Pravda Nº 81 del 14 (27) de junio de 1917
Hace unos días, el Gobierno Provisional ordenó que se desalojase a los anarquistas de la casa de campo de Durnovo. Esta disposición, por completo injusta, provocó una tempestad de indignación entre los obreros. Indudablemente, éstos vieron en ella un atentado al derecho a la existencia de cualquier organización. Nosotros estamos, por principio, contra los anarquistas; pero tomando en consideración que les apoya una parte, si bien pequeña, de los obreros, tienen tanto derecho a la existencia como, por ejemplo, los mencheviques y los eseristas. En este sentido, los obreros tenían razón al protestar contra los ataques del Gobierno Provisional. Y tanto más, por cuanto la casa la utilizan, además de los anarquistas, varias fábricas y sindicatos.
Los lectores saben que los obreros han conseguido con su protesta que el Gobierno Provisional cediese y les dejara en posesión de la casa de campo.
Ahora, según resulta, en la casa de campo de Durnovo se “organiza” otra acción de los obreros Nos comunican que allí se celebran reuniones de representantes de los comités de fábrica, con los anarquistas a la cabeza, para celebrar hoy una manifestación. Si esto es cierto, hacemos saber que condenamos del modo más categórico toda acción dispersa, anárquica. Consideramos las manifestaciones de distritos o regimientos aislados, encabezadas por los anarquistas, que no saben apreciar las condiciones del momento; las manifestaciones organizadas en contra de los deseos de la mayoría de los distritos y de los regimientos, contra la voluntad del Buró de los Sindicatos y del Consejo Central de los comités de fábrica, contra la voluntad, por último, del Partido socialista del proletariado; consideramos esas manifestaciones anárquicas como funestas para la causa de la revolución obrera.
Puede y debe defenderse el derecho a la existencia de las organizaciones, incluidas las anarquistas, cuando quieren privarlas de sus locales. Pero fundirse con los anarquistas y participar a su lado en acciones insensatas, condenadas de antemano al fracaso, es inadmisible y criminal por parte de los obreros conscientes.
Los camaradas obreros y soldados deben reflexionar: ¿qué son socialistas o anarquistas? Si son socialistas, que decidan si pueden lanzarse, del brazo de los anarquistas, a acciones a todas luces impremeditadas y contrarias a la decisión de nuestro Partido.
Camaradas: Con nuestro intento de manifestarnos el 10 de junio, logramos que el Comité Ejecutivo y el Congreso de los Soviets reconocieran la necesidad de la manifestación. Sabéis, sin duda, que el Congreso de los Soviets ha fijado para el 18 de junio una manifestación general y ha declarado de antemano que habrá libertad de consignas.
Ahora, nuestra tarea consiste en lograr que la manifestación del 18 de junio en Petrogrado desfile bajo nuestras consignas revolucionarias.
Y precisamente por ello, debemos cortar de raíz toda acción anárquica, a fin de prepararnos con mayor energía para la manifestación del 18 de junio.
Contra las acciones dispersas, por la manifestación general del 18 de junio: he aquí a lo que nosotros os llamamos.
¡Camaradas, el tiempo apremia, no perdáis ni un minuto! Que cada fábrica, que cada distrito, que cada regimiento y cada compañía preparen sus banderas con las consignas del proletariado revolucionario. Manos a la obra, camaradas; que cada uno participe en los preparativos de la manifestación del 18 de junio.
Contra las acciones anárquicas, por la manifestación general bajo la bandera del Partido del proletariado. Tal es nuestra consigna.
Hace unos días, el Gobierno Provisional ordenó que se desalojase a los anarquistas de la casa de campo de Durnovo. Esta disposición, por completo injusta, provocó una tempestad de indignación entre los obreros. Indudablemente, éstos vieron en ella un atentado al derecho a la existencia de cualquier organización. Nosotros estamos, por principio, contra los anarquistas; pero tomando en consideración que les apoya una parte, si bien pequeña, de los obreros, tienen tanto derecho a la existencia como, por ejemplo, los mencheviques y los eseristas. En este sentido, los obreros tenían razón al protestar contra los ataques del Gobierno Provisional. Y tanto más, por cuanto la casa la utilizan, además de los anarquistas, varias fábricas y sindicatos.
Los lectores saben que los obreros han conseguido con su protesta que el Gobierno Provisional cediese y les dejara en posesión de la casa de campo.
Ahora, según resulta, en la casa de campo de Durnovo se “organiza” otra acción de los obreros Nos comunican que allí se celebran reuniones de representantes de los comités de fábrica, con los anarquistas a la cabeza, para celebrar hoy una manifestación. Si esto es cierto, hacemos saber que condenamos del modo más categórico toda acción dispersa, anárquica. Consideramos las manifestaciones de distritos o regimientos aislados, encabezadas por los anarquistas, que no saben apreciar las condiciones del momento; las manifestaciones organizadas en contra de los deseos de la mayoría de los distritos y de los regimientos, contra la voluntad del Buró de los Sindicatos y del Consejo Central de los comités de fábrica, contra la voluntad, por último, del Partido socialista del proletariado; consideramos esas manifestaciones anárquicas como funestas para la causa de la revolución obrera.
Puede y debe defenderse el derecho a la existencia de las organizaciones, incluidas las anarquistas, cuando quieren privarlas de sus locales. Pero fundirse con los anarquistas y participar a su lado en acciones insensatas, condenadas de antemano al fracaso, es inadmisible y criminal por parte de los obreros conscientes.
Los camaradas obreros y soldados deben reflexionar: ¿qué son socialistas o anarquistas? Si son socialistas, que decidan si pueden lanzarse, del brazo de los anarquistas, a acciones a todas luces impremeditadas y contrarias a la decisión de nuestro Partido.
Camaradas: Con nuestro intento de manifestarnos el 10 de junio, logramos que el Comité Ejecutivo y el Congreso de los Soviets reconocieran la necesidad de la manifestación. Sabéis, sin duda, que el Congreso de los Soviets ha fijado para el 18 de junio una manifestación general y ha declarado de antemano que habrá libertad de consignas.
Ahora, nuestra tarea consiste en lograr que la manifestación del 18 de junio en Petrogrado desfile bajo nuestras consignas revolucionarias.
Y precisamente por ello, debemos cortar de raíz toda acción anárquica, a fin de prepararnos con mayor energía para la manifestación del 18 de junio.
Contra las acciones dispersas, por la manifestación general del 18 de junio: he aquí a lo que nosotros os llamamos.
¡Camaradas, el tiempo apremia, no perdáis ni un minuto! Que cada fábrica, que cada distrito, que cada regimiento y cada compañía preparen sus banderas con las consignas del proletariado revolucionario. Manos a la obra, camaradas; que cada uno participe en los preparativos de la manifestación del 18 de junio.
Contra las acciones anárquicas, por la manifestación general bajo la bandera del Partido del proletariado. Tal es nuestra consigna.
K. Stalin
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