domingo, mayo 17

Stalin: Rezagados de la revolución

Stalin. 1906
Pravda Nº 48 del 4(17) de mayo de 1917

La revolución avanza. Cada vez más profunda y más amplia, pasa de una esfera a otra, revolucionando toda la vida social y económica del país, de arriba abajo.

Al irrumpir en la industria, la revolución plantea el problema de que la producción sea controlada y regulada por los obreros (cuenca del Donetz).

Al extenderse a la agricultura, la revolución impulsa hacia el laboreo colectivo de las tierras no cultivadas y hacia el suministro de aperos y de ganado de labor a los campesinos (distrito de Schlusselburgo).

Al poner al descubierto las lacras de la guerra y la ruina económica engendrada por ésta, la revolución irrumpe en la esfera de la distribución y plantea, de una parte, la cuestión del abastecimiento de las ciudades (crisis de subsistencias) y, de otra parte, la de que se proporcione al campo artículos industriales (crisis de mercancías).

La solución de estos y otros problemas similares de actualidad exige que las masas revolucionarias desplieguen al máximo su iniciativa; exige que los Soviets de Diputados Obreros intervengan activamente en la organización de la nueva vida; exige, por último, el paso de todo el Poder a manos de una nueva clase, capaz de llevar el país al anchuroso camino revolucionario.

Las masas revolucionarias marchan ya en provincias por este camino. En algunos lugares, las organizaciones revolucionarias ya han tomado el Poder (Urales, Schlusselburgo), saltándose a los llamados “comités de salvación pública”.

Mientras tanto, el Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados de Petrogrado, llamado a dirigir la revolución, se debate impotente, sin avanzar un paso, quedando rezagado de las masas, apartándose de ellas; y el problema cardinal de la toma de todo el Poder lo suplanta por la cuestión baladí de los “candidatos” al Gobierno Provisional. Al quedar rezagado de las masas, el Comité Ejecutivo se rezaga de la revolución y dificulta su avance.

Tenemos a la vista dos documentos del Comité Ejecutivo: las “Instrucciones a los delegados de los obreros en el frente”, que llevan regalos a los soldados, y el “Llamamiento a los soldados que están en el frente”. Y ¿qué dicen esos documentos? Pues también que el Comité Ejecutivo ha quedado a la zaga, ya que en ellos da las respuestas más repelentes y más antirrevolucionarias a las cuestiones fundamentales del momento.

La cuestión de la guerra

Mientras el Comité Ejecutivo porfiaba con el Gobierno Provisional en torno a las anexiones y las contribuciones, mientras el Gobierno Provisional fabricaba “notas” y el Comité Ejecutivo se regocijaba desempeñando el papel de “vencedor”, en tanto la guerra de rapiña seguía como antes, la vida en las trincheras, la vida real de los soldados, apuntó una nueva forma de lucha: la fraternización en masa. No hay duda de que la fraternización, por sí sola, no es más que una manifestación espontánea de los anhelos de paz. Sin embargo, cuando se efectúa de forma organizada y consciente, puede convertirse en un poderoso medio en manos de la clase obrera para revolucionar la situación en los países beligerantes.

¿Qué actitud observa el Comité Ejecutivo ante la fraternización?

Escuchad:

“Camaradas soldados: No lograréis la paz con la fraternización... Quienes os dicen que la fraternización es el camino de la paz, os conducen a la muerte, llevan al hundimiento de la libertad de Rusia. No les creáis” (v. el “Llamamiento”).

En vez de la fraternización, el Comité Ejecutivo propone a los soldados “no negarse a realizar las operaciones ofensivas que pueda exigir la situación militar” (v. el “Llamamiento”). Resulta que la defensiva, “la defensa en el sentido político, no excluye de ninguna manera las ofensivas estratégicas, la ocupación de nuevos sectores, etc. En interés de la defensa..., es absolutamente necesario emprender ofensivas, ocupar nuevas posiciones” (v. las “Instrucciones”).

En pocas palabras: para lograr la paz, hay que emprender ofensivas y ocupar “sectorés” de territorio ajeno.

Así razona el Comité Ejecutivo.

Pero ¿en qué se distinguen estas apreciaciones imperialistas del Comité Ejecutivo de la “orden” contrarrevolucionaria del general Alexéiev, en la que se declara “traición” la fraternización en el frente y se ordena a los soldados “luchar implacablemente contra el enemigo”?

Más aún: ¿en qué se distinguen esas apreciaciones del contrarrevolucionario discurso de Miliukov en la Conferencia del Palacio de Mariinski, cuando exigió de los soldados “operaciones ofensivas” y disciplina en interés de la “unidad del frente”?...

La cuestión de la tierra

Todo el mundo conoce el conflicto surgido entre los campesinos y el Gobierno Provisional. Los campesinos exigen la labranza inmediata de los campos dejados sin cultivar por los terratenientes, pues consideran ese paso como el único medio para asegurar el pan tanto a la población de la retaguardia como al ejército en el frente. En respuesta, el Gobierno Provisional ha declarado una guerra decidida a los campesinos, poniendo el movimiento agrario fuera de la “ley”; además, ha enviado al campo a comisarios para que protejan los intereses de los terratenientes frente a los “atentados” de los campesinos “usurpadores”. El Gobierno Provisional ha conminado a los campesinos a que se abstengan de confiscar la tierra hasta que se reúna la Asamblea Constituyente: ésta, dicen, lo resolverá todo.

¿Cuál es la actitud del Comité Ejecutivo en este problema?, ¿a quién apoya: a los campesinos o al Gobierno Provisional?

Escuchad:

“La democracia revolucionaria defenderá con toda energía... la incautación sin indemnizaciones... de las tierras de los terratenientes... en la futura Asamblea Constituyente. Hoy, sin embargo, considerando que la confiscación inmediata de las tierras de los terratenientes podría suscitar... una seria conmoción económica en el país..., la democracia revolucionaria previene a los campesinos contra toda solución arbitraria del problema de la tierra, ya que los desórdenes en el campo no beneficiarían a los campesinos, sino a la contrarrevolución”; en vista de ello, recomienda que “no se confisque de manera arbitraria los bienes de los terratenientes hasta que no decida la Asamblea Constituyente” (v. las “Instrucciones”).

Eso es lo que dice el Comité Ejecutivo.

Es evidente que el Comité Ejecutivo no apoya a los campesinos, sino al Gobierno Provisional.

¿No está claro que el Comité Ejecutivo, al adoptar esa actitud, ha rodado hasta la contrarrevolucionaria consigna de Shingariov: “¡Sujetar a los campesinos!”?

Además, ¿desde cuándo los movimientos agrarios son “desórdenes en el campo”, y las “soluciones arbitrarias” de los problemas algo inadmisible? ¿Qué son los Soviets, incluido el Soviet de Petrogrado, sino organizaciones de origen “arbitrario”? ¿Acaso el Comité Ejecutivo cree que ya ha pasado la época de las organizaciones y las soluciones “arbitrarias”?

En relación con el laboreo de las tierras de los terratenientes sin autorización para ello, el Comité Ejecutivo asusta con la “crisis de subsistencias”. Pero con vistas a incrementar los recursos alimenticios de la población, el Comité Revolucionario del distrito de Schlusselburgo, nacido “arbitrariamente”, ha dispuesto:

“A fin de obtener una mayor cantidad de cereales, de los cuales existe una verdadera necesidad, las comunidades rurales labrarán las tierras sin cultivar pertenecientes a las iglesias, a los monasterios, a la familia imperial y a los particulares”.

¿Qué puede objetar el Comité Ejecutivo a esta decisión “arbitraria”?

¿Qué puede oponer a esta sabia decisión, como no sean frases vacías acerca de la “usurpación”, los “desórdenes en el campo”, las “soluciones arbitrarias”, etc., tomadas al prestado de los ukases del señor Shingariov?

¿Acaso no está claro que el Comité Ejecutivo ha quedado rezagado del movimiento revolucionario en provincias y que, por esa causa, está en contradicción con él?...

Así, pues, ante nuestros ojos se despliega un nuevo panorama. La revolución crece en amplitud y profundidad, abarcando nuevas esferas, irrumpiendo en la industria, en la agricultura, en la esfera de la distribución, y planteando el problema de la toma de todo el Poder. Las provincias marchan a la cabeza del movimiento. Si en los primeros días de la revolución Petrogrado iba en vanguardia, ahora empieza a quedar rezagado. Y se tiene la impresión de que el Comité Ejecutivo de Petrogrado trata de detenerse en el punto ya alcanzado.

Pero en los períodos de revolución es imposible detenerse en un punto; hay que moverse forzosamente, hacia adelante o hacia atrás. Por eso quien quiere detenerse en tiempos de revolución queda inevitablemente rezagado, y para quien queda rezagado, no hay cuartel: la revolución le empujará al campo de las fuerzas contrarrevolucionarias.

K. Stalin

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