viernes, marzo 27

Stalin: Los Soviets de Diputados Obreros y Soldados

Pravda Nº 8 14 (27) de marzo de 1917

Stalin. Foto policial. Tíflis 1906

El carro de la revolución rusa avanza con la velocidad del relámpago. Se multiplican y amplían en todas partes los destacamentos de combatientes revolucionarios. Se resquebrajan en sus cimientos y se desploman los puntales del viejo Poder. Ahora, como siempre, Petrogrado marcha a la vanguardia. Le siguen, tropezando a veces, las inmensas provincias.

Las fuerzas del viejo Poder se vienen abajo, pero aún no han sido rematadas. No han hecho sino replegarse sobre sí mismas y esperan el momento propicio para levantar cabeza y lanzarse sobre la Rusia libre. Mirad alrededor y veréis que la labor tenebrosa de las fuerzas negras siguen sin cesar...

Mantener los derechos conquistados para rematar a las viejas fuerzas y, junto con las provincias, hacer avanzar la revolución rusa: tal debe ser la tarea inmediata del proletariado de la capital.

Pero ¿cómo se puede hacer esto?

¿Qué es necesario para ello?

Para destruir el viejo Poder ha bastado la alianza provisional de los obreros y los soldados sublevados, ya que está claro por sí mismo que la fuerza de la revolución rusa reside en la alianza de los obreros y los campesinos vestidos de uniforme de soldado.

Mas, para conservar los derechos alcanzados y seguir desarrollando la revolución, no basta, de ninguna manera, solamente la alianza provisional de los obreros y soldados.

Para ello es necesario hacer que esta alianza sea consciente y sólida, duradera y estable, lo bastante estable para oponerse a las intentonas provocadoras de la contrarrevolución, ya que para todos está claro que la garantía de la victoria definitiva de la revolución rusa es el fortalecimiento de la alianza del obrero revolucionario con el soldado revolucionario.

Los órganos de esta alianza son precisamente los Soviets de Diputados Obreros y Soldados.

Y cuanto más estrechamente estén unidos estos Soviets, cuanto más firme sea su organización, tanto más efectivo será el Poder revolucionario –expresado en ello- del pueblo revolucionario y tanto más reales serán las garantías de conjurar la contrarrevolución.

Fortalecer estos Soviets, organizar en todas parte, ligarlos entre sí bajo la dirección del Soviet Central de Diputados Obreros y Soldados como órgano del Poder revolucionario del pueblo: en tal dirección deben trabajar los socialdemócratas revolucionarios.

¡Obreros! ¡Cerrad más estrechamente vuestras filas y uníos en torno al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia!

¡Campesinos! ¡Organizaos en uniones campesinas y agrupaos en torno al proletariado revolucionario, jefe de la revolución rusa!

¡Soldados! ¡Organizaos en vuestras uniones y agrupaos alrededor del pueblo ruso, el único aliado fiel del ejército revolucionarios ruso!

¡Obreros, campesinos, soldados! ¡Uníos en todas partes en los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, en los órganos de la alianza y del Poder de las fuerzas revolucionarias de Rusia!

En ello está la garantía de la victoria completa sobre las fuerzas tenebrosas de la vieja Rusia.

En ello también está la garantía de que serán convertidas en realidad las reivindicaciones fundamentales del pueblo ruso: ¡la tierra para los campesinos, la protección del trabajo para los obreros, la república democrática para todos los ciudadanos de Rusia!



Firmado: K. Stalin

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