parte resolutiva)

En vista de esta situación de clase y del balance de las fuerzas, la Conferencia resuelve que:

1) El partido del proletariado luchará con todas sus fuerzas por la inmediata y completa confiscación de todas las grandes propiedades de tierras en Rusia (y también de las tierras de la corona, la iglesia, etc.);

2) El partido abogará vigorosamente por la inmediata transferencia de todas las tierras al campesinado organizado en los Soviets de Diputados Campesinos o en otros órganos de auto-gobierno elegidos de una forma verdaderamente democrática y completamente independiente de los terratenientes y burócratas;

3) El partido del proletariado exige la nacionalización de todas las tierras en el campo; nacionalización que significa la transferencia del derecho de propiedad de toda la tierra al Estado, confiere el derecho de administrar la tierra a instituciones democráticas locales;

4) El partido debe emprender una lucha decidida, de una parte, contra el Gobierno Provisional que –por boca de Shingariov y por sus pronunciamientos colectivos– está tratando de forzar a los campesinos a llegar a un “acuerdo voluntario con los terratenientes”, es decir, está tratando virtualmente de imponerles una reforma a la medida de los intereses de los terratenientes, y está amenazando a los campesinos con sanciones por “acción arbitraria”, es decir, con el uso de la violencia por una minoría de la población (los terratenientes y capitalistas) contra la mayoría; y de otra parte, contra las vacilaciones pequeñoburguesas de la mayoría de los narodniks y de los socialdemócratas mencheviques, que están aconsejando a los campesinos no tomar toda la tierra hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente;

5) El partido llama a los campesinos a tomar toda la tierra de forma organizada, sin permitir el más ligero daño a la propiedad y tomando todas las medidas para incrementar la producción;

6) Las reformas agrarias, por lo general, pueden ser exitosas y duraderas sólo con la condición de que todo el Estado esté democratizado, es decir, siempre que, de una parte, la policía, el ejército permanente y la burocracia privilegiada sean abolidas, y siempre que, de otra, ahí exista un amplio auto-gobierno local completamente libre de la supervisión y tutelaje desde arriba;

7) La organización independiente y separada del proletariado agrícola debe ser emprendida inmediatamente y en todas partes, en la forma de Soviets de Diputados de Trabajadores Agrícolas (así como de Soviets de Diputados de Campesinos semiproletarios, separados) y en la forma de grupos o fracciones de proletarios dentro los Soviets de Diputados de Campesinos, en todos los órganos locales y municipales, etc.;

8) El partido debe apoyar la iniciativa de aquellos comités campesinos que en un número de localidades de Rusia están entregando el ganado y los implementos agrícolas de los terratenientes a los campesinos organizados en esos comités, para que sean utilizados de una manera regulada socialmente para el cultivo de toda la tierra;

9) El partido del proletariado debe aconsejar a los proletarios y semiproletarios rurales a luchar por convertir cada hacienda en una granja modelo de buen tamaño que sea manejado de forma pública por los Soviets de Diputados de Trabajadores Agrícolas bajo dirección de expertos agrícolas y con la aplicación de la mejor técnica.

Nota: La Cuestión Agraria fue debatida el 28 de abril (11 de mayo) de 1917 en la VII Conferencia de Toda Rusia del Partido Bolchevique. Lenin rindió el informe principal sobre la cuestión agraria y redactó la Resolución aprobada, que fue publicada en Pravda No. 45, del 30 de Abril (13 de mayo) de 1917.

Los bolcheviques y la lucha por ganar la Guarnición de Petrogrado

Regimiento bolchevique en las calles de Petrogrado

...los Kadetes, SR’s, mencheviques y bolcheviques compitieron por la influencia en la guarnición de Petrogrado durante la primavera de 1917, creando -cada uno- su organización militar especial para este propósito. Pero más que cualquier otro partido, los bolcheviques dedicaron atención y un enorme despliegue de esfuerzo a esta causa. Solos -entre los principales partidos políticos rusos-, los bolcheviques buscaron desafiar al Soviet como portavoz del descontento de la guarnición. Más aún, sólo ellos se pusieron la tarea de obtener el control absoluto de los principales regimientos individuales de la guarnición, estableciendo células del partido al nivel de batallón y aún de compañía como un medio para alcanzar este objetivo.

De acuerdo a V.I. Nevsky, líder de la Organización Militar Bolchevique, el interés del partido en la guarnición era doble. Lo más importante: los regimientos de la guarnición eran vistos como un elemento principal en la fuerza armada que sería necesaria para derrocar a la burguesía; y segundo, la difusión de las ideas bolcheviques entre los soldados-campesinos de la guarnición era considerada como un medio importante para lograr establecerse en el campo. El significado -para los bolcheviques- de la lucha por el control de las fuerzas armadas (y ante todo de la guarnición de Petrogrado) fue resumido por Nevsky en la Segunda Conferencia de la Ciudad de Petrogrado en julio: “No importa cuan bien armada esté la clase obrera, el triunfo de la revolución sin la participación de la gran masa militar es imposible”. En un trabajo post-revolucionario, Nevsky puso el tema de manera aún más directa: “Ganar la guarnición de Petrogrado era ganar el primer lugar en la revolución”.

La persistente campaña bolchevique por influir en la guarnición empezó casi tan pronto hicieron su aparición las organizaciones legales del partido bolchevique. En la primera reunión oficial del Comité Petersburgo, un miembro no identificado del partido argumentó la necesidad inmediata de “influir” y “organizar” a los soldados, y… el 10 de marzo una Comisión Militar especial fue nombrada para fundar una Organización Militar Bolchevique permanente para dirigir el trabajo partidario en la guarnición de Petrogrado. Los miembros originales de la Comisión Militar fueron S.N. Sulimov, S. Ia. Bogdatiev, V.I. Nevsky y N.I. Podvoisky. Estos tres últimos pueden ser identificados definitivamente como representantes de la extrema izquierda del Partido. El 22 de marzo, la Comisión Militar resolvió invitar representantes de los regimientos de la guarnición a una Asamblea Constituyente de la Organización Militar, y fue en esta reunión el 31 de marzo en que la Organización Militar Bolchevique fue formalmente establecida.

Desde el principio, el trabajo de la Organización Militar Bolchevique estuvo bajo la dirección de N.I. Podvoisky y V.I. Nevsky. Ambos eran bolcheviques de vieja data, Podvoisky se unió al Partido en 1901 y Nevsky en 1897… El bolchevique del Kronstadt F.F. Raskolnikov recuerda que en los días inmediatos de Febrero, Podvoisky fue el primero en declarar audazmente que “la revolución no ha terminado, está recién comenzando”. Nevsky había sido estudiante en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Moscú y en los 1920’s se distinguió como un historiador del movimiento revolucionario ruso… Debe mencionarse que Nevsky y Podvoisky se distinguían por una independencia de espíritu que no dejaría de afectar su liderazgo en la Organización Militar.

Los intentos bolcheviques por ganar pie en la guarnición de Petrogrado no fueron, de ninguna manera, inmediatamente exitosos. En marzo, tales esfuerzos fueron obstaculizados por la falta de agitadores entrenados (y en cualquier caso, probablemente las tropas estaban contentas de seguir al Soviet). A principios de abril, la crítica a los bolcheviques por el regreso de Lenin a través de la Alemania enemiga hizo más difícil hacer propaganda contra la guerra en la guarnición. En este respecto, la crisis de abril y el comienzo de un corto período de preparaciones para retomar las operaciones militares activas en el frente, marcaron evidentemente un punto de viraje en la fortuna de la Organización Militar. Desde entonces, en adelante, el programa revolucionario bolchevique atrajo una creciente masa de seguidores. El “Club Pravda”, un club de soldados “sin partido”, creado por la Organización Militar en el sótano de la mansión Kshesinskaya [cuartel general del Partido bolchevique -DR], se convirtió en un imán para la mayoría de los elementos extremistas en las fuerzas armadas. Las reuniones de la guarnición, convocadas por la Organización Militar, concentraban multitudes que se contaban por miles. Soldatskaya Pravda, el periódico de la Organización Militar dirigido a los soldados -y probablemente su empresa más exitosa-, alcanzó rápidamente una circulación de 50,000 ejemplares, la mitad de los cuales se distribuía en la guarnición de Petrogrado y el resto era enviado al frente.

Soldatskaya Pravda fue fundado por la Organización Militar a mediados de abril con la convicción de que mucho del contenido del Pravda del Comité Central era ininteligible y poco interesante para el soldado promedio sin educación. Anunciándose como un órgano de los soldados, Soldatskaya Pravda centró su atención casi exclusivamente en asuntos políticos de interés para las tropas y en las dificultades de la vida diaria en las fuerzas armadas. En un estilo simple y directo que contrastaba notablemente con Pravda, Soldatskaya Pravda publicó una firme corriente de propaganda sobre aspectos importantes del programa bolchevique tales como la remoción del Gobierno Provisional, la transferencia de todo el poder a los Soviets, la confiscación de las tierras y la paz inmediata. El número inaugural de Soldatskaya Pravda lanzó una campaña promoviendo la fraternización en el frente, y en subsecuentes artículos discutió en detalle formas prácticas de iniciar la fraternización. Cada día, excepto lunes, desde el 15 de abril hasta el 5 de julio, los artículos de Soldatskaya Pravda –por lo general, escritos por los mismos soldados- atacaron los intentos del gobierno por restablecer un mínimo de disciplina en los regimientos de Petrogrado y de trasladar soldados de la guarnición al frente. Mientras tanto, un flujo interminable de cartas y resoluciones de los soldados del frente esbozaban un inquietante aunque distorsionado panorama de las condiciones ahí.

A mediados de mayo, el efecto de tal propaganda debe haber sido ya evidente. Los comités de soldados en la mayoría de las unidades permanecían bajo el control de moderados no bolcheviques -como había sido desde el primer día de la revolución- pero pocos regimientos estaban aún relativamente libres de influencia bolchevique. Sin embargo, el total de miembros de la Organización Militar en Petrogrado probablemente totalizaban ya más de mil; células del Partido habían sido formadas en la mayoría de las unidades de la guarnición y éstas estaban representadas en la Organización Militar. La influencia del Partido era particularmente fuerte en el Primer Regimiento de Ametralladoras, el 180º Regimiento de Infantería de Reserva, en los Regimientos de Guardias Petrogradsky y Moskovsky, en el Sexto Batallón de Ingeniería y en la radical base naval de Krondstadt -cuyo Soviet aprobó el 16 de mayo una resolución rechazando la autoridad del Gobierno Provisional. (El 24 de mayo, bajo presión del Gobierno Provisional y del Soviet de Petrogrado, el Soviet de Krondstadt formalmente revirtió esa decisión, aunque para fines prácticos la autoridad del Gobierno Provisional sobre la base naval nunca fue restablecida). Como reconocerían los líderes de la Organización Militar, los esfuerzos por organizar a las tropas de la guarnición en una fuerza revolucionaria disciplinada no iban al mismo paso del impactante crecimiento del apoyo al programa bolchevique. Por su parte, la forja de lazos bolcheviques con las tropas en el frente estaba recién en sus inicios. Sin embargo, los nuevos militantes captados en la guarnición, su descontento y aprehensión por el futuro, estaban al rojo vivo y pronto empezaron a demandar más que simples palabras.

Extracto editado de Prelude to revolution de Alexander Rabinowitch, Indiana University Press, 1991, pp. 49-53. Traducción propia. Título puesto por el traductor.

domingo, mayo 10

La Guarnición de Petrogrado

Soldados de la Guarnición durante la Revolución de Febrero

Bajo el régimen zarista, la guarnición de Petrogrado fue una fuerza militar inmensamente poderosa; indudablemente un factor principal y a veces decisivo en la historia política del Estado ruso. En la revolución de 1905, permaneció leal al Zar y aseguró la preservación de la monarquía. En febrero de 1917, el destino de Nicolás II fue sellado cuando las unidades de la guarnición, una detrás de otra, se pusieron de lado de la rebelión... Debido a esta estratégica importancia, un conocimiento detallado de la fuerza numérica de la guarnición de Petrogrado y su composición social así como del proceso de su transformación de baluarte de la autocracia en un aliado de la revuelta popular, es indispensable para entender la revolución rusa...

Debe recordarse que en la víspera de la revolución de febrero, las tropas de la guarnición, originalmente confiables –habiendo sufrido enormes pérdidas en las etapas iniciales de la guerra–, habían sido casi totalmente reemplazadas por indisciplinados reclutas del campo, que compartían las inmensas insatisfacciones sociales, económicas y políticas del grueso de la población y que no eran atraídos de ninguna manera por la perspectiva de ir al frente.

La columna vertebral de la fuerza de la guarnición eran dieciséis regimientos de guardias de infantería y seis regimientos de infantería de la reserva del ejército, acuartelados en Petrogrado y sus suburbios, cuya tarea principal era el entrenamiento de compañías de reemplazo para el deber en la línea del frente. Aunque popularmente llamados regimientos, esas unidades eran técnicamente batallones de reserva de regimientos en el frente.

Los regimientos de guardias de infantería tenían entre 4,500 y 7,500 hombres cada uno e incluían los Regimientos Preobrazhensky, Semenovsky, Izmailovsky, Egersky, Moskovsky, Pavlovsky, Finliandsky, Litovsky, Keksgolmsky, Petrogradsky, Volynsky y Granaderos, todos acuartelados en Petrogrado. También se incluían entre las unidades de guardias de infantería, cuatro batallones de reserva de rifleros, dos ubicados en Petrogrado y dos en Tsarskoe Selo, una villa a diecisiete millas de Petrogrado, donde quedaba uno de los palacios del Zar. Los seis regimientos de infantería de reserva del ejército tenían de 10,000 a 19,000 hombres cada una e incluían el Primer y el 180º Regimiento de Infantería de Reserva de Petrogrado, el Tercer Regimiento de Infantería de Reserva de Peterhof, el 176º Regimiento de Infantería de Reserva de Krasnoe Selo, el Primer Regimiento de Ametralladoras de Reserva de Oranienbaum (desde la revolución de Febrero hasta después de los días de julio, el grueso del Primer Regimiento de Ametralladoras estaba realmente alojado en el distrito Viborg de Petrogrado), y el Segundo Regimiento de Ametralladoras de Reserva en Strelna.

Todos los regimientos antes mencionados estaban acuartelados a veinte millas de la capital. El resto de la guarnición estaba compuesta de mayormente por el Primer y Cuarto Regimiento de Cosacos distribuido a través de la ciudad y sus suburbios, un número de unidades de reserva y varias escuelas militares. Estimados publicados del total de tropas estacionadas en Petrogrado y sus alrededores al tiempo de la revolución de Febrero varía grandemente; 215,000 a 300,000 parecería ser una justa aproximación, aunque un reciente estimado por el historiador soviético V.M. Kochakov es considerablemente más alto.

Debido a su significado político, una competencia por la influencia en la guarnición entre el Gobierno Provisional, el Soviet de Petrogrado y los principales partidos politicos rusos era inevitable en el período inmediatamente posterior a la revolución de Febrero. Durante las primera semanas de marzo, el Gobierno Provisional buscaba restablecer el comando del Distrito Militar de Petrogrado sobre las fuerzas de la guarnición, pero sus esfuerzos fueron rápidamente eclipsados por los del Soviet.

El Soviet dió pasos gigantes para asegurar el compromiso de la guarnición el 28 de febrero, cuando se invitó a las unidades del ejército a elegir representantes para participar en el trabajo del Soviet, y el 3 de marzo cuando la presión del Soviet forzó al Gobierno Provisional a incluir en su proclamación inicial que las tropas que toman parte en la revolución no podrían ser desarmadas o removidas de Petrogrado. Aún más significativa fue la publicación alrededor de ese momento de la Orden Nº 1 del Soviet que normaba la conducta en las fuerzas armadas. Entre otras cosas, la orden autorizaba la elección inmediata de comités de soldados y marineros con amplia pero vagamente definida autoridad administrativa en todas las unidades militares, ubicando el control de todas las armas en manos de esos comités, anunciando que las órdenes del Gobierno Provisional serán obedecidas solo si no están en conflicto con las órdenes del Soviet, y proclamó plenos derechos civiles para los soldados que no estaban en funciones. El efecto práctico de esas provisiones fue hacer de las unidades de la guarnición responsables ante el Soviet de Petrogrado… Además, el hecho de que la posición del Soviet de Petrogrado sobre la guerra estaba más cerca del clamor de los soldados por paz que las declaraciones patrióticas del Gobierno Provisional, contribuyó probablemente a la popularidad del Soviet en las primeras semanas del período revolucionario.

Una prueba contundente de la impotencia del Gobierno Provisional en la guarnición fue suministrado tan temprano como en la crisis de abril, cuando las tropas respondieron a la autoridad del Comité Ejecutivo del Soviet en lugar de al general Kornílov, comandante del Distrito Militar de Petrogrado. Posteriormente, en asuntos concercientes a la guarnición, el Gobierno Provisional fue forzado a actuar en concierto con el Soviet.

Extraído de "Prelude to Revolution" de Alexander Rabinowitch, Indiana University Press, 1991. Traducción propia.